Loli González Prada
Es la primera vez que no
troto solo, esta vez vengo de guía para la pelirroja, hemos salido como
compañeros de viaje sin más, pero a los primeros pasos ya me había dado
cuenta de que ella me necesitaba para no perderse en el camino. No es
que sea torpe, no demasiado, no más que cualquier humano que de puro
deseo de realizar un viaje, no logra que los nervios y la emoción le
dejen ver con claridad la senda a seguir; mi papel ha sido más que nada
el de recordarle que tan importante como llegar es el camino en sí, que
uno no es un caminante porque llega a los sitios que se propone, uno lo
es básicamente porque llega a sitios sin proponérselo, dejándose llevar
por qué y quien le rodea.
Al fin ha entendido de qué va esto.
Ahora respira más aliviada, conduce serena, sin perder de vista la
carretera pero sin dejar de absorber por cada poro de su piel cada nube,
cada árbol, cada flor, cada viajero con el que nos cruzamos; sonríe y
suspira, no mira ni los kilómetros recorridos ni los que quedan por
recorrer, solo mira el horizonte y se asegura a través del retrovisor
que detrás todo va como debe ir. Yo hago lo propio, trotar no solo es
caminar con una patita delante y otra detrás, trotar también es observar
sin perder detalle del camino yendo sentado cómodamente en nuestro
Ibiza blanco, el Pegaso de metal que tantas y tantas veces me lleva en
compañía de la pelirroja lejos de casa, para darnos cuenta de que al
final, a casa llegamos de todas maneras. Y es que hay sitios dónde uno,
ya sea por el lugar en sí o por las personas que nos reciben, se siente
siempre en casa.
Y así nos sentimos cuando al fin llegamos a
nuestro destino, Ponferrada. Me gusta el sitio, es tan distinto a mi
rinconcito junto al Mediterráneo, que creo que eso embellece más aún
ambos sitios, la diferencia entre ellos. Con un impresionante castillo
como telón de fondo y compaña, pues, parece querer venir con nosotros
allá donde vamos, nos dirigimos a un gran parque cercano a las
universidades, y accedemos a él a través de un sendero que llega desde
el barrio de los judíos. Repito, me gusta el sitio. La cafetería en
estos momentos está bastante tranquila, eso me gusta también; para un
Gato no es fácil pasar desapercibido en un lugar así, y el que más o el
que menos o se siente molesto por mi presencia o quiere a toda costa
engarabitarme para demostrarme un afecto, que no es mutuo, pues uno es
sociable pero no gusta de agobios y achuchones de desconocidos.
La
pelirroja si gusta de ese afecto, al menos se lanza a los brazos de una
mujer morena de amplia sonrisa y cara redonda, afable, eso no hay duda y
al igual que mi compañera de viaje, luce alborotada melena. Llega un
momento delicado, ha descubierto mi presencia y quiere gozar de mi tacto
y mi suavidad entre sus manos; me dejo querer momentáneamente que no se
diga que soy un arrabalero sin educación y me hago el dormido
sutilmente para poder escuchar sin ser molestado.
Y vale la pena
hacerlo. Ambas cosas, fingir una siesta y escuchar atentamente. No cabe
la menor duda, la pelirroja se ha reencontrado con una buena amiga, la
charla fluye al igual que las risas, la complicidad y las miradas de
admiración…silencio, que no quiero perder detalle.
1)¿Cómo
llega una parisina hasta el Bierzo? ¿Tal vez el Bierzo llegó a Paris,
para ver y vencer y luego volver? Un préstamo, vamos.
Como bien
dices Yoli, fue un préstamo. A finales de los sesenta mis padres se
fueron al país vecino buscando trabajo, allí me hicieron (jaja) allí
nací un día de junio y meses después me trajeron a España donde me
dejaron con mis abuelos y con mi hermana.
2) ¿Siempre supo que
quería ser escritora? Una vez me dijeron, que un escritor es aquel que
siente la necesidad de decir y hacer cosas que normalmente no haría por
sí mismo y disfraza de personajes las palabras calladas en sus labios.
Parece rebuscado pero es hermoso. A lo mejor hasta cierto. ¿Qué piensa
usted Loli?
