TODO O NADA de Violeta Lago

No sabría muy bien decir que es lo que me hace decantarme por un libro u otro, cuando me encuentro en la tesitura de elegir, ya sea en una librería a la hora de comprar o cuando me quedo absorta mirando alguna de mis estanterías de casa. Normalmente, cuando se trata de comprar, me decanto por la novela negra, el thiller, suspense o la novela contemporánea, básicamente; son mis géneros favoritos, y no es ninguna novedad si eres seguidor de este blog, pues he dejado patente en innumerables ocasiones mi gusto por estos libros. Pero mi pasión por la lectura es tal, que igualmente me paso horas con el teatro, la poesía, los clásicos, los cuentos –sobre todo victorianos− y en rara ocasión, el ensayo. Lo siento, pero así es, me cuesta leer ese tipo de obras.

Quedan claros mis gustos.  Sin embargo no lo tengo tan claro cuando de novela romántica se trata, y es que cuesta separar el grano de la paja y no hacer pagar a justos por pecadores; aunque las cosas han cambiado mucho en este género, y las “novelitas rosas” sin más ya son prácticamente un resto arqueológico, ahora nos enfrentamos a otro virus maligno devastador de algunas novelas mal llamadas románticas.

 ¡Ay esa delgada línea que separa el erotismo de la pornografía sin más!

Me gusta leer historias con un principio, una trama y un buen final (no necesariamente feliz, sino bueno) pero cuando el argumento es lo de menos y el sexo chabacano y gratuito es lo de más, me aburro infinitamente; para ese tipo de historias, hay otro género literario, en el que la literatura sobra y lo que prima son las escenas de sexo. Perfecto. No tengo nada en contra salvo que se hagan catalogar, novela romántica. Lo difícil es el equilibrio, y ahí es donde aparece la buena literatura romántica; claro que esto no sucede así sin más, para ello hay que contar con un escritor que domina no solo el género puro, sino también el vocabulario, las construcciones empleadas, saber tanto desarrollar la trama como darle un final perfecto, saber dónde está el final y el principio de esa delgada línea que decía antes, y conseguir ese difícil equilibrio que separa la novela romántica, de la novelita rosa y la novela pornográfica.

Cada historia en su categoría y cada categoría para su historia. Equilibrio y maestría. Y son estos nuevos escritores  de novela romántica los que le han devuelto su brillo, su esplendor, los que están atrayendo a un nuevo lector, nuevo y fiel, pues un trabajo bien hecho es lo que tiene, recompensa del público. Y por supuesto, entre estos nuevos escritores está y en un lugar privilegiado, Violeta Lago.

 No lo digo por decir, se lo ha ganado a pulso y nos ha demostrado hasta a los más escépticos, que la novela romántica, también es Novela sin más, sin apodos. Cuando llegó a mí su primera novela, las expectativas estaban latentes y la decepción sacaba sus garras. Ahora, con esta su segunda  novela, su nombre en si me da la suficiente seguridad y tranquilidad para saber que voy a disfrutar con su obra, porque si algo tiene Violeta, es que es mujer de palabra y honor, y no se vende a las modas.  Esta vez lo tuve claro a la hora de elegir.  Novela romántica, si, y Violeta Lago, sin duda.

EL LIBRO.

“Maika es una joven publicista que trabaja codo a codo con Juan, el cual no solo es su jefe, si no su mejor amigo; pero poco a poco, el contacto, las afinidades ente ambos, sus momentos de ocio compartido, han ido dejando paso a algo más…al menos por parte de Maika.  A pesar de que sospecha que él tiene una relación con otra chica de la agencia, que sus sentimientos hacia él no cambiarán nunca, se niega a dejar que todo ello haga mella en su amistad y decide invitarle a pasar un largo fin de semana en Granada, junto a buen puñado de amigos.

Esos días darán lugar a una intimidad que hará aflorar más si cabe sus miedos a perderle, a no ser correspondida, a no saber si callar o confesar, a ver fantasmas, al espectro de los celos, a tirar la toalla, miedo atroz a arriesgarse y perder. Pero para ganar, hay que apostar fuerte, hay que ir a por Todo o Nada.”

LA OPINIÓN DEL GATO.

Violeta Lago nos trae una segunda novela tan mágica como la anterior, pero con la mejora narrativa que da la experiencia; las frases son fluidas, sencillas, ingeniosas, los momentos de reflexión, de diálogo interno, de elucubración y hasta de ensoñaciones, están escritas con tanto realismo que es fácil hasta oír las voces internas de los personajes en nuestros oídos, sentir sus dudas, su pesar. De igual manera, los diálogos entre los personajes fluyen de manera natural, como si estuvieses hablando con tus amigos de toda la vida, como si tú misma estuvieses formando parte de la conversación, algo muy de agradecer para poder sentir de verdad el espíritu de la novela, y olvidarte que se trata de un género literario para disfrutar de la historia sin más.

Un libro fácil de leer no solo por su sencillez a la par que  cuidada narrativa, sino porque la historia en si engancha desde el principio ¿Quién no se ha sentido alguna vez en su vida atraída o atraído por su mejor amigo/a? ¿Quién no ha temido dar un paso en falso y perder hasta lo que en ese momento era una bonita amistad? Yo, sin ir más lejos. Me enamoré de mi mejor amigo. Arriesgué y gané.  Así es la vida, así es la novela de Violeta, real como la vida misma. Personajes perfilados y fácilmente identificables en la realidad, es imposible leer el libro sin identificarse con alguno de ellos o reconocer a alguien de tu entorno.

Algo que no quería dejar pasar, es más, quería recalcar de esta novela es el pequeño viaje que la autora nos hace realizar de manos de sus protagonistas, en dónde de nuevo la narrativa juega un papel fundamental para dar credibilidad a la historia, y sobre todo, hace real y visible la ciudad de Granada; para una “Andaluciadicta” como yo, en concreto de Granada –junto a Córdoba, ciudades donde viví un tiempo− y esa magnífica y embrujadora Alhambra que me arrebató parte de mi corazón desde hace ya veintimuchos años, encontrármela  tan bien plasmada y definida en la novela ha sido un lujazo y un disfrute total, ha sido como volver a ella y recorrerla de nuevo como si el tiempo no hubiera pasado. Y esto es mérito nuevamente de esa magnífica manera de describir Granada, eso, y el amor por una ciudad que sin duda ha dejado huella en su autora. Normal, lo contrario sería lo extraño.

Una novela más que recomendable para todos aquellos que quieren abstraerse de los problemas cotidianos, para los fieles amantes de la novela romántica, para los descreídos del género, para los que necesitan creer de nuevo y para los que  gustan de leer una buena novela sin pensar en “los apodos” de la misma.

Una novela para todos nosotros, seamos quienes seamos.

TODO O NADA

Violeta Lago

Los Libros de Cristal

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UNA RESEÑA DE YOLANDA T. VILLAR

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