LA VALENTIA
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Escena de La Valentía |
Se esperaba en Olite la presencia del director navarro Alfredo Sanzol, recientemente nombrado director del Centro Dramático Nacional, y es que en Navarra se valora mucho los productos de la tierra y en esta ocasión no iba ser menos (como no lo fue cuando presentó hace dos años su obra La Ternura, basada en varios textos del bardo inglés William Shakespeare). Así, la platea de La Cava registro un lleno absoluto, repleto de espectadores dispuestos a dejarse seducir por el talento de un director que está en sazón, ya que además en los últimos años ha conseguido algunos de los premios más importantes de teatro nacional.
En esta ocasión la historia narra la coincidencia de dos hermanas, Guada y Trini, en torno a su casa familiar y el destino que cada una de ellas quiere darle a esta. Guada, es una mujer amante de su niñez, de la cual aún no se ha desprendido, y que desea mantenerla dentro del patrimonio familiar. Por el contrario, Trini entiende que la vivienda ya no le aporta nada, ni a ella ni a su hermana, y su intención es venderla y desprenderse de un inmueble que apenas tiene valor, ya que desde hace años ha quedado aislada, pues el gobierno construyó a cinco metros de la fachada una autopista para enlazar a dos grandes ciudades, y el ruido constante del trajín de coches y camiones discurriendo por ella supone un castigo eterno, una suerte de tortura china de la gota que cae sobre la frente y enloquece a quien la soporta. Queriéndose salir cada uno con la suya, Guada decide alquilar una habitación de la casa para obtener ingresos a unos futuros inquilinos un tanto extraños, al tiempo que Trini, sabedora de que su hermana tiene un miedo atroz a los fantasmas, contratará a una empresa (Espectro, formada por dos excéntricos hermanos) que “descubre” presencias en hogares de todo tipo.
A partir de entonces, comenzarán a sucederse una serie de situaciones absurdas y desternillantes, embrollos incesantes y escenas disparatadas en las que veremos los alocados métodos de la empresa Espectro (con guiños a películas como Los cazafantasmas por la apariencia de su indumentaria y a El resplandor de Stanley Kubrick por las siniestras gemelas de vestido azul) y desvelaremos la identidad de los pretendientes alquilar la habitación de la vivienda, que no son otros que los fantasmas de los antepasados de Guada y Trini, que toman cuerpo al descubrir que la vivienda familiar que ellos mismos se encargaron de construir con sus propias manos corre el riesgo de caer en otras totalmente ajenas.
El reparto de la obra realiza un magnífico trabajo, formando Estefania de los Santos y Vanessa Espín una perfecta comunión entre el ying y el yang como herederas de la misma familia, las dos caras de una misma moneda que se enfrentan al destino que deben darle a su propio pasado; Jesús Barranco y Font García componen una pareja profesional al nivel de Pepe Gotera y Otilio; Y Francesco Carril y Natalia Huarte dan vida a dos muertos muy vivos, Martín y Martina, para morirse de risa.
En la escenografía destaca un sofá estampado que ningún momento desaparece de la escena, además de unas enormes paredes con forma de silueta de vivienda y atravesadas por puertas en distintos puntos que, superpuestas en unos momentos y repartidas por el escenario en otros, van dando forma a las diferentes estancias de la casa, origen de todos los conflictos y las tramas de esta comedia.
Con un final en el que las protagonistas nos ofrecerán la verdadera reflexión que Alfredo Sanzol trata de trasladarnos, y en el que se alcanzará el éxtasis de una historia hilarante, La Valentía se convierte en una propuesta que traslada al espectador la necesidad de enfrentarse a sus propios temores y a los temores ajenos, y a cómo resolver los conflictos que se presentan ante nosotros de una manera coordinada con otros, pues en ocasiones existen problemas que no podemos solventar por nosotros mismos y necesitamos de acuerdos con otros para poder afrontarlos y superarlos con éxito. Lo que me recuerda que algunos políticos cierto mando y poco tino deberían ver La Valentía antes de septiembre para llegar a los exámenes con el trabajo hecho. En el teatro está la respuesta a todo, ya lo dijo alguien que sabía mucho...
REPARTO
Jesús Barranco
Francesco Carril
Vanessa Espín
Estefanía de los Santos
Font García
Natalia Huarte
EQUIPO ARTÍSTICO
Dramaturgia y dirección: Alfredo Sanzol
Diseño de
iluminación: Pedro Yagüe
Escenografía: Fernando Sánchez Cabezudo y
Eduardo Moreno
Vestuario: Guadalupe Valero
Ayudante de
dirección: Beatriz Jaén
Comunicación: Pepa Rebollo
Dirección de
producción: Miguel Cuerdo
Distribución: Pepa Rebollo
La Valentía es una producción de LAZONA
Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Ya sabes que el teatro y yo no partimos peras pero me gusta venir a enterarme de cosas y aprender. Me ha hecho gracia lo de los fantasmas.
ResponderEliminarBesitos
¡Hola Norah! Ya sabemos que te cuesta el teatro, pero yo creo que quizá es porque no has tenido la suerte de dar con la obra que te haga relamerte los bigotes de gusto jejeje Ésta podría ser una de ellas, ya que es ligera, graciosa, dinámica y muy alocada ¡y si encima hay fantasmas, no puedes perdértela!
EliminarBesos para tí también, guapa
Hola!
ResponderEliminarUna obra que arranca risas y sonrisas a los espectadores merece la pena verla. El fantasma en el sofa me ha encantado 🤣🤣🤣
Besos!