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domingo, 20 de marzo de 2022

No todos los chicos son azules, George M. Johnson.

 

No todos los chicos son azules
Diferente. Diverso, distinto. Un adjetivo que la RAE define así, con otros adjetivos. En ningún momento nos dice que sea un adjetivo peyorativo. También dice que se trata de lo que no es igual  o tiene otras cualidades o características. Cuando se trata de un adverbio lo define como: de forma diferente. 
Y ahí acaba la definición según el diccionario. 
Pero lo cierto es que cuando lo escuchamos en boca ajena nos pone en alerta, y en la propia esconde otra definición que no nos atrevemos o no queremos usar. Si alguien dice de mí: es buena chica, solo que diferente, pienso seguido ¿diferente a quién o qué? ¿Qué me estás contando? no me suena algo bueno, tal vez condescendiente, pero no bueno, aunque tampoco malo. Ser diferente te deja en tierra de nadie, y aunque quieras verlo como algo bueno, tu cerebro enciende un pilotito de sobre aviso. Pero si soy yo la que te digo que este libro no es malo, no es bueno, solo que diferente, instintivamente piensas que estoy siendo amable al definirlo, pero que al adjetivo le falta fuerza o contundencia ¿pero es bueno o malo, te ha gustado o no? y lo más normal es que no te sientas atraída por él. Hay cierta vaguedad en el término, lo reconozco. Nos sentimos más seguros cuando lo que nos rodea está definido, clasificado, etiquetado...


Antes de la reseña he de deciros: 

   No suelo comenzar mis reseñas con la sinopsis de la editorial, por varias razones, una de ellas es que hay más spoilers de lo que una quisiera, otra que te crea falsas expectativas, pero la principal es que no me gusta "reedireccionar" al lector sobre lo que va a leer. Para eso ya está la propia sinopsis, solo hay que entrar en la web y ya lo tenemos. Pero en esta ocasión tengo que hacerlo para que entendáis porqué diré en mi reseña lo que voy a decir.
"En estas rompedoras memorias para jóvenes adultes, George M. Johnson, destacade escritore y activista LGTBQIAP+ comparte recuerdos desgarradores a la par que gloriosos sobre lo que supone crecer como persona Negra y queer en Estados Unidos. El elemento principal del viaje de Johnson es cómo compaginar su identidad Negra y queer; identidades que a menudo entran en conflicto en la historia. La respuesta es un convincente testimonio para los hombres queer Negros: son partes iguales que componen a una persona completa y perfectamente construida.La valentía con la que Johnson comparte su historia es sobrecogedora. No todos los chicos son azules consolida su legado como una voz esencial entre jóvenes adultes de generaciones venideras. «Unas memorias críticas, cautivadoras y compasivas sobre lo que supone crecer como persona Negra y queer hoy en día.»

 

El libro:

   Esta es una dulce historia salpicada de gotas ácidas y granos de sal. Es la historia real de un niño de New Jersey desde su primer y más nítido recuerdo a los cinco años, hasta los 33 que tiene en el momento en el que escribe esta novela. El niño se llama Mathew, Mat, podría ser un niño cualquiera de cualquier lugar del mundo, pero Mat es norteamericano, y es negro. Y "queer", aunque este término no lo descubrió hasta bien pasada la adolescencia. Mathew nos habla de su familia, un padre policía y una madre administrativa, ambos cariñosos y pendientes de sus hijos. Pero su familia es mucho más grande, desde sus abuelas hasta el más pequeño de sus primos, una familia unida y protectora con sus miembros. Viaja junto a sus primos y su abuela cada verano por todo el país, en avión, tren, autobús, viajes que crea lazos y afianza cariños. Un lujo sin duda, viajar por los EEUU en avión todos los años no es moco de pavo. Sus primos mayores cuidan de él y lo defienden frente a los otros niños, blancos y negros, sin distinción; la familia es lo primero. Su abuela daría la vida por todos sus hijos y nietos, mujer abierta y comprensiva, tolerante, cariñosa y protectora donde las haya.
   Mat no habla abiertamente de su condición, se niega a sí mismo a reconocerse como lo que es, aunque no está seguro qué o quién es. Juega con niñas y se obliga a jugar con niños. Nos habla de su paso por el colegio, el instituto y la universidad, nos cuenta su primer amor, su primera y su segunda experiencia, sus decepciones, sus fracasos, sus temores, pero también sus alegrías, sus risas, sus logros, sus holas y sus adiós. Amor, sexo, pareja, familia, vida y muerte. 


Lo mejor:  

   Una historia dulce, una historia que aún salpicada por gotas amargas te deja en la boca un buen sabor de boca, y en el alma, calma y tranquilidad. Sonríes, incluso te has reído de su inocencia en algunos casos, y te has cabreado por su ignorancia ¿Impostada? en otras. Una historia que podría ser la de cualquier persona, blanco o negro, hetero o LGTBQIAP+, un niño que nos habla de su infancia, sus juegos, su familia, el colegio. Una dulce historia.

   
Lo peor:

   Una historia que se nos presenta como dura, casi terrible, un muchacho homosexual y negro, una combinación explosiva siempre y en USA más si cabe. Pero me topo con una historia casi amable, y digo casi porque ninguna historia real lo es en su totalidad; yo, como mujer, blanca y hetero, me he encontrado en mi vida con más machismo y falta de respeto que Mat en su condición y circunstancias, yo y cualquiera de vosotros. Si esta es la historia real, conozco muchas más terribles, terroríficas en torno al colectivo, todos las conocemos seguro. Si quieres huir de las etiquetas no te pongas un post it en la frente, no quieres ser catalogado pero buscas entrar en un grupo por encima de todo. Post it en la frente, y bien grande. 
   Creo que el autor quería reflejar un drama que muchas personas en sus mismas circunstancias han sufrido, pero que en su caso no existen, o no no las ha contado ¿El corazón me ha hecho callo de tanta injusticia alrededor, día a día? ¿Soy incapaz de ver un drama cuando lo tengo delante? puede que no lo vea, pero sé lo que siento. Y leer "No todos los chicos son azules" me ha sabido melifluo, me ha parecido una historia emotiva, cargada de sentimientos, cariño y amor a la familia, una historia de búsqueda de uno mismo...como la de cualquier niño que tras la adolescencia, busca su lugar en el mundo adulto.

¿La recomiendo?

   Por supuesto que si. Como una historia real de un muchacho desde que es niño hasta que alcanza la edad adulta, con sus luces y sombras, sus errores y aciertos, sus dudas y sus temores. Incluso destacaría la relación del protagonista con su abuela, madre, primos, tías, como algo envidiable, ser querido por todos y corresponderles desde la verdad y la certeza de lo que sientes y sienten por ti. Envidiable sin duda alguna. 
   Si buscas una historia que sirva de bandera, no es esta. Sigo pensando que el autor no ha plasmado lo que realmente pretendía, y el resultado ha sido una bella aunque triste en ocasiones historia de un chico de New Jersey. 

Por la Pelipequirroja.


No todos los chicos son azules
George M. Johnson.

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