TITO ANDRONICO
Cada vez que Shakespeare se aproxima hasta los muros del escenario de La Cava, durante el Festival de Teatro de Olite, el público responde fielmente a llenar el aforo que posee este espacio tan singular. Y es que el bardo de Stratford-upon-Avon tiene esa capacidad especial de refugiar en sus textos las más grandes virtudes y los más reprobables defectos del ser humano, y lo hace sin paños calientes, mostrándolos siempre sin pudor, como poniéndolos a prueba frente a un espejo para que únicamente se vea lo que hay, nada más ni nada menos. Para esta ocasión, el director del festival, Luis Jiménez, planteó traer a escena la obra de Tito Andrónico, una de las tragedias más sangrientas del dramaturgo inglés.
La trama de la novela nos introduce en los sucesos que le ocurren a Tito Andrónico, general romano que regresa victorioso tras las campañas contra los godos. En su regreso trae como prisioneros a la reina Tamora, a sus hijos y a un sirviente moro, Aarón, que además es amante de ella y consejero de malas artes. Guiado por la tradición romana, manda sacrificar al hijo mayor de la reina goda, lo que causará la ira de esta y su deseo de venganza. Cuando tras una serie de vicisitudes el emperador de Roma, Saturnino, se empareja con Tamora, ella aprovechará su capacidad de influencia para urdir una trama contra Tito. Así, cuando aparece el cadáver del hermano del emperador, Basiano, hacen creer que los asesinos han sido dos de los hijos del protagonista, y el emperador los hará matar. Por otra parte, los dos hijos de Tamora que aún sobreviven, violan a la hija de Tito, Lavinia, llevados por la lujuria y la promesa de su madre de que sus hechos no tendrán consecuencias. Además, para que no puedan ser descubiertos, cortan la lengua y las manos de la joven y la abandonan en un bosque. Al mismo tiempo, el emperador destiera a Lucio, el único hijo que le queda a Tito fuera de Roma para romper definitivamente a su familia.
Andrónico, cuando se da de bruces con tan funestos acontecimientos, enajenado y llevado por el ansia de venganza, planeará su desquite. Sabiendo que su hijo Lucio se ha aliado con los godos y se encuentra de camino al frente de un ejército para acabar con la corrupción del emperador, consigue atrapar a los hijos de Tamora y someterlos a castigos y tormentos, hasta darles muerte. Por su parte, el emperador Saturnino, temeroso del ejercito que se haya a las puertas de Roma, planea parlamentar con el hijo de Tito en la casa de este para evitar un conflicto que pueda hacerle perder su poder. Es entonces, en mitad del banquete con el que los agasaja Andrónico y a Tamora, cuando éste les indica que la carne que están comiendo es la de los propios hijos de la emperatriz, a quien mata personalmente. Cuando el emperador se entera, acaba con sus propias manos con Tito Andrónico, y será Lucio quien ponga fin a tanta sangre derramada dando muerte al propio emperador.
Asesinatos, traiciones, antropofagia, violación, venganza. La pluma de William Shakespeare escribió una tragedia sangrienta y durísima para dar a conocer hasta dónde puede llevar al ser humano el deseo primitivo de venganza sin que medien unos límites éticos o jurídicos de por medio. En esta obra no existe otra justicia que la del ojo por ojo, y todos los personajes la llevan a cabo. Tamora cuando ve caer asesinado a su hijo por Tito Andrónico a consecuencia de una ley de Roma; el protagonista al ver ultrajada a su hija y enterarse del asesinato de sus hijos; el emperador al conocer la muerte de su hermano... El mal sobrevuela constantemente la trama de la tragedia, siempre espoleado por la figura siniestra del moro Aaron, que tendrá un final no menos cruel.
Este Tito Andrónico de la compañía del Teatro del Noctámbulo es un espectáculo rotundo y perturbador, que sorprende, tensiona y azuza las emociones del espectador para hacer sentir en cada momento las justificaciones de los hechos que se suceden de manera implacable. No pretenden que el espectador tome partido hacia uno u otro bando, más bien al contrario, la intención es que cada uno reflexione sobre lo que ha visto y saque su propio juicio, los condene o les absuelva si es que hay alguien que lo merezca en toda la obra.
A nivel técnico, todo está cuidadosamente desarrollado, desde el vestuario al maquillaje, pasando por la escenografía, la iluminación o la música. Es un montaje de alta calidad, a la altura de unas interpretaciones no menos importantes, que colocan a esta propuesta en uno de los puestos de privilegio de la escena española, y justifica que, a pesar de ser una obra con dos años de gira, continúe representándose con la misma fuerza y el mismo interés que el primer día. Es realmente gratificante encontrarse con una obra como esta, tan bien hilvanada por su director Antonio C. Hinojosa, porque con ellas se construyen espectadores a medio y largo plazo, porque no permite relajarse en las casi dos horas y media que dura, y porque consigue que ese tiempo nos de la apariencia de reducirse a la mitad cuando la presencias. No queda si no agradecer como hizo el público de Olite, puesto en pie, el derroche de talento y magia con el que inundaron el Festival de Teatro, y sólo nos resta esperarles en sus futuros trabajos, pues nos han dejado con ganas de más. Seremos fieles. Sabemos esperar.
REPARTO
José Vicente Moirón, Alberto Barahona, Carmen Mayordomo, Alberto Lucero, José F. Ramos, Quino Díez, Lucía Fuengallego, Gabriel Moreno, Carlos Silveira e Ivan Ugalde.
EQUIPO ARTÍSTICO
Dirección: Antonio C. Guijosa
Autoría: William Shakespeare
Versión: Nando López
Composición musical: Antoni M. March
Diseño de vestuario: Rafael Garrigós
Diseño de iluminación: Carlos Cremades
Ayudante de dirección: Pedro Luis López Bellot
Caracterización y maquillaje: Pepa Casado
Diseño de escenografía: Juan Sebastián Domínguez
Ambientación: Mikelo
Realización de vestuario: Luisi Penco y Laly Moreno
Realización de escenografía: PROES
Técnico de iluminación: Carlos Cremades y Màrcia ConceiÇao
Técnico de sonido y maquinista: Javier Torres
Dirección técnica en gira: Planta Baja Producciones
Teaser: Manuel De
Fotografía: Diego Casillas, Vicente S. Román y Jero Morales
Diseño gráfico: Al Rodríguez
Entrenamiento físico: Diana caro
Ayudante de maquillaje: Nina Morión
Ayudantes de producción: Álvaro Fernández, Inma Montesinos y María Escribano
Producción ejecutiva: Isabel Montesinos
Distribución: Mara Bonilla.
Tito Andrónico es una coproducción de Teatro del Noctámbulo y el 65 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Más información: www.teatrodelnoctambulo.com
Menudo festín teatral que te estás dando este verano en Olite. Shakespeare es un imprescindible y "Tito Andrónico" una obra magnífica. Me encanta que la hayas disdrutado tanto. No conocía la Compañia del Noctámbulo. Me apunto el nombre y estaré a tento por si la veo pasar por Madrid.
ResponderEliminarSaludos
Sí, como dice Juan Carlos, menudo festín, y se nota lo mucho que lo estás disfrutando :-)
ResponderEliminarGracias por compartirlo :-)
Un beso.
Ésta sí que la vería. ¿Veis lo clásica que soy en teatro?
ResponderEliminarBesos
Qué envidia me estás dando con tanto teatro! Y si encima es del clásico, más todavía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola!
ResponderEliminaruna obra de teatro que no conocía, pero vamos, es que no le falta un detalle así que habría que verla y leerla.
Besos :)
Disfruta😊👌💜👏👏😏
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