Soy un gato solitario, amo así la vida y tomo de todo un
poco, me gustan las gatitas me gusta el vino, y si tengo que olvidarlas, me voy
y olvido…¡qué Julio Iglesias me ha quedado! y es que en el fondo soy un
romántico, no puedo evitarlo, soltero empedernido, pero romanticón, que lo
cortés no quita lo valiente, y yo soy todo un Caballero. Pero gato al fin y al
cabo. No soy macho de una sola hembra, y no es porque sea un canalla, es que mi instinto manda, no solo es cuestión de
genética, si no de supervivencia pura y dura ¿Qué sería de mi especie si todos
los machos nos uniéramos de por vida a una sola hembra, y además siendo fieles?
Pues que seríamos una nueva especie en peligro de extinción.
La naturaleza es sabia, y una picaruela, pues
nos ha dado la posibilidad de intimar con tantas chavalitas como nos apetezca y
luego seguir nuestro camino sin preocuparnos de lo que dejamos atrás –aunque tengamos
que demostrar continuamente a otros
machos quien manda aquí, cosa que al fin y al cabo no es solo de nuestra
especie, un macho, siempre ha de marcar territorio y luchar por una hembra, ya
sea por conseguir sus favores o su amor eterno− Yo creo que es lo mejor que me podría pasar,
ligar sin pensar en las consecuencias y cuando uno tenga un día tonto y
necesite cariñitos, pues siempre hay una chica, esta vez humana, que está
dispuesta a acariciarnos el lomo a cambio de dejarnos besar de vez en cuando
¡Tampoco es un precio tan caro!
Y con ella, al igual que con las gatitas, cuando uno quiere
vivir su vida, solo tiene que salir sigiloso y trotar por otros derroteros,
cuando necesite algo, ya volverá. Si, la verdad es que es una suerte ser Gato
¿Porqué se empeñan los humanos entonces en sufrir por amor una y otra vez, porqué ese afán de poseer a otro in sécula
seculorum y sentirse a su vez, parte de otra persona? Qué manera de
complicarse la vida ¿Qué es lo que encuentran de satisfactorio en ello, sufrir
y amar van de la mano? ¿Qué recompensa puede haber en unirse de por vida a
alguien?
Bueno, si solo se dispone de una vida, tan poco puede ser
tan esclavo ¡Otro gato nos maullaría si fueran siete las vidas que vivir!
Aunque de los humanos me lo espero todo, hasta siete vidas vividas junto a
quien aman.
¡Están locos estos humanos! ¿O no tanto?...
Empujones del Destino
Hacía algún tiempo que tenía la novela de Lucía Herrero en
mi poder, pero por unas cosas o por otras, no lograba encontrar el momento
adecuado de ponerme a leerla ¿sería cosa del Destino? Pues creo que no iba tan
desencaminada al pensar así. Hay un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo, y no podría haber sido
ni antes ni después el leer al fin Empujones del Destino, pues este, el
Destino, hizo que justo en ese momento, la novela decidiera que ya era el momento de dejarse leer, en el
instante que mejor podría apreciarla y sobre todo, disfrutar de ella.
Los hados no habían sido muy favorables conmigo últimamente,
o tal vez era yo quien andaba a la greña con ellos, pero la cuestión es que
todo parecía haberse confabulado contra mí para hacerme pasar una de las épocas
más convulsas y confusas de mi existencia; tras unos meses duros, con incierto
futuro ante mí, tan incierto que ni siquiera sabía si habría futuro para mí,
una estrella brillante y luminosa comenzaba a alumbrar mi camino, abriéndose
paso entre la niebla que me rodeaba. Me daba igual todo lo que había tenido
que pasar, todo a lo que debería enfrentarme a partir de ese momento, estaba
enamorada y el amor no me había soltado
de la mano en todo aquel extraño viaje, nada podría hacerme caer porque estaba
sujeta al pilar más firme y seguro de mi vida, el Amor.
