miércoles, 8 de octubre de 2014

SALDANDO CUENTAS AQUÍ Y ALLÁ. COMENZANDO A VIVIR DE NUEVO de Aurea Vicenta González




“Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él.

Y yo dije al Señor: "Por las sendas mortales
le llevan, ¡sombra amada que no saben guiar!
¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales
o le hundes en el largo sueño que sabes dar!

"¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!
Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor".

Se detuvo la barca rosa de su vivir...
¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!”

(Malas manos tomaron tu vida, de Gabriela Mistral)



Camino despacio por mi ciudad, no tengo muy claro cuál es mi destino hoy, aunque tampoco me lo planteo, me conformo con andar y que sean mis pasos o las señales de los hados los que me lleven a un lugar concreto ¿Qué estos no existen y que es cada uno el que se busca su camino y se labra su porvenir, sin ayuda externa? si, antes yo también lo creía. Hace un año me lamentaba porque no tenía todo lo que quería, lo que creía merecerme, claro era mi Destino y cristalina la forma de conseguirlo, y al ver que ese justo premio no llegaba, me lamentaba de mi mala suerte ¿Porqué gente que se lo merecía menos que yo, si tenía todo lo que quería, y sin esfuerzo ni talento alguno? gente que vivía agenciándose de los logros y el trabajo de otros.


¿Qué sería capaz de hacer para lograr al fin lo que tanto ansío y merezco? ¿Podría pasar por encima de los demás sin conciencia ni reparo alguno, tal y como hacían ellos? Si merezco algo en esta vida, lo quiero, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Esa fue mi resolución, nada ni nadie podría pararme. Yo y solo yo, sería la dueña de mi Destino, y se acabaron las contemplaciones y los remordimientos de conciencia con aquellos que no los habían tenido conmigo.
Hoy mis pasos me llevan hasta un gran parque, con una gran pérgola en forma de barco. Sopla el viento y me da la impresión de que se izarán unas velas de un momento a otro y las baldosas onduladas  del suelo se transformarán en olas; me agarro con fuerza a una barandilla de mi peculiar barco, de un momento a otro comenzaremos a navegar, cierro los ojos y en efecto ¡Surco el mar y el cielo por igual! y al abrirlos, sigo sintiéndome flotar. No se qué o quién me ha traído hasta aquí, ni por qué razón, y ya lo he dicho antes, es que no me importa. Solo se que estoy aquí, Estoy, simplemente estoy.
Se me ha dado una segunda oportunidad, andaba enfrascada en preocupaciones materiales y en maldecir mi mala suerte, cuando algo más importante estaba a punto de suceder: la vida se me esfumaba y el hilo que me unía a ella estaba a punto de romperse. Pero aquí estoy, caminar de nuevo, navegar en un barco sin mar y acariciar a mi gata que me espera impaciente en casa. Esos son mis hados y este es mi Destino. Poder contarlo.

Saldo mis cuentas día a día y aprendo a vivir de nuevo…y que cada mástil, aguante su vela.



“ Saldando cuentas aquí y allá y Comenzando a vivir de nuevo, son las dos partes que conforman  un relato magistralmente escrito por Aurea Vicenta González, y si magistral es su escritura, proverbial es su mensaje. Es fácil para cualquier lector imbuirse en su lectura y sentirse identificado con la historia, pues en algún momento de nuestra vida, todos hemos sentido la necesidad de saldar cuentas para seguir adelante y hemos buscado el camino que nos lleve hasta una nueva vida, los engranajes que pongan en marcha la maquinaria que haga funcionar la ansiada Segunda Oportunidad.

Alex ha cometido un error en su vida. Un buen día se cansó de ser un mero títere en la vida, un espectador  sin opinión tan solo a merced de poderosos que deciden quien pierde lo que tiene para que otros se lucren a costa del trabajo y el esfuerzo ajeno. Y Alex decidió convertirse en Robin Hood un buen día, porque sí, porque se lo merecía, porque la vida estaba siendo injusta con él y necesitaba un premio que nunca llegaría por sí solo; y lo hizo sin mirar las consecuencias, sin pensar en los daños colaterales, ni en los propios…
Pero siempre hay algo más poderoso que uno mismo que te empuja a ver fuera de ti, sentimientos por otras personas que te remueven las entrañas y sacuden tus cimientos, y desde ese momento, hay cosas que ya no tienen ninguna importancia, y uno debe luchar por lo verdaderamente importante, incluida su propia vida.

Y a Alex le cuesta encontrar su camino porque han sido demasiados los atajos que ha tomado…

Una historia preciosa, perfectamente hilada y contada con una naturalidad y una precisión en las descripciones físicas y emocionales, que el relato prácticamente se puede ver, palpar, oler. Aurea Vicenta ha encontrado en él, la manera más bella de hacernos ver que pase lo que pase, siempre se puede Comenzar de nuevo, si uno Salda sus cuentas antes.”



SALDANDO CUENTAS AQUÍ Y ALLÁ
COMENZANDO A VIVIR DE NUEVO

Aurea Vicenta González

ISBN: 978-84-15799-34-4
Edita: El Fantasma de los sueños, S.L.

Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

4 comentarios:

  1. Gabriela Mistral y unos versos que conmueven hasta lo más profundo del ser.
    Los pasos de la hermosa persona que escribe el texto.
    Comprender que el escribir puede ser "algo más" pues transmite...
    Todo junto y enjugar unas traicioneras lágrimas antes de decir ¡¡¡GRACIAS!!!

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    1. Las gracias son mutuas pues, Aurea, cuando una buena lectura cae en tus manos, solo puedes decir: ¡Viva!

      Nadie mejor que la Mistral para decir con versos lo que se quedaría corto con prosa.
      Un enorme abrazo.

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  2. Pues si vosotras os dais las gracias, yo no voy a ser menos. Así que gracias a ambas por lo bien que sabeis escribir y trasmitirnos.
    Sois geniales las dos. Besos dobles.

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  3. Me habéis emocionado al final, si es que sois dos gatitas a las que adoro. Es una suerte contar con escritoras y amigas como vosotras, así es muy fácil trabajar.

    Un beso enorme, Barbarella!

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