Eva esbelta y alegre, dueña de locos ríos
con tus ojos azules que vienen de muy lejos
¡ah!, que hondamente tuyos son los silencios míos,
giratoria dulzura de otoños y de espejos ...
Más allá de tus
manos debe nacer la espuma ,
¡ah!, exactitud de entrega de tu mirada amiga.
No hay ausencia que reste lo que tu beso suma,
y es tuyo el aire de oro que madura la espiga.
Tu voz tiene un perfume de remotos idiomas,
y tu amor, como el agua, te ofreces y te evades.
De tu sonrisa aprenden blancuras palomas
y en tu gesto resurgen destruidas ciudades.
¡Ah!, viajera del alba por la sed de tu nombre
cálido itinerario de nieve en el armiño;
hacen falta tus besos para que nazca el hombre
y para que muera completamente el niño.
Y vendrán nuevos hombres y poblaran la tierra.
Ninguno de nosotros vivirá todavía.
¡Ah remota hecatombe de espanto y odio!.
Seremos los abuelos del hombre de ojos tristes.
Solo verán las ruinas de las altas ciudades.
Y ellos, los hombres nuevos se encogerán de hombros.
Removerán las tumbas de la edad del olvido
y desdeñosamente miraran nuestros huesos.
Y, sin embargo entonces, aún brillarán los astros.
Y seguirán corriendo los ríos todavía.
Y ellos ,los nuevos hombres, inevitablemente,
suspirán también por Eva.
(José Ángel Buesa. Del Jardín del Edén a la Poesía)
En muchas ocasiones ya he dicho que
no creo en absoluto en el azar, estoy convencida y cada vez lo veo más claro y
lo vivo más habitualmente, en esta vida todo pasa por algo; una concatenación
de aparentes sin sentidos, no son más que los pasos que nos encaminan hacia un
fin previamente establecido, tan solo depende de nosotros, el Ser Humano, el
elegir la manera de llegar hasta él. Y será esa manera de seguir nuestro
camino, la que nos marque el desenlace final…a no ser que un giro en los
acontecimientos nos haga convertir en variable lo aparentemente constante.
¿O eso es lo que creemos?
Hace unos días, dando de nuevo una
vuelta por la Feria del Libro de Valencia, en el penúltimo día de la misma,
cuando el cansancio ya se deja notar y el calor sofocante de la ciudad no ayuda
mucho a hacer más llevadera la jornada, tomé la decisión de dejar a mi compañero
que acabara solo el undécimo recorrido entre casetas y limitarme en esas
últimas horas del sábado a escuchar una triple presentación literaria y
despedirme de la Feria saludando a un par de autores conocidos por el Gato y
admirados por esta Trotera. Se acabó, ya estaba bien por este año. Y es que por
mucho que una sea una lletraferida, todo
en esta vida tiene un límite. Mis pies ya no daban un paso más y mi cabeza se
negaba a asimilar más novedades, pues Ferias a parte, los que amamos las letras
en general y el papel en particular, vivimos en una Feria continua al recorrer
librerías habitualmente en nuestro día a día, o más bien, semana a semana, y si
el tiempo y la economía nos muestran los dientes –cada vez más a menudo− mes a mes.
Pero mis pasos me llevaron a una
caseta en la que en otras ocasiones ni me había detenido, pero esta vez, algo
hizo que me parara en seco ante un libro cuya portada primero, título después,
sinopsis a continuación, me hizo cambiar el rumbo.
Una mujer en la playa, de espaldas
al objetivo de la cámara, con la melena al viento frente a las olas del mar, y
un título que parecía resumir o incluso, aventurar los pasos siguientes de la
mujer: Ya no hay vuelta atrás. Y es que en ese momento, con la mujer de la
portada, todo podría ocurrir ¿Se adentraría en el mar y no miraría hacia atrás?
¿Se estaría despidiendo de una pesada carga y una vez abandonada en la orilla
del mar, regresaría firme y decidida a seguir adelante? La sinopsis prometía
que estábamos ante una gran historia de amor, una carta que cambiará el destino
de los personajes y una odisea literaria
en el que un Ulises escritor, en realidad tiene nombre de Rey de Bretaña ¿Qué estará
dispuesto a hacer por Ginebra? ¿Habrá una Morgana? ¿Merlín hará de las suyas?
