SOÑAR BAJO EL AGUA de Libby Page

 “Bebemos y nadamos,

 esa es nuestra vida,

 pero jamás, nunca jamás

 nos dirigimos la palabra,

 es un pacto, un raro pacto

 entre samuráis hundidos”

(Nadadores nocturnos, Manuel Vilas)

Una inspiradora historia sobre la amistad y sobre cómo la gente corriente puede hacer cosas extraordinarias para defender lo que de verdad ama.

«Una de las novelas que no pueden faltar en tu lista de lecturas para este año.»

The Independent

Rosemary es una viuda de 86 años que ha vivido en el barrio de Brixton, en Londres, toda su vida. Allí ha visto cómo cerraba la biblioteca en la que trabajaba y cómo la frutería se convertía en un bar de moda. Cuando la piscina local a la que acude desde que era una niña, y en la que se enamoró de su marido, se ve amenazada también, Rosemary sabe que este puede ser el principio del fin.

Kate es una joven reportera del periódico local y desde que se mudó a Londres se encuentra perdida en una ciudad que siente demasiado grande... y demasiado hostil. Pero cuando, con la ayuda de un encantador fotógrafo, Kate investiga un poco en la historia de la piscina de Brixton se da cuenta de que esta es la oportunidad que ha estado esperando.

Porque, juntas, Rosemary y Kate están dispuestas a resistir y a demostrar que la piscina no es solo un lugar para nadar. Es el corazón de una comunidad y harán lo que sea para protegerla.

Porque, para cambiar las cosas, algunas veces tienes que nadar contracorriente.

En muy pocas ocasiones reseño a autoras o autores que no sean españoles o escriban en español, creo que en cinco años han sido dos veces, así que decidirme a reseñar este libro fue casi una herejía para las convicciones del Gato, pero me sedujo la portada, ya me veía nadando cual sirena y si a eso le sumamos que la sinopsis me atrapó, pues que no me quedó más remedio que romper mis propias reglas.
 El ser humano siente una atracción irrefrenable por sumergirse en el agua y dar forma a los pensamientos con el cuerpo, ya sea escribiendo palabras o pintando imágenes oníricas; recuerdo que mis primos y yo jugábamos en la piscina de Calicanto a dibujar animales en el agua, para ello usábamos los brazos mientras pataleábamos con la piernas para mantenernos a flote, tendríais que haber visto mis caballos de crin larga los cuales mis primos siempre confundían  con "un perro con rayos en la cabeza", pero era tan divertido...Y es que nadar nos transporta a un mundo que solo se puede alcanzar a través del agua y los sueños, como los libros nos transportan entre sus páginas. Agua, libros, nadar, leer...soñar.

Como en una televisiva comedia de situación, la novela de Libby Page, usa la piscina como excusa para reunir a un variopinto surtido de personajes, algunos presentes y otros se presienten, que dan rienda suelta a sus temores, amores, ausencias y presencias, problemas personales y necesidades de una Comunidad, la de Brixton, historias que conforman la historia de la propia piscina y la vecindad; la piscina, el agua, nadar, metáfora de la vida y la muerte ¿ha sido casualidad que Libby use la piscina como escenario para mostrarnos las caras de una sociedad, la faz visible y la oculta, como las de la luna. No lo creo, para mí hay mucho de metafórico y onírico en ello, como la Librería de la Fitzgerald, os aseguro que una frutería no hubiera resultado tan icónico, con todos mis respetos a la fruta que conforma el 80% de mi alimentación, imaginad si la respeto.

Como dijo el personaje de El nadador, Needy Merrill "piscina a piscina, por todo el país, se forma un río que fluye directo hasta casa. El río Lucinda, como mi esposa" de igual manera, la piscina de Brixton es el hogar donde confluyen los ríos de los vecinos del barrio, y ahora que la piscina corre peligro de desaparecer, Rosemary, una anciana casi nonagenaria disparará el último cartucho  de su vida con la ayuda de la periodista Kate, nadando contra corriente para salvar el sancta  santorum  cientos de sueños y anhelos de tantas personas que perderán parte de su vida y su memoria si desaparece la piscina. 

Rosemary y Kate, dos mujeres con aparentes diferencias, tanto de edad como culturales y sociales, se ven unidas por la noticia del cierre de la piscina, ninguna de ellas atraviesa un buen momento, la anciana por que ve como los últimos vestigios de lo que fue su vida acabará en el olvido, y la joven, porque su carrera no está donde a ella le gustaría; es una preciosa historia cargada de emoción, emotividad, vivencias, recuerdos, sonrisas, risas y algunas lágrimas, pero sobre todo es una historia de amistad, de entrega, de empatía, de sentimientos; la narración es fluida, capítulos cortos e intercalados entre ambas protagonistas le dan agilidad al texto, a la par que nos van desentrañando la personalidad y los avatares de ambas y de la propia comunidad. 
Es inevitable sentirse atraída por el personaje de la casi nonagenaria  Rosemary, una mujer fuerte, valiente, decidida, llena de experiencias y con más cicatrices en el alma que arrugas en el rostro, os aseguro que os gustará desde el principio y la amaréis al llegar al final, el cual es...¡hasta aquí puedo leer! hacía tiempo que no me encontraba con un personaje tan carismático y entrañable, con una mujer tan segura de sí misma, la adoro. El resto de personajes deslucen aunque no quieran ante ella, y la mismísima Kate, la otra protagonista tiene tanto que aprender de Rosemary que ve en ella el espejo en el que reflejarse; no podemos desmerecer a ninguno de los personajes secundarios, sin ellos la historia, como una buena película y sus actores de reparto, quedaría coja  y hasta tuerta.

CONCLUSIÓN: Una novela fresca y ágil que nos trae una historia bella y cálida que se empezó a escribir años atrás y se niega a poner Fin hasta que no quede ni una gota de tinta en el tintero, o de agua en la piscina; previsible en ciertos momentos, aporta toques de delicia absoluta en forma de analepsis, retrotrayéndonos a un pasado idílico en la memoria de quienes lo vivieron y situándonos en una presente que se niega a dejarse vencer por un The End que aún debe permanecer en un futuro muy lejano. Una historia de lucha y amistad que te enganchará a sus páginas mientras temes llegar al final. 

Marlowe decía en el final de "El largo adiós" que no hay mayor vacío que el de la piscina. Rosemary añadiría que no hay mayor vacío que el que deja una piscina que ya no existe...

SOÑAR BAJO EL AGUA

Libby Page

Penguin Random House Grupo Editorial

Adquirir el libro Aquí