sábado, 28 de julio de 2018

LA FIESTA DEL VIEJO - XIX FESTIVAL DE TEATRO DE OLITE 2018


Para la tercera propuesta de la presente edición del Festival de Teatro de Olite, desde la dirección se propuso continuar con las compañías llegadas del otro lado del Atlántico. Si en la noche anterior  tuvimos la oportunidad de conocer a Los Colochos mexicanos y su Mendoza (y que sólo Luis Jiménez sabe si están emparejadas o no a propósito), en esta ocasión visitaba el escenario de la trasera del Castillo-Palacio la compañía argentina Índigo Producciones y su obra, La Fiesta del viejo, inspirada en El rey Lear, del dramaturgo inglés más importante de todos los tiempos: William Shakespeare.



En esta ocasión, el director del montaje Fernando Ferrer, compone una adaptación bastante libre del libreto original, si bien llega a conservar la mayoría de los nombres de los personajes que aparecen en el libreto original del bardo de Stratford-upon-Avon. Así, asistimos a la celebración de cumpleaños del patriarca de una familia poderosa, poseedora entre otras cosas del club en el que se encuentran festejando el aniversario del viejo. El anciano, en un arrebato de búsqueda de sinceridad por parte de sus hijas, les anuncia que va a realizar de manera anticipada el reparto de su herencia y pretende que sus hijas, con este gesto, muestren ante todos (sus tres hijas, las parejas de éstas y el personal de servicio) cuánto es el amor que le tienen. Así, las dos primeras hijas emborracharán a su padre de cumplidos y halagos, mientras que la más pequeña, viendo en sus hermanas falsa adulación en lugar de sincerida auténtica, le hace ver que lo quiere tanto como una hija puede querer a un padre. Ni más ni menos. Ante esta respuesta, para nada esperada dado los precedentes anteriores, el viejo entra en cólera y decide desheredar a su vástaga más joven, y a partir de ahí surgirán una serie de situaciones que harán plantearse al protagonista si la decisión tomada en un arrebato de ira fue o no acertada.


Con un trabajo interpretativo descomunal, Abian Vainstein como protagonista principal, levantó al público asistente de sus butacas. Gracias a él y a una interpretación sutil y llena de matices capaz de configurar una personalidad poliédrica del personaje, los que pudimos asistir a la obra nos empapamos de lleno del mensaje que esta fantástica compañía trató de transmitirnos: el drama que asiste (a veces sumergido, otras no tanto, a toda familia que se precie de serlo), el requiebro de intereses, la lucha intestina por el poder y por tener aunque sea un poco más que tu rival, la falsa moral, la ausencia de escrúpulos, el regreso de antiguas disputas infantiles en forma de enormes dardos envenenados... Y todo ello pasando ante la mirada entre atónita y desnortada de un padre en el que afloran los sentimientos de culpa, la duda, el temor a que los errores cometidos le pasen factura... Todo ello parece llevarlo a la locura, a perder la cabeza, a hablar con las sombras que sólo él ve más allá de la cuarta pared, donde sólo hay lo que parecen ser siluetas de personas calladas que no le quitan la vista de encima... y acrecientan su sentimiento de culpabilidad.


El resto de actores, hasta un total de diez en escena, acompañan al padre en su descenso a la locura, y cada uno consigue hacer creible a sus personajes sin que parezca que realizan un gran esfuerzo (quizá lo más difícil para un actor). La escenografía recrea el club donde celebran la fiesta, con sus banderines, sus bancos de madera, su mesa de ping-pong (de la que harán uso incluso mientras esperan a que el público vaya tomando posesión de su asiento antes del inicio de la obra),... Son apenas unos elementos muy básicos pero suficientes para introducirnos en un gran jardín en el que los integrantes de esta singular familia se reunen para celebrar un gran día y en el que, debido a su espectacular final, quedarán amarrados hasta el último instante.
Sin lugar a dudas, nos quedamos con ganas de volver a verles sobre el escenario de La Cava, y ojalá que así sea cuando lo tengan a bien, pues nunca nos cansaremos de decir desde este humilde espacio que al talento hay que promoverlo, premiarlo y repetirlo, venga de donde venga.



COMPAÑÍA

Índigo Producciones

DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA
Fernando Ferrer



REPARTO
Moyra Agrelo, Agustina Benedettelli, Julieta Cayetina, Helkjær Engen, Demián Gallitelli, Ezequiel Gelbaum, Clarisa Hernandez, Gonzalo Ruiz, Julian Smud, Ezequiel Tronconi, Abian Vainstein

 
EQUIPO ARTÍSTICO/ TÉCNICO 

Producción: Laura Quevedo
Diseño de escenografía y vestuario: Peta Moreno y Marina Claypole
Diseño de iluminación: Sebastián Francia
Música e Interpretación: Stine Helkjaer Engen
Espacio y Arte: Romina Giorno
Ayudante de dirección: Marisol Scagni







Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués


©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

14 comentarios:

  1. Hola corazón!!!!
    Me encanta el teatro!!!! Leerlo me fascina, ser prota ya ni te cuento y verlo ya hace un montón que no lo hago!!!!
    Un besiño desde mividapor1libro.blogspot.com

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    1. El teatro es como una droga, una muy buena droga que se te mete en la sangre, en el alma y no te deja hasta el final de tus días, es magia, es ilusión, es fascinación, es incluso una obsesión ¡disfrútalo siempre que puedas!

      Besos.

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  2. ¡Hola guapa! Pues sí..., el talento hay que promoverlo, proclamarlo a los cuatro vientos para que llegue a la gente que esté interesada
    A mi el teatro también me fascina.
    Besos

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    1. A todos deberían inculcarnos de pequeños e incluir en nuestra educación el amor por el teatro, por las artes escénicas, es realmente maravilloso, no solamente conoces grandes autores y obras maravillosas sino que lo vives, lo sientes.
      Besos.

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  3. Parece que no podemos perdérnosla, ¿no? Ains, a ver si este verano puedo ir aunque sea una sola vez al teatro (voy cruzando los dedos)
    Besos

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    1. Bájate a Olite un año, es maravilloso, no te lo pienses es una locura absoluta, un disfrute pleno y total y puede que hasta que nos veamos 😉

      Besitos.

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  4. ¡Hola preciosa! A mi me encanta el teatro y cada vez que puedo, disfruto de alguna obra, aquí en mi ciudad. Me alegra tanto que lo hayas disfrutado. ¡Un besote!

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    1. Dame teatro y llámame tonta 😅 pero es que me picó el gusanillo de la farándula y tengo dentro el veneno 😉

      Besitos.

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  5. ¡Hola! ¿Qué tal todo? Me alegra que hayas disfrutado la obra, que envidia.
    ¡Un abrazo!

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    1. El teatro siempre se disfruta no hay nada más que dejarse llevar y volar y volar y volar.

      Besos.

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  6. Hola, no me suele encantar el teatro pero me parece interesante lo que nos cuentas
    Gracias por la entrada
    nos leemos

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    1. Si el teatro no te ha encantado es que no has debido de ver una obra que realmente merezca la pena, el teatro es muy bueno pero también hay que reconocer que hay calidad dentro de él, como en todas partes, créeme, si te dejas llevar por una buena obra ya no hay marcha atrás.

      Besos.

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  7. Esto síii, esto ya me mola más.
    Y deja de dar envidia ya, bonita.
    BEsos.

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  8. Preciosa vaya vacaciones te estás pegando, yo si fuera tu y me gustara tanto el teatro haría lo mismo.
    Eso sí, seguro que lo que están bebiendo en la escena que has puesto la foto es vino jajaja
    B7s

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