Mi imaginación es atrevida, insaciable, voraz y
escribo desde siempre, pero la vida me llevó por otros derroteros y
durante veinte años cree historias pero no las plasmé en el papel. La
verdad es que nunca supe que quería ser escritora, hasta que hace cinco
años y por casualidad aterrice en un blog literario donde gente
maravillosa me mostró el camino, me enseñó, me alentó. Fue una etapa
maravillosa.
3) Cuando escribió su primera novela corta “Primera
Clase con Billete de Vuelta” ¿la concibió para ser publicada o eso vino
después, una vez la vio “parida”?
Primera clase con billete de
vuelta” fue todo un atrevimiento por mi parte, nunca había participado
en ningún concurso literario, pero un día me enteré de que la única
editorial que hay en el Bierzo convocaba un concurso de novela corta de
narrativa breve y me aventuré, fue un mes y medio levantándome a las
cuatro de la mañana para escribir, y cuando la acabe me sentía agotada,
pero muy feliz y satisfecha de mi primer trabajo de verdad.
4)
¿Dónde suelen habitar sus musas, Loli? ¿Son de visita fácil o hay que
llamarlas varias veces hasta que aceptan la invitación?
Mi musa
me visita en cualquier momento, esté paseando o trabajando, pero cuando
el mundo duerme es cuando más me apremia, quizás por el día creo,
imagino, pero es al amanecer cuando las historias toman forma.
5)
¿Viajar es una buena musa? ¿Es usted de esos escritores que intentan
viajar para descansar y desconectar y acaban tramando su próximo relato,
incluso, comenzando a escribirlo?
Viajar es un incentivo, pero
en mi caso no es necesario para escribir. Me gusta viajar porque aprendo
mucho de esa experiencia, desconecto y me renuevo, y sí, tienes razón,
mientras estoy viajando surgen ideas y palabras de las cuales un día
nace una historia.
6) Que existe la literatura diferenciada por
edades, es obvio y lógico, no estamos preparados para leer las mismas
obras a los ocho años que a los ochenta, aunque llegados a estos, leer
cuentos es todo un bálsamo de juventud. Sin embargo últimamente se habla
mucho de lectura por y para sexos ¿Cree usted en eso? ¿Es necesario una
literatura femenina y otra masculina? ¿Una no puede ser entendida en
su justa medida, por el sexo contrario?
No creo en la lectura
femenina o masculina, la lectura simplemente es universal. Es adecuado e
interesante que un libro sea leído por ambos sexos, se aprende mucho de
lo que piensa un hombre y de lo que desean las mujeres.
7)
¿Alguna vez ha pensado o afirmado que nunca escribiría cierto tipo de
literatura, ya sea por género o por estilo? ¿Qué razón sería la que la
llevaría a no hacerlo? A mí me ha pasado, y dónde he dicho Digo, tuve
que decir Diego…¿Le ha ocurrido el tener que desdecirse?
Mi
estilo es el romántico, y reconozco que siempre dije que nunca
escribiría sobre temas en el que hubiera sangre (vampiros, zombis)
claudique hace un tiempo y aunque me supuso mucho entrega estoy
encantada con el resultado. No tengo perjuicios Yoli, me atrevo con
cualquier estilo aunque no salga nada bueno en el intento.
8)
¿Recuerda su primer libro? ¿Qué sintió al leerlo? Yo creo que al igual
que el primer beso, no deberíamos olvidar nunca nuestro primer amor
literario.
El primer libro que leí fue el Príncipe destronado de
Miguel de Delibes como lectura obligada en el colegio, no recuerdo
cuantos años tenía, quizás diez, y me dejó más huella que mi primer beso
(jaja) porque un par de años antes había sido destronada por mi hermana
pequeña.
9) ¿Ha tenido que leer algún libro a escondidas? ¿Escondería algún libro a alguien?
No, nunca me he escondido para leer, ni le he escondido un libro a nadie ¿Eso sería pecado, no?
