A estas alturas es de sobra conocido que este gato que os escribe se pirra por los viajes. Nada puede compararse para mí con un buen viaje que me descubra nuevas costumbres, lugares desconocidos, gentes simpares… Por eso, siempre ando a la que salta buscando festivos en el calendario y, en cuanto puedo, preparo un hatillo cargado con lo imprescindible –golosinas para gatos, pienso para gatos y alguna pastilla contra el mareo–, me acicalo las patitas algo más que de costumbre –porque nunca sabes con quién puedes compartir mesa–, y salgo dispuesto a vivir mil y una aventuras. Buena muestra de ello son las páginas de mis viajes que aquí podéis leer, clasificadas en la sección Viajes.
Sin embargo, quizá porque tengo
algo de romántico y añoro esas épocas pasadas y vividas por mis antepasados
–narradas por nuestra madre cuando mi cuerpo aún cabía completo en la palma de
una mano humana–, siempre he anhelado ser un gato medieval, o un gato
conquistador de las Américas, o un gato samurai, o ¡por qué no, el gato
preferido de un Faraón egipcio! Vivir otras vidas, pero sobre todo vivir otras
épocas: este es el gran sueño imposible de mi vida…
Gracias al ayuntamiento de mi
ciudad dispongo al menos de un sustitutivo de ese sueño inalcanzable: a pocas
manzanas de mi casa existe una Biblioteca con infinidad de libros de toda clase
y condición, y en ella encuentro centenares de atlas geográficos, enciclopedias
históricas y, sobre todo, lo que más me apasiona, novelas que narran la vida de
los humanos en otras épocas –y con ellos lógicamente la de los gatos, aunque se
nos dé menos importancia de la que realmente tenemos–. Historias de amor, de
engaños, de aventuras, de supervivencia… Todos los mundos ocurridos –y por
ocurrir– tienen su espacio en esa biblioteca sobre la que me dejo caer cuando
la noche se adueña de las calles y el silencio me permite relajarme con holgura
frente a un buen libro.
Hoy os quiero traer una novela
que ha sido para mí un gran disfrute, algo así como comerme una latita de
categoría Premium con sabor a bonito del norte. Ese tipo de alimentos cuyo
sabor es agradable, su aroma queda prendado en tu mente y su recuerdo te
acompaña durante años; a pesar de que sigas alimentándote con otros productos,
siempre está en tu mente aquella latita de bonito del norte… Algo así es, para
mí, la novela que hoy os recomiendo y cuyo título encierra en sí misma el
resumen de la obra entera; y además, es un precioso nombre de mujer: ITAHISA.
Se atribuye el nombre de Itahisa a una diosa de la mitología guanche, la población indígena que
poblaba las Islas Canarias antes de ser conquistada por la Corona de Castilla
en el siglo XV. Pero además, Itahisa
es el nombre del personaje más enigmático y cautivador de una novela que aúna
con maestría una trama cargada de intrigas, odios, pasiones y venganzas con la
vital necesidad de encontrar la felicidad allí donde resida. Luz del
amanecer, ese es el significado del nombre que da título a la última obra
de la escritora vasca Toti Martínez de
Lezea y que está editado bajo el
sello donostiarra de Erein.
La novela se ambienta en torno a
1800, apenas unos años antes de que Napoleón, sirviéndose de un ridículo pacto
con Godoy para conquistar Portugal, invadiese la península ibérica para
someterla posteriormente a sus designios. Era una época en la que el comercio
con las Indias gozaba de buena salud y eran muchos los hombres que enrolaban
sus destinos en un largo viaje tras una breve parada en las Islas Canarias –las
Islas Afortunadas–, que ejercía de
lanzadera oficial de un incalculable número de naves que partían rumbo a las
Américas en busca de fortuna.
Desde las primeras páginas nos
quedamos prendados de la historia. Un buen día, en un tranquilo valle a una
hora de distancia de la próspera Bilbao, los vecinos descubren con asombro que
la mejor de las casas del lugar, que permanecía cerrada desde hacía años,
comienza a ser reformada porque, según dicen, el heredero –a quién ya casi
nadie recuerda– regresa de las Indias
tras amasar una inmensa fortuna. Con motivo de la reforma, aparecen en el
establo los restos de un esqueleto humano que nadie sabe cuántos años podía
llevar allí…
Julián de Zautuola, un hombre parco en palabras y gestos hacia los
demás, solitario y oscuro, retorna a la casa para iniciar una nueva vida en la
tierra que lo vio nacer. Resuelto a perpetuar su linaje, pronto acuerda su boda
con la hija de los Ernani, Inexa, una joven por la que no se siente
atraído pero que posee el vientre fecundo que necesita para que el apellido de
los Zautuola se mantenga en el tiempo
y en el lugar como uno de los más respetados. Julián no ve en Inexa a
su mujer: la esquiva y la obvia siempre, desaparece durante semanas sin dar
explicación alguna, nunca tiene una palabra de comprensión hacia ella ni la
hace partícipe de sus asuntos profesionales… Únicamente se miran a los ojos las
noches que Zautuola se cuela en el
dormitorio de Inexa para adentrarse en
ella y fecundarla. Inexa sufre por
ello, no es capaz de comprender cómo su marido puede comportarse así con ella…
Una de esas noches de concepción, Julián
se deja llevar e Inexa también. Por
un instante dejan de percibir esos momentos como una entrega a los instintos
más primarios y sienten algo más. ¿Al fin su relación puede ser como la de un
matrimonio normal, dejando un resquicio al amor? Julián, instantes antes del clímax, pronuncia un nombre de mujer en
alto: Itahisa. ¿Quién es esa mujer?
Son tres los espacios
fundamentales en los que se desarrollan los acontecimientos; a saber: Tenerife, la tierra que marcará de por
vida y hará perder la cabeza por amor a Julián
de Zautuola; la floreciente Bilbao,
ciudad en la que busca iniciar una nueva vida profesional; y el valle, donde
reside la familia de Julián y él
mismo tras reformar la casa de sus antepasados.
La autora hace uso del narrador
omnisciente en tercera persona para relatar los sucesos que van desarrollándose
en la novela, y además se sirve de distintos saltos temporales a través de los
recuerdos de Julián de Zautuola para
adentrarnos en su mente y viajar hasta Tenerife y conocer la vida y costumbres
de la época, además de sus propios miedos.
Y hablando de éstos –los miedos
que castigan a los protagonistas– si hay algo que aúna a los personajes
principales de esta historia es el tormento al que se ven sometidos -cada uno
con sus propias causas-, que los hará experimentar una transformación interna,
lo cual les dota de una complejidad muy estimulante para el lector al comprobar
su evolución. Múltiples fantasmas los asolan, y su lucha por combatirlos será
una constante durante toda la obra.
Con Itahisa, Toti Martínez de
Lezea ofrece a sus seguidores un nuevo prisma desde el que leerle al dejar a
un lado lo puramente histórico para dejarse llevar por una historia de amor
dual y prohibida con consecuencias insondables. Y para todos aquellos que aún
no conocen a esta escritora vasca, encontrarán en su prosa una capacidad innata
para narrar con una fluidez tan difícil de conseguir como sencilla en
apariencia. A buen seguro que unos y
otros, como sucede con las novelas de éxito, recomiendan su lectura y el boca a
boca la sitúa en el lugar que merece.
ITAHISA
Toti Martínez de Lezea
EREIN EDITORIAL
ISBN 978-84-9746-874-9
Puedes adquirirlo, aquí
Una reseña de Santiago Navascués
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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