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miércoles, 8 de junio de 2022

EL PAIS EQUIVOCADO, de JOSE JAVIER ABASOLO

EL PAIS EQUIVOCADO, DE JOSE JAVIER ABASOLO

PAIS-EQUIVOCADO-JOSE-JAVIER-ABASOLO
Portada de El país equivocado, de José Javier Abasolo

  Esta reseña tenía otro inicio, un comienzo diferente. La idea era hablar de la España de Franco, de ese país cerrado y oscuro surgido de una guerra cruenta. Un país en el que sólo se debía pensar a la manera de uno, sentir a la manera de uno, vivir a la manera de uno. Porque todo lo demás se ponía en tela de juicio y, quien más y quién menos, si se salía del tiesto, podía acabar, con suerte, con sus huesos en la cárcel.

Pero no. Esta reseña debe comenzar con nuestro pesar por la muerte de un escritor íntegro, lúcido y respetado. José Javier Abasolo falleció tras luchar contra una enfermedad, pero en su obra quedará para siempre su esencia, pues era uno de esos escritores que no escribía sobre su vida, pero en todos sus libros podíamos intuir su forma de pensar, su manera de afrontar la vida, su estilo de estar en el mundo.

Escribía de un modo elegante, se le veía preocupado por el cuidado de sus textos y los engalanaba lo preciso sin que resultasen empalagosos. Era un hombre comprometido con su tierra, y en ella depositó la ambientación de todos sus trabajos. Sentía un afecto profundo por las tradiciones vascas y no podía evitar tapar su predilección por el Athletic de Bilbao. Su variedad creativa le llevó a explorar distintas tramas, y nunca rehuyó abandonar a Goiko (su personaje fetiche con el que cosechó un gran número de lectores) para adentrarse en terrenos desconocidos con la clara intención de no anquilosarse ni de buscar la repetición como modo para evitar el fracaso. Y como nexo de unión en todas sus novelas, ese humor irónico inteligente con el que aderezaba todas ellas, con el que conseguía reirse de todo y de todos.

Apenas hacía unas semanas que había salido a la venta la novela que nos ocupa cuando nos llegó la trágica noticia... La sorpresa fue enorme, y la tristeza se adueñó de nuestro corazón trotero, por lo que tuvimos que aparcar esta reseña por falta de ganas para terminarla. Sin embargo, estamos convencidos de que él querría que la acabásemos, que nos diría a su manera que, a pesar de lo ocurrido, no iba a tener todo el tiempo del mundo para esperar a leerla... Así que vamos a ello. Va por tí, Javier.

El país equivocado es el título de la última novela publicada por José Javier Abasolo, el veterano escritor bilbaíno de novela negra que sigue manteniendo la fidelidad con sus lectores año a año, ofreciéndoles un bocado que llevarse a la boca como esos pintxos vascos de merecida fama, distinguidos por tener como base un producto de alta calidad, una buena selección de los sabores y las texturas, y la inagotable capacidad de reinvención para seguir sorprendiendo a los comensales una y otra vez.

En esta ocasión nos encontramos ante una trama que nos lleva hasta Nueva York, donde encontraremos el encargo que un magnate de afamada familia encomienda a un antiguo policia y amigo, Steve Beasko, para recuperar el cuerpo desaparecido en España de un primo suyo durante los convulsos años de la Guerra Civil española. Para ello, pondrá a su disposición todos los medios económicos con los que poder llevar a cabo la recuperación del cadáver. Lo que en un principio parece un trabajo sencillo, puede que a simple vista incluso resulte anodino, se convertirá con la llegada de Beasko a España en una compleja labor, ya que, cuando da con el cuerpo, descubre que la causa de la muerte no es del todo clara... Junto a una enfermera vasca, Itxaso Arizmendi, de familia profundamente antifranquista, emprenderá una investigación por su cuenta para descubrir la verdad acerca de la muerte ¿asesinato? de Jefferson Val Looy, lo que le llevará a mirarle a la cara a la sociedad franquista y al brazo ejecutor del poder del dictador que gobierna un país recién salido de una guerra fraticida, desde una atalaya construida sobre las ruinas y los cuerpos inertes de miles de españoles enfrentados.

El escritor, con su reconocida maestría para retratar la perversión o el abuso de poder de sus personajes sin que estos adolezcan de muestra alguna de duda ante sus comportamientos impúdicos, muestra cómo en la España de Franco los que ayudaron a éste para alzarse con la victoria fueron ascendidos socialmente, premiados con puestos importantes dentro del monstruo que supone la administración pública o puestos al frente de importantes empresas que operaban con los principales bienes de mercado del país. Del mismo modo, los perdedores fueron vapuleados, les requisaron sus bienes, humillados, encarcelados e incluso asesinados.

En la España de Franco, sólo habría luz para los franquistas. Por ello, quien más y quien menos, se encargaba de trabajarse el puesto, y no se le caían los anillos para delatar a cualquiera, a aceptar sobornos para medrar o hacer la vista gorda ante una injusticia si quien la cometía era un miembro del nuevo régimen. Al mismo tiempo, la impunidad campaba a sus anchas entre los hombres que ejercían puestos de responsabilidad política o militar, y sus decisiones, acertadas o no, injustas o no, jamás eran puestas en cuestión, pues todo valía para sostener, asentar y consolidar el orden de la Nueva Patria. Por todo ello, cuando un americano como Steve Beasko llega a España y comienza a convivir y conocer el día a día en la España franquista, se muestra enormemente sorprendido al compararlo con su país, y lo siente como un lugar extraño y fallido en el que conviven grandezas y miserias entremezcladas, un país en el que conviven centenares de personas silenciadas realmente válidas y maleantes vestidos de traje, corbata y señalados con bigotillo caudillista.

Abasolo, una vez más, consigue una novela muy interesante de leer, perfectamente hilvanada en su esquema literario, que conduce al lector a través de sus páginas a la búsqueda del quién y del por qué en un claro guiño a la novela negra más clásica, permitiéndonos descubrir un pasaje de la historia no por todos conocido pero sumamente atractivo. Y, además, crea uno de esos personajes que dejan huella en la memoria del lector, en esta ocasión un hombre que se mueve en la cuerda floja, en la línea delgada, casi difusa que separa el lado bueno del lado malo del régimen, y que en ese espacio confuso, etéreo, se mueve con mejestuosa seguridad para obtener sus propios beneficios. Un personaje que es un delicia y que, si lo queréis descubrir, no os queda otra que adquirir esta novela y adentraros en El país equivocado.

 

Una Reseña de Santiago Navascués

©Todos los derechos reservados

domingo, 20 de marzo de 2022

No todos los chicos son azules, George M. Johnson.

 

No todos los chicos son azules
Diferente. Diverso, distinto. Un adjetivo que la RAE define así, con otros adjetivos. En ningún momento nos dice que sea un adjetivo peyorativo. También dice que se trata de lo que no es igual  o tiene otras cualidades o características. Cuando se trata de un adverbio lo define como: de forma diferente. 
Y ahí acaba la definición según el diccionario. 
Pero lo cierto es que cuando lo escuchamos en boca ajena nos pone en alerta, y en la propia esconde otra definición que no nos atrevemos o no queremos usar. Si alguien dice de mí: es buena chica, solo que diferente, pienso seguido ¿diferente a quién o qué? ¿Qué me estás contando? no me suena algo bueno, tal vez condescendiente, pero no bueno, aunque tampoco malo. Ser diferente te deja en tierra de nadie, y aunque quieras verlo como algo bueno, tu cerebro enciende un pilotito de sobre aviso. Pero si soy yo la que te digo que este libro no es malo, no es bueno, solo que diferente, instintivamente piensas que estoy siendo amable al definirlo, pero que al adjetivo le falta fuerza o contundencia ¿pero es bueno o malo, te ha gustado o no? y lo más normal es que no te sientas atraída por él. Hay cierta vaguedad en el término, lo reconozco. Nos sentimos más seguros cuando lo que nos rodea está definido, clasificado, etiquetado...


