ANE, de Alaine Agirre

ANE, de Alaine Aguirre

Portada de Ane, de Alaine Agirre

Existe un momento en nuestra vida en el que nos toca abrirnos al mundo real. Un momento en el que el destino nos pone delante la difícil situación de tener que tomar decisiones que comprometerán nuestro futuro. ¿Qué estudiar? ¿Qué carrera elegir?¿Hacia dónde encauzar nuestro objetivo laboral si es que lo tenemos definido? ¿Estudiamos lo que nos gustaría o lo que le gustaría a nuestro entorno que estudiemos? Es muy probable que, con dieciocho años, la mayoría de nosotros no estemos preparados para enfrentarnos a una responsabilidad así, pero de ahí puede llegar o un gran fracaso, o una gran oportunidad de libertad.

De todo esto nos habla Alaine Aguirre, una joven escritora bermeotarra a la que descubrimos hace tiempo con una novela, El camisón de seda blanco, que nos dejó muy buen sabor de boca. En esta ocasión, nos encontramos ante una obra breve pero intensa en la que descubrimos a la protagonista cuyo nombre da título al libro. Se trata de una chica que se encuentra en la encrucijada de decidir qué estudiar en la universidad, si lo que a ella realmente le apasiona o aquello que sus padres anhelan que emprenda para convertirse en una mujer de provecho. De este modo, asistimos al debate interior de una joven que apenas conoce nada del mundo real, que siempre ha estado protegida por sus padres, a su amparo, y que, sin embargo, guiada por un carácter fuerte y un anhelo de materializar sus sueños, emprende un camino de cuyo final todo desconoce, pero el hecho de iniciarlo porque así lo quiere por propia voluntad es motivo suficiente para albergar una esperanza real.

La escritora vizcaína nos acerca al mundo de una joven desde su mirada, y comprobamos de qué manera se enfrenta a los retos que ser dueña de su destino le van colocando en su camino. Sin pretenderlo, va adquiriendo esa madurez que dormitaba, aletargada, bajo el paraguas protector de su familia. En un arrebato de amor propio, tendrá que afrontar el esfuerzo de mantenerse por sí misma, abrirse al mundo real sin escudos, y asumir tareas y obligaciones cotidianas a las que no estaba acostumbrada. En su camino se encontrará con muchas personas que le ayudarán o no, a las que odiará o a las que acabará sintiendo casi como de la familia, en un ejercicio de vivir tan violento como sorprendente.

Resulta interesante la manera en la que distribuye la historia, en forma de pequeños capítulos agrupados bajo cuatro grandes grupos cuyos nombres son idénticos a los de las estaciones del año. De esta manera, vincula el paso del tiempo a la sensación que puede llegar a aportarnos cada una de esas estaciones: el decaimiento del otoño, la floración de la primeravera... Al mismo tiempo, intercala pequeñas cartas que se intercambia con un buen amigo al que le une un pasado en común y con el que se desahoga contándole sus secretos. A pesar de la distancia, trasladar sus pensamientos en formato epistolar le resultan a la joven como una válvula de escape a través de soltar ese peso diario que supone el ejercicio de volar con tu propio impulso.

Con esta novela titulada Ane, Alanie Agirre nos ofrece un relato de búsqueda de tí mismo, de cómo salir a vivir una vida no es fácil pero te aporta el deseo de vivirla a pesar de todo; también del valor de la amistad, de la fe en las personas como fuente de inspiración y de solidaridad, a pesar de la existencia de personajes tóxicos a los que debemos aprender a identificar para arrojarlos por la borda de nuestro día a día lo antes posible; de cómo afrontar tus sueños erigidos en castillos en el aire aunque contrasten con una realidad a veces dura y cruel. Es, en definitiva, un canto a libertad de equivocarte, a la necesidad de tropezarte, porque de cada caída, una persona inteligente adquiere los conocimientos necesarios para comenzar a esquivar, a saltar, y ser una persona mucho más completa a todos los niveles de la vida.

Una Reseña de Santiago Navascués

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