El Detective nostálgico
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El detective nostálgico |
Se trata en esta ocasión de una serie de novelas detectivescas con el curioso personaje de Ricardo Blanco al frente de una agencia de detectives, personaje que me enamoró desde la primera novela que leí (que no coincidía con la primera de la serie, cosa que suele ocurrirme normalmente, empezar la casa por el tejado) y que continuó con nuestro idilio leyendo sus peripecias a veces en orden, otras como iba comprando sus novelas. Y es que si bien es una larga serie (11 libros, de momento) se pueden leer perfectamente por separado, aunque bien es cierto que hay ciertos detalles que se nos pueden escapar a pesar de no ser fundamentales.
Ricardo es detective en Gran Canaria, y junto a su amigo Miguel Moyano crearon la Agencia de Detectives Blanco y Moyano, y cuentan con la inestimable ayuda de Inés, la eficiente secretaria. Blanco es ya casi sesentón, su afición a los puros y el café le dejan casi tan mal sabor de boca como el que le queda tras ser abondonado por sus conquistas, pues las mujeres no son su punto fuerte, ni débil, no se entiende con ellas. Su relación más duradera es con Mildred, su verdadero amor, fieles el uno con el otro, al menos hasta que Mildred siga pasando la ITV ¡Exacto! es un Wolksvagen y del 83, añitos ya tiene el amorcito, ya. Ricardo es buen detective, cree en la justicia y detesta las tropelías y los abusos, no duda en llevar hasta el fin sus quijotescas ideas, aunque su linea de investigación es caótica y nada habitual; pero a cabezota no hay quien le gane. Sin mantener una buena amistad ni una estrecha colaboración con la policía, en ocasiones suele colaborar con el Inspector Álvarez.
Con estas premisas ya conocemos lo esencial para leer las aventuras y desventuras de este detective canario, ahora solo queda disfrutar con la lectura de esta historia, o con cualquiera de ellas.
Ricardo es atacado en las primeras páginas, tres disparos en el zaguán de su casa casi le cuestan la vida, aunque por fortuna, solo una de las balas le alcanza en la clávicula; Blanco se convierte en víctima. Pero no deja de ser detective, y tras el susto y reflexionar sobre los hechos llega a una conclusión: el atacante es un aficionado. Lo que le lleva a otro pensamiento: ¿Venganza personal?
Vale, todo eso está muy bien, pero ¿Y por dónde comenzar ahora con todo eso? son ya muchos años de profesión y muchos casos archivados, encontrar al agresor no va a ser nada fácil.
Nuestro protagonista va a iniciar un viaje interior para el que no estaba preparado, pero ver la muerte de frente es lo que tiene, que te trastoca el presente, te cuestiona tu futuro y te vuelve nostálgico de un pasado que solemos idealizar ¿Es esto la vida? ¿Es esta la vida que soñé? ¿He vivido en realidad? ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
Si he elegido esta novela para daros a conocer a uno de mis detectives preferidos y uno de mis autores de cabecera, ha sido justamente por estas cuestiones, esta mezcla entre viaje interior y pesquisas detectivescas, un hombre en plena madurez que mira hacia atrás cuando pensó que había llegado el final y arrastrado por la nostalgia de lo que fue, llega a pensar que todo pasado fue mejor: la playa de su infancia, su abuelo Colacho... Este viaje del detective nos lleva a nosotros como lectores a viajar con él disfrutando de una isla maravillosa, con sus sombras y sus luces, un paraíso que al igual que el interior de Ricardo, también tiene sus infiernos.
Una novela de detectives que desnuda el alma del protagonista, nos enfrenta a nuestras propias nostalgias, nos descubre una isla llena de luz en la que destacan más si cabe las sombras de sus personajes, y algo habitual en Correa: el lenguaje personal y particular de los canarios. Ese español aspirado en sus jotas, esos tús convertidos en ustedes, vocablos únicos y curiosos para los oídos peninsulares, el cambio del perfecto por el indefinido en sus verbos, un abanico lingüistico y morfológico que convierte al autor en uno de los más prestigiosos del panorama literario español. Una novela, y una serie en general, más que recomendada para los amantes del género y un descubrimiento fabuloso para los que buscan un cambio de registro en sus lecturas.
Si la novela negra española tiene apellidos vascos, el nombre de pila es sin duda canario: José Luis Correa.
EL DETECTIVE NOSTÁLGICO
José Luis Correa.
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