martes, 1 de septiembre de 2015

BASTARDOS (La carnicería) y ARRESTO Y FIN DE UNA REINA (Últimos días de la reina Juana de Castilla) de Carlos Herrera Carmona





"Nadie nos avisó que la ciudad
se nutre de las almas solitarias
de los hombres que juegan a vivir.
Por sus acantilados
se lanzan las palabras que no llegan
a traspasar el corazón famélico
de las calles vacías.
Un semáforo en ámbar
avisa del peligro de las puertas
que se cierran detrás de los números rojos
y de las tentaciones de los puentes.
Aparcado de la causa
yo también soy testigo de los muertos
que yacen en los vasos de ginebra.
Nadie nos avisó de la crueldad 
que habita en el silencio de los parques
del frío amanecer,
ni del grito que anuncia la llegada
de una nueva existencia."

(Nadie nos avisó. Poemas Bastardos de Aníbal Gª Rodríguez)




El Teatro. Mi pasión, mi obsesión, ese descanso del guerrero para mi alma y mi mente. Teatro, teatro, teatro. Cuando se sube el telón siento como las preocupaciones, los problemas, la tristeza y hasta el dolor, suben con él y desaparecen entre la bruma que se desprende de la entrega de los actores y el calor del público ¡Teatro de mis entrañas, mis entretelas y mis telarañas! pues hasta estas se disipan entre esa bruma que solo puede generar el Arte por excelencia, la entrega, la pasión, la declamación, la improvisación, la magia...
Tantos son los sentimientos y sensaciones las que despiertan en mi las Tablas, que no necesito estar en la butaca de un teatro para sentir el espíritu de la escena, me basta incluso con leer una buena obra para trasladarme hasta un ficticio teatro y ver, oler, sentir, vivir la representación. Pero claro, para eso es necesario encontrar una buena obra, que no es fácil hoy en día hallarla fuera del escenario y sin contar con los clásicos;escribir teatro para ser leído no es fácil, como tampoco lo es leerlo, es muy cómodo para el espectador disfrutar de una obra visual, del trabajo de los actores, poco más que dejarse llevar es su cometido. Pero todo cambia cuando el espectador hace de lector y es él quien debe dar vida en su mente a los personajes, recrear el escenario, captar el mensaje o interpretarlo a su manera ¡El lector se convierte en actor, director, escenógrafo, iluminador...! ¿Una barrera? ¡Un montón de posibilidades es lo que es! la oportunidad de poner en escena la visión del público. Fabuloso.

Claro que para esto, hay que contar con un buen dramaturgo que sea capaz a través de sus palabras de dar vida y movimiento a los personajes en nuestra mente.

Dos piezas teatrales y un autor. Dos historias distintas y un denominador común ¿Y un libro capaz de transformar sus páginas en un escenario? ¿Podrá Carlos Herrera Carmona hacer que nos sintamos lectores-espectadores?...


EL LIBRO.

Cuando la familia lejos de ser un refugio, se convierte en un campo de batalla, cuando los recuerdos creados se convierten en un bálsamo para los recuerdos reales, cuando la única forma de ser uno mismo es escapar de quien se es y de quién han hecho de nosotros, cuando la única salida es aceptar que se está loco y así preservar la poca cordura que queda dentro de cada cual; entonces es cuando uno es consciente de que se halla al borde del abismo, tanto, que con solo respirar caería sin remisión precipicio abajo.
"Bastardos (La carnicería)" nos presenta cuatro personajes torturados por su pasado y asqueados de su presente, individuos atormentados por los daños colaterales de una familia en decadencia emocional y "fauvismo" moral, lobos contra lobos que se creen corderos. Una cita para poner contra el paredón, año tras año, a sus asistentes, sin fuerzas para luchar ni convicción para negarse a asistir.

Juana de Castilla, una mujer que quiso serlo por encima de todo, una mujer que sentía, que padecía, que se rebeló contra su sino a pesar de morir en el intento. Juana, la reina loca, la mujer enamorada, la hija dolida, la madre sufriente, la niña que nunca lo fue y la adulta que siempre quiso ser. Una corte convulsa, unos intereses creados, una ambición desmedida, un poder descontrolado, un corazón desbocado y una cama incendiada ¡Juana, Juana, Juana, la reina sepultada en vida y cuyo arresto solo consiguió atrapar su cuerpo, que no su alma ni su mente! "Arresto y fin de una reina" nos cuenta los últimos años en la vida de Juana de Castilla, años llenos de fantasmas, espectros, reproches, pesadillas, y a pesar de todo, un sueño aún dormido.

Cuando la familia es una cárcel y el propio individuo su carcelero. Dos obras teatrales que nos acercan peligrosamente al abismo, causándonos un vértigo emocional capaz de hacer temblar nuestros más sólidos pilares. 


LA OPINIÓN DEL GATO.

En cuanto vi la portada de "Bastardos y Arresto y fin de una reina" (las portadas y yo, yo y las portadas) supe que estaba ante un libro diferente; leí el título y no me cupo la menor duda: Teatro. Estaba ante una obra de teatro. O mejor, dos. Miré detenidamente esa portada, pues siempre son ellas las que me dicen más sobre el libro que la propia sinopsis, me negué a leer la contraportada y mucho menos ver como estaba catalogado el libro (que sea teatro, que sea teatro, me decía para mis adentros).
Esa imagen de un corazón real, sin artificios ni romanticismos, y una mujer de dulce rostro atrapada entre todas esas venas y arterias, me sedujo sobremanera; pensé que era porque yo misma me sentía así -tan patentes todavía las cicatrices en mi pecho, de una operación a corazón abierto- un corazón latente, de brutal hermosura, impactante a la par que artístico, desgarradora imagen y sin embargo había tanta serenidad y belleza en el rostro de la mujer...mi corazonada no me falló. Teatro. Y con ello me vino la duda que siempre me asalta en estos momentos ¿Buen teatro? pero ¿Qué es en realidad el buen teatro?

