Es más que probable que uno de los primeros pensamientos trascendentales que le pasaron al primer homínido con capacidad de razonar por su cabeza fue averiguar el origen de su propia condición, desentrañar su identidad, identificar su propio Ser. Seguramente ocurrió en una de las muchas veces que acudía hasta la orilla del río más próximo a las tierras que dominaba junto a los suyos. Allí, frente al suave flujo de un agua que reflejaba su rostro, logró descifrar que aquello que veía era un reflejo de los árboles que estaban a sus espaldas, y que aquel ser que observaba con absoluta sorpresa no era otro que él mismo. Desde entonces, la búsqueda por conocernos, por saber de nosotros, por conquistar la explicación a nuestro lugar en el planeta Tierra siempre será un útil más que nos acompañe en nuestro caminar, pase lo que pase, junto a nuestra pareja, nuestra memoria y unos pedazos de pedernal.
Regresaba después de varios años (quince, para ser exactos, cuando estrenaron en la Muestra de Teatro Cómicos de Alfaro su reconocido Pan con Pan, que fue galardonado con el Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación) la compañía Zanguango Teatro hasta la Ciudad de las Cigüeñas, que no es otra que Alfaro (La Rioja). Por aquel entonces, la sala en la que actuaron apenas reunía las condiciones mínimas exigibles para poner en escena de manera digna aquellos primeros espectáculos que los organizadores (Cuatre Cats) de la Muestra programaban: una mezcla de compañías reconocidas junto a otras transgresoras o que comenzaban a despuntar.
Hoy, esos mismos cuatro gatos siguen al frente de la organización, y el pasado fin de semana nos propusieron el desafío que traían entre manos dos actores geniales: Txubio Fernández de Jaúregui y Miguel Garcés. Bajo las órdenes de dirección de Miguel Muñoz, dan vida a dos hombres cualquiera en un lugar cualquiera, en un tiempo cualquiera. Podrían ser usted que me lee, yo, que esto escribo, o el vecino de la acera de enfrente. Pudiera darse el caso que la acción tuviese lugar en Alfaro, Valencia o en Manizales (Colombia). Nadie sabrá nunca si sucedió en los ochenta, quizá en los dos mil, o quizá el día de antes al estreno. Incluso la música era indeterminada. Y sin embargo, nada de todo esto es trascendente, y es por aquí por donde nos pretende conducir Zanguango Teatro: olvidarnos de lo accesorio y centrarnos en lo verdaderamente importante: el Ser de cada uno.
El encuentro de dos hombres en mitad de un parque. Una canasta de baloncesto. Otoño. Unos columpios que chirrían si se les provoca. Hojarasca seca como alfombra para el escenario. Se miran. Se sorprenden. Se conocen el uno al otro, nunca a sí mismos. Por eso necesitan del otro para saberse. Escuchan pacientes las vidas que dice el otro pertenecerles, y la llegan a tomar como propias, las aceptan a pesar de no ser, quizá, como las hubiesen imaginado. De pronto, un silencio se hace entre los dos. Se miran, no se reconocen. Todo ha sido nada.
De este modo, ambos actores introducen al público en un maremágnum de escenas disparatadas, donde el humor absurdo y unos diálogos que danzan al ritmo de una zarabanda muestran el terror de no saber quiénes somos o qué sentido tiene nuestro futuro si no tenemos noticias de lo fue de nuestro pasado.
A destacar, cómo no, la intensidad de las interpretaciones llevadas a cabo por Txubio Fernández Jaúregui y Miguel Garcés, sus aptitudes gestuales y su capacidad para estar a la altura de una propuesta físicamente exigente. Son esos raros actores capaces de hacer parecer natural y sin esfuerzo un trabajo arduo y minucioso; de esos que hacen buenos los espectáculos planos, y sorprendentes los que buscan lanzar al espectador más allá de lo que ven sus ojos.
Ésto último pasó, allí, en Alfaro. Miguel Muñoz y los suyos lo pretendían. Y lo consiguieron.
COMPAÑÍA
REPARTO
Txubio Fernández de Jáuregui y Miguel Garcés
Txubio Fernández de Jáuregui y Miguel Garcés
EQUIPO ARTÍSTICO/ TÉCNICO
Autores:
Miguel Muñoz, Txubio Fdz. de Jáuregui y Miguel Garcés
Diseño de iluminación:
Miguel Muñoz
Sonido e Iluminación:
Platea Espectáculos S.C.
Escenografía:
Carlos Pérez Donado
Fotografía:
Marta Vidanes
Video realización:
Taupada Multimedia
Distribución:
Zanguango Teatro
Producción:
Zanguango Teatro
Redacción
Santiago Navascués
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