10)
Esta pregunta no tiene trampa, pero puede parecer un laberinto si nos
ponemos a pensarla detenidamente y a darle vueltas. ¿Cuál sería el libro
ideal? ¿Existe ya o habría que escribirlo? ¿Y si no fuera posible? Hay
quien piensa que todo lo que se puede imaginar se puede crear, y quien
está convencido de que todo está ya inventado ¿Nos metemos en el
laberinto y cruzamos los dedos para que no haya un Minotauro escondido?
No hay un libro ideal, pero si tengo que escoger uno son todos
los que tienen un final feliz. Pienso que cada libro tiene algo
especial, cada escritor deja el alma cuando crea y creo que es de sabios
saber reconocerlo, y aunque mis gustos no coinciden con Cortázar, o con
Kafka, sé que son magistrales. Queda mucho por inventar Yoli,
demasiado, sino fuera así estaríamos perdidos.
11) Un sueño que no fuera necesario escribirlo para que se hiciera real, Loli.
No comprendo la vida sin el sueño de tener salud.
12) Una meta que no le importe tanto como el camino que haya de recorrer para alcanzarla.
Mi meta es ser feliz, aunque sea a ratos, pero serlo, no tengo más ambición que esa.
13)
Un gato la observa mientras escribe, sigue línea a línea lo que usted
va plasmando en la página; piensa que es demasiado curioso y
entrometido. Cuando acaba de escribir, el Gato afirma con la cabeza y se
marcha. Usted le despide con una sonrisa. ¿Sería un principio o el fin
de una novela? ¿Una locura sin más? ¿Y quién sería el loco, el Gato o la
Escritora?
Sería el principio de una locura a la que no me importaría dar vida, y claro está que el loco sería el gato (jaja)
Muchas gracias Loli, más que un placer, una terapia.
Qué
casualidad que me hayas hecho trece preguntas, es mi número favorito.
Gracias a ti Yoli por formar parte de mis momentos de felicidad.
Lo dicho, en buena compañía, uno se siente siempre en casa…
Una entrevista de Yolanda T. Villar.
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Una vez más, un placer leer las entrevistas de este espabilado gato y descubrir una nueva autora.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Loli es una escritora estupenda, y además conserva la misma humildad con la que empezó a juntar letras. Es muy grato encontrar personas como ella.
EliminarGracias y encantado de que te guste.
Me encanta el desparpajo que usas, El Gato Trotero, un lugar privilegiado el de "escuchante adormilado", precioso amigo.
ResponderEliminarYa se ve que la escritora parisina está con los pies bien puestos en la realidad y ha sido un placer leer tan emotiva entrevista, Yolanda T. Villar.
Mucho éxito a la escritora y también le deseo que consiga ser feliz, si uno lo intenta lo logra, pese a quien pese, en ello estamos, ¿verdad?
Besos.
Así es, amiga, si cada uno de nosotros nos empeñamos en conseguir lo que soñamos, si lo hacemos con dedicación y empeño, antes o después acaban llegando los resultados. Decía Charles Chaplin que hay mucho talento en las calles, pero pocas personas con las ganas y la dedicación necesarias para mostrarlo al mundo.
EliminarUn besote
Me ha gustado mucho, me quedo con lo de la fantasía y la imaginación que tiene esta autora.. Si todos tuviéramos esa iimaginación que ella el mundo cambiaría de pe a pa. Felicidades por la emocionada entrevista. Esther Llull.
ResponderEliminarHola Isthar, tienes razón, nada sería igual si la gente con esa capacidad para imaginar y fantasear la vida ocupase puestos importantes... ¡ Qué diferentes serían las cosas!
EliminarMuchas gracias por tu visita y enormemente agradecido por tus palabras.
Las musas la visitan y no se quieren ir de su lado, ¿quién querría? Una magnífica escritora pero sobre todo una gran mujer, gracias por esta entrevista.
ResponderEliminarSi Artemis, la grandeza de Loli no solo está en su trabajo, sino también y lo más importante en su persona.
EliminarGracias por estar ahí, siempre.
Un beso. Yolanda.
Jopeta, esto no lo había visto, me gusta,
ResponderEliminarbesitos
¿sabes que eres guapa?
Un placer tenerte aquí con nosotros Conchita, esta es tu casa.
EliminarMil besos!