jueves, 27 de agosto de 2015

Entrevista con... SEBASTIÁN ROA


 Sebastián Roa. 
Imagen extraída de su Perfil de Autor en Facebook

El ejército de Dios es la novela central de una trilogía que se inició con La loba de Al-Ándalus y de una próxima que está aún por llegar. Comprende la época histórica de la Edad Media, durante el último tercio del siglo XII. En ella se narra la re-invasión árabe de la península ibérica por parte de los Almohades, una dinastía de origen bereber que, empuñando la espada de la ultraortodoxia en la fe islámica, sometió a cristianos y andalusíes (árabes de segunda a sus ojos por no ser férreos en el islam) en el terror. De la unión de los reinos cristianos dependerá el éxito o el fracaso del ejército califal.





EL GATO TROTERO: Después de escribir una novela histórica de más de ochocientas páginas, con la labor de documentación tan enorme que se presupone y el esfuerzo mental que requiere para unificar tramas, datos, contextos... ¿Cómo se le queda a uno el cuerpo?


SEASTIÁN ROA: Con una mezcla de sentimientos. Alivio, porque se pone punto y final a un proyecto que se presentaba complejo y trabajoso. Satisfacción por el resultado, pero incertidumbre por cómo lo recibirá el lector. Cansancio, desde luego: son años de documentación, preparativos y escritura. Ganas de afrontar el siguiente reto, que ya ronda por la cabeza cuando todavía no se ha terminado el anterior. Vamos: campo abonado para el trastorno mental.



EGT: El ejército de Dios es una novela histórica coral que recrea los convulsos años del final del siglo XII en la península ibérica y los territorios del imperio almohade. Existen varios personajes principales como Yusuf o Yaqub, segundo y tercer califa almohade, o Alfonso VIII de Castilla y Fernando II de León, entre otros. Pero también son imprescindibles en la trama Abú Yahyá (maestro de Yaqub), Ibn Sanadid (guerrero andalusí de fronteras), Safiyya (hija del rey Lobo y mujer de Yaqub), Pedro de Castro (heredero de un noble linaje cristiano), Urraca López de Haro (hija y, más tarde, hermana del Señor de Vizcaya) o también Ordoño de Garcés de Aza (noble castellano). ¿Fue muy compleja de trabajar esta novela para dar cabida a tantos personajes y definir la importancia de cada uno de ellos en la novela, así como sus tiempos de aparición?


SB: Sí que fue compleja. Diseñar una novela clásica, con una sola trama, exige tener clara la distribución de puntos clave y la evolución del personaje que la protagoniza. Cuando se trata de tramas paralelas, el trabajo se multiplica porque existen varios protagonistas que han de crecer a la par y de forma coherente. La alternancia de tiempos y los cruces forman parte de esa estructura. Por poner un ejemplo: Pedro de Castro necesita a Urraca para evolucionar como personaje, pero también depende de su relación con Fernando II, de los tejemanejes de Leonor Plantagenet y de la rivalidad entre los Castro y los Lara. Un auténtico rompecabezas del que uno se hace una idea cuando ve mis esquemas y gráficos esparcidos por el escritorio.



EGT: En el lado cristiano asistimos al perjuicio que supone la desunión de los reinos cristianos. La pregunta es obligada aunque seguro que la habrá tenido que responder en otras ocasiones ¿De haber existido una unión férrea entre los distintos reyes de la península se hubiese podido derrotar antes a los invasores árabes, o la potencia militar de estos últimos hubiese impedido cualquier tipo de Reconquista anticipada?


SB: Sin duda. La historia nos demuestra que la dispersión debilita. Ocurrió cuando el poderoso califato de Córdoba se desmembró en las primeras taifas, y volvió a ocurrir cuando Alfonso VII dividió su herencia y dejó a los cristianos separados y mal avenidos. Y viceversa: los movimientos unificadores, como almorávides y almohades, se mostraban más fuertes que los cristianos al presentar un solo frente. Y solo hay que recordar las Navas de Tolosa para ver qué pasó cuando los reinos ibéricos decidieron actuar en común.




EGT: Del lado árabe podemos encontrar la forja y evolución de un gran líder guerrero: Yaqub Al Mansur, que se convertirá en tercer califa del imperio almohade. Criado bajo la bandera de la fe y de la guerra, pasa la mitad de su vida empleado en apagar fuegos y revueltas desatados en los confines de su imperio, bien al Oeste, bien en Al-Ándalus, que exprimían las arcas almohades y empobrecían a su gente. Conociendo la historia de otros imperios anteriores como el romano, que había sucumbido por las mismas causas (la incapacidad para apaciguar y controlar tan extensos dominios) ¿Qué le lleva a un hombre a querer triunfar con el mismo método y las mismas herramientas allí donde otros fracasaron?


