"El salto hacia la página en blanco
es un salto a ciegas
en el cual quien escribe,
cuenta apenas con su fe
de que el precipicio
lo deje con vida
una vez que haya puesto
el punto final
a lo que escribe.
La página en blanco
es una invitación a dar el salto,
sin que pueda saberse
lo que ocurrirá después,
quizá alguna señal,
el ladrido de un pequeño perro
nos advierta,
pero seguimos avanzando
y nos lanzamos gustosamente
hacia el abismo."
(Salto -El loco del Tarot-. Alejandro R.)
Cuando era pequeña mi madre trabajaba como modista bordadora para unos conocidos grandes almacenes, eran horas y horas de trabajo frente a una máquina de coser, tanto en almacén como en casa; teníamos unos vecinos en la puerta de al lado muy peculiares, él era un ex capitán del ejército, ya viudo, y ella era su hija, Concorde, nacida francesa pero criada entre Melilla, Ceuta y Marruecos donde su padre trabajó durante años. Ella era una mujer fascinante a mis ojos infantiles, una mujer de pelo rojo fuego intenso y largo, vestía con túnicas preciosas de vistosos colores y su habitación era un mundo mágico de luces, colores, sedas, imágenes de diosas para mi desconocidas y que yo creía eran princesas, y objetos y artilugios que jamás en mi vida había visto.
A cambio de cuidarme algunas horas al día, mi madre le bordaba las túnicas con las imágenes y dibujos que ella le dibujaba, y luego, esos mismos bocetos acababan siendo protagonistas de extraños cuentos que me contaba a solas en su habitación.
En un cofre guardaba infinidad de trastos que yo llamaba tesoros, y entre ellos había una baraja de cartas muy extrañas que en lugar de oros, bastos y sotas varias, mostraban imágenes de tipos curiosos y algo esperpénticos ¡Pero me fascinaban! no podía dejar de mirarlos una y otra vez, una y otra vez, no veía el momento en que Concorde pasara a casa a por mi, para que mi madre trabajara -y eso que el Capitán Picón me aterraba, y pasar por delante suya hacia la habitación de Concorde, me ponía muy nerviosa- y así poder ver aquellas extrañas cartas a las que mi niñera acompañaba con un cuento cada una.
Solo recuerdo tres de aquellas historias: la de Odín, la del Círculo impar y la del Caballero de las mil muertes.
Curiosamente, las cartas correspondientes a esas historias, se convirtieron en los tres arcanos de mi vida, siempre presentes en ella y para mi, y con el paso del tiempo, en mis favoritos...a pesar de una dura relación amor-odio entre nosotros cuatro...
EL LIBRO.
Ritxard Agirre nos presenta un mapa mundi interno para ayudarnos a descubrirnos a nosotros mismos en un viaje íntimo por nuestra propia psiqué, viaje cargado de luces y sombras, las inherentes y las adquiridas, las que nos ayudan a avanzar y las que hemos de alumbrar para deshacernos de pesadas cargas. Un camino con veintidós paradas en las que la anterior nos servirá de impulso hacia la siguiente, sin detener nuestro caminar, para dejar atrás con cada paso un lastre y llevar un halo de luz en el próximo paso a dar, para ver bien el camino sin olvidar que la oscuridad siempre estará a nuestro alrededor para que sepamos apreciar la luz que ilumina nuestro Ser y nuestro Estar. Tarot, Camino de luces y sombras es más que un instrumento, es un vehículo que nos conducirá hasta el Ser más importante, superior y universal que existe, Nuestro Yo Interior. Porque somos caminantes en un Universo invisible a los ojos.
LA OPINIÓN DEL GATO.
Hace mucho que el Tarot me encontró. Creo que él vio en mi, en aquella niña solitaria y fantástica una loca que necesitaría a lo largo de su vida mucha ayuda para salir de las innumerables sombras en las que caería y en muchas de las cuales no contaría con más ayuda que la suya propia y la de las pocas personas entre las que debería distinguir las positivas de las tóxicas.
Por eso estoy convencida de que fue Él quien me encontró a mi y supo nada más verme, que le necesitaría a mi lado siempre. Ha sido mi Credo, mi Terapeuta, mi Evasión, mi Implicación y una de mis grandes Pasiones, y cuarenta años después, todos y cada uno de los que han ido conformando mi propio cofre, mis Tesoros...
Es ese respeto, admiración, amor y agradecimiento tan grande el que siento hacia el Tarot, el que en un principio activó mi recelo y reticencia a adentrarme en el camino de luces y sombras de Ritxard Agirre, dado mi mala experiencia con sus dos obras anteriores, las cuales no solo me decepcionaron si no que me lograron enfadar por ver como un autor con un interior tan pleno y luminoso -eso sentí la primera vez que contactamos- nos mostraba un erotismo burdo, oscuro y mediocre. Pero mi pasión por el Tarot pudo más, y la curiosidad no digamos, pues fue esta la que finalmente me hizo sentarme y comenzar a andar por el arquetípico camino que Agirre nos revela en esta su nueva obra.