Antes de la reseña he de deciros: 

   No suelo comenzar mis reseñas con la sinopsis de la editorial, por varias razones, una de ellas es que hay más spoilers de lo que una quisiera, otra que te crea falsas expectativas, pero la principal es que no me gusta "reedireccionar" al lector sobre lo que va a leer. Para eso ya está la propia sinopsis, solo hay que entrar en la web y ya lo tenemos. Pero en esta ocasión tengo que hacerlo para que entendáis porqué diré en mi reseña lo que voy a decir.
"En estas rompedoras memorias para jóvenes adultes, George M. Johnson, destacade escritore y activista LGTBQIAP+ comparte recuerdos desgarradores a la par que gloriosos sobre lo que supone crecer como persona Negra y queer en Estados Unidos. El elemento principal del viaje de Johnson es cómo compaginar su identidad Negra y queer; identidades que a menudo entran en conflicto en la historia. La respuesta es un convincente testimonio para los hombres queer Negros: son partes iguales que componen a una persona completa y perfectamente construida.La valentía con la que Johnson comparte su historia es sobrecogedora. No todos los chicos son azules consolida su legado como una voz esencial entre jóvenes adultes de generaciones venideras. «Unas memorias críticas, cautivadoras y compasivas sobre lo que supone crecer como persona Negra y queer hoy en día.»

 

El libro:

   Esta es una dulce historia salpicada de gotas ácidas y granos de sal. Es la historia real de un niño de New Jersey desde su primer y más nítido recuerdo a los cinco años, hasta los 33 que tiene en el momento en el que escribe esta novela. El niño se llama Mathew, Mat, podría ser un niño cualquiera de cualquier lugar del mundo, pero Mat es norteamericano, y es negro. Y "queer", aunque este término no lo descubrió hasta bien pasada la adolescencia. Mathew nos habla de su familia, un padre policía y una madre administrativa, ambos cariñosos y pendientes de sus hijos. Pero su familia es mucho más grande, desde sus abuelas hasta el más pequeño de sus primos, una familia unida y protectora con sus miembros. Viaja junto a sus primos y su abuela cada verano por todo el país, en avión, tren, autobús, viajes que crea lazos y afianza cariños. Un lujo sin duda, viajar por los EEUU en avión todos los años no es moco de pavo. Sus primos mayores cuidan de él y lo defienden frente a los otros niños, blancos y negros, sin distinción; la familia es lo primero. Su abuela daría la vida por todos sus hijos y nietos, mujer abierta y comprensiva, tolerante, cariñosa y protectora donde las haya.
   Mat no habla abiertamente de su condición, se niega a sí mismo a reconocerse como lo que es, aunque no está seguro qué o quién es. Juega con niñas y se obliga a jugar con niños. Nos habla de su paso por el colegio, el instituto y la universidad, nos cuenta su primer amor, su primera y su segunda experiencia, sus decepciones, sus fracasos, sus temores, pero también sus alegrías, sus risas, sus logros, sus holas y sus adiós. Amor, sexo, pareja, familia, vida y muerte. 


Lo mejor:  

   Una historia dulce, una historia que aún salpicada por gotas amargas te deja en la boca un buen sabor de boca, y en el alma, calma y tranquilidad. Sonríes, incluso te has reído de su inocencia en algunos casos, y te has cabreado por su ignorancia ¿Impostada? en otras. Una historia que podría ser la de cualquier persona, blanco o negro, hetero o LGTBQIAP+, un niño que nos habla de su infancia, sus juegos, su familia, el colegio. Una dulce historia.

   
Lo peor:

   Una historia que se nos presenta como dura, casi terrible, un muchacho homosexual y negro, una combinación explosiva siempre y en USA más si cabe. Pero me topo con una historia casi amable, y digo casi porque ninguna historia real lo es en su totalidad; yo, como mujer, blanca y hetero, me he encontrado en mi vida con más machismo y falta de respeto que Mat en su condición y circunstancias, yo y cualquiera de vosotros. Si esta es la historia real, conozco muchas más terribles, terroríficas en torno al colectivo, todos las conocemos seguro. Si quieres huir de las etiquetas no te pongas un post it en la frente, no quieres ser catalogado pero buscas entrar en un grupo por encima de todo. Post it en la frente, y bien grande. 
   Creo que el autor quería reflejar un drama que muchas personas en sus mismas circunstancias han sufrido, pero que en su caso no existen, o no no las ha contado ¿El corazón me ha hecho callo de tanta injusticia alrededor, día a día? ¿Soy incapaz de ver un drama cuando lo tengo delante? puede que no lo vea, pero sé lo que siento. Y leer "No todos los chicos son azules" me ha sabido melifluo, me ha parecido una historia emotiva, cargada de sentimientos, cariño y amor a la familia, una historia de búsqueda de uno mismo...como la de cualquier niño que tras la adolescencia, busca su lugar en el mundo adulto.

¿La recomiendo?

   Por supuesto que si. Como una historia real de un muchacho desde que es niño hasta que alcanza la edad adulta, con sus luces y sombras, sus errores y aciertos, sus dudas y sus temores. Incluso destacaría la relación del protagonista con su abuela, madre, primos, tías, como algo envidiable, ser querido por todos y corresponderles desde la verdad y la certeza de lo que sientes y sienten por ti. Envidiable sin duda alguna. 
   Si buscas una historia que sirva de bandera, no es esta. Sigo pensando que el autor no ha plasmado lo que realmente pretendía, y el resultado ha sido una bella aunque triste en ocasiones historia de un chico de New Jersey. 

Por la Pelipequirroja.


No todos los chicos son azules
George M. Johnson.

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jueves, 10 de marzo de 2022

Ella y su gato, Makoto Shinkai y Naruki Nagakawa.

 

Hay algo en el desamparo ajeno que nos mueve a acoger al desamparado, algo que despierta un instinto de protección universal y añejo, un sentimiento de ternura que no es ajeno a cierto dolor en lo más profundo de nuestro ser. Se le suele llamar pena, pero para mí  es un sentimiento de segunda categoría. La pena indica que tú estás por encima del desprotegido, que puedes abrir tus brazos, tu casa, tu cartera, para subsanar esa "injusticia" divina o del destino. No, no me gusta esa palabra. Hay algo más fuerte que la pena, algo más pretérito, más arraigado en nuestro ser inmemorial, primitivo. Tender tu mano al abandonado, al desprotegido, al desvalido, es abrir un hogar sin paredes pero lleno de calor para dar tanto como vas a recibir, tú tiendes una mano vacía, el que llega la llena con las suyas, y se crea un vínculo más allá de la sangre. 


  El libro.

    Pocos son los que a estas alturas no sepan de mi amor-devoción-consagración por los gatos. Mis primeros recuerdos van acompañados siempre de gatitos, normal dado que mi abuelo era un enamorado de estos animales y con él aprendí a amarlos, respetarlos y por desgracia, rescatarlos. No fue una casualidad que el libro llegara  a mis manos. No lo busqué pero parece que él me encontró.

   Nos encontramos con cuatro historias diferentes pero con varios nexos en común: mujeres que no pasan por su mejor momento y gatos que pasan de rescatados a rescatadores. 
  De esto va Ella y su gato, de vidas incompletas y personajes imperfectos, a medio camino de donde un día quisieron llegar y que se extraviaron a sí mismas cuando perdieron tanto que se vieron incapaces de recuperarse. Y rescatando otras vidas, fue rescatada la suya. 

   Chobi, Mimi, Cookie y Kuro toman la voz cantante en esta novela corta pero intensa, se transforman en narradores y protagonistas junto a sus dueñas de las cuatro historias, historias que se entrelazan hábilmente a pesar de las diferencias que en un principio separan a cada una de las mujeres: MiyuReina Aoi y Shino.

    Miyu es una mujer independiente, tiene un buen trabajo y una relación. Pero no es feliz. Se siente tan perdida como cuando no tenía pareja, lo que le hace darse cuenta que esta no era la solución a sus problemas. Se puede tener en apariencia todo y sentirse sola. Muy sola.  Reina tiene un gran talento, pero no significa que solo por eso lo tenga todo hecho, no, no le resulta tan fácil. La situación de Aoi es diferente, aunque no está atravesando una gran duda existencial, se siente terriblemente culpable por lo que sus palabras provocan en los demás. Y Shino, desinteresada y nada egoísta, se encuentra a sí misma en su entrega a los demás. 