SB: La convicción de que ejecuta una misión impuesta por un ente superior e infalible y, por lo tanto, destinada al triunfo. Curiosamente, y a pesar de nuestra capacidad para conservar la memoria histórica, adolecemos de una enorme tendencia a abandonar la reflexión, prestar oídos a salvapatrias y dar rienda suelta a emociones primarias. Así, cometemos los mismos errores generación tras generación. Y si algún iluminado nos convence de que nuestro dios ha de prevalecer sobre los otros, de que nuestra nación es diferente y mejor o de que nuestra raza es superior, tenderemos a recrearnos en la sublime belleza de nuestro ombligo y caeremos en la vieja trampa. Los griegos tenían razón: todo este rollo es cíclico.



EGT: La religión juega un papel fundamental en la historia y, por consiguiente, en su novela. En Al-Ándalus, antes de la llegada de los almohades, los árabes que allí vivían practicaban un islam más permisivo, más abierto, fruto, quizá, del intercambio cultural que se produjo tras su invasión de la península ibérica. Leían y traducían textos grecolatinos, admiraban el arte, permitían el vino.... Una manera de vivir conforme a una fe mucho más tolerante que lo que vino después por imposición de la espada. ¿Qué motivó su caída?


SB: Los andalusíes eran militarmente ineptos, no me cabe duda. A lo largo de la Reconquista, esa ineptitud fue siempre la principal causa de sus muchas caídas. El califato de Córdoba cayó por la abundancia de mercenarios bereberes que llegaron para suplir el inexistente ardor guerrero de los hispano-musulmanes. Las primeras, segundas y terceras taifas sucumbieron a la superioridad militar de, respectivamente, almorávides, almohades y reinos cristianos. Y el reino nazarí de Granada también se vio superado por la potencia de una España que ya apuntaba tercios. ¿Es posible que el laxo concepto andalusí de yihad tuviera algo que ver con esta debilidad? Tal vez. Lo que está claro es que los andalusíes no concebían la guerra santa al estilo almohade o, para entendernos, al estilo del actual Daesh.



EGT: Al mismo tiempo, la presión de Roma consiguió la unión de los reinos peninsulares no tanto como un modo de apaciguar sus disputas, sino como el único método posible para combatir al infiel dado que en Tierra Santa la amenaza árabe era cada vez mayor. Creonte, rey de Tebas en la tragedia de Sófocles adaptada por Miguel del Arco, dice “Nómbrame una guerra que no haya sido patrocinada por un dios”. ¿Es la religión la madre de todos los grandes conflictos entre reinos o imperios?


SB: Pues lo cierto es que, tras analizar la historia, se da uno cuenta de que la religión es, junto con el nacionalismo, el principal motor de las guerras. Incluso cuando el motivo latente (el dinero) sea asumido por la parte espabilada de la población, el resto (la carne de cañón) se lanza al ataque convencido de que Dios está de su parte o de que su país merece triunfar. Es decir: el legionario que pelea contra los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica, ¿sabe que lucha por la prevalencia comercial romana en el Mediterráneo o lo hace porque Roma ha de ser Victrix?



EGT: Uno mira el telediario y poco después se zambulle en su novela, y tiene la sensación de que existen muchas cosas que no han cambiado en absoluto. Más bien al contrario. Existe un pasaje en El ejército de Dios que recrea la destrucción, en antigua y bellísima ciudad andalusí de Medina Azahara, de una estatua femenina que recrea a la madre de Jesús por parte del odio fanático de los almohades a cuyos ojos, nada que no sea lo impuesto por su interpretación del Corán debe tener cabida en el nuevo mundo que pretenden construir. Siniestramente similar a lo ocurrido hace unos meses con las estatuas asirias del Museo de Ninawa, en la ciudad de Mosul, o la ciudad de Palmira. ¿Por qué las religiones desprecian toda manifestación contraria a lo que ellas consideran como lo verdadero?


SB: Creo que se imponen dos matizaciones:

La primera va referida a esa estatua de Medina Azahara. Una tradición posterior es la que la identifica con una Virgen María, pero en realidad no sabemos qué representaba más allá de una mujer. Lo duro de esto es que cualquier imagen antropomorfa está prohibida en el islam actual, como lo estaba para los almohades. Y lo más duro todavía es que esta prohibición no se encuentra en el Corán, sino en la interpretación que ciertos musulmanes hicieron tras la muerte de Mahoma.

La segunda es que, salvas las excepciones, un determinado credo no desprecia per se a cualquier otro. Incluso el Corán se modera cuando se trata de respetar las demás religiones monoteístas —las «del Libro»—.

Conclusión que se extrae de estas dos reflexiones: las religiones no son necesariamente malas ni intolerantes. Lo son quienes las interpretan de forma falaz o grosera.



EGT: ¿De qué manera se frena a los hombres que dominan y gobiernan miles de almas cuando reciben en sueños visitas de ángeles anunciándoles que deben ser los encargados de extender su Fe verdadera por todo el mundo?


SB: Lo aconsejable parece ser la lectura de otros libros, no solo del texto sagrado de turno. Ya nos apuntó Platón que la ignorancia es la fuente de la maldad; y limitar los conocimientos a una sola fuente, sobre todo si es tan rígida como la palabra divina, está a medio paso de la ignorancia supina. Creo que es algo similar a lo que decía Unamuno sobre que el nacionalismo se cura viajando.



