"Despierta
de caricias,
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecido y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo...
!De mí se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que pasaba por el canto del ave
y la arteria del árbol.
Otras notas más suaves pude haber descorrido,
pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:
me agarré a la hora loca,
y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.
Me solté a la pureza de un amor sin ropajes
que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,
y hube de verme toda en un grito de lágrimas,
¡en recuerdo de pájaros!
Yo no supe guardarme de invencibles corrientes
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo
para darse a mis brazos".
aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo.
Estremecido y tenue sigo andando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo...
!De mí se huyeron horas de voluntad robusta,
y humilde de razones, mi sensación dejaron.
Yo no supe de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que pasaba por el canto del ave
y la arteria del árbol.
Otras notas más suaves pude haber descorrido,
pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:
me agarré a la hora loca,
y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.
Me solté a la pureza de un amor sin ropajes
que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,
y hube de verme toda en un grito de lágrimas,
¡en recuerdo de pájaros!
Yo no supe guardarme de invencibles corrientes
¡Yo fui la Vida, amado !
La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo
para darse a mis brazos".
(Canción
desnuda de Julia de Burgos)
Me gusta hacer fichas y poner “gomets” en las imágenes. Cojo una ficha de
un bombero y la pongo junto a otra de una manguera, arriba a la derecha pongo
un “gomet” con la letra B de bombero. Es divertido. Pasaría horas así en el
aula.
Aunque a veces, me parece más divertido unir la ficha del bombero con la
ambulancia, y pongo la letra M de médico al otro lado, la verdad me da
igual si va a la izquierda o la derecha,
no se cual es cual, aun que a veces acierto y la Seño me da un aplauso y un
positivo, que apuntamos en una hoja donde pone mi nombre: Paula Martín Lapeña,
yo no sé leerlo bien aún, pero sé que lo pone porque mi foto está al lado.
Llevo mi vestido azul, el que lleva una mariposa en el hombro y volantes en el
cuello, es un vestido muy bonito y mi madre me lo pone cuando vamos de visita,
o cuando alguien viene a visitarnos a nosotras. Bueno, me lo pone siempre que
tengo que estar más guapa de lo normal, y es que yo soy muy guapa, pero con mi
vestido azul y una horquilla en forma de flor, aún se puede estar más bonita.
A mi es que todos me dicen que soy muy guapa, aquí en este cole me lo dice
todo el mundo; todos los días viene una señora −que yo no sé quien es, pero que ella si me conoce a mí y le
caigo fenomenal−, me dice que estoy
guapísima, que mi pelo es chulísimo y si le doy un beso, me da un pastel; lo
que pasa es que las cuidadores del comedor no me dejan comérmelo hasta la
merienda, porque si no se me quita el hambre y las lentejas se las come su tía
la del pueblo, que aunque yo tampoco la conozco, es una señora que si tú no te
comes algo, va ella y se lo come. Pero es una mujer muy lista, no solo se come
lo que tú no quieres, sino que si no quieres colorear en tu cuaderno la Seño
dice, ¿y quién lo va a pintar, mi tía la del pueblo? Y yo digo, ¡pues vale, si
a la tía le gusta pintar, pues que lo haga ella!
Es que las tías del pueblo saben hacer de todo, yo tengo una tía que le
das hilo y ella hace un suéter, y del color que quieras ¡Y lleva mangas y todo,
y a veces algún lazo! Mi tía del pueblo, que no recuerdo como se llama, es más
lista aún que la tía de la Seño, que solo sabe colorear y comer lentejas.
A ver si viene ya mi madre…y así
nos vamos al parque a jugar con mi muñeca ¡Ojalá venga pronto! al menos antes
de que lleguen dos pesados que no me dejan en paz, me siguen a todas partes y
solo quieren besarme y que les cuente cosas ¡pero si yo no los conozco! Son
realmente pesados ¡repesadísimos! Que se busquen un hijo propio y a mí que me
dejen tranquila con mi madre ¡son horrorosos!.Seguro que cuando mi madre y yo
nos vayamos al parque, nos siguen, se sientan a nuestro lado e intentan
quitarme mi muñeca ¡Qué personas tan horribles! Hoy nos esconderemos detrás del
jardín y que se vayan a molestar a otros ¡hombre ya!.
Vaya, ahora la Seño se empeña en que leamos la cartilla, y yo quiero jugar
con la granja de animales y sonidos.
La M con la I…Mi.
La M con la a…Ma.
Mi mamá me mima ¡Ya me he cansado, me quiero ir al parque y que venga mi mamá y la señora que me trae el
pastel ¡Ay que vengan pronto o vendrán esos dos pesados y nos fastidiarán otra
vez! ¡Bien, ya viene mi madre! ¡mamá, mamá, vamos al parque, vamos al parque!
¡Venga, date prisa! ¡ Ya están aquí los dos pesados y se sientan a nuestro
lado! Pues no los miro, a ver si se aburren y se van. ¡Lalalaaaaaa, juego con
mi muñecaaaaa, lalalaaaaaaaaa….!