He caminado pausada a pesar de conocer las coordenadas, disfrutando del camino, relajada, sonriendo con el punto de vista en ciertos momentos del autor, a veces divertido, otras disparatado, pero siempre certero y directo, y sobre todo, honrado, respetuoso y agradecido a tan Gran Saber; han sido muchas las cosas en las que hemos coincidido, es más, no lo considero nada ácrata, o más bien poco, puede ser porque yo tan solo soy purista con la paella, lo demás, es carne de innovación, modernidad y de echarle un buen revolcón a los preceptos y dogmas y dejarlos ojipláticos, boquiabiertos y hasta con las patas vueltas.
Uno de los capítulos que más me han gustado, porque estoy más que convencida de que lo cortés no quita lo valiente, es el dedicado al Cristo del Amor, en la Catedral de Santiago de Bilbao; y digo esto porque soy una absoluta enamorada de estos maravillosos monumentos de la humanidad, las Catedrales, y junto a ellas y sin desmerecer, Basílicas, Ermitas e Iglesias añejas. Ya no solamente como estudiante de Arte que fui, sino como centros de inspiración, meditación, relajación, puntos de conexión entre mi Ego y mi Espíritu (mención a parte los "jefes" y la parafernalia que llevan implícita, con los cuales ni "comulgo" ni entro en debate, ellos por su lado, yo por el mío) y me gusta visitar, mezclarme, sentir y hablar conmigo misma y con mi Yo más olvidado cuando estoy en ellas.
Por eso mismo quiero recomendar a autor y lectores, visitar la Iglesia de Santa María en Alarcón, Cuenca, cuyo Retablo en el Altar Mayor, es un despliegue de arcanos "sacrilizados" del Tarot. Impresionante y para conocedores del tema, Alucinante.
Lo que menos me ha gustado...aunque sabida es la pasión por el ciclismo del autor, los símiles ciclistas utilizados para explicarnos cómo los arcanos influyen en la vida real, en un par de ocasiones resultan forzados, poco que ver con lo que se quiere dar a entender, no termina de empatizar con algunos lectores; pero bueno, eso es fácil de subsanar, cada cual no tiene más que reflexionar sobre el arcano presentado y llevarlo a su terreno -en mi caso libros o teatro- y el "ejemplo real" viene dado por si solo. Cada individuo es una Pasión.
Sabios, profetas, mesías, iluminados varios, todos tienen algo en común cuando se trata del Tarot y del conocimiento que encierran -y extrapolamos a nuestra Fe propia- es un valioso vehículo para recorrer el camino que se esconde en el Interior de cada uno de nosotros. Un viaje sin fin porque el Ser Humano es eterno en su propia carnalidad.
Ritxard Agirre en Tarot, camino de luces y sombras, ha ejercido de perfecto Cicerone y desde su peculiar y esotérica agencia de viajes nos ha llevado con un mapa abierto y sin más fronteras que las que cada cual se marca con sus prejuicios y falsas creencias, a un Viaje al Centro de la Verdad Primigenia, el del Ser Humano antes de los extremismos divinos y las religiones dictatoriales. El del Ser Humano Puro y Original.
(©Yolanda
T. Villar)
TAROT, Camino de luces y sombras
Ritxard Agirre
Prólogos: Georgina Jacobs y Ricardo J. Palmeiro
ISBN: 978-84-944594-1-2
Editorial Mundo Palabras
Para adquirir el Ensayo, pinchad Aquí
Una Reseña de Yolanda T. Villar
Fotos: ©Yolanda
T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
Un mundo peculiar el de los arquetipos, algo que como todo depende de los ojos con lo que se mire. La reseña es fantástica, como siempre en este tejado prima la calidad, la elegancia y el respeto.
ResponderEliminarMuy buena Yolanda, muy buena.
Un abrazo
Rafa
¡Exactamente! Como todo en esta vida depende de quien mire, no podría haberlo dicho mejor.
EliminarUn abrazo Rafa, fuerte.
¡Me encantan las imágenes! Cómo se nota que eres una artista, si es que llevas el arte en la venas.
ResponderEliminarA mi el Tarot no me convence mucho, claro que tampoco he tenido demasiado trato con él, pero solo con el pedazo reseña que has escrito podría hasta leerlo ¡A pesar de las obras anteriores del autor!
Tienes talento y valor, di que si.
Besis
Bueno, siempre procuro personalizar las reseñas al máximo, me parece importante para el autor y los lectores que sepan que en este Tejado, todo el mundo vale mucho.
EliminarEn fin...para gustos los colores.
Besos!!
Te doy la razón, la iglesia de Santa María de Alarcón es de una belleza sublime y cargada de señales esotéricas, preciosa.
ResponderEliminarLa anterior novela del autor, no se si era la primera o la segunda, me pareció un desbarajuste mental y literario brutal, es lo que tiene fiarse de cualquiera en facebook.
Mejor, pasar primero por aquí.
Me encantó vuestro reportaje en Cuenca, Enhorabuena!
Un abrazo.
Lola Mateo Ruiz