EGT: En su novela hace un retrato fiel de la época, y muestra la doble moral que ha existido siempre respecto al sexo, al matrimonio, la homosexualidad… Reyes que desprecian a sus esposas, barraganas con intereses más altos que unas cuantas monedas o unos preciados vestidos, sotanas que sucumben a la tentación de Eva, mujeres de nobles muertos que apaciguan su viudedad en las sombras de los conventos… ¿A medida que se estrangula la libertad sexual del hombre, mayor es la respuesta velada de dar rienda a esa libertad cautiva? Islam y cristianismo fueron igualmente duros en la represión de todos aquellos que no guardasen las formas, y sin embargo…


SB: Está claro que hay instintos imposibles de refrenar. El sexo es inherente a la condición humana y todo intento de reprimirlo está condenado al fracaso. Y si esa represión triunfara, el resultado sería, aparte de aburrido, aberrante. No obstante, es cierto que el sexo se presta mucho a los tabúes de todo tipo, también a los históricos y literarios. De hecho, el erotismo es un ingrediente por lo general poco valorado en la narrativa, y tal vez tenga eso algo que ver con esa doble moral. El sexo es un indicador importante del tipo de sociedad en la que uno vive y, también, una fuente de contradicciones. A nuestro alrededor podemos ver mujeres obligadas a ocultar su hermosura por imposición divina mientras que el porno protagoniza nuestras sesiones en Internet.



EGT: Existe un personaje, Urraca López de Haro que, a pesar de su condición de mujer, tiene una influencia muy importante en los acontecimientos que se van sucediendo en la novela. Estamos acostumbrados a escuchar que el papel de la mujer fue prácticamente testimonial a lo largo de la historia, pero este personaje demuestra que ellas también sabían jugar las bazas de las que disponían para conseguir sus objetivos. ¿Se trata de una excepción o es una licencia que se ha tomado para colorear la novela?


SB: Todos los personajes de una novela, incluso los históricos —por supuesto, también los masculinos—, están tamizados por la ficción. Dicho esto, Urraca López de Haro fue una de las nobles más influyentes de nuestra historia medieval. Y precisamente ahí, en nuestra historia medieval, contamos con otros ejemplos femeninos que representan excepciones a esa regla teórica de la mujer como personaje secundario. Sin salirnos de las lindes de este proyecto literario tenemos, por ejemplo, a Leonor de Aquitania. O a su hija Leonor Plantagenet, reina de Castilla. O a la hija de esta, Berenguela. Incluso en el lado musulmán, la esposa del rey Lobo fue una baza política importante, igual que lo fueron sus hijas. Esto en cuanto a lo documentado. Fuera de las crónicas, todo el monte es orégano y materia para novelar.



EGT: Hay quien piensa que las novelas que contienen varias tramas que transcurren en paralelo despistan a muchos lectores, que quizá es mejor simplificar la estructura para facilitar su comprensión. Sin embargo, se le ve a usted muy cómodo desarrollando novelas alejadas de lecturas que no le exijan al lector cierta concentración; como si les lanzase un pequeño reto a sus lectores. ¿Hasta qué punto enriquece tal variedad y cantidad de personajes una novela? ¿Cree que le puede restar lectores hacer uso de múltiples tramas?


SB: Mi experiencia me dice que algunos lectores se atemorizan ante el tamaño de ciertas novelas, no ante su complejidad dramática. De hecho, es mucho más peligroso ceñirse a una sola línea argumental y superpoblarla de secundarios y subtramas, algo inevitable si hubiera querido tratar este mismo tema en una novela al uso. Además, las novelas con trama única son arriesgadas en cierto modo: si el lector no empatiza con el protagonista, podemos hablar casi directamente de fracaso. Con las tramas paralelas y la consecuente multiplicación de protagonistas, este peligro se minimiza. Por poner un ejemplo ampliamente conocido: yo me aburría soberanamente al leer las partes de John Nieve en la saga de George R. Martín, pero disfrutaba a dolor cuando entraba en escena Tyrion Lannister.



EGT: Al hilo de la anterior… Hace unas semanas pude escuchar con atención a una escritora hablar de su última novela sobre este asunto. Recuerdo que decía que, inicialmente, ella había configurado la novela de un modo concreto, enredando varias tramas entre sí que se iban liberando a medida que avanzaba la historia. La presentó a varias editoriales y ninguna la tuvo en cuenta. Sin embargo, tras recibir el consejo de una editora, que le dijo que debía aligerar la trama y entregar un producto más sencillo, la autora varió la idea original y hoy tiene su flamante novela publicada con un sello importante. Si usted advirtiese que su próxima novela tiene dificultades para abrirse paso y le plantean variarla y simplificarla a costa de su idea de partida ¿qué pesaría más en su decisión: concepto o fin?


