LOS GUARDIANES DEL MUNDO ANGELICAL de Elisa Oliva.

Ya no se escuchará más el dulce aleteo

que acariciaba al viento cuando volabas,

 El cielo cuenta hoy con un ángel menos

y ya el infierno con un atormentado más

y los poros de mi piel de tu sentir llenos

me preguntan cada segundo dónde estás.

 No me siento ahora culpable de tu caída,

yo iba en tus vuelos tus alas sosteniendo,

pero deseo estar cerca para curar tu herida

y si vives, que sea por y para mí sonriendo.

 Hablaste de no caer y eres un ángel caído,

el viento es como yo y hoy quiere seguirte

y nos encontrarás junto a tu cuerpo herido

besando sin cesar tu espalda hasta revivirte.

(Ángel Caído. Álvaro Márquez)

Mi mejor amiga me dio la noticia a bocajarro ¡En el asilo del Padre Fernando iban a repartir juguetes para los niños huérfanos! se lo acababa de oír a una vecina beata que trabajaba en el orfanato. Era nuestra oportunidad para conseguir la Nancy azafata y puede que hasta un perro, pues los niños huérfanos dan mucha pena y les regalan de todo, lo habíamos visto en una película ¡Un perro, seguro que a mi me daban un perro! decidimos que ambas seríamos hermanas siamesas pero de distintos padres porque no logramos ponernos de acuerdo en cual de los dos padres era el mejor, así que para no enfadarnos tiramos por el camino de en medio, dos padres y listas. Contaríamos que nos abandonaron en un circo porque no podían mantenernos ya que eran muy pobres y aunque nos pusieron habichuelas blancas en el camino de vuelta a casa para regresar, un perrito pobre se las había comido y ya no supimos regresar; además, en el circo nos trataban muy mal y nuestra madastra Pepi (hermana mayor de mi mejor amiga) nos maltrataba y nos daba de comer patatas con acelgas todos los días. Como nuestras madres no nos dejaron salir de casa con la ropa sucia, no nos quedó más remedio que tirarnos a la acequia del descampado de camino al Asilo y rompernos los leotardos con un clavo que encontramos, pero valió la pena, parecíamos unas desarrapadas sacadas de Oliver Twist, el único huérfano al que no le regalaban cosas, también es mala suerte el  pobre. Y allí estábamos en la fila de los huérfanos junto a las monjas del orfanato y las beatas del asilo, aunque por fortuna no estaba nuestra vecina que había ido a visitar a los enfermos a sus casas ¡Éramos unas niñas con suerte! y así estábamos, hechas unos adefesios en la fila del reparto de juguetes; las monjas, sin preguntarnos nada, nos pusieron en la cola de las niñas y nos riñeron por ir tan sucias, que ya nos castigarían al regresar porque las niñas buenas no van hechas una calamidad ¡Ya ves que miedo, si no éramos del orfanato! qué monjas más tontas.  Mi amiga estaba convencida que había visto una Nancy azafata entre las cajas de la entrada y yo había escuchado ladrar a un perro, que seguro que era un pastor alemán y sería para mi, pero seguro seguro. Pero entonces ocurrió el gran cataclismo. Los padres de mi amiga pasaron por allí con el 600 camino de casa de su tita Magda y nos vieron...y nos sacaron de la fila a zapatillazos, unos por mentirosas y otros por ir hechas unas gorrinas; al llegar a casa aún tuve doble ración de alpargate en el culillo y nos obligaron a ir a misa a confesarnos y a cumplir penitencia que consistía en escuchar sermones del cura sobre las niñas malas, los ángeles caídos y el fuego del infierno. 

Y así fue como nos llamaron durante una buena temporada en casa, en la escalera de vecinos y en el colegio: Ángeles Caídos. Un trauma, todo un trauma. Y encima me quedé sin perro. 

...arderéis en el fuego del infierno por mentirosas, endemoniadas, que estáis endemoniadas, nos decía la beata de nuestra vecina. Ángeles Caídos, demonios, malas niñas...

