Nunca quebré el camino
por acercar mi aliento a tu sonrisa,
por latir en el filo
de tu miedo.
Temo herir tu sonrisa
si cruzara despacio
el corazón cerrado de la niebla.
Tal vez hoy yo consiga
acercando latidos
atravesar la piedra donde nace
el gotear del agua
de nuestro dócil miedo.
Abandona tu miedo.
Nunca será mi piel un desafío.
Acaso una pregunta.
Tal vez playa.
Quizá llegue a abrazar con mi latido
la luz que no quería ser amada
en la lejana piel de tu silencio.
(Leonor Nadir)
PRÉSTAME
TU AMOR de Javier Romero
Hay
quien dice que las cosas suceden porque si, sin darle mayor importancia a los
sucesos que pasan en la vida, ya sean para bien o para mal. Pasan y ya está.
Pero a mi esta rotunda afirmación no solo me parece simplista, sino cobarde;
pues no querer preguntarte o pararte a pensar que todo lo que hacemos en la
vida tiene su causa y efecto, por no ser o bien capaces de quedarnos a solas
con nosotros mismos y reconocer nuestros errores, o bien, y lo más probable, es
que aún reconociendo que hemos cometido fallos, seamos incapaces de asumirlos.
El
mundo es demasiado perfecto como para que todo pase por simple azar. Sería como
pensar todavía a estas alturas que salimos de la nada, que un Ser supremo del
que tampoco se sabe de dónde vino, nos colocó aquí tal cual somos y puso a
nuestra disposición al resto de criaturas salidas también de la más absoluta
Nada.
Un soplo divino, el viento. Una lágrima
celestial, la lluvia. Y eso es todo. Nada es el hombre pues. No, en absoluto.
El ser humano lo es todo. Todo. Y como centro del universo, somos dueños de nuestros
actos, aunque no siempre sepamos actuar racionalmente, y tropecemos no dos
veces con la misma piedra, si no mil ¿Y no es eso lo maravilloso de estar vivo?
sentir, querer, errar, rectificar, obviar, elegir, decidir, pensar, enfrentarse
y hasta huir, pero ante todo vivir.
No me
cansaré de repetirlo, pero si el Destino es caprichoso, el Karma es implacable.
Y en
mi Destino se cruzó un día Javier Romero,
y fue dejando en mi senda pequeños momentos
de reflexión y disfrute; altos en el camino para permitirme tomar aire, ver la
vida desde otra perspectiva y verme a mí misma desde el otro lado del espejo.
Paradas, en ese trotar y discurrir de la vida, en forma de novelas, tres para
ser exactos y ya vislumbro el cuarto apenas unos pasos de este último parón. Si,
nada sucede por azar y conocer un día a Javier no iba a ser menos, y poder hoy
disfrutar de su tercera novela, tampoco iba a serlo. Lo dije cuando leí por
primera vez su trabajo, aquella primera novela que está tan cerca como lejana
de esta tercera, pues si bien parece que el tiempo no haya pasado, este mismo
tiempo transcurrido nos demuestra que no fue la casualidad la que hizo triunfar
ese primer trabajo suyo, no. Uno no llega a forjarse un nombre y crear una
trayectoria literaria como ha hecho Javier
Romero, si no hay trabajo duro y talento detrás. Si, ya lo dije anteriormente,
pero Javier ha creado un antes y un
después en la literatura romántica contemporánea.
Yo no
estaría escribiendo esta reseña, ya la tercera en la carrera del escritor
madrileño, de no ser por aquel primer libro que comencé leyendo con reticencia
y llena de prejuicios hacia este género literario y que acabé llena de emoción
y con una idea clara en la cabeza: la novela romántica de antaño, había muerto
¡Larga vida a la nueva literatura romántica! y lo dice alguien que tras
infructuosas y decepcionantes –como clones, como copias, como leer la misma historia una
y otra vez− lecturas de novelas románticas, se negó a seguir perdiendo
el tiempo leyendo nada más sobre este género, denostado durante mucho tiempo
debido a la falta de ideas, de asumir riesgos y de dejarse la piel en ello de
ciertos escritores “románticos”.