 SB: Ahora mismo, con la tercera parte de la trilogía temática en marcha, está claro que las tramas paralelas se imponen, más que nada porque las dos anteriores han funcionado según este mismo concepto. Tengo claro que la novela se publicará así, entre otras cosas porque, afortunadamente, yo cuento con el respaldo de mi editora. Eso no quiere decir que no vuelva a escribir en el futuro con tramas simples, todo dependerá de que lo exija la historia. La verdad es que aligerarla o «facilitarla» puede ser aconsejable según qué perfil lector se busque o qué habilidad resolutiva tenga el autor, pero esto vale también para las novelas con trama única. Por lo demás, no existen fórmulas infalibles en el mundo editorial. Ni en ningún otro campo artístico, creo. ¿No fue Bette Davis la que rechazó el papel de Escarlata O’hara? Y tengamos en cuenta algo: si George Lucas hubiera preferido aligerar tramas en lugar de insistir tras el enésimo rechazo, hoy no existía Star Wars.



EGT: Muchas gracias por atender nuestras preguntas, Sebastián. Esperamos que se haya sentido cómodo respondiéndolas y le emplazamos a tener una nueva entrevista cuando presente la novela que ponga fin a esta trilogía. La esperamos con ganas y le deseamos, hasta entonces, que el viento siga soplando a su favor.


SB: Gracias a vosotros, tanto por la entrevista como por la labor de difusión cultural que tanta falta hace. Y ya sabéis que podéis contar conmigo cuando queráis.


Una entrevista de Santiago Navascués
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

miércoles, 26 de agosto de 2015

EL EJÉRCITO DE DIOS, de Sebastián Roa




Mentiríamos si creyéramos que lo que está ocurriendo en algunos países árabes, en los que se persigue hasta su exterminio a decenas, centenares de hombres y mujeres indefensos cuyo único delito es profesar un credo diferente al de sus asesinos, es algo nuevo; faltaríamos a la verdad si pensásemos que la destrucción de las innumerables obras de arte de culturas anteriores a la que representa la fe de Mahoma, que es la de los destructores, es algo totalmente ajeno al tiempo; nos engañaríamos a nosotros mismos si aún siguiéramos sosteniendo que no existe una amenaza real que se está expandiendo a pasos agigantados al otro lado de las costas que baña el mar Mediterráneo.... Porque la Historia es una suerte de rueda de tractor, con su pronunciadísimo relieve de caucho que le permite rodar de manera ágil sobre firmes asentados, pero al mismo tiempo se adapta a las dificultades del terreno, depresiones, barro, gravilla… para avanzar con seguridad; un disco perfecto que encuentra su imperfección en la condena de repetirse una y otra vez sin solución de continuidad, cambiando la goma que la recubre, se desgasta y es sustituida por otra, pero permanece inalterable el suelo que pisa.
Para todo aquel que aún tenga dudas debe saber que todo está escrito, que todo, se encuentra en los libros. Allí están las causas y las consecuencias de los conflictos; allí se encuentran las motivaciones que los engendraron y los errores cometidos por los perdedores; allí aguardan las respuestas para darle solución a lo que creemos irresoluble.
MAKTUB.