-¡Pero qué guapa estás esta
mañana! Dame un beso Paula, mira, te traigo un pastelito ¿Me das un beso? Si no
me das un beso no hay pastel, ¿me lo das? ¡Esta es mi Paula! Y dime, ¿sabes
quién soy? ¿te acuerdas de mí? ¡No lo sabe! Paula no se acuerda, ¿a que no lo
sabes? –le preguntaba Inés, su hermana- anda, dame un beso que hoy te has
levantado con el pie izquierdo.
-Hoy tía, está de mal humor –dijo
Maica- me ha dicho la monitora que no ha querido hacer fichas ni leer la
cartilla. Mamá, ¿porqué no has querido hacer lo que te dice la monitora? ¿Me
oyes mamá? No te hagas la tonta que se que me entiendes…¿Por qué hoy no has querido hacer las tareas? No mamá,
tú eres mi madre, yo no soy la tuya…no, tú eres mi madre, soy tu hija ¡no, tú,
tú, tú! Jajaja….ya ves tía, ahora me llama mamá, ya no nos conoce a nadie, al menos
casi nunca lo hace, y a mí se me cae el alma a los pies cuando la veo así tía,
se me hace un nudo en la garganta y me vengo abajo. Y mira, a mis hermanos ni
les conoce, los rehuye y todo, si hasta se enfada cuando los ve venir. ¡Ay dios
mío, tía, no sabe nadie lo que estamos pasando! Y menos mal que aquí está muy
bien atendida y la tratan de maravilla, que tenemos todos un come-come. ¿Tú
crees que en algún momento es consciente de donde está o de quien es, tía? Pienso
que es feliz a su manera pero, ¿se puede ser feliz sin saber quién eres, ni
quiénes son los demás? ¿Qué es lo que la mantiene viva? ¿Qué?
¡Ay mamá, que te quiero mucho!
-La señora me ha traído un pastel
y mi mamá me ayuda a vestir a mi muñeca, los pesados me quieren besar y tocar y
yo tengo que leer la cartilla todavía…Mi hermana se llama, Ines…Mis hijos se
llaman Carmen, Angeles y, y , y…¡Antonio! Y yo me llamo Paula Martín Lapeña, ¿pero
y mi pastel? ¿Dónde está mi pastel? ¡Quiero mi pastel! Tengo que leer la
cartilla…la M con la I, Mi…la M con la a, Ma…
¡MI MAMÁ ME MIMA!
Para mi Tia Petra, aunque su memoria se perdió en los recovecos de su alma, yo no la podré olvidar nunca, pues la quiero con todo mi corazón.
Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
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ResponderEliminarMi querida Yoli, cuento hermoso donde los haya, tu ágil y delicada pluma nos deleita de nuevo con su magistral escritura.
ResponderEliminarHermoso, muy hermoso.
Un afectuoso abrazo mi querida niña.
Gracias Jorge, una vez más tu presencia es un honor para este Gato.
EliminarGran favor el que me haces con tu cariño y respeto, que sabes es mutuo.
Un beso para ti, mi querido amigo
IMPRESIONANTE!! Y ahora dime, quien está a la altura de reseñarte a tí?
ResponderEliminarUno se siente un aficionado
Un fuertísimo abrazo.
Rafa
No se que decir a eso Rafa, me has emocionado y puesto colorada.
EliminarMuchas gracias, y muchos más besos aún.
¡Que bonito Yolanda, mi querida Yoli, ha vuelto Willow! y en estado puro. Me has emocionado hasta la médula, como en aquellos tiempos de las arenas en que tan solo pasaba por ver que habías escrito ese día. La primera vez que te leí pensé que no había mejor escritora que tú, nunca me había sentido tan identificada y a la vez tan sorprendida como contigo.
ResponderEliminarAñoro esas historias de aquella niña y los gatos de colores, la díscola y adúltera Elvirín y su romance desenfrenado con el cura, aquella aldea que nos tenía a todos capítulo a capítulo con el alma en vilo ¡Eres fabulosa!
Felicidades Yolanda, un cuento que te cala hasta el espíritu
Y vuelve a escribir ya, no nos tengas esperando tanto tiempo. Y fírmame de una vez los dos libros de poesía erótica ya, je je je.
Besis guapis!!!
¡Uf! me dejas sin palabras, pero ante todo llena de recuerdos y de la imagen de muchísimos amigos que por suerte casi todos siguen por aquí cerca.
EliminarMuchas gracias Sabrina, eres estupenda.
Por supuesto que los firmaré, ya lo sabes.
Un beso
Que cuento tan bello y cuánto amor puesto en él, realmente hermoso Yolanda. Sabes expresar los sentimientos con intensidad, profundidad, pero con una sencillez tal que aún los hace más bellos.
ResponderEliminarTienes un talento innato para ponerte en el lugar de los demás.
Como siempre, a tu disposición.
Violeta de Miguel
Cuando las palabras salen del corazón no se pueden detener...gracias por tus palabras Violeta, para mi viniendo de ti es todo un honor.
EliminarMuchas gracias.
Contado con mucho sentimiento. Perfecto !
ResponderEliminarGracias María. He perdido mucha gente entre las telarañas de la memoria, por desgracia no se si saben que les quiero mucho....
EliminarMil besos!!