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lunes, 23 de mayo de 2022

La vecina del tercero derecha, Eugenia Dalmau.

 

   Las relaciones son complicadas. El ser humano tiende a ser asocial al mismo tiempo que busca y necesita de la sociedad porque desea integrarse en ella o, al menos, en formar parte de algo, ya sea un grupo, un equipo, un partido, un colectivo o una comunidad. A las personas nos gusta poder relacionarnos con otras personas a las que nos unan gustos e intereses comunes, que nos sintamos entendidos y respaldados, comprendidos. Y huimos de aquellos que perturben nuestro confort de grupo ¿Cómo puede entender alguien que lo tiene todo sin esfuerzo, lo mucho que me cuesta llegar a fin de mes? podríamos preguntarnos. Eso nos hace sentir intranquilos, nos pone nerviosos, puede desatar envidia, celos, resquemor, nos puede llevar a odiar a esa persona perfecta, intentar fingir delante de él o ella que a nosotros también nos va muy bien y pertenecemos por derecho propio a "su colectivo, status" incluso convertirse en una obsesión y perder de vista el horizonte por completo. Y si, somos asociales en muchos momentos de nuestra vida y con ciertas personas, necesitamos vivir en sociedad pero queridos amigos, pocos saben hacerlo y sobre todo, hacerlo durante mucho tiempo. Si hablamos de familia la cosa se complica mucho y si lo hacemos de los vecinos, esos que como con los compañeros de trabajo tenemos que pasar mucho tiempo, la cosa se complica. Ahora que pienso en mis vecinos y repaso puerta por puerta, hasta el ático...no dejo de pensar como hacer que parezca un accidente, media docena de accidentes.

   Los enemigos de mi enemigo son mis amigos, pues nada une más que un enemigo común...

La novela:

   
   En uno de los regios portales de una de las zonas más adineradas y con historia de Valencia, Josefa, la portera, espera nerviosa a que los del anatómico forense acaben su trabajo y se lleven a uno de los vecinos que acaba de fallecer, Enrique Giner. Poco a poco los vecinos del inmueble se van dirigiendo a sus quehaceres y todos preguntan extrañados que es lo que ha sucedido. Suerte que la diligente portera estaba allí para verlo y oírlo todo y así poder narrar casi de primera mano lo sucedido. 
    Una de las primeras en bajar al portal para llevar a su hija al colegio es Violeta, la vecina del tercero derecha, y tras ser informada de lo sucedido no da crédito al suceso ¿Enrique? ¿En serio? si gozaba de perfecta salud ¿Cómo es posible? La frialdad de la viuda, Cintia, es como mínimo sospechosa, o así les parece a Violeta y a Josefa, y pronto no serán las únicas que piensen así.
   Poco a poco el resto de vecinos va haciendo aparición y vamos conociéndolos mejor: 
   Mari Sales, la suegra de Violeta que desde que esta se separó de su marido le hace la vida imposible, acosándola y maritirizándola, y reclamándole el piso en el que vive con la niña. Vive con su hijo Juanjo, un cuarentón soltero y dócil que su madre maneja como a un títere. 
  Víctor, un nuevo vecino del que se sabe poco, es atractivo y todo un misterio.
  Cintia, ahora viuda, y sus tres hijos. Una mujer fría y estirada, el piso en el que vivía con Enrique es en realidad de su exmarido, y los auténticos propietarios serían sus hijos. 
 Ana y Carlos, Una extraña pareja, ella carne de psiquiatras y él médico anestesista en un reputado hospital. 
  Ignacio, Psicólogo terapeuta, maduro y soltero, y el mejor amigo de Violeta, pediatra en el hospital en el que también trabaja Carlos.
   Sonia y Alejandro, Ella es sobrina de Ignacio, y junto a su marido y sus hijos "tuvo la suerte" de heredar el piso en tan regio edificio tras fallecer su madre. 

   Una muerte que resulta no ser tan natural como la viuda esperaba, ni tan accidental como supusieron ciertos vecinos, relaciones tensas y algunas hasta secretas entre ellos, todos con mucho que ocultar y más que temer si salen a la luz. Alguien tirará del hilo y la manta, Violeta, y la policía no será en este caso quien lleve la voz cantante de las pesquisas y las averiguaciones,  aunque hacen un trabajo preciso, y es que parece que en esa comunidad todo "queda en casa" .

Resumiendo:
  
   Una historia que atrapa desde el principio, la autora, Eugenia Dalmau sabe como manejar los hilos de una trama adictiva y tan bien desarrollada como rematada; de nuevo nos mantiene en tensión toda la lectura y nos hace dudar de todos y de todo, sin que lleguemos a averiguar antes de tiempo que es lo que se esconde tras cada puerta de tan insigne edificio. Un final sorprendente y redondo.  Además, en esta ocasión, la trama sucede en mi ciudad, y en una de las zonas más "nobles" de la misma, recorrer sus calles y lugares emblemáticos le confiere realismo y dinamismo. Y es que los ricos, también lloran.
   Archirrecomendada.