Cuando acudí al Museo L´Iber de Valencia con mi compañera de trotes a la presentación de El ejército de Dios, sentí, al traspasar aquellas puertas que se abrían para dar paso a un precioso palacio gótico, que pocos edificios en Valencia eran más adecuados para realizar la puesta de largo de una novela histórica. Y es que el conocido como Palacio de Malferit, hoy dedicado a albergar la más amplia exposición permanente de soldaditos de plomo del mundo, es un lugar culturalmente muy vivo y dinámico en el que encuentran cabida un sinfín de autores deseosos de presentar sus obras en la ciudad del Turia por la puerta grande.
El ejército de Dios contiene, en sus más de ochocientas páginas, una novela coral que narra el convulso final del siglo XII en la península ibérica y el norte de África. Sebastián Roa, su autor, posiciona al lector ante un extraño tablero de ajedrez donde se muestran claramente dos grandes adversarios, los ejércitos árabes, que invadieron y se instalaron en la península ya en el año 711, y las huestes de los distintos reinos cristianos. Y digo extraño porque, si bien las tropas árabes reconocen a su líder y siguen sus pasos con ciega fe, los reinos cristianos se encuentran enemistados y enfrentados incluso, ya que a la muerte de Alfonso VII de León, coronado Emperador de toda España, sus hijos dividieron su reino en León y Castilla, pero distanciaron también sus corazones unidos por la sangre común. Aquella situación fue aprovechada por otros reinos peninsulares, como el creciente de Aragón, el de Navarra o el de Portugal, quienes, con la vista puesta en mantener o ampliar sus dominios, no dudaban en negarles auxilio a sus vecinos frente al ejército infiel o perjudicar sus intereses.
Con un trabajo técnico que quizá supere al de documentación (amplio y meticuloso), el autor nos introduce en una suerte de Juego de Tronos a la española, solo que la historia de nuestros antepasados es real, mucho más rica y no necesita de criaturas extraordinarias para narrar acontencimientos extraordinarios. Sebastián Roa lo sabe muy bien, y utiliza su conocimiento de la época para tejer un lienzo en el que se mezclan los reyes de Castilla, de Aragón, de Navarra, de León; califas, walíes, obispos, ulemas, cadíes, templarios… así como vasallos, almotacenes, trovadores, almorávides, nobles, putas, talabas, almohades, fanáticos, barraganas,...
La ambición, los celos, el poder, la venganza, el amor (también el no correspondido) moverán a los personajes por el tablero con estudiada estrategia, tratando de jugar cada uno de ellos sus cartas para alcanzar sus objetivos y sin importar los medios ni las consecuencias.
El autor, tendente al uso de la descripción, que en muchas ocasiones se hacen imprescindibles para acotar los contextos temporales donde se suceden las diferentes tramas, demuestra un buen control de los diálogos, sonando creíbles y sin imposturas. Así mismo, se le encuentra cómodo en las descripciones de las diferentes batallas y escaramuzas que ocurren a lo largo de la novela (lugares literarios que en otros autores hemos encontrado menos avezados), desarrollándose con fluidez  y atrapando al lector. No obstante, sorprende el uso de nombres de poblaciones o territorios actuales para referirse a los que corresponden de la época, como La Rioja, aunque quizá el propósito sea facilitarle al lector la ubicación aproximada de dicho territorio.
A destacar varios personajes de la novela, como son Alfonso VIII de Castilla al ser el monarca más importante de la época y en cuyo interior se debate una lucha entre los deseos de su abuelo y sus propios intereses; Yaqub, heredero del trono almohade, adiestrado en la férrea ley almohade, despiadado y valiente, que sólo encontrará freno a sus ansias de conquista en la conquista del amor; o Urraca López de Haro, una mujer de extraordinaria belleza que, tras recibir una carta, entiende su destino en el mundo como la conseguidora de la unión entre los reinos de Castilla y León, y a dicha tarea se entregará en cuerpo y alma. Y no podemos olvidarnos tampoco de Ordoño Garcés de Aza o de Ibn Sanadid, dos hombres de guerra y frontera acostumbrados a danzar en el alambre y sin red, y cuya camaradería se verá amenaza al verse obligados a elegir entre la razón o el corazón, entre sus diferentes credos o su amistad fraterna.
El ejército de Dios, de Sebastián Roa, es una gran novela histórica que conjuga a la perfección todos los elementos clásicos del género, que supone el pilar central de una trilogía iniciada con La loba de Al-Ándalus, y que deslumbrará a los amantes de lo histórico y a los neófitos al narrar una época apenas transitada por los historiadores pero que es vital para llegar a comprender y entender nuestro presente; una época cruenta en la que Dios parecía jugar a ser Zeus y se divertía arrastrando a la guerra a dos civilizaciones muy diferentes, y a cuyos líderes aseguraba, por separado, estar de su lado. ¿Quién rechazaría cualquier batalla si el Supremo cubre tu retaguardia, afila tu espada y anuncia abundancia, poder y dicha en tu porvenir?



EL EJÉRCITO DE DIOS
de Sebastián Roa


ISBN 978-84-666-5615-3

Puedes adquirirlo en papel, aquí
o bien en formato electrónico, aquí

Blog del Autor: Sebastián Roa


Una reseña de Santiago Navascués 
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

miércoles, 19 de agosto de 2015

ENTREVISTA CON...Carolina Olivares




(Foto; Carolina Olivares en la Escuela Arco Iris de Moratalaz)



"Vuela vuela mariposa,
vuela vuela sin parar,
Vuela vuela a toda vela
vuela vuela sin cesar.
La flor delicada y bella
te aguarda con ansiedad,
igual que espera una estrella
la luz de la eternidad,
Vivir pronto es tu deseo
vivir pronto es tu deber.
Ya que tienes poco tiempo
¡¡vuela pronto, vuela bien!!."

(Miguel Barrera Durán)






GATO TROTERO: Bienvenida Carolina a este peculiar Tejado nuestro, es un placer contar con una “cuentista” como usted y lo digo con todo el respeto del mundo,  en este blog nos encantan los cuentos y echamos de menos no tenerlos más a menudo por aquí− ¿Porqué es este el género que ha elegido, Carolina? ¿Qué tiene que le hace sentirse cómoda? 

CAROLINA OLIVARES: Quizá el hecho de poder  “Soñar despierta” o, más bien,  que por medio de La Fantasía he encontrado la mejor manera de expresar todas las cosas que mi mente crea. Es un modo hermoso de exterioridad mi mundo interior, de darlo a conocer y poder compartirlo con los demás. 

GT: Su libro es solo el primero de otros dos que vendrán , así lo ha dicho usted misma ¿Lo de crear una trilogía, lo pensó desde el principio o surgió al ver el resultado de este primer libro? 