   Cuatro mujeres, cuatro gatos...y un perro. Si, no podemos olvidar al maravillo John, el maestro y guía de los gatos del barrio, la voz de la conciencia y la sabiduría. Un personaje que adoraréis. 


   Resumiendo:

   Una novela cargada de ternura, sentimientos a flor de piel, emoción y Amor, mucho Amor, del que se escribe con mayúsculas. Cuando recibes más de lo que entregas, sin condiciones, sin términos, sin letra pequeña. Una historia que cuadruplica la amistad, el sentido de vivir, de dar y darse, y por encima de todo, una historia de esperanzas, ilusiones, confianza. 
   Y ahora que no nos lee nadie y estamos solos, un secreto: yo podría haber sido una de estas mujeres del libro, mi historia podría estar aquí. Yo también fui rescatada por una gata, cuando creí que ya no podría salir de donde me encontraba. Y llegó ella. 
   Escribo esto y Wiwi me mira, Taby me ronronea. 
Elegid si es una lectura para vosotros o no. Se siente, se presiente, no se recomienda, imposible recomendar sentimientos, estos se eligen. 


Por la Pelipequirroja.


Ella y su gato.
Makoto Shinkai y Naruki Nagakawa.

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domingo, 6 de marzo de 2022

Una historia ridícula, de Luis Landero.


   Todos vivimos en dos mundos. El que compartimos con el resto, y el propio, el que crea nuestra mente ¿Recordáis el anuncio de la DGT que decía: esto es lo que crees que está pasando, y esto lo que en realidad  está pasando? exactamente eso. Alguien está mirándote fijamente en el metro, por ejemplo, tú te pones nerviosa, mil cosas pasan por tu mente sobre lo que  puede estar pensando en ese momento; te levantas inquieta, enfadada, nerviosa, y le preguntas qué es lo que está mirando, si le pasa algo. Lo más normal es que la otra persona se sorprenda, casi se asuste al verte tan cerca suyo, pues con casi toda seguridad no había reparado en tí. Te miraba sin verte. Pero las cosas que tu mente, mi mente, ha imaginado sobre lo que esa persona estaba pensando ha creado un mundo entero de suspicacias, ofensas y venganzas. No hay mejor defensa que un buen ataque. Pero cuando este mundo tuyo tan interior, tan propio toma las riendas de tu vida y no deja espacio para el otro corres el riesgo más que seguro de acabar dañando al prójimo e incluso a ti misma. Has perdido la noción de la realidad...


Poniéndonos en antecedentes.


   Luis Landero es uno de mis autores favoritos a pesar que de vez en cuando tenga mis más y mis menos con él; su mundo propio en muchas ocasiones agita el mío, incluso lo zarandea de tal manera que me descoloca. Suele tender a retratarme en algunos de sus personajes y a mí eso me da yuyu, no me gusta verme reflejada en sus espejos, me distorsionan demasiado. O en realidad es que me reflejan tal cual y eso, pues no me gusta. 
   Pensaba que no podría elegir un libro favorito del autor, hasta que leí "El balcón de invierno" y entonces supe que era ese, no solo el favorito, era nuestro libro, si yo hubiera tenido su talento, evidentemente, podría haberlo escrito yo. Era mi libro. Era tan yo. Tan nosotros.  Y entonces sentí por primera vez lo que significaba esa palabra tan extraña, sin traducción exacta pero que ahora sentía y entendía perfectamenteSehnsuch Me sentía tan identificada con la historia, tenía tanta nostalgia de aquellos tiempos...y no los viví. Parecido si, pero igual imposible. Y sin embargo los añoré. 
   Y con esta novela, Landero y yo hemos tenido nuestros más y nuestros menos. Vaya que si. 

El libro.

    Marcial es un tipo raro. Es de esas personas que nada más verla o la odias o la amas, pero indiferente no te deja. Y eso a él le gusta, le encanta, se podría decir que es su meta en la vida: causarle al otro desazón.  Él mismo asegura que aprecia más a sus enemigos que a sus amigos, es más, sus enemigos son en realidad los mejores amigos que uno puede tener: con los enemigos sabes a qué atenerte, sin embargo, los "amigos" traicionan, engañan, pueden decirte palabras bonitas o pequeñas mentiras para no "dañarte" ¿Y qué problema hay en dañar a otro? la vida es dolor, si no lo sientes es que tal vez no estés vivo. Mucho mejor odiar que amar, dónde va a parar. De hecho, cuando encuentra alguien a quien odiar con todas sus fuerzas, se siente inmensamente feliz.
   Marcial nos cuenta su vida desde sus primeros recuerdos, necesita hacernos entender el porqué de sus actos, principalmente, un acto concreto. Se lo ha recomendado el doctor. Y él nos habla en primera persona, pues está convencido que esta historia suya es tan importante, tan trascendental, que otros la leerán, no le cabe la menor duda. Marcial está henchido de orgullo, está encantado de conocerse y su autoestima es muy alta. Cualquiera estaría deseando tenerle como amigo, como enemigo, o simplemente cruzarse con él en algún momento de la vida. 
   Pero entonces se enamora de Pepita. Y tiene la necesidad de contarnos la historia, esta y otras tantas que lo han llevado hasta donde está ahora, a hacer lo que hace, lo que ha hecho y lo que está por hacer. Y nos deja ojipláticos, y boquiabiertos, y si, con las patas vueltas. 


Resumiendo:

   Esta historia me ha hecho replantearme algunas cosas, propias y ajenas. Incluso al principio, Marcial me cayó tan rematadamente mal, que llegué a odiarle como personaje, hasta me enfadé con el autor por haber creado a un tipejo tan desagradable, un cretino integral, un borde. Conforme fui avanzando en la historia me fui dando cuenta que Marcial había conseguido contagiarme su odio por los demás, amarlo no lo amé en ningún momento, pero le detesté de tal manera que no podía dejar de leer lo siguiente que haría semejante imbécil. Odiarle si, ignorarle no. Vaya, lo ha conseguido, personaje y autor. 
    De nuevo la pluma de Landero me ha dejado arrebatada. Maneja magistralmente la narración, tan ágil, acompasada, eufórica, llevándonos hasta un clímax enfervorecido que nos deja sin palabras en la boca, todas ellas se agolpan en nuestra mente, saltarinas y exaltadas, pero tan alborotadas que no son capaces de ordenarse para salir en tropel sin aturullarse unas a otras. 
  Final apasionado donde los haya, encendido, y sin embargo, contado con una naturalidad y tranquilidad pasmosas. Le pido perdón por mis quejas y diatribas a sus palabras, ya no hay menos, todo es más. Como siempre con Landero. Más. Colosal.

Por la Pelipequirroja.


Una historia ridícula.
Luis Landero

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miércoles, 19 de mayo de 2021

Los niños de la estación del Zoo (Yo, Christiane F.) Christiane F.

 Los niños de la Estación del Zoo.

Christiane F.

Por La pelipequirroja.

1979. Recuerdo perfectamente aquel año, podría deciros lo que hice durante el mismo, y es más, casi  mes a mes. Decir esto implica reconocer que una tiene una edad, y dos y tres también, y aunque intente arreglarlo diciendo: pero era una niña, solo tenía 9 años, pues eso, que denota cierta edad (sin repetir lo de una o más de una) y es que echar la vista atrás, a mí concretamente, me gusta. No es por motivos de nostalgia o que ya chocheo (que puede ser) tampoco por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, que no es cierto, pero lo que sí lo es es que ese viaje al pasado realizado de vez en cuando, me sienta la mar de bien; nunca olvido y sí, perdono, es otra de las cosas que tiene el paso del tiempo, que todo se relativiza, hasta las ofensas y los pesares. Me recuerda lo que he vivido, todo lo que he vivido, que nada fue en balde y que todo, pasado por el filtro adolescente-juvenil, fue magnificado, hasta los recuerdos. 

