Anacronía de una marquesa de Elena Fuentes..

 

Era una adelantada a su tiempo.

 Frase que nunca suele traer un desenlace

satisfactorio. Si al hablarnos de una persona esta frase encabeza una

conversación o un texto, todos sabemos lo que lleva consigo: incomprensión, ingratitud, desprecio, injusticia, prejuicios...

   Pero si además se trata de una mujer además hay que añadir calumnias, incluso brujería y al final, ostracismo. En el peor de los casos hasta queda para la posteridad una dañina y puede que hasta macabra cancioncilla popular que será lo único que quede de una mujer adelantada a su tiempo. Las generaciones posteriores no recordarán a quien les abrió paso en tiempos obtusos y oscuros, solo repetirán en momentos de juegos infantiles o juergas de adultos en plena exaltación de la amistad y cantos regionales y etílicos, un estribillo del cual no sabrán ni de dónde procede, ni porqué.

   En una vieja película española, no estoy segura de su título pero si de su intérprete, Aurora Bautista, decían: Dios nos libre de querer adelantarnos a nuestra época o el diablo se encargará de perseguirnos azotándonos con su rabo para devolvernos donde pertenecemos...Mi madre lo decía de otra manera: no corras por llegar a sitios donde la puerta está cerrada y solo se puede abrir a cabezazos, que sea la cabeza de otro quién acabe descalabrada.

Anacronía de una marquesa:

Basada en hechos reales, Elena Fuentes nos trae la historia de la Marquesa Margarita Ruíz de Lihory, perteneciente a una de las grandes familias de la aristocracia valenciana. En Valencia, sobre todo en otros tiempos, su persona o mejor dicho su personaje, no nos era desconocido, aunque en mi caso reconozco que tan sólo sabía de ella lo que provenía de las amenazas de doña Josefina, la profesora de "labores": ¿Y tú quien te crees que eres para llevarme la contraria, Margarita de Lihory? Pues tenga cuidado señorita no pase de marquesa a bruja. Además saber que fue una marquesa muy rica, guapa y moderna, que terminó pobre y loca en vaya usted a saber dónde. Ah claro, y la canción con la que elegíamos en el recreo a las que saltarían a la comba en tu grupo.

   La historia comienza en 1994, año en que se jubila el profesor y psiquiatra que llevó en 1954 el caso de Margarita Ruíz de Lihory, en cuya casa se encontraron la mano, ojos y lengua de su hija mayor, Margot, recientemente fallecida. Este recuerda lo que la propia Margarita le narró sobre su vida desde 1907 en el que era una adolescente mimada, consentida pero con mucho carácter y de naturaleza rebelde, hasta esa misma mañana de 1954.

   La autora nos cuenta lo que pudo haber sido su vida durante todos aquellos años, rellenando los vacíos de su biografía con una apasionante historia en la que no faltan los espías, las fiestas, viajes, amores, y años tanto de excelsa felicidad como de angustiosa tristeza. Hechos conocidos por parte de la sociedad de entonces pero sin duda embellecidos por una narrativa hermosísima y fluida que te engatusa desde las páginas de la novela, te envuelve en un halo de ensoñación e incluso de una falsa añoranza puesto que ninguno de los que lo leemos esta historia vivimos esos  años ni esas circunstancias. Creo que ahí radica el secreto de esta novela, en la forma en la que la autora sabe meterte dentro, y según mi parecer, que empatices con Margarita.

  Si esto es una apología de la persona de la Marquesa de Lihory, y que vaya por delante lo mucho que me ha gustado la historia y la forma en la que está contada que es realmente arrebatadora, yo veo más a una mujer egocéntrica, que antepone su propio bienestar, realizar sus sueños despreocupada del mundo real, a una mujer realmente luchadora por el ideal femenino moderno, por los derechos de la mujer, luchas en las que yo siempre veo su propio beneficio. Y eso que comparto muchas ideas con ella,  como la de que la mujer no solamente es esposa y madre, que su papel en la sociedad, en la política, y la ciencia es irrelevante, qué una mujer instruida es una mujer poderosa así como igualmente lo es con su propio dinero en el bolsillo. Pero visto desde sus ojos me suena todo tan egoísta, aunque en ocasiones me descubro a mí misma diciéndole: ¡No te importe nada de eso, sigue adelante, da igual lo que digan! Tal vez yo también tengo mis prejuicios sobre las clases altas y no veo auténticas luchas sociales en sus actos, y con dinero apoyándote  todo es más fácil.

Margarita Ruíz de Lihory

   Una lectura apasionante, que fluye como el agua en el río. La narración en primera persona es fuerte, segura, decidida, convincente, realmente llegas a verte  en la piel de Margarita. Aunque discutas contigo misma sobre sus ideas, pero el personaje y su historia llegan a traspasar el papel. Una vida apasionante, desde la  opulencia de la aristocracia Valenciana, un matrimonio de postín y cuatro hijos, el abandono de su familia en busca de una vida feliz, artista reconocida en Nueva York, espía para Primo de Rivera primero y para el gobierno republicano después, amistad que nunca negó con Franco y favores mutuos que se hicieron, hasta codearse con la crème de la crème de la sociedad europea y norteamericana de la época. Abogada, dos años de medicina, periodista ¿Qué no fue Margarita? Rumores, acusaciones, desde pro nazi hasta magia negra, sin olvidar los contactos extraterrestres, Margarita Ruíz de Lihory fue un filón de noticias y chismes para la sociedad de varias épocas.

Una lectura embriagadora.

Pero cuidado, no olvidéis la cancioncilla...

 “En la calle de la Princesa, vive una vieja marquesa con su hija Margot, a quien la manó cortó. Moraleja, moraleja, esconde la mano, que viene la vieja”.

Por la Pelipequirroja

Anacronía de una marquesa

Elena Fuentes.

Adquirir la Novela

©️ Todos los derechos reservados.