Dicen que los océanos
contienen el mismo volumen de agua. Sin embargo, cuando nos acercamos a la
costa y permanecemos a lo largo del día observando el movimiento del mar, nos
surgen dudas sobre ello. ¿Cómo es posible que en un mismo puerto, las barcas floten
sobre un lecho profundo de agua marina a primera hora del día, y apenas unas
horas después, reposen de medio lado, acostadas en un fondo de arena y roca?
Los sabios atribuyen este fenómeno al poder de atracción que ejercen la Luna y
el Sol sobre el planeta. Sea como fuere, las costas son cubiertas a diario por
un mar brioso, masculino y fértil que se adentra en los cuerpos de la tierra y
los fecunda con su espuma de plata. Sin embargo, apenas unas horas después, el
mismo mar se aleja sin contemplación, deja esas mismas costas expuestas al sol
y al viento, entregadas al desamparo; desaparece y se aleja, y todo lo que deja
atrás parece no importarle, o si le importa, no lo suficiente para hacerle regresar
(tal vez no pueda). Son las llamadas mareas y, desde que el ser humano decidió
abrir en las paredes de sus casas ventanas con vistas al mar, han determinado
sus destinos y seguirán haciéndolo para siempre.
Mareas es también el título
de un libro que representa la incursión de Toti
Martínez de Lezea en el relato corto, una aventura para la que ha decidido
embarcarse de la mano de la editorial donostiarra Ttarttalo.
Se trata de un conjunto bien
armado de historias de mujeres de la costa vasca; historia con h minúscula, esa historia que no aparece
en los libros oficiales porque no tiene sangre azul ni relata sangrientas
batallas que alteraron los destinos de las grandes naciones europeas. Esa
historia es Historia también aunque no les interesase recordarla a quienes
pagaban a los escribas, pues eran pagados de sí mismos. Pero este libro no es
sólo eso: es una de las mejores y más grandes reivindicaciones de la figura de
la mujer en toda su amplitud, desde madres a amantes, pasando por sardineras,
viudas, parteras o tímidas niñas. Mientras sus hombres hacían la guerra o
cruzaban los mares en busca de bancos de pescado, fueron las mujeres las que
debían hacerse cargo de la crianza de los hijos, del sustento diario de las
familias, trabajaban la tierra, regentaban los negocios… acarreando con el peso
de la vida. Y cuando ellos regresaban, las mujeres se retiraban en silencio de
ese primer plano (ocupado con entrega, y compensado con sudor y penas)
haciéndose a un lado de la sombra de su hombre, cuando no bajo él, soportando
sus embestidas (no siempre gozosas) para cumplir con su obligación de esposas.
Hilvanados los relatos con
el hilo del tiempo como conductor, se trata de un conjunto de historias (un
total de 35) que se suceden en distintas poblaciones del litoral vasco en toda
su extensión, desde Muskiz a Baiona. Se suceden protagonistas muy dispares: una
mujer en contacto con la Diosa; una niña que sufre el asedio de su ciudad; una
batelera contrabandista; una aspirante a corsario; una hospitalera de
peregrinos; unas presas torturadas por monjas; una madre que observa el
movimiento de los cielos con odio fundado; una redera acusada de brujería.
En definitiva, Mareas es un
libro que invita a conocer una tierra y unas gentes, las vascas, a través de
los ojos de sus mujeres; que supone un intenso ejercicio para conocer la Historia del País Vasco en su cincuenta por ciento femenino.
Con esta novela, Toti Martínez de Lezea regala a los lectores, como ya lo hizo con su Leyendas de Euskal Herria, algo más que una novela: muchos serán los que, con los años, recurran a este libro para saber de dónde viene y por qué es como es.
¿Habrá segunda novela que recoja la mirada masculina? Sólo la autora lo sabe.
MAREAS
Toti Martínez de Lezea
EDITORIAL TTARTTALO
ISBN: 978-84-9843-329-6
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Una reseña de Santiago Navascués
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
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