DÚO de Pat Casalà

Ni el olvido

 sabrá de este regreso.

Apenas si el aroma

de las tardes,

al esculpir sus rosas 

en el viento,

hablará de nosotros.

Y desde nuestras solas

soledades seguirán 

extrañándonos los ecos.

(Fragmento de "Ensayo a dos voces" 

de Calvo y Heraud)

Vengo de una larga estirpe de espías, más que larga "redonda" estirpe pues mi abuela fue la primera "Mata-Hari" del clan  y la yaya era conocida por sus piernas finas y su torso circular, a lo botijo con patas, dicho desde el cariño, por supuesto, que los genes son infalibles y en cualquier momento me embotijo yo también. La abu además era conocida por su facilidad para detectar debilidades humanas y conductas deshonrosas en sus vecinos, y es que donde ponía el ojo ponía el chisme; el verano en que la yaya se "olió" que la mujer de un paisano se las entendía con el hijo de una vecina no paró hasta tener las pruebas necesarias sin importar los medios para conseguir la exclusiva, y los medios fuimos dos de mis primos y yo, que como nieta mayor estaba destinada a heredar el "don y el mando" del chismorreo familiar, y al poder no se llega así como así, tuve que ser primero becaria y empezar desde abajo, o no tan abajo, pues mi abuela nos mandó  vigilar a la vecina en busca de pruebas sobre su ligereza de costumbres y la mejor forma de hacerlo fue subida a una higuera que daba justo al corral de la espiada. Comenzaba la operación "Mula Torda", mula por que según mi abuela trabaja como tal y era más estéril que el melonar de no se que pariente nuestro que plantó melones y crecieron zarzas, lo de torda lo puse yo porque su color de pelo era bastante indefinido; como en el pueblo teníamos fama de niños asilvestrados a nadie le extrañaría vernos subidos a árboles, tejados o encaramados a tapias como gatos callejeros y así fue como obtuvimos tras una larga espera y asomados por el ventanuco de la despensa, la confirmación que esperaba "Mata-Yayi": la vecina y el tractorista habían sido invadidos por los ultracuerpos y se enganchaban el uno al otro como vainas, no había duda, mis ojos lo habían visto y mis primos lo confirmaron: La invasión de los ultracuerpos llegó al pueblo. 

La Abu llegó a otras conclusiones, que no recuerdo bien dado el susto que me llevé por lo de la invasión intracorporal que se estaba produciendo delante de nuestras narices, pero fuera la que fuera, se encargó de propagarla a los cuatro vientos, por supuesto,  sin revelar sus fuentes que en mi familia somos unos profesionales del cotilleo, digo del espionaje. Unos días después, el marido de la Mula Torda se marchó a visitar a unos parientes a un país muy muy lejano porque ya no volvió más, pero todos sabíamos que la verdad de su desaparición era otra: huyó para no ser invadido ultracorporalmente. 

...¿Y vosotros, sois espías o vainas?...

Dúo es una novela donde la atracción, el amor, los hechos dramáticos y los lazos familiares trazan dos historias diferenciadas en el tiempo y en la estructura narrativa, una actual y otra que cuenta la vida de una joven berlinesa que vivió un sinfín de aventuras en una época convulsa. 
Iris y André se conocen en Nueva York gracias a una encerrona de unos amigos, rápidamente surge un intenso magnetismo entre ellos. Dos días después van en busca de Margaret Philips, una mujer con una historia personal conmovedora que les llevará a vivir una romántica aventura con toques de espionaje, cambios de ubicación y datos históricos. Su vida transcurrió entre Berlín, Nueva York y París, donde se convirtió en espía durante la Segunda Guerra Mundial de los espías

Cuando se me brindó la oportunidad de leer esta novela me quedé un poco perpleja, pues aunque no me había estrenado con la autora me habían hablado bastante bien de otras novelas suyas, y cuando me puse a investigar sobre ella, esta novela no fue la que más me gustó, pensé que se trataría de una novela romántica sin más ¿la razón? pues que la portada me confundió, me transmitió una impresión de romanticismo absoluto y pensé que ya estaba ante otra novelita de las de chico conoce a chica, se van a la cama, llegan los líos y luego fueron felices y comieron perdices...el título tampoco me ayudó mucho a inclinarme a su favor, me pareció y que me perdone la autora, insustancial y soso. 

