¿Qué parte de culpa tienen los demás en las penurias de nuestras vidas? ¿Podemos responsabilizar a los que nos rodean de nuestras desgracias? ¿Y tenemos derecho a resarcirnos de "esas ofensas"? ¿El que calla otorga? Hay silencios que dicen más que miles de palabras, sin embargo hay otros que son lo que son: nada, vacío, emociones hueras.
La historia.
Tercera y última entrega de la trilogía del Inspector Vázquez, de nuevo con dos hilos argumentales: la historia de Irene Ochoa que en esta ocasión se acelera hasta crear un ritmo tan vertiginoso, que hará que intentemos aguantar la respiración en varias ocasiones para no perdernos ni un microsegundo de la trama. Simultáneamente a la otra trama, nos adentraremos con Irene en el oscuro mundo de mentiras y muerte en el que vive desde que decidió matar a su marido para huir de su maltrato (tranquilos, no es spoiler) ya no hay vuelta atrás para ella, o sigue huyendo hacia adelante sin mirar atrás o pone fin a todo entregándose ¿Pero estará Irene dispuesta a perderlo todo ahora que ya ha llegado tan lejos? pero ¿En realidad qué es ese "todo" que tiene? ha huido, no está con su gran amor, no tiene familia ni casa, y su futuro es realmente incierto. Pero quiero ser libre a toda cosa ¿Y es libre? ya no sabe en qué punto está ni dónde llegará. En un momento dado ambas historias se encuentran, la autora logra de manera magistral hacerlas coincidir en un punto crítico sin parecer forzada ni fuera de lugar, muy bien hiladas, muy bien engranadas. Pero que muy bien.
Vemos como el final se acerca, el corazón se acelera, las cábalas sobre ese fin se amontonan en la cabeza ¿Merece Irene salirse con la suya y ser feliz aunque a costa de destrozar vidas ajenas? ¿Debe pagar por sus pecados y que sea la justicia la que decida su castigo? ¿El amor todo lo puede, debe estar por encima del bien y el mal? da igual lo que pensase durante toda la trilogía, llega Susana, nos llena de suspense, de dudas, incluso de trampas argumentales para que no la veamos venir ¡Y lo logra! un final de trilogía y de historia que es absolutamente magnífico, brutal. Os aseguro que no barajé este final en ningún momento, la sorpresa ha sido mayúscula y digna de aplauso. Hacía mucho tiempo que una novela policiaca no lograba sorprenderme como lo ha hecho esta, ni de lejos.
En el segundo hilo argumental nos encontramos con Raquel Gimeno, su marido Iñigo, su madre Leonor y sus dos hijos mellizos, Mayte y Malkel. Ayudando a la madre de Raquel en su traslado ya que ahora vivirá con ellos tras quedarse viuda, Raquel despierta dentro del coche familiar para descubrir asustada que está sola en mitad del campo, no hay ni rastro de su familia; no recuerda nada, tiene un fuerte dolor de cabeza y la boca muy seca. Un trayecto corto desde el pueblo hasta Pamplona y ella se ha dormido profundamente y no sabe donde se encuentra ni que ha ocurrido.
De nuevo con el Inspector Vázquez en cabeza del equipo policial y con Navarra como telón de fondo, Susana Rodríguez nos vuelve a introducir en una trama trepidante, con un suspense brutal desde el principio que no va sino in crescendo según avanza la historia, los sospechosos, los motivos y vamos conociendo datos de la familia que no hacen más que aumentar nuestra ansiedad y curiosidad ¿Pero qué demonios ha pasado? ¿Y esto? ¡No me lo puedo creer!...así os sentiréis durante toda la novela, sin un momento de tregua ni de relajo, la acción y el suspense van de la mano y no se han soltado en toda la narración, como dos amantes temerosos de perderse el uno al otro y no verse nunca más si desenlazan sus dedos.
Positivo:
Poner Todo, sin más, me parece demasiado breve para este pedazo de historia que me ha dejado boquiabierta, ojiplática y con las patas vueltas. Desde tramas bien desarrolladas y con desenlaces bien resueltos, pasando por personajes carismáticos y con fuertes personalidades, desde los principales hasta los secundarios incluso contando con los que tan solo aparecen brevemente, pues no hay ni uno solo que no cumpla una función en la trama, ni uno solo. Descripciones rotundas y directas, pero necesarias para situarnos aún mejor en la historia, analepsis y racconto concisos, sin verborrea alguna, sin artificios inútiles.
De las tres partes, estas sin duda se lleva la palma en cuanto a narrativa: de gran calidad, pulida, ligera, franca, sin contingencias absurdas, el azar tiene poco que ver, son nuestras interpretaciones y actuaciones las que nos llevan por el camino que hemos elegido, dueños de nuestro destino.
"Negasitivo":
No es una pega, en absoluto, la autora me ha convencido y cautivado para los restos, mucho tendrían que cambiar sus nuevas novelas ya a la espera para que renegara de Susana Rodríguez Lezaun, pero hay quien opina en alguna que otra reseña, que no es un final cerrado (yo no estoy de acuerdo, podría retomar al personaje de Vázquez pero no la historia en absoluto) ¿Una nueva trilogía con ciertos personajes y otras tramas? si, ¿porqué no...?
Te veré esta noche
Susana Rodríguez Lezaun
Adquirir la novela Aquí
©Todos los derechos reservados.