EL CASO NEWTON, de Anton Arriola

¿Alguien se acuerda de aquella novela que rompió los esquemas del mundo entero, que fue llevada a los tribunales acusada de plagio y zarandeada por la comunidad historiadora  porque la entendían llena de errores mayúsculos en la infinitud de datos que aportaba? Sí, quería recordar El código Da Vinci, posiblemente el mayor fenómeno editorial de ventas del siglo XXI (superó a otros booms literarios como la última entrega de Harry Potter o a las Cincuenta sombras de Grey).

Aquella fue una novela tramposa para muchos, pero vendió decenas de millones de ejemplares en todo el mundo, y fue traducida a más de cuarenta idiomas diferentes. En mi opinión, y sin entrar a valorar lo que es una obviedad (que los datos históricos están adaptados, cuando no inventados, para que cuadren con la línea argumental que pretendía el autor), me llamaba más la atención de esa novela la muy mejorable sintaxis, el modo en el que está escrita, algo que desde mi punto de vista es básico para aquel que pretenda ser Escritor, ya que no sólo lo que se cuenta debe ser atractivo, si no que también el carruaje sobre el que viaja la historia debe serlo.

De ella destacaría dos virtudes: la primera, la brillante capacidad que tiene Dan Brown para conectar un capítulo con el siguiente, acabando el primero de un modo tan sugerente que te incite a continuar leyendo y dar el paso al segundo; y además, la indudable aportación que el éxito de su novela supuso en la sociedad en general para que, muchas personas que no leían nunca, se animasen a hacerse con un ejemplar para saber de primera mano qué había en esas páginas que habían conseguido que su padre, o su madre, su hermano o sus amigos, no dejasen de hablar de María Magdalena, el Santo Grial, o el Louvre. Si aquel fenómeno generó al menos un nuevo lector, su contribución ya había merecido la pena.


Dicen que las primeras impresiones cuando son las que cuentan cuando se conoce a alguien. Pues bien, en esta ocasión el resumen del encuentro con Anton Arriola y su última novela, El caso Newton, no ha podido dejarnos mejores sensaciones, ya que  se trata de una novela muy potente cargada de intrigas, pasiones, violencia, y lucha entre las certezas de la ciencia y las bases intangibles sobre las que se asientan las creencias religiosas, el eterno combate entre la fe y la razón.
El escritor durangués nos plantea una historia que da comienzo con el robo de una primera edición del Principia mathematica, la obra con la que Sir Isaac Newton descubrió al mundo la Ley de la gravedad, de la biblioteca personal de un prestigioso historiador de la Universidad de Deusto, el respetable Arcadio Ariza, quien quedará en coma al sufrir un accidente doméstico poco después. Se inicia entonces la investigación de la desaparición oficial por parte de la Etzaintza, y al mismo tiempo la Universidad  jesuita también encarga su propia investigación al profesor de antropología y antiguo sacerdote Ander Azurmendi. En las primeras pesquisas descubren que el historiador Ariza, en un reciente viaje a Cambrigde, se había llevado del Trinity College (probablemente la entidad educativa más importante de la vieja Inglaterra) una primera edición del Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam. En paralelo, se suceden en la capital bilbaína varios actos que siembran el terror en la ciudad del Botxo y cuya responsabilidad algunos cargan sobre grupos de extrema izquierda, aunque no deja de ser inquietante que cada vez que se produce uno de esos actos, aparezcan en la prensa extraños pasajes de la obra de Erasmo...
Nos encontramos ante una novela cuidada en las formas, pero también en el fondo. Sus personajes principales son intensos, y transitan por la novela de una manera abrupta, complicada, muy lejos de esos personajes planos que deambulan por las páginas de muchos bestsellers de los que se sabe poco más que lo necesario para asumirlos con facilidad dentro de las diferentes tramas. En este caso, Ander Azurmendi, además de ser un antiguo cura, tiene una pareja, Ane, con quien mantiene una relación singular, y siente una curiosa atracción por una compañera de trabajo. Por otra parte, los secundarios (el siniestro Branko, el subcomisario Barutia, la profesora de Historia Miren,...) rellenan muchos huecos que Arriola deja abiertos para aliviar la tensión, y tienen un peso importante en la trama, ya que muchos de ellos pertenecen a un escalafón intelectual muy destacado, y los diálogos entre ellos arrojan auténticas disquisiciones filosóficas que van más allá del puro entretenimiento novelístico que todo autor, entre otras cosas, pretende con sus obras.
Como elemento aglutinador de toda la novela, destaca la acción inagotable que protagoniza la novela: violaciones, altas esferas comprometidas, asesinos a sueldo, encuentros apasionados, el acecho de la maquinaria silenciosa de la Santa Sede... Todo ello para tratar de mostrar que existe una realidad en la que creemos vivir, con unos cánones establecidos, unos protocolos de comportamiento ético y moral diseñados desde hace dos mil años.... y una realidad paralela que parece transitar en un submundo alternativo al que pocos tienen acceso, como esa deep web en la que dicen que existe un universo paralelo en el que se mueven hackers, traficantes, estafadores... con libre albedrío y sin cortapisas.
Con El caso Newton, Anton Arriola consigue un trabajo sólido, entretenido, intenso; una novela que merece la pena leer de un tirón, sin sosiego, pues imbuirnos en su trama será como picar un anzuelo que se nos clave dentro, que nos atrapará y sólo nos arrojará libres cuando hayamos alcanzado la última página, y con ella, un final que no dejará indiferente a nadie.

EL CASO NEWTON

Antón Arriola

Editorial Erein

ISBN:  978-84-9109-303-9

SBN digital (ePUB): 978-84-9109-304-6

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Una Reseña de

Santiago Navascués

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