   Os hablaba de 1979 y lo que hice en ese año. Tomé la Comunión. Si, eso fue eso tan importante y digno de ser recordado para el resto de mi vida, tomar la Comunión.  A ver, que parece que nadie se ha percatado de la importancia de la efeméride: fuimos los primeros comuniantes de la Democracia, con Constitución y todo ¡Soy parte de la historia de este país! bueno, y los demás niños que la hicieron conmigo, y los de otras parroquias, y otras ciudades...pero historia al fin y al cabo. Fuimos la generación de niños que nació en una dictadura, vivió el cambio de retratos de señores uniformados en las aulas -un día íbamos a la escuela franquista y al otro a un colegio de la Democracia- adolescentes de la movida y jóvenes de un gobierno socialista. 
Lo fuimos y vivimos todo. La leche de generación, eso es lo que fuimos. Seguíamos jugando en los descampados por el día y viendo por la noche a la Chamorro con sus pelos fritos en la Edad de Oro, Un manchego apellidado Almodóvar y un madrileño que se hacía llamar Mcnamara, lucían minifalda, tacones y chori rojo, mientras cantaban que iban a ser mamás. En la escuela nos vacunaban en fila india con las mismas jeringuillas, eso si, pasadas a fuego, ese quemazón que luego te dejaba una ampolla como señal de haber pasado la vacunación obligatoria, pero por la tarde los Mods, los primeros Punkys y algún hippy trasnochado paseaban su palmito pinturero por la Avenida del Cid, para escándalo de mayores y ancianos, y regocijo de los más jóvenes, los que ya empezábamos a dejar de ser los niños de los payasos de la tele y se nos vislumbraba como los jóvenes de la apertura, y es que hasta Tierno Galván nos lo decía a gritos ¡El que no esté colocado, que se coloque!  y muchos lo siguieron al pie de la letra ¡Aires de libertad!  aunque estos a muchos se les tornaron vendavales que arrasaron con todo.Y es que algunos hacíamos la Comunión, con pamela y guantas de raso, y otros se adentraban en mundos de hielo y algún fuego...

   Y aquí es donde hace aparición el libro que os traigo. Aunque se publicó en 1979 en Alemania, no fue hasta principios de los 80 cuando llegó a España, y lo hizo primero a modo de película de esas de cine y ensayo, de las subtituladas, y de allí fue de boca en boca hasta que la novela llegó, vio y venció. Fue a mediados de la década cuando por fin tuvimos contacto con él, en plena adolescencia, y a pesar de los tiempos de cambio y modernidades ( Bibi Andersen, un transexual  de Tánger, mantenía un tête a tête con el ídolo del cine de postguerra, Paco Martínez Soria, mientras todavía se debatía si el traje de la coronación de la Reina Sofía, fue demasiado chillón cuando todavía media España andaba de luto por el Generalito, lo digo por el tamaño, no por menospreciar su rango) la mojigatería y el doble rasero eran los de siempre. 
   Fue en clase de Ética donde nos lo dieron a conocer, con una advertencia: era lo más duro y desgarrador con lo que nos habríamos encontrado nunca, tanto, que algunos de nosotros no podríamos siquiera terminar de leer. Hasta se debatió en el claustro si estaríamos preparados para un libro así, pues aunque el cine quinqui ya llevaba un tiempo en las pantallas, ni siquiera el Pico había retratado a niños tan jóvenes en mundos tan sórdidos. 
   Efectivamente, lejos de ser un revulsivo, aquellas palabras y la polémica que vino tras cada ejemplar que se puso sobre los pupitres fue un acicate para leer como nunca lo habíamos hecho, sin obligarnos, ni amenazarnos y sobre todo, con ganas y pasión. Y vaya si era diferente a todo lo que habíamos leído, oído o visto hasta entonces, al menos para mí. Me dejó marcada de por vida. O al menos durante unos años. 

     ¿De qué trataba el libro que cambiaría nuestras vidas? o mejor dicho ¿De qué manera se nos contaba para que nos marcara de esa manera? 

    Escrito por los periodistas Kai Hermann y Horst Rieck en colaboración con Christiane F., es la autobiografía de la adolescencia de Christiane Vera Felscherinow más conocida como Christiane F., nacida en Hamburgo en 1962.
   Siendo niña se traslada a Berlín con sus padres y su hermana pequeña, a la barriada de Gropiusstadt, un deprimente monstruo de hormigón con capacidad para 45000 familias, todas ellas trabajadoras y con muchos niños a su cargo; se trata de un lugar gris, semejante a una cárcel con miles de celdas oscuras y pequeñas que albergan tantos sueños como frustraciones, un lugar al que llegan muchos pero del que parece que nadie puede salir. Pronto empiezan las desavenencias entre los padres de Christiane, un padre propenso a la ira, al maltrato y a hacer castillos en el aire, gastando el poco dinero del que disponen en vicios, negocios absurdos y caprichos que no se pueden permitir; tras el divorcio, Christiane se siente más perdida que nunca, no quiere ser como sus padres pero tampoco tiene otro referente, no hay ninguna otra familia en el barrio que se libre de la pobreza, la violencia o la desilusión. 
   Los chavales del  Gropiusstadt solo tienen una manera, hasta ese momento, de escapar de sus vidas cotidianas, y es crear su propio grupo con sus propias normas, un mundo aparte del de los adultos en el que no tiene cabida el NO a sus sueños, a sus ilusiones, a su amistad, casi una hermandad. Kessi  es su primera y mejor amiga,  juntas y en el Club social evangélico, conocerán al resto de la pandilla, su auténtica familia, según Christiane, que queda prendada y seducida por ese grupo de chavales que le abren las puertas a un mundo maravilloso lejos de su casa y su familia; con solo 12 años conoce a Detlev, un chico algo mayor que ella y del que se enamora perdidamente, desde ese momento todo en su vida cambiará a ritmo de vértigo, no solo por su novio y sus amigos, sino por todo lo que descubrirá en "El Sound", la discoteca de moda de Berlín. Doce años, tan solo doce años, muchos sueños, muchas más ganas aún de evadirse de su mundo y mucho mucho mucho maquillaje y altos tacones la harán creer que ya es mayor y puede con todo, el mundo no tiene límites para ninguno de ellos, la vida es suya, de todos ellos: Babsi, Stella,  Atze...una vida que no será tan suya como creen, sino del Demonio.



   La caída en picado no tardará en llegar. Un demonio de varias cabezas llamadas drogas, prostitución, proxenetismo, violaciones, violencia...demasiadas cabezas y brazos para unos niños perdidos y sin ilusiones. Demasiado sufrimiento, demasiada sordidez, demasiadas sombras y un solo y oscuro agujero.
 
 ¿Merece la pena adentrarse en este sórdido mundo, hacemos parada en al estación del Zoo de Berlín? ¿Está recomendada para todo el mundo? 

   No puedo ni quiero contaros nada más, es una historia hecha de muchas historias y un solo destino ¿O tal vez no? ¿Puede haber salida para un laberinto con varios minotauros y un solo Dédalo sin hilo ni brújula? Sinceramente, es complicado.
  Para mi generación y la posterior, los que vimos como las drogas se apoderaban de los jóvenes, los aprisionaba y esclavizaba, los que despertamos a una nueva forma de ver la vida, una juventud que por primera vez se sentía libre en mayúsculas (incluso más que ahora, con menos jueces y menos ofendidos por todo, menos burbujas y más calle...) la novela nos sacudió con fuerza inusitada ¿De verdad hay niños que no tienen opciones? ¿Qué es la libertad entonces, cuándo se han roto las alas y se han convertido en cadenas? una historia muy dura, muy explícita, no hay hueco para lo políticamente correcto, para negar lo evidente, para esas burbujas en las que metemos a nuestros niños para protegerles del mundo pero que jamás podrá mantenerlos a salvo de ellos mismos, niños sobreprotegidos que tarde o temprano también buscaran su "Sound"  su Bowie, su Led Zeppelin, sus alas.  
   Si te animas a leerlo (no es fácil encontrarlo hoy en día, habrá que recurrir a la segunda mano o ediciones perdidas en librerías y bibliotecas) si no te importa que te sacudan duro y lleguen a sangrarte las heridas no te arrepentirás. pues la emoción llegado el final te embargará de tal manera que será como un bálsamo para esas heridas del principio, un bálsamo que escuece y mucho, pero te cambiará por dentro. 


