Hace tiempo que lo vengo pensando. Me conozco la ciudad como las almohadillas de mis garras, mi ciudad y prácticamente toda España, pues en mi incansable trotar, he trotado de Norte a Sur y de Este a Oeste; soy curioso, observador y sigiloso, y sobre todo, paso desapercibido muy fácilmente. De igual manera me cuelo por cualquier agujero en un tejado, que escapo raudo y veloz por una rendija en una ventana; si a esto le sumamos mi sexto sentido para detectar historias extraordinarias en gentes corrientes ¿Qué más se puede pedir? Pues nada, ya está decidido, voy a hacerlo.
Voy a ser Detective Privado.
Pero no un detective cualquiera,
no. Soy apuesto, elegante, con un pelazo que quita el sentido, reconozco que
algo embaucador y un seductor nato; si nena, si, mi media sonrisa y mi mirada
de fuego, son irresistibles. No solo soy sagaz, inteligente y valiente ¡Es que estoy que crujo!. En un principio
había pensado en seguir las tácticas y el estilo del elegante, formal, serio y
maduro ,de Nick Charles, “El Hombre delgado”; un galán años
cuarenta, de traje oscuro de raya diplomática o elegante smoking y brillantes
gemelos. Si, con mi fino bigote y mi pelo ondulado, partiendo corazones por
doquier. No estaría mal, un William
Powell gatuno con una Myrna Loy
de rompe y rasga…o mejor dicho, Minina
Loy.
A pesar de que me viene como
ratón a las garras, no termina de convencerme. Yo más bien soy un detective
mitad gentleman, mitad canalla, un gato callejero y un detective de oscuros
callejones con un pasado incierto y
sospechoso, pero de mirada arrebatadora y atractivo indiscutible. Si,
definitivamente ese soy yo. Nenas, hay un nuevo detective en la ciudad y está
que quita el sentido. Miauuuuuuuu. Voy a ser el nuevo Remington Steele. Ahí es ná…
Aunque de momento, voy leyendo
algo más sobre el tema, pues si las ciencias adelantan que es una barbaridad,
las técnicas detectivescas no digamos. Antonio
Bosch Conde me lo pone a tiro con su Bailando
un Tango Quebrado. Con su permiso, sigo leyendo…
“ La novela de Bosch
Conde es una novela negra tan curiosa como su propio Tango, que hasta es Quebrado.
Y es que si el lector pretende encontrarse con una novela detectivesca al uso,
ya puede ir abriendo su mente, pues de corriente y convencional, Bailando un Tango Quebrado, tiene poco.
Para empezar tenemos un “becario” a detective que lo último que hubiera
imaginado en su vida, es dedicarse a esto, pues a fin de cuentas, no fue su
deseo llegar hasta allí, fue el Destino. Arcadio aparece como el antihéroe de
la historia, con tanto por aprender y tantas oportunidades para meter la pata…un
hombre cuyos años de juventud ya han pasado pero que le queda tan lejos aún la
madurez, se encuentra que en ese momento de su vida, esta está deshecha por
todos lados, cuando hasta hace poco, tenía un futuro prometedor por delante.
Dichoso Destino, siempre incordiando. Pero Arcadio,
está lejos aún de ser un detective curtido y seguro de sí mismo, recordando
en ocasión, al despistado y metepatas, Hong
Kong Phooey, solo que Arcadio no tienen un archivador dónde
transformarse en un superdetective, tan solo cuenta con aprender de sus errores
y sobre todo de un gran maestro.
Y aquí, si, aquí hace su aparición el Sam Spade, por excelencia, el detective que esta vez sí está
curtido en mil batallas, Manuel Laborda,
el jefe de Arcadio, junto al cual vivirá la más apasionante, enigmática,
peligrosa y sorprendente aventura de sus vidas. Una historia cargada de acción,
sorpresas, misterios, enigmas, viajes, música, recuerdos, decepciones, amor y
romanticismo. Y es que como ya he dicho, que no espere el lector encontrarse
con una novela negra sin más, pues Bailando
un Tango Quebrado, son varias novelas, en una sola, tantas posibilidades,
como las que cuenta el ser humano en la vida. Destino, juguetón Destino…
Por supuesto no puede faltar una chica cañón, de esas que
entran en el despacho del detective moviendo sus caderas a ritmo de…Tango,
quebrando la compostura del más pintado. ¿Quién no recuerda a David Addison y Maddie Hayes, en Luz de
Luna? Bosch Conde nos lleva a revivirlos de nuevo a través del misterio,
diálogos agudos y una tensión sexual ¿No resuelta?...
El Destino es caprichoso. El Karma implacable. Bosch Conde,
un prestidigitador de historias.“
BAILANDO UN TANGO
QUEBRADO
Antonio Bosch Conde
Éride Ediciones
Una Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
Ohhh! ^_^ Sin palabras pero compartiendo la noticia y enviando un abrazo grande al escritor y a Yolanda T. Villar ^_^
ResponderEliminarGracias Vicenta! Cómo siempre, un honor contar contigo por este tejado.
Eliminarbesos!