CO: Surgió después. Tengo que remontarme a la edad de 12 años. En la asignatura de Manualidades -en el colegio- me pidieron escribir un cuento. Yo, escribí uno llamado" Fly en lo Absurdo". No eran más de dos hojas, en las cuales, hablaba de un duende llamado Fly, que era de color verde y que se perdía en un mundo Absurdo. Y para poder salir de ese mundo debía atravesar espejos, llegar hasta una cabaña que siempre estaba lejos y colocar cuadros torcidos. 
Con 30 años volví a escribir este cuento, y lo reescribí de nuevo  algo más tarde. También le cambié el título: dejó de llamarse "Fly en lo Absurdo", para rebautizarse como "Siri Ocra y el  mundo de lo Absurdo" 
Durante años lo tuve guardado y, de cuando en cuando, lo leía antes de acostarme porque me hacía sentir muy bien, muy feliz. Solía leerlo antes de acostarme, me sentía como la madre que lee cuentos infantiles a sus hijos antes de dormir, con la diferencia de que yo era la mamá que se leía así misma un libro de fantasía. 
Un día del mes de octubre del año pasado (2014) en el que me encontraba medio aburrida, medio cabreada, me puse frente al ordenador y me dije a mí misma: Carolina, escribe un pequeño libro y publícalo. Entonces escribí un cuento de página y media titulado "Raorau y el gran Alerbo". 
Realmente me quedó muy bonito, muy original, y con un final espectacular. Era parecido al primero que había escrito y decidí trabajar de nuevo en aquel y dejar dormir éste segundo. Así fue como, otra vez, retomé mi cuento de la niñez; ésta ocasión sería la última. Trabajé en él, intensamente, durante tres semanas, una media de ocho horas, hasta que quedó totalmente desarrollado y terminado. 
Y lo publicaría, pero con una condición: sería un libro para ayudar a los demás.  
Más tarde, mi marido Carlos y mi hermano Pedro, me animaron a escribir una trilogía de libros. Entonces comencé a trabajar en el segundo libro, el que conformaba una página y media. Y en él sigo trabajando, salvo que ya llevo más de cien páginas y no llevo escrito ni la mitad.  
Tanto el primero como este segundo serán dos libros independientes que contarán dos historias distintas. Podrán leerse en el orden que se desee (aunque lo ideal será leerlos por orden puesto que tendrán analogías);  sin embargo, para poder comprender al cien por cien el tercer libro, que se llamará "Alerbo y Raorau en el país de La Armonía", será necesario haber leído los dos anteriores. Si no, el lector se perderá detalles. 

GT: Siri Ocra, el protagonista, es un peculiar duende que habita un no menos singular país, datos estos más que suficientes para atraer la atención y curiosidad de los niños (y no tan niños) ¿Qué es lo que tienen los duendes, los mundos mágicos y lejanos, las aventuras por lo desconocido, que tanto atraen? No se si será por el cosquilleo en el estómago por adentrarnos en otra realidad que nos aleje de nuestro presente ¿O es tal vez porque en el fondo vemos un reflejo de nuestro interior en estas historias, como esa vocecita que de niños nos empuja a querer saberlo todo y que de adultos la acallamos por precaución? ¿Qué piensa usted Carolina? 

CO: Bueno, personalmente no dejo que esa voz interior que usted menciona, quede callada dentro de mí; tampoco quiero que permanezca oculta. Todos la tenemos,  es una especie de luz que nunca deberíamos dejar que se apagara.  
Todos llevamos un niño dentro de nosotros todos tuvimos una infancia, un momento de total inocencia; fue perderla, lo que hizo, que, esa luz que mencioné, perdiera algo de intensidad. Este mundo adulto, está envuelto en demasiadas cosas que ensucian nuestro corazón; la envidia, los deseos por las cosas materiales, la maldad, nos impide vivir de un modo libre y bello.  Por eso yo tengo mi mundo personal, un mundo al que defino como mi Mundo de Fantasía. Y si todos tuviéramos uno, todos seríamos mucho más felices. Eso es lo que pienso. 
Sinceramente, creo que soy una mezcla entre Peter Pan y el Principito, y ¿sabe qué? Me encanta ser así, y se lo recomiendo a la gente que me rodea. 

GT: Los niños. Esos seres tan indefensos, tan maleables, esos futuros adultos que un día tendrán en sus manos la posibilidad de cambiar las cosas o seguir un camino marcado por la desidia de generaciones anteriores…La educación es básica, pero ¿Qué papel juegan los cuentos en la formación de un niño? ¿Son tan vitales para ellos como lo son las matemáticas, el  lenguaje  o los juegos en el parque? 

CO: Creo que en cierto modo sí. Porque del mismo modo que se estudia las ciencias y las letras, tan necesarias tanto la una como la otra para el desarrollo y el avance de la persona, es importante desarrollar la Imaginación. En ocasiones, la vida nos atrapará en una tela de araña llamada Rutina; sino contamos con mecanismos para poder salir de ella, ésta nos ahogará. Por eso pienso que es necesario que La Fantasía y la Irrealidad formen parte de nuestra vida, porque complementará nuestra Realidad, y nos servirá para mantener a raya esa monotonía que acecha y espera en cada esquina. Eso sí, sabiendo en todo momento y lugar, qué es Irreal y qué es de Verdad. 

