CORO DE LOS JOVENES DE MADRID - XIX FESTIVAL DE TEATRO DE OLITE 2018

 Cuando se anunció la presentación del Festival de Olite para la presente edición, inmediatamente surgió una duda: ¿sería su director capaz de continuar con la ruptura de la tradición que había alcanzado en los diecisiete años anteriores, o volvería por la senda que ya tenía marcada, tras su primer año, el pasado, en el que probó nuevas propuestas de espectáculos? En juego estaba la fidelidad de un público que acudía fiel a su cita anual estival, si bien es cierto que las cifras oficiales que resultaron del balance final le abrían una esperanza a segir adentrándose en lo novedoso, pues la asistencia de público en el año 2.017 aumentó respecto de 2.016.

Desprendida ya del título la acotación de "clásico", Luis Jiménez camina con un rumbo claro y firme, y los resultados en lo artístico hasta el momento, y a la espera de un balance final global, son muy positivos. Sirva como clarísimo ejemplo la actuación del Coro de Jóvenes de Madrid, que revolucionaron con su capacidad técnica y una apasionada puesta en escena cuando las piezas se lo permitían a un público acostumbrado a otro tipo de espectáculo, pero que supo apreciar el talento que atesoran los casi sesenta componentes que se desplazaron hasta el escenario de La Cava, y que salió tan maravillado por unos setenta y cinco minutos de actuación tan intensa que a buen seguro querrá repetir.

 

Y es que el mérito es de un grupo de chicos y chicas llegados principalmente desde Madrid (de ahí su nombre), pero también desde otros puntos de la geografía española. Todos ellos guardan en sus prodigiosas gargantas un instrumento valiosísimo, unas cuerdas que, en comunión unas con otras, fueron capaces de emocionar a los espectadores que tuvimos el privilegio de poder escucharles en directo, a escasos centímetros de distancia incluso, ya que en su inicio circunvalaron el perímetro del graderío y nos envolvieron con sus voces (en mi caso tuve a mi lado unas voces de terciopelo que interpretaban los altos con la dulzura del vuelo de una mariposa) en un comienzo que hizo que el vello de los asistentes se erizase por primera vez. Una de tantas que vinieron después. Y eso que aquella noche, el cierzo nos respetó y la noche fue agradable.

De esta manera, tal y como propuso el director del coro a los presentes, pudimos viajar a un mundo onírico, un lugar de ensueño al que nos transportaron con sus voces. Allí pudimos sentir diferentes estados de ánimo, probar el sabor del amor o la esperanza de mantenerlo vivo, la punzada del desamor o la enérgica alegría del gospel, sin olvidarse de interpretar el Viva la vida de Coldplay, que en esta versión suena como los ángeles.

El líder de este bonita locura, pues tiene que serlo aceptar el encargo de ordenar tanta energía y a tanto talento, es Juan Pablo de Juan, el director de este proyecto y del espectáculo en vivo (con Rennier Piñero tras de él, realizando un gran trabajo que no se ve sobre el escenario pero que se intuye en cada entrada, en cada silencio contenido). Como maestro de ceremonias destacó por la facilidad con la que introducía cada pieza, aportando algún dato curioso de la génesis de cada una de ellas e intrudociendo algún guiño simpático con el que robarle algunas sonrisas al público. La verdad es que lo consiguió desde el inicio, y rompió la barrera intangible de excesiva sobriedad que en ocasiones se aprecian en este tipo de espectáculos. Pero este coro es un coro de jóvenes, y siempre es de agradecer que se produzca algunos gestos de descaro para que los clichés con los que se mira o escucha la múica clásica o la música coral queden enterrados al fin y únicamente nos dediquemos a sentir. No obstante, la juventud de sus componentes en absoluto choca con su profesionalidad. Más bien al contrario, y para muestra los numerosos premios que han conseguido desde que se fundó el coro en el año 2.014, siendo el último de ellos el Primer Premio del Certámen de la Canción Marinera de San Vicente de la Barquera, uno de los más prestigiosos y longevos del panorama nacional.

Transcurrieron los minutos como si fueran segundos, y sin darnos cuenta, el concierto tocó a su fin con el público en pie, cantando, dando palmas y algunos bailando. Olite vibró con este fantástico coro de jóvenes tanto como podrán hacerlo los espectadores que tengan el buen gusto de acudir allí donde anuncien su futura presencia. ¡Son un auténtico lujo!

COMPAÑÍA

Coro de Jóvenes de Madrid

DIRECCIÓN Y VERSIÓN 
Juan Pablo de Juan

INTÉRPRETES
Sopranos
África Adalia, Irene Antón, Sara Bermejo, Maite Bolívar, Patricia Bóveda, Laura Casado, Raquel Del Pino, Cristina Domínguez, Sandra Espejo, Carlota Fraile, Mar García, Clara González, Irene González-Zulaica, Irene López de Guereña, Lucía Luengo, Paula Maceira, Teresa Manchón, Irene Miralles, Teresa Morales, Patricia Ortego, Lidia Peña, Mónica Peñalver, Macarena Portilla, Nuria Rodríguez, María Ruiz, Sarah Sánchez-Girón, Alba Sanz de Lara, Lucía Sanz, Anyeli Valentina, Evelyne Vasse, Iciar Villares, Patricia Zamora
Tenores
Juan Carlos Berihuete, David de Miguel David del Real, Juan Dukuly, Francisco J. Jáñez, Imanol Laura, Javier Lázaro, Jesús López, Jonathan López, Alejandro Mendoza, Alejandro Moreno, Diego Rechina, Ignacio Risueño, José Gabriel Rodríguez, Antonio Rueda, Javier Sastre
Bajos
Daniel Espejo, Alfonso González, Alejandro Hernández, Marcos Martín, Alberto Mena, Alejandro Miranda, Alejandro Morilla, Guillaume Myers, Jorge Navas, Javier Quintana, Carlos Serrano, Nuño Zapata 
Altos
manda Aguirre, Amaya Alonso, Paloma Araque, Judit Bachiller, Sonsoles Barrio, Sofía Chacón, Danna Dávila, Laura Davoise, María Dukuly, Silvia Fernandez, Raquel Gamella, Alba Gil, Alicia Guill, Inés Guzmán, Dalila Mealla, Gala Mealla, Irene Miranda, Noelia Reyes, Sara Riaza, Pilar Roig, Marina Ruiz, Ángela Sánchez.

 

Dirección Técnica y Coordinación
 Rennier Piñero

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Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués

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