miércoles, 20 de julio de 2016

CAMINO DE VUELTA de Bárbara Fernández Esteban


Hay caminos posibles que discurren
 libres de oscuridad y de zozobra.
 No han dejado jamás de sucederse
 los dones de la vida, junto al gesto 
que nos devuelve al barro, a lo que somos: 
naturaleza ciega y esplendente. 
Porque resplandecemos 
sobre lo más abyecto y homicida. 
Hasta en la destrucción es deslumbrante
 esta estirpe dañina y creadora. 
Y hay algo que perdura
 por encima de siglos y catástrofes. 
Aunque cubran oscuras amenazas 
el horizonte, hay algo indestructible, 
no lo muerden el tiempo ni el desgaste
 que persiguen las huellas de los hombres.
 Mientras alguien aliente en este mundo 
y acumule palabras este aire,
nada puede usurparnos la belleza.

(Camino de vuelta. Antonio  Rodríguez Jiménez)


Sobrevivir a la adolescencia sin perdernos en el camino, o lo que es peor, perdernos y no encontrar el camino de vuelta. Mi madre y yo vivíamos en una continua guerra generacional durante mi adolescencia, día tras día en cuanto nuestros caminos se cruzaban acababan convertidos en un campo de batalla, nada de lo que yo hacía le parecía bien y nada de lo que ella me decía tenía algún sentido para mi. Era como hablar idiomas distintos y vivir en países lejanos el uno del otro. No había nada, ni cultural, ni moral que nos uniera. La convivencia era un tormento...¿Es que nunca había sido joven? ¿No tenía sangre en las venas? ¿En que mundo vivía, no se había enterado que ya estábamos en el siglo XX? Nadie me entendía y ella menos todavía. 
Llegó un momento en que creí haber llegado a ese punto en el que ya no hay retorno, nuestros caminos se había separado tanto que lo mejor sería que cada una siguiera el suyo antes que nos hiciéramos daño de verdad y ya no hubiera vuelta atrás; pasaron algunos años y la situación no mejoraba, al contrario, lejos de apaciguarse el fervor adolescente, la mayoría de edad me trajo el ansia y la ocasión de seguir mi senda al fin. Y me marché. Se acabaron las batallas, las discusiones, los reproches, pero también las meriendas del sábado, las comidas de chicas junto a mi tía y mis primas, las quejas mientras la ayudaba a hilvanar la ropa que cosía, las tardes haciendo "coca de llanda" en la cocina...y entonces ocurrió. Una señal de callejón sin salida me llevó de nuevo a casa, un camino que recorrí con prisa, con ansia, con dolor, con remordimientos, el tiempo se nos acababa y quedaban muchas cosas en el tintero, demasiadas.
Pasamos juntas aquellos últimos meses, día y noche, sin separarnos por miedo a que un simple parpadeo nos alejara definitivamente y ya nada tuviera remedio.
Aquel último tramo  me enseñó que a pesar de todo, estuvimos juntas al principio y al fin del camino, el trecho más difícil de todos: el comienzo y el final. No me arrepiento de haber vuelto entonces y sobre todo, de seguir aquí, donde todo empezó y todo terminó...y la vida sigue. 

...cierra ahora tus los ojos, no te preocupes, yo te despierto si te necesito...


EL LIBRO.

Una adolescente incomprendida, con más ganas de rebelarse que rebelde en si;
un padre ausente sentimentalmente, que suple sus carencias afectivas hacia su hija y su esposa, ofreciéndoles todo lo que el dinero puede comprar. Una madre que ve como  la vida que imaginó no se asemeja a la que está viviendo, y aún así, se conforma con la que tiene esperando que un día no muy lejano, todo sea como siempre soñó. Camino de vuelta es una novela de sacrificios, de superación, de lucha, de esperanza, de sueños y pesadillas, de búsqueda, que llevará a su protagonista, Patricia, por unos oscuros y peligrosos senderos que pueden acabar sumergiéndola en arenas movedizas, devorándola y haciéndola desaparecer para siempre. Una novela con tintes negros que deja filtrar un rayo de esperanza para conseguir abrirnos el cielo y despejarlo de oscuros nubarrones.
Camino de vuelta nos hará sentir perdidos para reencontrarnos de nuevo, un alto en el camino que nos llevará paso a paso, a casa otra vez. 


LA OPINIÓN DEL GATO.