GT: En el día a día todos nos tenemos que enfrentar tanto al lado amargo de la vida, como al más dulce, usted lo ve todos los días y en ocasiones tendrá que enfrentarse a ello; si comparamos la vida con su libro ¿Qué hay en el mundo real del País de las Orquídeas, y qué del mundo de lo Absurdo? 

CO: En el país de La Armonía, donde  florecen las Orquídeas, es el lado Inteligente, por el contrario, en el mundo de Lo Absurdo habita la voz de la Nada y todo es ilógico. Pero esto sólo es en apariencia, como sucede en la vida la mayoría de las veces: en ocasiones damos por válidas acciones que, aparentemente son lógicas, pero si rascamos un poquito, nos damos cuenta que no tienen sentido. Y al revés, pues en hechos que juzgamos como absurdos habita la verdadera Inteligencia. Eso se ve en las ideas y conceptos preconcebidos, en los estereotipos; y sobre todo en la mítica frase “qué dirá la gente de mí si hago o digo esto.”  
Soy de la opinión de que cada cual, haga lo que desee, sin importarle lo que piensen los demás. Porque tal vez, lo que para mí es lógico para ti no lo es; pero el respeto y la tolerancia, nos convertirán en personas inteligentes. De lo contrario, si no respetamos o toleramos, estaremos siendo absurdos. 

GT: Volviendo a la educación ¿Podríamos conseguir a través de cuentos, incluyéndolos dentro del programa escolar, como una materia más, enseñar, educar y divertir al mismo tiempo? ¿Si tenemos niños felices, en el futuro habría menos adultos en los juzgados, en las cárceles? Tal vez esto solo sea una utopía, pero creo que merece la pena pensar en ello. 

CO: Supongo que como complemento sería muy útil y positivo. Bien dice al afirmar, que, un niño feliz será un adulto feliz, y la posibilidad de llevar una vida alejada de mundos oscuros será más alta. Aunque no siempre ocurre así. 

GT: Referente a la pregunta anterior, ¿Qué tendrían que tener esos cuentos, para que pudieran realizar esa función de enseñar y divertir? ¿Tal vez, ciertos cuentos ya se hayan quedado obsoletos y no cumplan esa misión, o el mensaje sigue siendo el mismo y solo hay que actualizarlo para los niños del siglo XXI? 

CO: Me inclino a pensar que es la segunda opción la que necesitamos. Los cuentos de antaño, siguen siendo los mismos con el paso de los años; quizá lo que haya que cambiar sea la forma o el modo de contarlos. En una escenificación, el simple hecho de enfatizar las palabras o contar las cosas con cariño y amor; la caracterización o puesta en escena, y, la gesticulación junto al lenguaje no verbal,  todo esto, ayudará a que ese mensaje que el autor quiso y sigue queriendo transmitir, cale más en los corazones de las gentes. 

GT: “Siri Ocra y el mundo de lo Absurdo”, es un cuento que se sale de la norma; no solo divierte o entretiene, además involucra al lector y le hace pensar, ha de interactuar con la historia, y sin ningún apoyo audiovisual al que los niños de hoy están tan acostumbrados. El lector frente al libro. Esto es arriesgado,  e implica un gran esfuerzo por su parte, Carolina, para crear una buena historia y hacerla llegar a los pequeños lectores ¿Qué ha sido más difícil, crear el libro, o conseguir publicar? 

CO: Ufff, buena pregunta. Permítame que lo defina como La Odisea. Escribir el libro me ha supuesto un esfuerzo personal altísimo, y un desgaste psicológico brutal. Como bien ha dicho, he querido hacer un libro diferente; un libro que de que pensar y ayude a desarrollar la inteligencia y la imaginación.  La historia que cuenta te da que pensar, que es de lo que se trata. Y transmite, por medio de moralejas éticas, enseñanzas. También invita a pensar sobre los sentimientos del Amor y de La Amistad. 
Publicarlo fue complicado; sin embargo, escribirlo lo fue todavía más. Tenía que plasmar en un papel lo que yo había creado en mi mente, tenía que hacer que el lector viera lo mismo que veía yo;  tenía que lograr que el lector tuviera mis mismos sentimientos. Eso es complicado. Espero haberlo conseguido. 

GT: Publicación o autopublicación, grandes versus pequeñas editoriales,  publicidad hasta en la sopa o el boca a boca, libro en papel o digital, ¿no le parece todo esto una carrera de obstáculos? ¿Deberían los escritores, la cultura en general, encontrarse con un camino más llano en lugar de tantos baches? Hay quien sigue adelante a pesar de todo, y quien sin embargo tira la toalla ante tan poco horizonte ¿Qué piensa usted al respecto, Carolina? 

