lunes, 16 de septiembre de 2019

7 DE JULIO, de Chapu Apaolaza

 7 DE JULIO, de Chapu Apaolaza


Por Santiago Navascués.

Me gusta la montaña. He de confesar que ascender a las cumbres de los montes cercanos a mi ciudad, supone para mí encaminarme hacia un remanso de paz interior, pues es eso, y no otra cosa, lo que siento cuando culmino la subida y “toco techo”. A menudo lo hago solo, sin ninguna clase de compañía, puesto que para mi supone encontrarme, allí arriba, con mi yo interior. Se trata de una sensación indescriptible, casi mágica, que alguien sólo podrá comprender si únicamente sigue mis pasos.

En no pocas ocasiones me he preguntado a leer en las noticias de deportes en distintos periódicos nacionales que es aquello que mueve a innumerables montañeros a dejar la tranquilidad y su zona de confort que les supone el resguardo de jugar junto a su familia, para adentrarse en esa montaña inhóspita, de la que algo conocen por los relatos de otros, pero que verdaderamente descubren cuando se enfrentan a ella cara a cara con toda su crudeza.

¿Por qué ponerse en peligro? ¿Por qué incluso atreverse a arriesgar la propia vida, a no volver a ver a sus hijos, a no sentir el abrazo de sus parejas? ¿Qué les proporciona la montaña que no les ofrezca todo lo que habitual mente mueve su mundo? Algunos la ascendieron para no descender nunca más. Y algunos amigos de los que allí quedaron siguen subiendo, quizá, en busca de un reencuentro. ¿Por qué?

7 de julio, de chapu apaolaza
Portada del libro, 7 de Julio

La primera vez que conocí a Chapu Apaolaza fue en las calles estrechas de Alfaro. Allí, corría por las calles vestido de blanco con fajín rojo, al estilo pamplonica, como si ponerse delante de las astas de los toros que atravesaban las arterias de la ciudad de las cigüeñas, conllevase el mismo ritual e implicase vestirse del mismo modo que cuando lo hace para ascender por la empinada Cuesta de Santo Domingo, un siete de julio a las 8:00 de la mañana, en la capital del antiguo reino de Navarra.

Durante años la lectura de sus artículos me había acompañado en innumerables desayunos mientras leía la prensa. Siempre apreciaba en él un esfuerzo por el trabajo bien hecho, una búsqueda por mimar las historias que narraba, sin olvidar de cuidar la palabra con la que las ofrecía, y con las que conseguía traspasar la barrera de ese papel de periódico o de suplemento dominical, para filtrarse, como el indeleble aroma de la tinta recién impresa, en la memoria del lector.

Al llegar a mis manos este libro, 7 de julio, editado por Libros del K. O., no dudé ni un segundo en leerlo, ya que me parecía muy interesante saber cómo plantearía el periodista donostiarra la narración de un evento de tal magnitud mundial como es El encierro de Pamplona, y todo lo que gira en torno a él, que es la ciudad entera y el millón largo de personas que la visitan durante las 204 horas que duran las fiestas de San Fermín, de cuya explosión sísmica es epicentro.

Y es que se trata de una semana casi atemporal en la que año tras año las gentes cambian pero prevalece la fiesta y su sentido telúrico: el encuentro del toro y el hombre, que hace converger a la naturaleza con la razón en un fluido caos de carreras con olor a cuerno quemado, a orín trasnochado, a tripas revueltas, a Larios y a Red Bull, a miedo contenido y a pánico desencadenado.

El escritor conocía el encierro desde niño, ya que su padre era un asiduo corredor. El encierro, visto desde fuera a los ojos de un niño, es un maremágnum de gritos, golpes y zancadas en el que, los mayores, tratan de ganar la cara del toro para correr delante de sus astas. Para un niño es como ser el mejor de la clase, o el mejor de tu equipo de fútbol, el más rápido, el más valiente. Pero también es un ejercicio temerario en el que unos enormes animales, armados de bayonetas en sus cabezas, pueden partirte en dos. Y esto deja a la mayoría observando en los balcones, contemplando desde la protección de esas modernas almenas el discurrir del torrente con admiración y recelo a un tiempo.