Una amiga escritora me dijo ante mis dudas, ya que vi que ella contaba con una reseña de uno de los libros de Casalà, que no me lo pensara tanto, que lo leyera y no me fijase en la sinopsis -cosa que ni había hecho porque me quedé con la portada y no pasé de ahí, yo y mis prejuicios- que me iba a gustar, lo disfrutaría y cambiaría de opinión (vaya, una iluminada, pensé) pero le hice caso, de todas maneras iba a hacerlo igual, aunque con algo de desgana, y que me perdone de nuevo la autora.

Dos primeros capítulos que pasan ante mi sin pena ni gloria, pues tal y como me imaginaba chica decepcionada con el amor conoce a chico desilusionado por las relaciones, se atraen y...jo, lo sabía. 

Pero entonces llega el siguiente capítulo y ocurre algo que llama mi atención y despierta mi curiosidad: en escena irrumpen unas cartas antiguas, una resurrección, dobles vidas, espías, nazis y una historia de amor en tiempos de guerra, a eso le sumamos un par de misterios dentro de varios enigmas sin resolver y el resultado es que mi alma de portera despierta y se mete dentro de la historia. Ya no hay quien la pare, esta herencia chismosa mía no se sacia fácilmente.

Os explico algo mejor lo que quiero decir: Tres partes, dos historias en la mesa, una actual y otra del pasado...pero es que tampoco es esto exactamente, pues la historia pasada, son en realidad varias historias, la "chica de ayer" tiene mucho que contar y es que parece que ha tenido tantas vidas como un gato. Venga, a ver si puedo ser más precisa sin contar nada que no deba contar.

    Tenemos una primera parte que se desarrolla en Nueva York, ciudad a la cual llegan, por separado, Iris y André, y el destino les une un tanto forzosamente, ambos tienen una pasión en común y un pasado de decepción romántica, dos personajes huyendo que encuentran en esa huida una puerta al futuro que anhelaban; esta parte reconozco que me estaba atrayendo menos, sobre todo desde el momento que las cartas del pasado hacen aparición, y es que se que esto os va a sorprender, pero a mi un secreto me gusta más que una cesta llena de gatitos. De repente la historia de estos dos jóvenes se une y nos adentra en la segunda parte, la anterior vida de una mujer ya anciana que no es lo que parece.

   Y ahora ya no hay quien me aparte de la lectura, ya estoy en la segunda parte del libro y metida de lleno en una historia apasionante de amor, secretos familiares, Segunda Guerra Mundial, espionaje, nazis, Resistencia, mentiras, juegos sucios, trampas, dolor, fingimientos y música clásica. Ahora si que ya no puedo parar de leer, la trama me tiene totalmente absorbida, abducida, sometida, me olvido de todo y solo puedo leer y leer y leer; Dúo, el título que tampoco me había gustado está presente en todas partes, la novela es una auténtica dualidad hecha letras: dos historias (multiplicadas dos veces por dos) dos épocas, dos versiones de una mismo momento, una a base de cartas escritas, otra narrada de propia voz con la tristeza y la añoranza que da la distancia y el paso del tiempo. 

Una lectura que te atrapa, una trama que te inquieta y unos secretos que comienzan a desvelarse.

   Tercera parte: el presente y el pasado confluyen, las emociones se desatan, las dudas comienzan a despejarse pero dos grandes enigmas siguen sin aclararse ¿lo mejor de esta parte? que el corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento por que nada es previsible, la sorpresa no decae y la emoción aumenta hasta niveles de infarto. Cuando crees que ya se ha alcanzado la cima en la narración, llega un final redondo, perfecto, imprevisible, sorprendente, la guinda del pastel.

CONCLUSIÓN: Dúo es una novela de dualidades de principio a fin, dos historias que convergen en una sola contada a dos voces, dos vidas, dos mundos que se desarrollan en uno solo; una narrativa embaucadora y una trama vibrante, secretos, enigmas, una guerra, un destino y una historia que no deja nada al azar.  Una historia de amor que no una novela romántica, thriller, novela negra, espionaje y vidas al límite. Una escritora que me ha cautivado y que a pesar de mis reticencias iniciales hacia esta novela, ha conseguido por méritos propios, mi reconocimiento y mi aplauso. 

El título no ha conseguido a pesar de todo, a mi entender, estar a la altura de lo que la novela nos depara en sus páginas, se le queda corto...

Yolanda T. Villar

   

PUNTUACIÓN:

DÚO

Pat Casalá

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