Te recomiendo la serie de Prime Video, y lo hago encarecidamente a pesar de que las críticas decían que los amantes del libro se sentirían defraudados. Pues no, ni los amantes de la novela, ni los de las buenas historias, duras, pero ya lo escribió Kawabata: Lo bello y lo triste. Y es muy triste. Y no tan bello. Pero al igual que la novela, te embargará la historia, te emocionará y te sacudirá a partes iguales. 
Atreveos, no tengáis miedo a vivir, a veces duele, pero de eso se trata. De superarlo. 


Los niños de la estación del Zoo
Christiane F.

Editorial Argos Vergara.
Año de edición 1981

©Todos los derechos reservados.


miércoles, 16 de diciembre de 2020

Departamento de especulaciones, Jenny Offill

Departamento de especulaciones.



Por La Pelipequirroja.


    Este libro llegó a mí a través de un sorteo, en realidad era el "premio de consolación" al ser la octava participante -un alien en el blog- en un sorteo de siete libros, y no obtener ninguno de ellos. Todo un detalle de la organizadora, aunque no tenía porqué hacerlo se lo agradezco inmensamente.

  Hasta ese momento no sabía de la existencia de la autora, pero dada la confianza en la editorial no dudé que sería una novela interesante. Me costó bastante ponerme con esta lectura, siempre acababa relegada, postergada o incluso obviada ante el resto de compañeras de estantería; pero su día llegó. 

   No fue una lectura de esas que enganchan desde el principio, pero si es cierto que despertó mi curiosidad genética, esa que hace de mí una cotilla impenitente, y es que de casta le viene al galgo, las cosas como son, que somos una familia de cotillas en toda regla. 

   Me quejo a menudo de páginas sobrantes en la mayoría de las novelas "intimistas", de demasiada paja entre tanto grano, y el tener que pasar páginas sin leer me da mucha rabia pues pienso que los autores podrían haber escrito menos morralla y no han querido hacerlo para ganar volumen en sus novelas. Sin embargo en este caso se me ha hecho demasiado corta, la historia es tan jugosa que tengo la sensación de que me he quedado a medias ¿Dónde están los suculentos cotilleos que se que tiene? ya que miro por la cerradura y esto siempre resulta no solo incómodo si no peligroso, se me quedan escasos los chismes y trapos sucios.

   Jenny Offill nos cuenta su vida y milagros, desde que se enamora del que luego será su marido, la felicidad que ello conlleva, más si cabe con la llegada de su hija, los primeros años de matrimonio y una vida en común dichosa...hasta que hace aparición la infidelidad conyugal -por parte del hasta entonces perfecto marido- y el trastorno que ello supone en la vida familiar y en cada uno de ellos por separado ¡Y todo eso en tan solo 170 páginas! no sé vosotros, pero a mi me falta sustancia cuando se tratan estos temas. 

    A modo de píldoras la autora va intercalando la narración con reflexiones, frases célebres -todas muy bien elegidas- y anécdotas varias ¿Cómo no se nos va a quedar seca la naranja a exprimir? y es que hay tanto jugo en cada frase, en cada párrafo. La verdad es que si lo pienso bien, la autora logra contar tantas cosas en tan poco espacio, mezclar las cosas más intrascendentes con las ideas de grandes personalidades, el día a día con reflexiones del psiquiatra, su vida vista desde dentro y desde fuera, ella misma antes y después de sí misma. 

   Escritora con un libro recién publicado, una vida profesional plena y con horizonte, y entonces, todo da un vuelco y su vida familiar, su papel de madre, se convierten en su epicentro, el cual es sacudido con fuerza por el terremoto de la infidelidad ¿Cuándo la mujer triunfadora dio paso a la mujer con dos fuertes debilidades, las cuales logran sacudirla con tal fuerza que logran derribarla y hacerle olvidar quién fue o quién es en realidad?

  Creencias, sentimientos, dudas, cimientos y varapalos, rutinas y crisis. Un enjambre emocional que lleva a la protagonista a ponerse en tela de juicio, a dudar de sus propias ideas y realizar comparaciones entre las distintas madres que hay en cada mujer.  
   Un libro no apto para cualquier momento y cualquier persona, estoy segura que ni yo misma lo veré igual si decido leerlo dentro de unos años, o si lo hubiera hecho con diez años menos. Aún así, vale la pena, pero te trastocará demasiado si no estás dispuesta/o a aceptar lo que consideras inaceptable, a mantener la mente y el corazón abiertos, a no juzgarte ni juzgar. Y no será fácil.


   DEPARTAMENTO DE ESPECULACIONES.

Jenny  Offill

Libros del Asteroide.

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miércoles, 25 de noviembre de 2020

Detectives victorianas: Las pioneras de la novela policiaca. Michael Sims

 Detectives victorianas.







La Pelipequirroja.
 
    Me apetecía mucho releer esta novela, en realidad quería centrarme en los relatos que más me gustaron en su momento, pero no me ha resultado fácil elegir. Cuando decía: este y este, me acordaba de aquel otro qué, y cuando ya tenía los elegidos de repente pasaba página y aparecía ese en que el asesino era, y ella lo descubre cuando...y claro, tenía que releerlo. El caso es que me he leído de nuevo la novela entera, y es que estoy en una edad en la que tener que elegir teniendo todo a mi alcance me parece absurdo ¡Qué ya no soy una jovencita carajo! y dejar las cosas para más adelante puede ser arriesgado. Ya he dejado pasar demasiados trenes y os aseguro que no vuelven a la estación, no vuelven. 

  Otra cosa que no hice, fue reseñar la novela cuando la leí por primera vez. De nuevo las absurdas normas autoimpuestas: no es una obra en español, ni de un autor novel o desconocido para el gran público. Ya os lo dije, fuera normas y obligaciones, leo lo que quiero y reseño lo que me venga en gana 😀😀😀

     Pocas cosas me gustan más -literariamente hablando- que un buen relato, y si son casi una docena, mejor aún; si le sumamos la época victoriana y mujeres fuertes e inteligentes como protagonistas, éxtasis total. La novela de detectives me ha gustado desde siempre, ya leía este tipo de historias desde pequeña, pues con nueve años me regalaron una colección de  Trixie Belden, detective, una adolescente que resolvía casos tan misteriosos como en ocasiones, divertidos.  Las chicas detectives me apasionaban, y con todos mis respetos a Sherlock, Poirot y Spade, las mujeres, lo hacemos mejor... lo de "detectivear" en particular y todo en general...

    Como suele pasar con los relatos, como cuentes una línea de más, te cargas la historia y el misterio, así que he elegido (ya os dije que no era fácil) mis tres favoritos de estos 11 relatos de detectives victorianas.

   1) El hombre que me cortó el pelo: Una niña avispada, algo entrometida, de carácter resuelto y decidido, con una fabulosa destreza, casi un don, se convierte en la protagonista de un sucio asunto de robo de joyas y otros objetos de valor; con su astucia, determinación, y si, entrometimiento, ayuda a la policía a atrapar a un siniestra banda de delincuentes y asesinos ¡Qué chiquilla tan valiente! 

    2) La aventura de la anciana quisquillosa: Lois Cayley, Brownie para los amigos, acaba de terminar sus estudios y con apenas dos peniques en sus bolsillos y huérfana, decide buscarse la vida viajando, su mayor sueño; para disgusto de su amiga Elsie que esperaba que viviera con ella en su apartamento y se dedicara a la enseñanza, Lois sale a pasear segura que la oportunidad de trabajo  puede aparecer en cualquier momento y en el lugar más inesperado. 
Y efectivamente así es. Por casualidad escucha una conversación entre dos viejas damas y acaba convirtiéndose en la señorita de compañía de una de las ancianas, la más quisquillosa de ambas. Un viaje en tren, un extraño pasajero y un robo, convertirán a Brownie sin quererlo, en una detective ocasional.