Ya no me cabía la menor duda. Ese
libro me estaba esperando. Mis pasos me encaminaron hacia él y solo leyéndolo
entendería porqué. La biografía del autor primero y el propio autor después, me
dejaron claro que solo de esa manera, adentrándome en él, entendería muchas cosas…
…Y es que el
Diablo, harto de carne, se metió a fraile.
YA NO HAY VUELTA ATRÁS:
Arturo Muñoz es un joven, como
tantos hoy en día, que a pesar de una sólida preparación universitaria se
enfrenta al fantasma del Desempleo y el espectro del Desahucio; aferrado a los
recuerdos de unos padres ausentes, los cuales significaron todo para él, no
está dispuesto a perder lo único material que le queda de ellos, la casa. Para
ello tendrá que jugar su última carta y adentrarse en el serpenteante camino
del mundo literario, tan apasionante como traicionero, en el que muchos son los
jugadores y pocos los ganadores. Su suerte parece cambiar cuando en su vida
aparecen dos mujeres, ambas con nombres casi idénticos, pero al igual que Eva y Lilith, La Emperatriz y la Papisa, la
Cruz y la Cara de una moneda, distintas entre sí pero sin embargo unidas
por un mismo Destino. Y es que como todo en esta vida, algo existe porque
existe su contrario, aunque en realidad sean más las similitudes que las
diferencias, lo que cambia, es el camino que cada cual tome, pues el punto de
partida es el mismo para todos.
Las nuevas tecnologías, los vacíos
legales, la aparente impunidad del anonimato en las redes sociales, la fácil
manipulación de las mismas, la debilidad, junto con la astucia y la maldad
humana, frente a la honradez y la lucha justa por conseguir los sueños, definen
esta novela en la que una trama apasionante con un sorprendente final, son la base
de una historia en la que ante todo prima, la buena literatura.
Los entresijos del mundo literario,
la economía, la política, la justicia, la religión, las redes sociales, no hay
tema de actualidad, incluso peliagudo, en el que Antonio Gargallo Gil no entre y ponga en boca de sus protagonistas;
si bien sorprende en ocasiones durante la lectura la abierta y clara expresión
de las creencias y convicciones del autor, esta que les cuenta también reconoce
que las suyas propias afloraron durante dicha lectura y es que si para gustos
los colores, también las opiniones. Ya lo he dicho antes en relación a los
personajes, pero como en la vida misma, son más las cosas que nos unen a todos,
que las que nos separan, tan solo depende del cristal con que se mire.
Si los caminos del Señor son Inescrutables, no menos
cierto es que si el Destino es caprichoso, el Karma es implacable. Dos formas de decir lo mismo, sin olvidar que cada
cual, es un mundo…y un pensamiento.
...El Diablo solo tienta, a aquel con quien ya cuenta...
YA NO HAY VUELTA ATRÁS
Antonio Gargallo Gil
ISBN: 978-84-16180-19-6
Una reseña de Yolanda T. Villar
© Todos los Derechos Reservados
No conozco al autor, aún no he leído nada suyo, pero si me han hablado de una novela anterior y me han dicho que no es apta para cualquier ideología, pues ciertos pensamientos son demasiado aleccionadores. Yo solo puedo decir que la reseña me parece fantástica y guiándome de mi instinto y tus palabras, creo que al menos debería leerla para hablar desde el conocimiento.
ResponderEliminarGracias por traernos siempre novedades y variedades.
Un abrazo Yolanda.
Es importante leer con la mente abierta, pero igualmente lo es escribir de igual manera. Debemos pensar siempre en la literatura ante todo, en el enriquecimiento de las personas y en el mensaje final: escribir debe ser solo una herramienta, pero con un gran fin, unirnos en lugar de separarnos.
Eliminarun abrazo y nuevamente, gracias Vicent!
¡Tomo nota! me encantan tus reseñas, y las poesías que las acompañan.
ResponderEliminarLa de autores nuevos que estoy descubriendo contigo.
Besis
Eso es lo que pretendemos en el Gato, dar a conocer a autores que por no ser número uno en ventas pasan desapercibidos al gran público en general. Hay mucha valía y talento y no debemos obviarla.
EliminarUn abrazo