LA ESTRELLA DE QUINCE PUNTAS de Noelia Lorenzo Pino

LA ESTRELLA DE QUINCE PUNTAS de Noelia Lorenzo Pino

Portada de LA ESTRELLA DE QUINCE PUNTAS, de Noelia Lorenzo

¡Qué importante resulta el trabajo de los diseñadores de portadas de los libros que leemos! Puede parecer una obviedad, pero es que no siempre ocurre que lo que uno contempla cuando coge una novela recién publicada y observa su título, el nombre del autor o autora y la imagen que lo adorna, consigue traspasar lo puramente visual para tocar esas áreas sensoriales que activan nuestro cerebro  para que éste nos empuje a tomar la decisión de hacernos con ese ejemplar. Tiene que ser realmente complejo ser capaz de provocar esa chispa interna, esa explosión que todos hemos sentido en nuestro interior en muchas ocasiones. Imagino a los diseñadores leyendo la novela, tomando notas, imaginando escenas, incluso siendo capaces, con cierta concentración, de llegar a percibir el olor de la hierba húmeda sobre la que descansa un cadáver recién descubierto, o el almizclado perfume de una mujer sospechosa. Sólo así se explica que, viendo la portada de la novela que hoy nos ocupa: La estrella de quince puntas, y tras finalizar su lectura, únicamente me quede felicitar a su autor, pues tiene tantas lecturas  y condensan tanto en apenas un juego de luces y sombras que es, simplemente, espectacular. El caminar de un niña que parece hacerlo con inquietud (se coge con su manita el vestido, como queriendo tener cuidado de no mancharlo, como buscando mejor la perspectiva de su visión para dar el siguiente paso con seguridad) por una zona descuidada por lo crecida que están las plantas que la rodean; la compañía tenebrosa (¿quizá la acecha?) de una suerte de alimaña nocturna (de esas que el Conde Drácula llamaba "hijos de la noche") que sigue sus pasos a una distancia peligrosa para nada bueno; la bruma que todo lo envuelve, que impide observar lo que tienes delante, que confunde y crea ilusiones,  una bruma densa que se yergue poderosa con túnica de plata, fruto del reflejo de una Luna silenciosa, acostumbrada a ver y a callar, a ser cómplice de amoríos, robos, venganzas, del sosiego del hambre. Es una ilustración que transmite incertidumbre, recelo hacia lo que le pueda pasar a una niña, un ser ingenuo y limpio, frente a lo que parece ser una amenaza nocturna sin que, quizá, ella misma sea consciente del peligro que corre.

Clic.

Ya he conectado con una historia. Que podrá ser o no lo imaginado por el lector. Pero todo eso da igual. Ya me ha generado un interés. He releído el nombre de la autora. Su título también. He buscado el envés del libro. Leído su sinopsis por encima... Me da igual. Con la portada he tenido suficiente. Ya está la novela dentro de mí.

Noelia Lorenzo, la autora de la novela que nos ocupa, nos presenta en esta ocasión su cuarto trabajo en el que la agente Eider Chassereau y el suboficial Jon Ander Macua (dos profesionales que se complementan muy bien, y gracias a los cuales, se consiguieron resolver casos como el de La chica olvidada, La sirena roja o Corazones Negros), ambos pertenecientes a la Unidad de Investigación Criminal de Oiartzun, se hacen cargo de un nuevo caso. Tras encontrarse el cadáver de una joven en un parque de Irún, comprueban que está cuidadosamente decapitado, con los tejidos que rodean el corte perfectamente cauterizados, y las yemas de los dedos de la joven, en ambas manos, han sido bañados en ácido sulfúrico con meticulosidad. Estos hechos cubren de dudas al equipo de investigación, puesto que no se han encontrado pruebas en el entorno, desconocen la identidad de la asesinada y el trabajo del asesino ha sido tan calculado que no tienen ningún hilo del que tirar.