Comencé a leer "Bastardos" y no tardé en sentir a sus personajes, era fácil, Carlos Herrera había dispuesto la escena de tal manera que situarse en ella era coser y cantar; ya tenía lo más difícil a mi parecer, sentir el lugar y tenerlo frente a mi, es más, moverme por la escena al igual que los personajes. Pero me equivoqué, al menos en lo referente a que lo más complicado ya estaba hecho, pues estos empezaron a hablar e interactuar entre ellos y me sentí perdida al principio, asombrada conforme iba conociéndoles más, sorprendida por lo que me iban revelando y aturdida por lo que yo misma iba descubriendo e imaginando; al final ¡vértigo! estoy en un precipicio por el que puedo caer en cualquier momento. El autor me ha llevado por un agitado camino en el que las emociones y los sentimientos se funden y confunden, como las luces y las sombras del escenario llenan de claroscuros el pasado y el presente de los protagonistas; un camino lleno de baches, socavones y con lava ardiente bajo las piedras, una experiencia teatral como pocas veces se siente lejos de un escenario. Fabuloso. Excitante. Catastrófico. Asfixiante. Genial.

Hay que leer con la mente abierta y leer en alto las palabras que no están escritas, pero que se sienten en toda la obra. Es el pulso desbocado del que descubre lo que se trata por todos los medios de esconder. 

Aún con el vértigo de "Bastardos" corriendo por mis venas, me lancé -tras respirar hondo- de lleno pero con calma, hacia esos últimos años de Juana de Castilla en "Arresto y fin de una reina". Me encuentro con la atormentada Juana que la Historia nos ha hecho llegar, si, pero no con la loca que nos han vendido siempre; descubro a una mujer sufriendo lo indecible por que ni supo poner freno a su corazón, ni supo adormecerlo por el supuesto bien de un reino. Una mujer tan llena de dolor, como de reproches a una familia que nunca la entendió ni supo amarla con sus defectos y virtudes, una hija herida y una madre sufridora, reina y esposa, mujer siempre. De nuevo el vértigo que da el asomarse al abismo de lo que es y lo que pudo haber sido, sin poder remediar ni aceptar el pasado, teniendo siempre el temor de que el futuro no sea más que la repetición del ayer una y otra vez. 

Dos obras teatrales nada al uso, algo complicadas de entender al principio si tan solo se queda el lector con lo que lee, pero auténticas matrioskas literarias cuando se van desengranando los recuerdos de cada personaje y aunándolos para obtener la visión de conjunto. El resultado: dos obras originales, intensas, emocionantes, desgarradoras, potentes, vehementes y sobre todo, apasionadas. Un buen trabajo el del autor, Carlos Herrera, con la puesta en escena, tan precisa y detallada que hace más fácil al lector moverse por el escenario como un personaje más. 

Un buen libro y dos buenas obras teatrales ¿Qué las hace buenas? lo que hace sentir al lector y lo que permanece en él una vez bajado el telón ¿He dicho telón? razón de más pues, para no dudar de su calidad, he pasado de lectora a espectadora.

Aplausos. 








BASTARDOS (La carnicería)
 y ARRESTO Y FIN DE UNA REINA (Últimos días de la reina Juana de Castilla)

Carlos Herrera Carmona


ISBN: 978-84-9115-107-4










Una reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS




7 comentarios:

  1. ¿Cómo no leer con una reseña así? Una vez más, espectacular.
    Se encuentra poco teatro escrito y mucho menos reseñado, se agradece a autor y a articulista esta joya para empezar el mes con buen pie.
    Un abrazo

    Rafael

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    1. Te tengo que dar la razón, Rafael, el teatro escrito es difícil de encontrar, creo que tal vez la demanda del mismo no sea la que se merece este género, pero para el lector es más sencillo convertirse en espectador y disfrutar del espectáculo visual.
      Adoro ambas opciones, pero reivindico más obras teatrales escritas.

      Un abrazo Rafael

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  2. Uaoooooo! Una reseña increible! Con ganas de leer Bastardos ya. Con vuestro permiso luego daré mi opinión.
    Saludos

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    1. Por supuesto Edgar, encantados de saber tu opinión!
      No tardes en compartirla!

      Un saludo!

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  3. Como autor... ¡qué puedo decir! Maravillado y, sobre todo, correspondido. Nada como una respuesta llena de matices que me ayudan y alivian y recompesan. Como ya te comenté, Yolanda, el estreno es el 9 de octubre. Empezaré el próximo ensayo de este viernes -la escena del vestido que lleva Ruth es lo que nos queda sólo... brutal... como autor/director, me sobrepasa y la catarsis de multiplica.... - con la lectura en voz alta del tu reseña. Mañana la hacemos pública en la red. GRACIAS.

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    1. Como lectora solo puedo decir ¡Gracias, gracias, gracias! ando siempre a la busca y captura de Teatro para leer (lo de ir al teatro es ya un vicio, creo que estamos más tiempo en ellos que los propios actores) y cuando descubro y disfruto con semejante obras como la tuya, éxtasis total.
      No sabes lo que luché por conseguir tu libro...(risas)
      Como escritora te digo que has hecho un trabajo soberbio, encomiable y todo sea dicho, envidiable.

      ¡¡Gracias a ti, a vosotros, y esperamos en este blog, que hasta pronto!!

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