    3) La segunda bala: Violet Strange es una detective conocida por su instinto e inteligencia, capaz de resolver casos complicados y dejar a la policía a la altura del betún. Un buen día, en su agencia, su jefe le comunica que tienen un complicado caso entre manos: una mujer asegura que su marido no se suicidó ni mató al hijo de ambos, que un extraño entró por la ventana y los mató. En contra de lo que tanto policía como juez están seguros que pasó, la viuda asegura que escuchó dos tiros y no uno, solo que esa segunda bala no pareció. 
   Violet decide aceptar el caso no solo porque si se confirma el suicidio la mujer se quedaría sin cobrar el seguro, si no porqué el caso le parece tan misterioso y complicado que la tienta demasiado. 
   Un caso difícil, dos muertes misteriosas, una bala perdida, una viuda desconsolada y una resolución tan sorprendente como dolorosa...

   Mujeres fuertes, inteligentes, decididas, resueltas y desafiantes ante una sociedad mojigata y patriarcal a la que no le gusta ver mujeres desempeñando -hasta entonces- roles masculinos; la sociedad no estaba preparada para enfrentarse a mujeres así (creo que a día de hoy aún no lo está), para aceptar que son más que madres y esposas, que una nueva sociedad se abre paso y las nuevas mujeres vienen pisando fuerte. 


    Historias ingeniosas, divertidas incluso, misteriosas y con una gran agilidad narrativa, tanto como las mujeres que las protagonizan. Se que ya sois muchos los que habéis leído esta novela, pero para los que quedan por leerla ¡No os  la perdáis! o ateneros a las consecuencias...

   
DETECTIVES VICTORIANAS:
Las pioneras de la novela policiaca
Michael Sims

Editorial Siruela.
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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Despojos de Rachel Cusk

Despojos


Por la Pelipequirroja.

     Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestión de unas semanas, la vida que habíamos construido juntos se desarmó, como un puzzle convertido en un montón de piezas con los bordes recortados.

  Con este comienzo pudieron pasar dos cosas por mi mente. 
   1) Que me sonara a lo de siempre: una pareja con problemas, y saliera despavorida. Para tragicomedias ya estoy yo, Drama Queen.
   2) Que mis emociones,  últimamente a flor de piel y con serios problemas para gestionarlas, chiscaran el resorte que las hace saltar y todo mi interior se removiera en un sinfín de sentimientos, sensaciones y algún sortilegio que creyera como resultado de un té caliente que bebía en ese momento. 

   En Efecto, pasó lo segundo. No se explicar porqué pero una curiosidad si bien sana, algo morbosa, me incitó a leer el libro y de manera inquisitiva, pues cada frase era inspeccionada por mente, corazón y vísceras. No buscaba culpables, ni soluciones, solo quería saber los hechos y los porqués, si es que los había. 
   
   El libro, a modo de ensayo novelado (al menos en partes) nos cuenta la historia de la autora contada de primera mano, y a mí, una "historia real", con mi detector de chismes activo se puso en alerta y la curiosidad morbosa que en ocasiones me devora, hizo aparición.  Es una historia corta, de poco más de 170 páginas, pero de una intensidad emocional brutal, tanto por la que despliega la narradora como la que se despierta en la lectora; quedé enganchada desde el principio, como si estuviera mirando por la ventana de mi casa y tras un rato observando, me invitaran a entrar y sentarme en su sofá. 

   La autora nos habla de mucho más que un fracaso amoroso. Nos adentra en el universo de la mujer que está configurada para ser madre y esposa, para ser pilar de la familia y aguantar terremotos emocionales y mantenerse en pie para rehacer hogares dañados, tantas veces como sea necesario. Hasta que el daño es de muerte ¿Y qué pasa entonces? que se da cuenta de su soledad, de que no todo es cosa de dos, que uno arrastra y el otro empuja, un "Tit for Tat", esa represalia equivalente en la que la acción propia depende de la actuación ajena. Un no ser Yo, sino el resultado de lo que los demás me dejan ser. Y esto es terrible ¿Dónde estoy yo ahora, dónde está la mujer que fui, la maternidad me ha desconfigurado mi esencia, mi ser, o la ha fortalecido? ¿Soy  Yo porqué soy madre, esposa? ¿Si no lo hubiera sido nunca, seguiría siendo la misma que soy? No se vosotros, pero a mí estas cuestiones me atrapan emocionalmente como tela de araña ¿Porqué elegir, porqué dejar de ser para que otros sean? ¿Yo sola no soy suficiente para ser feliz, aunque tenga una familia que adoro y me adora? Sin "ellos" no existiría mi felicidad...¡No, no, no, me niego a aceptarlo! Sé que puedo equilibrarlo, sé que ser feliz no depende de a qué lado se incline la balanza ¿Porqué todo se ha de medir o pesar, porqué hemos de elegir, compensar? Rachel se cuestiona y reflexiona sobre el valor de la mujer en la sociedad y en la familia, el peso que cargamos por tradición, enseñanzas y generaciones pasadas, por las normas no escritas pero tan arraigadas en la sociedad que hacen de la mujer un "manual para niñas buenas que aspiran a ser madres ejemplares y esposas amorosas" ¡Vaya lastre! ni ser demasiado femeninas para que no nos tachen de zorras, ni demasiado masculinas para que no nos señalen como marimachos...como si fuera una ofensa...de nuevo, un término medio, un equilibrio, para que los demás nos aprueben y nos den el visto bueno. 

   Durante ocho capítulos Rachel no solo nos hace partícipes de estas reflexiones, sus miedos ( como sentir la casa vacía y silenciosa cuando sus hijas no están) sus frustraciones (parejas de amigos felices) y sus dudas sobre su futuro, también presenciamos escenas de su día a día, junto a sus hijas, sus amigas (que se convierten en su pilar) Un abanico de sentimientos y emociones que no solo sacuden a la protagonista, si no a nosotros mismos pues la vida, está llena de despojos, esqueletos y fantasmas, porque al fin y al cabo, esto es vivir: caminar y tropezar, construir y derruir, amar y dejar de hacerlo. Odiar, no es lo contrario de amar, es el sinónimo de "seguir amando y no ser correspondido" y eso, cabrea mucho. Hasta que deja paso  a la indiferencia. 

    Rachel, amigas, mujeres todas: a enemigo que huye, puente de plata. 


   Una lectura más que recomendable si eres Mujer (madre o no, casada o no) reveladora si eres hombre (padre o no, casado o no) y un varapalo emocional que tendrás que soportar estoicamente  si decides leerlo. El resultado, valdrá la pena. 

     
DESPOJOS:
Sobre el matrimonio y la separación.
Rachel Cusk
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jueves, 18 de junio de 2020

Después del banquete, Yushio Mishima

Después del banquete.


Por la Pelipequirroja.


   Mi pasión por la cultura oriental me viene de muy joven, pero no fue por un libro, eso vino mucho después; primero me enamoré de un cuadro que había en la consulta del cardiólogo (el de pago, no el de la seguridad social que tan solo tenían la enfermera pidiendo silencio en un cartel, como bien recalcaba mi madre a las vecinas) Era un cuadro precioso, enorme, lleno de colores; representaba la vida en una ciudad oriental, había un mercado, una escuela, un "bar" donde una mujer de cara blanca y pelo negro, con un vestido parecido a una bata, servía cuencos con líquido amarillo, y arriba del todo, en una montaña nevada, un templo (yo lo llamaba iglesia roja) donde unos monjes rezaban en el jardín, eso si, un jardín lleno de flores y árboles de colores. Aquel cuadro me hipnotizaba, me tenía loca perdida. Me inventaba historias y ponía nombres a los personajes que aparecían en aquel cuadro, que para mí representaba una especie de ventana a un mundo maravilloso y fantástico, donde los perros dormían en las iglesias y los árboles eran rosas y morados. Ese fue mi primer contacto con la cultura asiática, algo básico e insustancial, que sin embargo me hizo con el tiempo buscar imágenes primero, libros después.  Me cautivó primero el cine, y aún tuvieron que pasar unos años más para caer rendida ante la literatura nipona en particular, asiática en general.  Pero cuando lo hizo, se llevó el gato al agua. Esa forma de escribir me atrapó como en una tela de araña.