En el libro, Chapu Apaolaza nos cuenta cómo fue su padre quien le inició en El encierro, poco después de sentir que la enfermedad que le comía por dentro le haría despedirse precipitadamente de su hijo. De algún modo, algo dentro de sí le empujaba a trasladarle a su hijo sus enseñanzas y vivencias, además de lo más dichoso de su existencia. Hacerle entrega del mejor de sus legados, que decían los antiguos... Precisamente por eso le animó a tomarle el testigo en el ascenso anual del costerón de Santo Domingo.

Este no es un libro que trata de justificar nada ni va contra nadie. Su grandeza reside en cómo traslada el autor el amor intenso que siente hacia unos segundos entregados a  ser más rápido que sus propios miedos, a ser dueño de tu destino. En el encierro no hay jefes ni accionistas a quien rendir cuentas, ni hay fiscales o jueces ante los que declarar: sólo estás tú frente a la fuerza de la naturaleza, tú corazón y tu mente frente a los elementos. Es probable que la mayoría de los que corren cada mañana en el encierro no se sepan Teseos dentro del laberinto del Minotauro.

Seguramente casi todos desconozcan el mito griego que recordaba el destino que les llegaba a catorce jóvenes atenienses cada nueve años en virtud de una antigua pena a pagar al rey Minos, de Creta (por entonces dominador de Atenas), por la que debían ser introducidos en en irresoluble laberinto en el que moraba una temida bestia, mitad hombre-mitad toro, que se alimentaba de carne humana. Teseo, hijo del rey de Atenas, con astucia, valor e inteligencia consiguió no sólo derrotar al Minotauro, sino que además logró salir del laberinto gracias al uso de un ovillo de lana que fue deshilando desde la entrada hasta el lugar donde dio muerte a la bestia. Del mismo modo, los corredores de encierros acuden solos al encuentro con los astados, sabedores que la muerte les espera si cometen el más mínimo fallo, pero aún así no la rehuyen, pues su deseo de superar la adversidad es más fuerte que sus miedos más sensatos. Aquellos que consiguen salir indemnes sonríen satisfechos y se marchan a almorzar para reponer fuerzas con los amigos (pues el encierro guarda mucho de camaradería y de amistades fraternas e inquebrantables), pero muchos de ellos acaban siendo atendidos por los equipos sanitarios, e incluso varias decenas terminan siendo atendidos en los hospitales por lesiones graves provocadas por las caídas o por las cornadas aplicadas por los toros cuando hacen hilo en sus trepidantes carreras.

Antes que Teseo, fueron muchos los jóvenes atenienses que sirvieron como banquete al Minotauro. Sabiendo ésto ¿qué le llevaba al joven heredero del trono de Atenas a arriegar su vida sabiendo que la muerte estaba mucho más cerca que el mantenimiento de su propia vida? El encierro de Pamplona es el río de la vida porque es un fluir constante de energía en movimiento, pero nadie olvida, y los que se corren delante de los toros menos todavía, que la muerte es parte de la vida, y por lo tanto, que en el encierro también se muere. Se trata de un acontecimiento singular en el que ahora eres el hombre más dichoso del mundo, y apenas unas décimas de segundo después, caes inherte expirando tu último hálito con el olor a fricción de pezuñas sobándote las narices. Chapu Apaolaza describe con una precisión de cirujano las sensaciones que perciben, sus miedos, sus motivaciones. Por eso, cuando suena el cohete anunciando que los toros ya están en los corrales, y ellos se saben supervivientes y sin daños reseñables, se sienten revitalizados porque han vuelto a correr durante unos segundos delante de la cara del toro (o quizá ni la hayan olido), pero han sido dueños de sí mismos, han hecho lo que les gusta, y lo han hecho libremente (con esa libertad de movimientos que te da el saberte insignificante y frágil frente a la potencia indómita de un toro bravo ¡qué pase lo que tenga que pasar!). Han vencido a sus miedos. Hay millones de personas en el mundo que nunca los superan ¿Hay sensación en el mundo más placentera? El escritor donostiarra nos cuenta que no puede haberla. Si acaso, similar. Y cada uno, la vive a su manera.