Me ha sorprendido la novela de Bárbara Fernández, y lo ha hecho muy gratamente; admiradora de su pluma y su estilo, me declaro también incondicional de sus personajes femeninos, tanto que me creo capaz de encontrar en cada uno de ellos, su equivalente real entre mis amigas, familiares o simples conocidas. Y es que Bárbara pincela tan magistralmente a sus mujeres, que las dota de vida: sufren, aman, lloran, ríen, sienten, caen, se levantan, se pierden y se encuentran, y todo con un realismo que les proporciona veracidad; de imperfectas que son, las hace humanas. Pero mi sorpresa viene por partida doble en esta ocasión.
Yo que me considero "experta" en reconocer el arte de mis amigas escritoras
entre un millón, que no habría pajar lo suficientemente grande para que yo no encontrara la aguja, que sería capaz de reconocer sus obras en la primera página de un libro sin firmar, me pongo a leer Camino de vuelta y me cuesta encontrar a mi amiga entre sus líneas, no reconozco o mejor dicho, no veo claro su peculiar y acostumbrado estilo en esta ocasión ¡Me encanta! Y es que me encuentro con una Bárbara más madura -literariamente hablando- más profunda, más arriesgada ¡Y me vuelve a encantar esta sensación, me cosquillea el estómago ante este descubrimiento! una novela que nos anuncia un camino de vuelta y sin embargo, la autora se nos muestra más dispuesta y valiente a seguir caminando hacia adelante sin miedo a nada, sin divagaciones ni medias tintas que nunca. Bárbara se ha quitado lastre de encima y se muestra como la gran escritora que es, aquella a la que su caminar durante todos estos años ha convertido: madura, sabia, firme, segura y arriesgada, sin vacilaciones. Sus personajes femeninos en Camino de Vuelta han avanzado tanto como ella, son más profundos, más vividos, más sentidos, más osados, más convincentes, y lo mejor, es que los masculinos han evolucionado al ritmo de sus compañeras literarias, convirtiendo la novela en un pedazo de la vida misma, reconocible y creíble para todo tipo de lectores. 
Antes he dicho que me he sorprendido por partida doble y es que si los personajes son mucho más reales, la historia no se queda atrás. Una trama vertiginosa, trepidante, audaz, dinámica e hipnótica, porque no solo engancha, es que crea auténtica adicción. Si comienzas a leer, necesitas saber más y más y más. 
¿Qué no haría una madre para salvar a su hija si la viera en peligro? según Bárbara Fernández, hasta bajar a los infiernos. Una historia actual, real, tan peligrosa como desconocida para la mayoría de nosotros -las sectas- y una familia rota con pocas posibilidades de ser reconstruida, una mujer dispuesta a todo para conseguirlo y una narrativa ligera, precisa y enérgica que la hacen todavía más atractiva. 
Me he dejado para el final algo que me ha encantado y que considero que es la
amalgama que une las diferentes piezas que componen la novela: la música. La autora realiza un auténtico despliegue musical a lo largo de toda la historia para matizar los estados por lo que pasa la protagonista y para situar al lector en la trama, como si formáramos parte activa de la misma, y que reconozco que al tener algunos de ellos en mi discografía no he podido resistirme a escucharlos al igual que en la novela. Un placer para todos los sentidos. 

Camino de vuelta de Bárbara Fernández Esteban, una guía que nos mostrará el regreso a casa, usando por única brújula, el corazón.



CAMINO DE VUELTA
Bárbara Fernández Esteban


ISBN: 978-84-943788-6-7

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Para adquirir la novela, pinchad Aquí


Imágenes: ©Yolanda T. Villar


Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS



4 comentarios:

  1. Yolanda, no siempre los lectores captamos todo lo que el escritor ha querido contarnos. Pero tú, también me has sorprendido porque al leerte me he dado cuenta que realmente has entendido absolutamente todo de lo que yo quería contar.A todos nos pasa que cuando leemos una novela interpretamos, a veces, la historia de otra manera que el autor. Te has metido de lleno y es como si te hubieras metido en mi piel y me mente cuando la escribí. Me enorgullece y me hace feliz que una gran escritora y gran lectora como tú haya dado en la diana de las intenciones de la autora.
    Miles de gracias y mis deseos de que pases un magnifico verano por esas bonitas tierras dónde te encuentras.
    Un fuerte abrazo a esa hija que supo estar cuando se debe estar. Eso es lo importante.

    Bárbara.

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    1. A veces pienso que el roce no solo hace el cariño, que entre nosotras hay y mucho, creo que llevamos tanto tiempo leyéndonos, escribiendo, compartiendo, que llega un momento que al menos en mi caso me siento como si leyeras mis pensamientos, mi estado de ánimo y escribieras aquello que necesitaba leer. Lo digo de corazón, no hay zalamería en ninguna de mis palabras hacia ti, lo que no me hace sentir no me saca palabras del corazón. Tengo la gran suerte de tener buenísimas amigas que además son grandes escritoras, y sabéis entenderme tan bien como me gustaría a veces entenderme a mi misma.

      Mil besos, y me quedo corta. Tengo que dártelos en la mejilla, para quedarme con sabor a ti.

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  2. Ay, mira que tus reseñas me encantan, son tan vívidas y apasionadas que dan ganas de leer todo lo que reseñas. Pero la verdad lo del mundo de las sectas no me llama mucho la atención, aunque ya te digo que dan ganas de leerla, sólo por la magnifica reseña que has hecho. Un besazo.

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    1. En esta ocasión te digo que no es solo amor por la escritora, que también lo hay y mucho, es que de todas sus novelas, esta roza la perfección en su forma y en su fondo, Bárbara cuenta con tal maestría y sentimiento la historia de madre e hija, que no te queda más remedio que involucrarte y dejarte llevar por la narración.
      Para mi es, hasta la fecha, su novela más íntima. Deliciosa de verdad.

      Un besote guapa ¡disfruta del verano y las vacaciones si ya las tienes!

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