No,
por supuesto que no fue casualidad, ni que esa primera novela cayera en mis
manos, ni mucho menos que a día de hoy ya estemos hablando de la tercera y
cuarta. Karma, si, por supuesto. La
justa recompensa a un buen hacer literario y a la valentía de un hombre que
cayó en un mundo normalmente copado por mujeres y que nos ha demostrado con
creces a todas y a todos, que el romanticismo de calidad, también es cosa de
hombres. Incluso más que una copa de Soberano.
LA
NOVELA:
Javier Romero no deja de sorprendernos con cada nuevo trabajo. Mente
prolífica donde las haya y una inquietud literaria digna de los grandes
autores, Javier no solo nos presenta originales historias cargadas de sorpresas,
acción, intriga, comedia, drama, además
nos involucra en ellas, desde la primera página hasta la última de manera
magistral; lo consigue perfilando personajes, tanto que los convierte en
personas reales fáciles de imaginar en la trama y consiguiendo que nos sean
identificables en la vida real, creando un universo literario tal cual es la
vida misma. Su narrativa es sencilla, fluida, liviana, todas y cada una de las
frases de sus personajes serían dichas por nosotros de igual manera, y eso, eso
justamente es lo que hace de este autor, un escritor accesible, un escritor del
día a día. Y por eso nos gusta tanto, porque nos hace sencillo, lo que en
realidad puede llegar a ser muy
complicado: las relaciones amorosas.
“María, la que fue la mejor escritora de
romántica del momento, una mujer que en otro tiempo lo tuvo todo, que no dudó
en utilizar a todo aquel que tenía a su lado, incluso tiranizándoles, una mujer
sin escrúpulos que tenía como Leiv Motiv,
El Fin justifica los Medios, se ve ahora por caprichos del Destino al otro
lado del espejo; relegada al olvido, sobreviviendo en un empleo sin futuro y
sufriendo en sus propias carnes la tiranía y la pedantería de quien cree estar
por encima del bien y del mal, no solo se siente bien con su nueva vida, sino
que está convencida que es el justo castigo que merece por su actitud pasada.
Pero es que el Karma no se deja influenciar por nada ni por nadie, no es uno
mismo quien decide si tiene lo que se merece, es este, el Karma, quien lo hace.
Y es quien pone punto y final a un camino lleno de espinas y algunas rosas.”
Javier Romero, una vez más nos trae una historia de esas que traspasan
el papel, para convertirse en parte de
uno mismo. Personajes estructurados, reales –incluso un guiño
fabuloso a varios de sus personajes de su primera novela− y una trama que te
hará sentir que de no ser una novela, podría ser la vida de tu vecina de al
lado…
…¿Y
si lo fuera?...
PRÉSTAME TU AMOR
Javier Romero
ISBN: 978-84-943035-4-8
Una reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
¡Me encanta! que ganas de leerla, acabo de leer Ódiame y yo también te querré y me ha encantado, seguí tu consejo y ahora soy fan incondicional de J.R.
ResponderEliminarY la reseña como siempre fabulosa. La poesía inicial es increíble.
Besis
Te encantará, es inevitable leer una tras otra sus novelas.
EliminarGracias!
Mi enhorabuena al autor, Javier Romero, por esta tercera novela y mi agradecimiento sincero a la reseñadora que con tantísima eficacia presenta sus novedades y nos descubre los horizontes literarios de valía.
ResponderEliminarMucho éxito, señor escritor.
Muchas gracias, Yolanda Toledo.
Muakkksss grandes, El Gato Trotero.
Querida Vicenta, cuando un libro es bueno, las palabras vienen solas. Da gusto trabajar junto a autores tan magníficos como vosotros.
EliminarEs todo un honor.
Un Muak enorme para ti!