Chapu Apaolaza, quizá sin pretenderlo, ha conseguido erigir un pilar fundamental sobre el que se sustenta El encierro como forma de vida y de estar en el mundo, ya que no sólo sirve para que los que participan de manera activa o pasiva se reconozcan en él y en las vivencias que nos narra, si no que es la herramienta más limpia y efectiva para que, aquellos que desconocen por completo su historia y la razón de su éxito internacional (pisadas de todas las latitudes del mundo han dejado su impronta sobre los adoquines negros de la calle Estafeta), descubran aquello que estaba oculto a sus ojos: la pasión por la vida, por estrujarla a cada instante, por vivirla al límite siendo consciente de tu propia caducidad. la lucha y la entrega en cada cosa que hagas, la tenacidad...  Ahí quedarán los por qués, sean o no compartidos con posterioridad.

Nadie que no quiera correr  el encierro debería correrlo. Nadie en buenas condiciones físicas debería adentrarse en el recorrido. Nadie que no le guste el gentío debería participar de él. Pero todo aquel que alguna vez sueñe con probar el sabor del frenesí, encontrará en las calles de la Pamplona sanferminera una oportunidad única si, como le susurraba el cadáver de un padre a su hijo en un sueño premonitorio, le hacía caso en aquel consejo que le daba, que era un auténtico tratado filosófico para enfrentarse a la vida que le restaba, y que decía así:Tu corazón es libre: ten el valor de hacerle caso. Aquel niño se llamaba William Wallace, y Hollywood lo bautizó como Braveheart.


7 de Julio

de Chapu Apaolaza

EDITORIAL LIBROS DEL K.O.

ISBN: 978-84-16001-57-6

 

 

Una Reseña de Santiago Navascués

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

38 comentarios:

  1. No, yo como completa antitaurina, no me lo llevo esta vez.

    ¡Muchos besotes!

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    1. Hola Chica Sombra, esta novela es mucho más que la aburrida dicotomía taurinos vs antitaurinos. No pretende ensalzar a unos ni lapidar a otros. Es una novela de padres e hijos, de cómo enfrentarse a la pérdida de un padre, de cómo honrarlo, de entender por qué un hombre decide poner en riesgo su vida para reivindicarla...
      Gracias, no obstante, por tu visita.

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  2. Reconozco que puede ser interesante como todo lo que nos resulta ajeno pero tanto como para leer un libro puede que no. El prólogo con lo de la montaña me ha gustado mucho.
    Besos

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    1. Hola Norah. Mi curiosidad ha sido desde siempre tan grande que precisamente me ha gustado siempre leer aquello que me es ajeno, y muy especialmente informarme con voracidad de aquello que desconozco o no entiendo. Dicen que la verdad es poliédrica, y créeme cuando te digo, que es cierto, y que las cosas se entienden mejor si perdemos algo de tiempo en ver el otro lado de las cosas. Es como el prólogo de la montaña, estoy convencido de que habrá mucha gente que no entienda qué necesidad tengo de subir ahí arriba, pero estoy convencido que muchos de ellos, si lo intentan y me acompañan, tendrán una visión distinta a la que tenían cuando permanecían ahí abajo, inmóviles junto a su inmovilismo.
      ¡Nos leemos!