Por la Pelipequirroja.

La vecina del tercero derecha.
Eugenia Dalmau

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miércoles, 27 de abril de 2022

El pecado que mató a Carolina Martín, de Eugenia Dalmau.

 

   Todos escondemos algo. Nadie es un libro abierto. La información es poder y nada te da tanto como conocer las debilidades ajenas. Las debilidades propias deben  guardarse bajo llave y varios candados, el que las conozca tiene la llave y puede abrir y cerrar a su antojo. Muchos son los pecadillos que poseemos pero solo se necesita uno grande para dominarte, y las riendas no las tiene porqué llevar otro, tú mismo puedes ser tu peor conductor. Una vez me dijeron que mis miedos y debilidades se quedaran para mí, mejor fingir ante los demás que darles la oportunidad de dañarte con tu propia navaja, esa que todos llevamos en el bolsillo y muchos jamás usan, pero se sienten seguros de saberla a buen recaudo, a mano. Y no he olvidado la sentencia, más que consejo, y no he usado la navaja, pero es cierto que me siento más segura sabiendo que la llevo en mi bolsillo. Saber es poder, no hay duda. Pero saber usar ese poder ya es harina de otro costal...


Poniéndonos en antecedentes: 

   Hace ya un par de años que leí esta novela de la valenciana Eugenia Dalmau, recién salida del horno, y me gustó tanto que en cuento tuvo una segunda novela no dudé ni un segundo en adquirirla. Y de nuevo me encantó. Eugenia me atrapó con sus historias y su narrativa. Y como no hay dos sin tres, leí su tercer libro en cuanto salió. Y si, de nuevo me conquistó. Y hace poco que sacó su cuarto libro ¡Bingo! qué listos sois. Si, ya lo tengo en mi poder. Y no había reseñado ninguno ¿Porqué? lo más seguro que fuera por uno de mis pecados, no se si capital o solo provinciano, pero como  algunos pecados llevan su penitencia me impuse a mí misma la mía: reseñar las cuatro novelas ¿Por orden de publicación? bueno, tal vez, mi pecado más habitual puede aparecer en cualquier momento. Dejémoslo en intención. 

   El libro:

   Carolina Martín aparece muerta en su domicilio el día siguiente a Navidad. Las ventanas están abiertas y la calefacción está puesta. No hay signos de lucha ni la puerta está forzada ¿Suicidio? sin embargo la muchacha estaba perfectamente arreglada y tenía una maleta preparada ¿De verdad es un suicidio? Pero al cadáver le falta una uña que no aparece por ningún lado y el cajón de la mesita está abierto. El inspector Jaime Reyes, policía curtido  y el subinspector Manuel Serra, novato, se enfrentan a un escabroso caso con un nutrido grupo de sospechosos, y conforme vayan avanzando en su investigación irán descubriendo que todos y cada uno de ellos tiene un motivo para haber acabado con la vida de Carolina. 
   Carolina iba a dejar su puesto de responsabilidad en la empresa del acaudalado empresario Guillermo Grau para marcharse a Inglaterra a trabajar en una reconocida galería de arte, su gran pasión. Pero alguien se lo impide.
¿El propio Guillermo? ¿Tal vez su mujer Susana, o su hijo Bernardo? ¿Y alguna de las dos sobrinas de Guillermo, Mercedes, la marquesa, o Carlota, la artista? Los esposos también tienen papeletas para ser incluidos en el grupo de sospechosos ¿Y si fue Alonso, o Gervasio?  Los inspectores no descartan ni a la propia hermana de la victima, Elena, y su novio. Todos ellos representan un pecado capital, algunas veces oculto, otras más aparente, pero ¿Cuál de ellos ha matado a Carolina? ¿Y la joven, cometió algún pecado?

Resumiendo:

   Una historia que engancha desde el principio, aunque es en el momento en el que se nos han presentado todos los protagonistas y sus historias cuando la trama adquiere un ritmo más ágil que va in crescendo hasta alcanzar un compás vertiginoso y un desenlace de los que nos dejan boquiabiertos, ojipláticos y con las patas vueltas. Una novela negra al estilo New Age, con tintes de novela policiaca clásica, en el que se nos presentan a los sospechosos y sus relaciones entre ellos y la víctima, se echa la vista atrás para explicar la mirada actual y lo mejor de todo: personajes con fuerza, perfectamente definidos, potentes, creíbles. 
   Una novela muy cinematográfica. Yo tengo mis candidatos a cada uno de los papeles...seguro que vosotros tendríais el vuestro. Vaya que sí.

Por la Pelipequirroja.


El pecado que mató a Carolina Martín
Eugenia Dalmau

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