Por otra parte, la escritora irunesa nos lleva hasta Punta Gadea, uno de los lugares más exclusivos de la costa vizcaína, en la que viven algunas de las fortunas más grandes del País Vasco. En una de esas viviendas, enorme y dotada de lujo y tecnología a partes iguales, mora desde hace unos años la familia Careaga, cuyos negocios en el mundo de los gimnasios les permite llevar una vida desahogada a todos sus miembros. Sin embargo, tener mucho dinero (una muestra de sus excentricidades es que uno de ellos posee una estrella de mar gigante y carnívora) no garantiza una vida feliz o plena, y poco a poco, conoceremos la vida del fundador del clan y a su segunda esposa, la de los hermanos Careaga, con quienes la madrastra no consigue mantener una relación ideal. Existen secretos familiares que, de ser desvelados, harán que las relaciones nunca vuelvan a ser iguales...

Y entre tanto, la vida sigue para los dos protagonistas, que perdieron a una valiosísima compañera en la anterior entrega. Desnortados profesional y personalmente, necesitan coser las heridas y rearmarse frente al dolor de una pérdida tan importante. Envueltos en un mundo profesional gris que rara vez cede la oportunidad de darse una alegría, ahora más que nunca necesitan encontrar una luz que, aunque sea titilante, muestre colores en su día a día, pequeños destellos que pudiesen conducirles a saborear algo parecido a la felicidad, si acaso por un instante. En los momentos más complicados, y a su manera, siempre se han apoyado el uno en el otro, pero la deslumbrante aparición de un extraño personaje  que llega de manera repentina generará tensiones entre ambos compañeros.

La agente Chassereau siempre se ha caracterizado por tener una intuición fuera de lo normal, y todo cobrará sentido cuando de manera casi fortuita reordene un puzzle en su cabeza que quedó pendiente de resolver hace años, y que le llevará a redescubrir sus propios límites y a ponerse a prueba en todos los sentidos.

La novela está ambientada en las tres provincias vascas y en Madrid, y se lee de una manera muy fácil, con el estilo acostumbrado, utilizando un lenguaje sencillo y directo, sin extenderse en descripciones enrevesadas que distraigan al lector y haciendo uso, en esta ocasión, de unas dosis más cortas de intriga en forma de capítulos breves que agilizan la lectura aún más, pues la autora salta entre las diferentes voces que va describiendo el narrador omnisciente. Incorpora nuevos personajes que se suman a la línea argumental de toda la saga, y crea un personaje realmente fascinante que me ha encantado por la potencia que destila en sus apariciones y porque sirve para constatar lo que ya era un hecho: que la escritora irunesa tiene una facilidad apabullante para para adentrarse en la psique de sus personajes, desvestirlos, mostrarlos totalmente desnudos, sin corazas ni velos que los cubran. Para lo bueno y para lo malo. De este modo, si bien no en todos los casos se llega a empatizar con ellos y con todos los actos que llevan a cabo, sí que al menos encuentras las causas que conducen a sus comportamientos, les dan un sentido sin justificarlos.

La estrella de quince puntas es por lo tanto una magnífica novela que te atrapa desde el inicio porque está muy bien hilvanada y porque los personajes que transitan por ella son enigmáticos y estan llenos de misterios, por lo que sentirás la necesidad de avanzar en ella para conseguir descifrar sus verdaderos rostros. Es narrada con un pulso reposado pero sin decaimientos, pues la autora ha decidido otorgarle a su protagonista una trama paralela, un espacio propio para adentrarnos en ella, que a buen seguro le sirva para conectar en el futuro con próximas entregas. Con ello, Noelia Lorenzo demuestra que tiene claro qué quiere contar y cómo hacerlo (ya lo demostró en la novela anterior deshaciéndose de un personaje que todos creímos imprescindible sin que le temblase el pulso), y sobre todo que tendremos a Eider y a Jon Ander todavía para mucho tiempo, cosa que para nosotros, como lectores fieles, no deja de ser un motivo de celebración.

¡Brindemos!

LA ESTRELLA DE QUINCE PUNTAS

Noelia Lorenzo Pino

Editorial Erein

ISBN:  978-84-9109-581-1

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Una Reseña de

Santiago Navascués

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