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  3. No lo veo para mí, lo dejo pasar.
    Besos

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    1. Pues nos leemos en una siguiente ocasión, Ayvella, ante todo hay que ser libres para elegir aquello que nos gusta.
      XD

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  4. Aunque me resulta llamativo, lo dejo pasar, un besote preciosa;)

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    1. Seguro que le encuentras tu momento, algún día.
      Regresa cuando quieras.

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    1. Hola Manuela, pronto traeremos otras novelas que se adapten mejor a tus preferencias. Es lo bueno que tiene este lugar, que todos los gustos tienen cabida.
      ¡Hasta la próxima!

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  6. Hola preciosa!
    A mí me encanta subir al monte, Uhhh! no veas la paz y tranquilidad que me da incluso cuando estoy mal es un alivio pasear por el, envolverme en ese aura de misterio que esconde, es como si me encontrara con mi yo y me ayuda a reflexionar pero si es cierto que luego me encanta volver a mi casa, en fin... En cuanto al libro esta vez lo voy a dejar pasar.

    ❀ Fantasy Violet ❀
    Besotes! 💋💋

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    1. Hola Violeta, ya veo que hablamos el mismo idioma en cuanto a lo que se refiere al monte... ¡Somos hermanos de naturaleza! jeje
      Un beso enorme

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  7. Ayy este no lo veo para mí, el mundo taurino no me gusta para nada pero sí, como tu, el placer de subir una montaña y encontrar un momento de completa paz.
    Besotes!

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    1. ¡Hola guapa! Que la novela transcurra durante los sanfermines y hable del encierro, no quiere decir que sea su temática exclusiva. Es más, tengo amigas que han leído el libro y que no les gustan los toros, y sin embargo les ha gustado mucho y les ha servido para entender a los que corren, qué piensan, cuáles son sus miedos...
      Si alguna vez cambias de opinión, esta novela está tan bien escrita que sólo por eso ya merece la pena leerla.
      ¡Nos leemos!

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  8. Muy buenas recomendaciones. Pero claro hablamos de alguien que es muy experto en el tema. Esos subidones de adrenalina son los que creo que hacen perder el norte a la gente. Nadie debería hacer nada para lo que no está preparado.
    Buena recomendación.
    B7s

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    1. Estoy de acuerdo contigo, Ali, nadie debería hacer algo para lo que no esté preparado. Es un muy buen lema vital jejeje
      Gracias por tu visita

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  9. Con lo de subir a la montaña me has recordado a mi hermano, que vive por la zona de levante y de vez en cuando le da por subir solo. Que cualquier día se despeña por ahí y ni nos enteramos.
    Respecto al libro, en esta ocasión el tema no va conmigo. Nunca he comulgado con las fiestas que tienen que ver con animales.

    Un abrazo ;)

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    1. Hola Ray, la novela es mucho más, así que si alguna vez sientes curiosidad sobre la gente que participa y por qué lo hacen, es una buena puerta de entrada narrada desde el respeto.
      Y respecto a tu hermano, déjale que sea libre, que es la mejor sensación que uno puede experimentar jejeje
      Un abrazo para tí también.

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  10. Hola,
    Esta vez voy a pasar de la historia, no es para mi.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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    1. En otra ocasión encontrarás la novela que se adapte mejor a tí, no te quepa duda. Aquí tienen cabida todo tipo de libros. Es una de nuestras grandes bazas.
      Besos para tí también.

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  11. Este genero o hustoria no es el tipo que me guste leer o que disfrute, espero pronto reseñes uno que si sea de mi gusto.

    Pd. Acabo de descubrir tu blog y me parece interesante, te invito al mio❤ Besos y abrazsos desde libros chidos

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    1. Hola guapa, estamos encantados de descubrirte a tí también.
      Estás en tu casa, así que puedes revolver en los armarios para buscar aquello que te guste. Y si no, puedes permanecer atenta y descubrir nuestras novedades.
      ¡Seguro que nos leemos!