Y de repente, este comenzó a tambalearse. No todo él, pero
si ciertas cosas que yo daba por seguras y que me dieron fuerza y valentía para
seguir adelante. Y parecía que todo había sido una ilusión, o un sueño, o solo
una confusión. Pero sentí que todo en lo que me apoyaba, se desmoronaba. De
nuevo, tuvo que ser ese amor, al que culpé de romper mis sueños, el que una vez
más me tomó de su mano y me hizo volver a soñar y esta vez, sin temor a
despertar.
Era el Destino sin duda. La novela me llamaba a voces, era
el momento de leerla.
Nadia y Ruth, dos jóvenes
madrileñas, deciden tomarse unas vacaciones en Mallorca, dispuestas a que ese verano sea el mejor de sus vidas y
sin ser conscientes en esos momentos todavía, de lo que el Destino les tenía
deparado a ambas. Este caballero caprichoso, llamado destino, lleva a las dos
damas hasta un hotel y una habitación que serán el detonante de una apasionante,
tormentosa, confusa y delirante historia de amor ¡Cómo si no hubiera hoteles en
Mallorca! pero es que contra el Destino nada se puede hacer, tal vez solo
dejarse llevar y aprovechar el momento como si no hubiera mañana.
Pero Nadia no
piensa lo mismo.
Allí se reencuentra con un antiguo vecino de la infancia, Samuel, ya crecidito y convertido en un
apuesto hombre que sin olvidar, que un día fueron amigos de niños, ahora, son
dos adultos que se atraen y que tienen unas apasionantes vacaciones por
delante. Y quien sabe si algo más. Pero tras la pasión, pronto empiezan las
confusiones, los malentendidos, las dudas
y hasta la venganza, y es que no hay nada peor para una mujer, que
sentirse traicionada por quien ama, sobre todo cuando no es la primera vez que
le ocurre.
La inseguridad, el temor, la idea de sentirse frágil y ser
herida de nuevo, llevan a Nadia a
comenzar un tira y afloja con Samuel
que la sumirá en un gran desconcierto y hará que se sienta en una montaña rusa
emocional constantemente. Nada desea más que estar junto a él, y solo se siente
en una continua lucha de poder contra los elementos y contra el propio Samuel, y no es consciente de que la
lucha más encarnizada es contra ella misma y sus temores. Amor, pasión, sexo, diversión, confusiones,
celos, demasiados jugadores en un solo tablero y unas reglas de juego que nadie
está dispuesto a acatar, y sobre todo, un Destino que se mueve a empujones
entre sus jugadores. La diversión está
asegurada en la novela.
Pero no es solo la insegura y temerosa Nadia la que
deberá moverse entre empujones, la resuelta, liberal y moderna Ruth también se verá envuelta en esa
espiral que es el amor, y para la cual, el Destino también tiene preparado un
pequeño empujón, tan apasionante como demoledor y es que no hay nada como
enfrentarse a los caprichosos designios del
Sino, para acabar rendidas ante un karma implacable. No se puede huir,
solo dejarse llevar, y aceptar lo que cada cual se merece.
Lucía Herrero nos cuenta de manera llana y clara, una
historia que bien podría ser tú historia, la de tu mejor amiga, o la de tu
vecina de al lado; y es que el Destino, puede empujar a cualquiera y cuando
menos lo espere. Así es la vida, así es Empujones del Destino.
EMPUJONES DEL DESTINO
Lucía Herrero
Una reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
Gracias! Me alegro de que te haya gustado, y he visto perfectamente reflejada en la reseña lo que yo considero que es la esencia de la novela. Me encanta.
ResponderEliminarUn placer Lucía, me alegro que te haya gustado, lo importante es que lectores y escritores disfruten juntos.
EliminarUn abrazo
Me lo apunto!!! gracias gatito guapoooooo
ResponderEliminarGracias Sandra, seguro que te gusta!
EliminarUn abrazo