    Después del banquete, de Mishima (1960) es una de esas novelas que has de leer al menos dos veces en la vida: una de joven, cuando todo te impacta pero no te rompe, y otra ya con unos añitos, cuando ya te has roto varias veces pero has craquelado tu alma para que tu cuerpo siga en pie. La lectura en uno y otro tiempo, no tiene nada que ver, es como si el autor hubiera cambiado la obra y la hubiera transformado para que se fuera craquelando y recomponiendo al mismo tiempo que lo haces tú.  Y este segundo impacto es brutal, demoledor, pero tan sumamente bello, narrativamente hablando. No es que antes no lo fuera, es que con los años, la belleza te llega de otra manera.
    Me gusta mucho leer a autores malditos, rotos por completo, algunos hasta trastornados por sus propios fantasmas creados por sí mismos, autores consumidos por la angustia de vivir y viviendo esperando siempre la muerte, como un desahogo para sus torturadas mentes y almas. No me malinterpretéis, no me gusta ver así a nadie, más espectro que humano, es la grandiosidad literaria que surge de ello, la hermosura infinita de lo triste, del desgarro, las letras nacidas tras un número incontable de días en pena y noches en vela.  Es como  El jardín de la delicias del Bosco ¿Qué sería del Infierno y su belleza pictórica en esta obra, si  el autor no se hubiera sentido tentado y arrastrado por mil demonios? sus fantasmas, son nuestros tesoros. 

    Con esta obra, Mishima nos hace viajar hasta el Japón de hace medio siglo, y lo hace de una manera muy sencilla, a través de sus dos personajes principales, Kazu y Noguchi,  cargando sobre ellos el peso y la intensidad narrativa; con la ambición como fondo y fin, nos retrata la época, la sociedad, las costumbres y la política, de una manera armónica, como si fueran indisolubles las unas de las otras, como si un paso te llevara al siguiente irremediablemente. A la belleza de las imágenes que logra crear en nuestra mente, Mishima suma unas descripciones tangibles a la par que oníricas, solo haz de cerrar los ojos y dejarte llevar por lo que tu mente recrea párrafo a párrafo, y tocarás esa belleza con tus dedos. 
    Kazu, mujer de mediana edad, dueña del Setsugoan en donde una noche conoce a Noguchi, un anciano que a pesar de su edad, sigue en contacto con el mundo de la política que tanto le dio y quitó en otros tiempos;  Ella tiene una personalidad carismática, sociable y su talento no pasa desapercibido entre sus importantes clientes, ella sabe de sus dones y se enorgullece de ello. Ha pasado toda su vida sola, luchando por conseguir sus sueños, por salir adelante sin un hombre al lado, demostrando al mundo entero que una mujer vale mucho más de lo que te enseñan desde niña. Pero cuando aparece el anciano en su vida, con una fuerza arrolladora en sus palabras, en sus gestos, en sus ideas, Kazu se enamora de él, y es un sentimiento que pronto se verá correspondido. Entre platos de comida, bellos jardines, productivas y satisfactorias charlas,  se forja una relación amorosa que en algunos puntos llega a ser hasta cómica debido a algunos desaciertos, una inexperiencia en algunos temas que humaniza a dos personajes que a simple vista parecen perfectos, y así lo creen ellos. 
   Pero esta casi idílica relación a edad madura, se ve seriamente amenazada cuando la ambición hace acto de presencia, cuando fin y medios se justifican el uno al otro aunque sus actos sean deleznables; cuando Yuken Noguchi es propuesto para el puesto de gobernador, Kazu ve la posibilidad de ser eso que siempre ha querido, llegar a donde una mujer no puede ni le permiten: ostentar el poder y alcanzar un estatus superior viniendo de la nada.  Aquí nacen dos nuevos personajes surgidos de los anteriores, una nueva Kazu, manipuladora y confabuladora, y un nuevo ¿o no tanto? Noguchi, inquebrantable  e íntegro, que sin embargo no duda en mirar hacia otro lado para no ser él quien se manche las manos, a la vez que la fuerte y ambiciosa mujer, se tambalea entre cierta ingenuidad  e incluso puritanismo. Entre ambos equilibran una relación que de otra manera, ya se hubiera caído por su propio peso.

     Política, ambición, amor, sociedad, un lienzo perfecto en el cual el paisaje y las costumbres japonesas son dos personajes más, tan importantes como las propias personas, un cuadro magnífico al que darle vida haciendo hablar a sus personajes, como en aquel cuadro de la consulta del médico. 


  La historia es redonda, parece que con el cambio en los personajes todo gire 180º, pero cuando llegamos al final nos damos cuenta que a pesar de que todo ha cambiado, todo sigue igual, parece contradictorio, es cierto, pero tras un largo recorrido en el que ambos han aprendido mucho, han cometido errores, y han sido varios los fracasos, a pesar de sus edades respectivas, ambos han aprendido una lección: se han descubierto a sí mismos y saben donde están las lindes de su ambición, su deseo y su amor.    MARAVILLOSA. 


Clásicos. Mishima.

DESPUÉS DEL BANQUETE
Yushio Mishima.
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domingo, 7 de junio de 2020

Si yo fuera un hombre, Charlotte Perkins Gilman

Si yo fuera un hombre.

Reseñas.


Por la Pelipequirroja.


   Hace unos años leí un relato que me dejó marcada, ya en sus primeras frases comenzó a clavarme las uñas, y se veían venir momentos intensos y emotivos. Y no me equivoqué, y me quedé corta. fue una lectura tan rabiosamente bella, pero tanto, que su poso sigue intacto en mí a pesar de las casi dos décadas de su lectura: El tapiz amarillo. La autora, Charlotte Perkins. Tengo que decir que hasta ese momento no sabía de su existencia, pero me cautivó de tal manera que solo pensaba en leerla de nuevo. 

   Pero  han pasado muchos años hasta que uno de sus libros se puso en mi camino: Si yo fuera un hombre. Y aunque he tardado un par de años en leerlo desde que lo adquirí, la espera de ambas -promesa y lectura- ha valido la pena.

   Me atrajo en primer lugar la estética del libro, lo reconozco, su portada y su interior  me parecieron tan Art Decó  que me lo hubiera llevado hasta para admirarlo como si de un cuadro se tratase; que fueran relatos fue casi definitivo para llevármelo a la caja, y por si me faltara todavía a esas alturas algo de decisión, me la disipó otra compradora: Es  una  joya del feminismo y el empoderamiento femenino, es un lujo que haya sido rescatada para publicar en castellano. Yo me la llevaría.  Y por segunda vez en mi vida, me dejé seducir por Charlotte y sus apasionantes historias. 
   
    Son nueve relatos de corte feminista, mujeres que luchan por liberarse de las cadenas impuestas por la sociedad, las tradiciones, los hombres, en resumidas cuentas luchan por su libertad, aunque sean pequeñas grandes libertades.  Me ha gustado mucho el reencontrarme con el relato del Tapiz amarillo, aquí titulado, El papel amarillo  y releerlo me ha causado una gran emoción, pues aún lo he encontrado mucho más hermoso , duro, pero hermosísimo, de los que te rasgan las entrañas.

  El papel amarillo cuenta los terribles momentos a los que se enfrenta una mujer al sufrir una depresión postparto ¿Os imagináis hace cien años los conocimientos médicos sobre la depresión por estos motivos? ¿Y los medios al alcance de las mujeres que lo padecían? algo que se consideraba "Cosas de mujeres" y cuyo remedio era el reposo, la tranquilidad y si iba a más, una cura de nervios en un sanatorio. La desesperación y la amargura de la mujer nos llegan de pleno, las podemos sentir, casi palpar, dan ganas de abrir las manos y decirle: Tranquila, estoy aquí, déjame que te abrace.  
   Tras leerlo de nuevo y reencontrarme con su protagonista, me reafirmo en mis impresiones de entonces y puedo asegurar que es mi favorito de los nueve, sin desmerecer al resto que son impresionantes. Pero este me ha tocado por segunda vez el corazón. 