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  12. Hola, si bien me llama la atencion creo que lo dejare pasar porque no creo que vaya a disfrutarlo
    gracias por la entrada
    nos leemos

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    1. Gracias a tí por tu visita.
      Nos vemos en breve.

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  13. Magnífica reseña, ya lo creo. Aunque no me veo leyéndola, porque esta fiesta pamplonica universal no me atrae, aunque seguro que el libro va más allá, por lo que nos comentas. Un abrazo.

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    1. Así es, Francisco, la novela es muy buena y va más allá de lo que se ve. Tan sólo hay que tener voluntad de caminar hacia ella jejeje Me alegra que te haya gustado la reseña.
      Un abrazo

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  14. ¡Ole la reseña que te has marcado!
    Yo no soy de San Fermines, aunque respeto la fiesta. No entiendo de las artes taurinas, ni he sentido interéspor su mundo, aunque las tradiciones de un pueblo opino deben cuidarse. Pero cuando te leo describir la pasión de este hombre por los encierros y su respeto hacia la disciplina y la corrección, me entra cuando menos curiosidad por conocer sobre él y sus encierros.
    Enhorabuena, preciosa!!

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    1. ¡Hola guapa! Tengo un amigo que es periodista y que, por su profesión, le ha tocado entrevistar a todo tipo de artistas: desde Rosalía a Ferrán Adriá. Y un día me dijo: Desconfía de los desapasionados. Todos los referentes tienen la pasión como elemento común que desborda el mundo. Si le pones pasión a lo que haces, el límite lo pones tú.
      Pues eso: sintamos, apasionémonos, vivamos y, por encima de todo lo demás, seamos libres para hacerlo.
      Encantado de que te guste mi reseña.
      Un beso

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  15. Es un libro por lo que leo de una temática muy particular. No es lo que yo leería, pero veo que te ha impresionado. Me alegro. Bss.
    Concha Yunta

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    1. Hola Concha, la verdad es que se trata de una novela que no te deja indiferente, y que está tan bien narrada que te hace ponerte en el lugar del protagonista.
      ¡Nos leemos!

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  16. Hola Yolanda!! Es muy difentes, desde luego, esta lectura que nos propones. No sé, aunque me ha gustado mucho saber de esta novela. Besos!!

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    1. Hola Ana, este blog acepta todo tipo de novelas y temáticas, no decimos que no a nada que nos apetezca leer, siempre bajo la premisa del respeto desde nosotros hacia nuestros lectores y viceversa, como no puede ser de otro modo. Esta novela es un muy buen ejemplo de ello, y me alegra que te haya gustado la reseña.
      Espero verte de nuevo pronto por aquí.

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  17. Hola!
    Es un libro diferente a todo lo que he leído pero creo que lo dejo pasar.
    Besos!

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    1. Sabes que esta es tu casa, María, así que seguro que pronto encuentras algo que seguro que te apetece llevarte para leer.
      Un beso

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  18. Ayyyy no leo mucho de este tipo de libros, pero a mi madre le gustan a si que se lo recomendare, ya te contare cuando lo llegue a leer ella, saludos🌹

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    1. Perfecto guapa, quedamos a la espera de que nos confirmes la opinión que le mereció a tu mamá jejeje
      Gracias por tu visita

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  19. hola,
    este libro lo dejo pasar porque no me llama demasiado, me lo apuntare para regalar
    Gracias por la reseña
    Besotessssssssssss

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    1. Genial, me parece una decisión acertadísima. Que no entre dentro de tus gustos no está reñido con que lo aceptes como un posible regalo hacia alguien a quien aprecies y que, como es normal, sus gustos no coincidan con los tuyos jejeje Me has recordado al cuñado de un amigo que sólo regalaba cosas que le gustaban a él, sin importarle el gusto del destinatario... Luego se extrañaba y se enfadaba porque sus regalos siempre eran devueltos y reemplazados por otros... ¿Por qué sería?
      Un beso, Serena

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