Emma, de 17 años, es una chica común que cursa su último año de secundaria. Es una estudiante bastante débil y distraída. Su atención va dirigida a otras cosas: la lectura, la música, el piano. Comienza a lidiar con la idea de ir a la Universidad sin saber a qué dedicarse. Lo que Emma no sabe es que está a punto de «conocer» a una persona que ha extrañado desde siempre. Mex odia que lo llamen «Ángel Guardián». Lo han entrenado toda su vida como un soldado sin sentimientos. Pero el amor que siente por ella es más fuerte. Un amor que ha sido prohibido desde hace millones de años y que es lo único en su vida que no puede controlar. Lo que ninguno de los dos sabe es que ese amor será el causante de su destrucción, pero también el de la salvación de todo el universo.

No se muy bien como empezar esta reseña. Os explico: no me apetecía leer el libro tras leer la sinopsis. Así de claro, no me voy a ir por las ramas esta vez; pensé que me esperaba una historia de malos contra buenos, que el malo se enamora de la buena o viceversa y al final todo era amor, concordia, paz y pajaritos cantando. Vamos, la historia de siempre o casi siempre. Así que como tenía dos libros de la misma editorial pasé al siguiente y esta vez, sin leer la sinopsis a ver qué pasaba. Pero una vocecita dentro de mi decía: ¡dejar un libro sin empezarlo siquiera! siempre dices que vas a dejar prejuicios a parte, que te vas a animar con otros géneros, que bla bla bla en los comentarios de los otros blogs, y sigues como siempre, sin salirte de tu zona de confort...y claro, vosotros no habéis oído mi voz repitiendo una y otra vez el mismo mantra, cansa que no os imagináis y viendo que iba camino de una migraña o una esquizofrenia galopante, regresé al lugar del crimen. 

Comencé a leer resoplando, seguro que me iba a aburrir...

Pero resulta que me encuentro con Emma, una adolescente algo rarita la cual no es famosa por ser la más popular del instituto, para que me entendáis, y claro, en cuanto surge algún antihéroe o antiheroína, se me despierta el lado empático y solo con ponerme en su lugar ya me atrae; y eso hice, seguir leyendo a ver que pasaba con esta Juanita Calamidad. Y su historia comienza a sonarme: no sabe que estudiar al acabar el instituto, no le gustan las mismas cosa que a los demás, es más, las "asignaturas útiles" no van con ella, las artes y la música es lo que le gusta de verdad ¿A que algunas y algunos de vosotros les suena esto? cuando Emma piensa que todos sus problemas son qué estudiar y cómo relacionarse con los demás sin morir en el intento -como cualquier adolescente normal y corriente- su vida sufre un brusco giro: aparecerá en su vida una persona que trastocará todo su mundo: Emma conocerá a Mex, un ángel con un mensaje y una misión que cambiarán el destino de Emma y del del resto de la humanidad. Casi nada. Es desde este momento cuando empieza la acción, cuando la historia cambia el ritmo y nos apresuramos casi precipitaqmos en algunos momentos por el borde de un precipicio; no se le puede negar a la autora su afán por hacernos partícipes de la acción y el destino de los protagonistas, su prosa se convierte en afilada, punzante, ágil, muy ágil pero no pierde en ningún momento cierto toque de elegancia al mostranos el nuevo status quo al que vamos directos. Da igual que el bien y el mal luchen encarnizadamente, que la línea que separa uno de otro sea tan delgada, lo importante es guardar la compostura narrativa para darnos la sensación que aunque todo se nos venga abajo, encima de todo queda siempre la esperanza y una grandeza que nunca debemos perder, la fe en nosotros mismos. Un desarrollo que fluye hacia un final sorprendente y mágico. 

CONCLUSIÓN: Los guardianes del mundo angelical son tres novelas en una que aúnan la acción, el amor y la fantasía. Con un lenguaje sencillo y formas elegantes, la autora nos lleva de las alas a sobrevolar por un mundo en el que la lucha de clases, de sociedades, del bien y el mal están a la orden del día y depende de lo hábiles que seamos para evitar cruzar la delgada línea que los separa. Una lectura amena que nos adentrará en el mundo de los seres de luz y encenderá una llama de esperanza en cada uno de nosotros. Si bien hará las delicias de jóvenes y adolescentes, será una lectura entretenida para el resto de lectores amantes de los mundos alternativos y los series etéreos.

Yolanda T. Villar

PUNTUACIÓN:

LOS GUARDIANES DEL MUNDO ANGELICAL

Elisa Oliva

Editorial Adarve

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