CO: El escritor, es la persona que escribe algo que anhela compartir con los demás. Es fundamental transmitir sentimientos, calar en las personas, en sus corazones, en sus almas, en su mente. Con franqueza, las editoriales están cerradas para los autores, salvo para los de renombre.  Da igual lo que escribas, las puestas difícilmente se abrirán. No es imposible, pero es muy complicado.  
Yo he autopublicado y no lo oculto. Estoy contenta y feliz. Los que no aceptaron mi manuscrito, pues lo envié a varias editoriales antes de publicarlo, no me negaron la oportunidad a mí, sino que se la negaron a ellos mismos.  
Yo sé, que lo que estoy escribiendo vale la pena; creo en ello y por eso seguiré a delante sin descanso, aunque en ocasiones, reconozco estar agotada. 

GT: Por último pero no menos importante, sino todo lo contrario, pues  he dejado para el final este tema y no divagar de una cuestión a otra. Siri Ocra y el mundo de lo Absurdo, tiene fines solidarios, de igual manera que lo tendrán el resto de libros de la trilogía. Hablemos de Markel y del síndrome de “Piel de mariposa” ¿Qué és? ¿Cómo llegó a usted este proyecto?  ¿Qué hacen en la actualidad la medicina, la ciencia, el gobierno, la sociedad, por estas personas? ¿Qué se puede, podemos, hacer y que hoy en día no se hace? 

CO: Como bien expresé, la idea de publicar el libro fue con el condicionante de hacerlo solidario. En la primera entrevista que me hicieron en radio, lancé el mensaje solidario: buscaba a un niño/a que, tuviera una enfermedad catalogada como rara o que padeciera cáncer. Además, dejaba claro que la familia debía e estar en una situación de crisis económica y necesitara ayuda. 
No hubo respuesta. A los pocos días, Carlos, mi marido, vio en televisión el caso de Markel. Nada más que me habló de él, decidí que Markel sería esa persona que yo buscaba. Le escribí, y, a los cuatro o cinco días me respondieron. Desde entonces, él se ha convertido en mi mejor amigo, el más especial que tengo. A él y a su madre Saioa, va mi incondicional apoyo y todo mi cariño. 
Más tarde encontré dos casos más: el de Pablo que tiene 7 años y sufre Necrosis Cerebral y el de Sofía que tiene 9 años y una enfermedad sin diagnostico, del mismo modo que le sucede a Pablo. 
Tampoco quiero olvidar a la hermana de Alfonso. Alfonso es un chico que se “Marchó.” Padecía cáncer. Sus padres, Dionisio y Mari, luchan diariamente por sacar adelante a su otra hija de 31 años, Moni. Tiene parálisis de nacimiento y está en estado vegetativo. 
Pero retomando la enfermedad de mi adorado Markel: la enfermedad conocida coloquialmente como "Piel de Mariposa o Piel de Cristal", está catalogada como rara y a día de hoy, es incurable. Las personas que la padecen no generan colágeno, por lo que su piel, al mínimo roce, se abre y produce heridas muy dolorosas. 
No pueden tener la piel expuesta al sol, por lo que han de llevar vendajes de forma permanente. Esto implica molestias, picores… padecer mucho calor en los meses estivales. Algunas personas se les cae el pelo; a la mayoría las uñas. Los dedos de las manos y de los pies terminan uniéndose, por lo que, de mayores, deben ser sometidos a cirugías correctoras. 
Los peores casos, (como le ocurre a Markel) no pueden tragar alimentos debido al dolor que padecen. La boca, lengua, esófago, entre otros, se ve invadida por llagas. 
Markel está conectado a una máquina, que durante la noche, le alimenta para poder estar fuerte al día siguiente. 
De los tres tipos de dolencia que existen, Markel tiene la más extrema. 
El día 17 de agosto cumplirá 15 años. La esperanza de vida que tiene Markel, ahora mismo, no es del todo mala. Los bebes, los niños más pequeños, son los que más riesgos corren, incluso de morir, por riesgo de infecciones. 
La ciencia está realizando pruebas médicas, pero como bien he dicho, es una dolencia que no tiene cura.  
Los gobiernos deberían invertir más dinero en ayudar a estas personas. El desgaste personal de la familia y el dolor del enfermo es intensísimo.  
La sociedad, en general, ha de ponerse en el lugar de estos niños. Hoy tú estás sano, aunque… ¿y mañana? Quizá mañana tú  puedas encontrarte  en la misma situación, tal vez a ti también te gustaría que te ayudaran. 
Eso es lo que pienso y por eso me he involucrado en esta causa; una causa que me ha hecho ser mejor persona y me ha abierto las puertas de Markel, y las de ver la vida, desde un punto de vista que no conocía y que me hace sentir muy bien conmigo misma. 

Muchas gracias Carolina, un placer inmenso haberla conocido y disfrutado tanto de su libro como de su persona; le deseamos mucho éxito desde este nuestro Gato Trotero, hoy ya un admirador más de su labor. Cuente con nosotros y nuestra humilde aportación cuando y para lo que quiera. 
Gracias.  




Una entrevista de Yolanda T. Villar 
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