  Es complicado cuando se trata de relatos intentar hablar de ellos sin hablar más de la cuenta,  es realmente difícil, una palabra de más y das al traste con el factor sorpresa que todo lector merece sentir al leer una historia.
     Todos y cada uno de los relatos plasman con ironía en ocasiones disfrazada de ingenuidad, la clara idea que la autora tenía sobre la situación de la mujer en la sociedad de su época, clara idea y claro rechazo a esas mujeres encorsetadas tanto en cuerpo como en ideas; pero no como un ataque hacia ellas por ser así, sino por "consentir que las hayan hecho así", que el patriarcado y la hipócrita sociedad, esa que mide con doble rasero el comportamiento de unos y de otras. Las mujeres valientes que rompían esos esquemas, o al menos se rebelaban, esas, eran en las que ella confiaba para conseguir un mundo mejor, futuro, pero posible. 

   Mujeres que un día deciden romper con todo, como las protagonistas de "Abandonado" y "La fuga", una esposa que no puede más y decide marchar a buscarse a sí misma, y una muchacha que tal vez no sepa lo que está buscando pero si sabe que lo que ha encontrado hasta entonces, no es lo que quiere.
   También están las mujeres que nunca han aceptado esa sumisión y no han permitido que las encorsetaran aunque estuvieran destinas a ello, como toda mujer al fin y al cabo; mujeres como la misteriosa protagonista de "Lo inesperado"  y las que van un paso más allá, como en "La exiliada", mujeres que hacen piña entre ellas, solidarias unas con otras, comadreo que decían las viejas antes y ¿Sororidad lo llamamos ahora?  sea como sea es un lujazo leer este relato y sentir que Charlotte fue una visionaria, tal vez pecase de  ingenua, pero ya lo imaginó y lo deseó. 

   También hay sitio para las "otras mujeres" esas que si quieren vivir como está marcado, las que dudan de dejar el camino señalado o las que fuera del redil solo piensan en volver a él, es donde se sienten seguras y útiles, como las mujeres de "La Cabañita" y "Ese extraño tesoro"
   La autora se atreve incluso con pasar "al otro lado", tal y como reza el título del relato que da nombre al libro, "Si yo fuera un hombre" ponerse en sus zapatos y vivir como lo hacen ellos, y sentirse por una vez, libre de ataduras. 

   Nueve relatos cortos, sencillos, tramas nada complicadas que se deslizan ante nuestros ojos como pañuelos de seda, sin duda debido al suave estilo narrativo de la autora, habla claramente pero no se entretiene con florituras ¿Qué tal vez sus finales sean algo predecibles? puede ser, pero creo que las ganas de la autora por plasmar estos problemas de las mujeres en la sociedad y darnos un final tal y como ella hubiera deseado que fuera la realidad, es lo que quiso que nos llegara al fin y al cabo. Un mundo mejor para la mujer.    No, no me he olvidado de un relato, se que he hablado de ocho, falta uno, pero ha sido un olvido, ha sido premeditado. Su título y su propia historia, se merecen poner fin a esta reseña, con las palabras de su propia autora, yo no podría decirlo nunca igual.


"Cuando era una Bruja":

«Comenzó a parecer que habíamos vivido en una especie de delirio, por culpa de no conocer la realidad de nada. Tan pronto como comenzamos a conocer los hechos, nos comportamos de manera diferente».



SI YO FUERA UN HOMBRE
Charlotte Perkins Gilman

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martes, 26 de mayo de 2020

Un Yanqui en La Corte del Rey Arturo, Mark Twain.

Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo

Reseñas.

La Pelipequirroja.

Tenía tantas ganas de traeros alguna reseña sobre Mark Twain, que desde el Primer Nivel del Reto de las Inquilinas estoy tras sus obras pensando cual sería la ideal, y no será por variedad; pero cuando decidí que era esta justamente la novela que quería compartir, no veía llegar el momento de llegar al fin al Nivel 5 ¡Nivel 5! y como no soy ansiosa, la espera se me ha hecho corta ¡Jaaa, que casi muero entre terribles sufrimientos por culpa del ansia viva! pero todo llega, y al fin, aquí os traigo Un yanqui en la corte del Rey Arturo,
y la premisa: Clásico de Ciencia Ficción/ Fantasía/ Distopía/. Y ahora, por fin, a la faena.

    La novela nos da a conocer el diario ficticio de Hank Morgan, un experto en  metalurgia que tras un accidente y haberse llevado un buen golpe en la cabeza, realiza un viaje en el tiempo apareciendo nada más y nada menos que en La Corte del Rey Arturo,   en el año 528, eso es viajar a lo grande, si señor.      Pronto comenzarán  su aventuras y alguna que otra desventura, tal como ser apresado y llevado al Castillo para ser ejecutado por espía; sin embargo, Hank se sirve de su astucia y conocimientos de la Historia para hacerse pasar por un gran hechicero, haciendo quedar en ridículo hasta al mismísimo Merlín prediciendo un eclipse; esto le granjea la amistad del Rey, nombrándole  "Ministro perpetuo", y junto a Clarence, el que será su mano derecha en esta empresa, comienzan a modernizar el anticuado Reino con la única idea de hacer negocio, usando sus conocimientos sobre el futuro.
   Con el apodo de "El jefe" hace y deshace a su voluntad, una ambición sin límites que no ve fin ni hartura: desarrolla inventos del futuro como la pólvora, la máquina de coser, el telégrafo, teléfono, la electricidad, el fonógrafo,  el acero (sobre lo cual sabe mucho) y crea escuelas, periódicos y hasta el beisbol. El jefe está imparable; o no tanto, pues algo si frena el éxito total de su empresa,  que el mayor impedimento para el progreso están en el poder de la iglesia y la monarquía.
   Será durante varios viajes por toda Inglaterra para ver de primera mano a lo que ha de enfrentarse para seguir adelante con sus planes de modernidad y desarrollo tecnológico, cuando Twain aprovecha para clavar su aguijón en la sociedad y el poder establecido: crueldad, pobreza e ignorancia de un pueblo que lucha por mantener su dignidad bajo el yugo y el abuso de los que ostentan el poder. Una de mis partes favoritas por el retrato tan minucioso que el autor hace de la sociedad, sus defectos y virtudes, y las maravillosas descripciones de lugares y pobladores; maestría descriptiva en su grado más excelso. 
   Con el paso de los años, Hank, casado con  Lady Elisande y padre de un niño, tras un largo viaje por motivos de salud, regresa a Camelot para descubrir que el Rey ha muerto,  la iglesia ha tomado el poder y la sociedad se debate en una dura guerra entre seguidores y detractores del "Forastero"; nada une más que tener un enemigo común, e Iglesia y Magia, están dispuestos a acabar con el extranjero y todo lo por él creado. 


    RESUMIENDO: Una novela catalogada por muchos como la precursora de la Ciencia Ficción, es a mi entender una crítica social y política ante todo, un historia en la que la propia Historia puede jugar tanto a nuestro favor como ser nuestro peor enemigo, incluso una advertencia por parte del autor queda patente: no por conocer la Historia nos libra de cometer los mismos errores. Sea el siglo que sea, las guerras siendo evitables por la razón y el conocimientos, se convierte en inevitables bajo la ambición de poder y riqueza, ni la ignorancia ni la tecnología, salvan al ser humano de querer imponerse ante el resto.     Una obra satírica, cargada de humor y picaresca, de fácil lectura por el buen hacer descriptivo y la agilidad de diálogos de Mark Twain, engancha con sus tramas y deja poso por sus moralejas y reflexiones; un despliegue de imaginación sin perder el norte de una realidad que parece repetirse siglo tras siglo, por mucho que el hombre avance tecnológicamente. Un final agridulce que nos hará pensar que "cualquier tiempo futuro, puede no ser mejor".Maravillosa novela. Excelsa, si señor. 




UN YANQUI EN LA CORTE DEL REY ARTURO.
Mark Twain.


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