Desde este tejado se observa perfectamente la ciudad, todo
aquel que quiera desplazarse por ella ya sea a pie, bici, transporte público,
coche, moto, cornisas, tiene que pasar por aquí, por el epicentro de la urbe;
si todos los caminos conducen a Roma, el centro de mi ciudad lleva al resto del
mundo. Por eso me encanta este privilegiado lugar, dónde me convierto en el
gran ojo que todo lo ve y que no es visto porque soy demasiado insignificante
para que alguien ponga sus ojos en mí.
He escogido al fin mi profesión ideal. Gatodetective
Privado. Curioso, infatigable, sigiloso, silencioso, entrometido…lo tengo todo
para llegar a ser uno de los más grandes de la profesión, incluso una chica
guapa de formas rotundas y caminar bamboleante, ella aún no lo sabe, pero
acabará loca por mí en cuanto venga a solicitar mis servicios detectivescos,
los otros, para cuando nos conozcamos más. ¡Mi gatita se hace la dura, disimula
lamiéndose la manita mientras me mira picarona desde su ventana! ahora me da la
espalda y mira atentamente un anuncio de comida gourmet para gatos que echan en
la tele ¡Cómo le gusta hacerme sufrir! aquí hay una tensión sexual no resuelta.
Pero yo soy un tipo duro de mirada enigmática, mi rostro,
esculpido por el tiempo cuya sonrisa torcida bajo mis bigotes pugna por salir
para ocultar tanto dolor sufrido en esta vida, tanta emoción contenida; los
oscuros y tenebrosos ambientes, el humo de los cigarrillos y el vapor que emana
de las alcantarillas tras una fría noche de lluvia, son mi escenario
predilecto, aunque cambio los apestosos cigarrillos que me provocan tos y
estropean mi aterciopelado maullido por un delicioso regaliz para gatitos
buenos. Este soy yo, duro como Spade,
sin dejarme amilanar como Hammer,
astuto y caballero como Marlow. Solo
necesito alguien que quiera contar mi historia.
Cerca de mí, escucho
una interesante conversación entre un escritor que borda el género negro, y una pelirroja –dista bastante de ser Lauren Bacall, la verdad− que le escucha
atentamente. Es Antonio Bosch Conde,
el Raymond Chandler valenciano y de
ojos claros, mente retorcida para las negras historias y ágil pluma para
contarlas. Sí, sin duda Él es el mejor para contar mi historia. Escucharé
atento y esperaré mi turno…
1) Bailando un Tango Quebrado. Cuando una lee por primera
vez el título de su novela, no sabe muy bien a qué atenerse, qué es lo que le
espera tras él. Miras la sinopsis del libro, parpadeas rápidamente, miras de soslayo
a un lado y a otro, y vas corriendo a internet a ver qué nos dice sobre ese
peculiar tango; y todo te lleva a su novela una y otra vez. No hay duda, hay
que leérsela de cabo a rabo sí o sí para saber de dónde sale ese extraño
título. ¿Era lo que pretendía Antonio? ¿Dejarnos pensando y ocasionarnos un
quebradero de cabeza? (risas)
Como se explica en el libro, nada
ocurre por casualidad. Ni en el interior ni en el envoltorio. Tanto la portada
como la sinopsis y el propio tango que cuenta la parte pasional de la historia
y que se puede escuchar previo a la lectura, tienen como principal objetivo
atraer al lector. Es como un guiño, como una mirada fija hacia los ojos del
lector para tratar de seducirlo y que se anime a adentrase a los renglones de
la historia. No sé si esto ocasionará
algún quebradero de cabeza, pero de “quebrados” va la historia.
2) Como soy una gran amante de la novela y el cine negros,
cada vez que cae en mis manos una nueva obra de este género, soy como un niño
con una chocolatina, no puedo esperarme a llegar a casa para comérmela, quito
el envoltorio rápidamente en mitad de la calle y empiezo a mordisquearla. Sin
embargo, ese mordisqueo con su novela se convierte en una recreación lenta y
pausada de la misma, pues no es lo que parece en un principio. El que espere
encontrar una novela al uso, se va a llevar una gran sorpresa ¿Es premeditado?
¿Huye de toda etiqueta y se deja llevar por la pluma?
Las chocolatinas son una pequeña
muestra de algo muy intenso y sabroso. De nuevo tengo que decir que no hay nada
casual, todo es causal. Bien es cierto que la etiqueta de novela negra fue la
primera que me colgaron cuando publiqué “Sístole y Diástole” y que han
mantenido en “Bailando un tango quebrado”. Quizás sería más correcto usar una
de las vertientes de la novela negra y denominarlo novela detectivesca, pero
aún así, para mí no llega a ser correcto, o por lo menos no completamente. Para
mí es mucho más. La trama detectivesca existe y sirve para acompañar y
entretener al lector. Le da vida y le da forma a la historia, pero hay algo que
no se puede obviar, la pasión. Para ello, es muy importante redactar y
transmitir las relaciones personales de los personajes. Toda esa coctelera es
“Bailando un tango quebrado”. Una coctelera que hay que agitar a ritmo de
tango, lógicamente.
3) ¿Qué hay de su vida cotidiana y de lo qué y quienes le
rodean en su novela, Antonio? ¿Perfiló cada personaje al milímetro, o poco a
poco, ellos se han hecho a sí mismos?
Siempre hay algo de uno mismo en sus
personajes, en algunos más que en otros, pero nada es completamente cierto. La
mejor manera de crear es la observación previa. Las personas somos cada una de
diferente manera, siempre hay algo que nos sorprende en la gente. Yo trato de
fijarme en las personas con las que me relaciono y observo sus reacciones. En
aquellos casos que me cuadran para mi historia, trato de robarles un pedazo de
su alma y la traslado al papel. De todas formas no hay nada perfilado
milimétricamente. Tanto la historia como los personajes tienen una base
inicial, pero van evolucionando durante la escritura.
4) Arcadio es muy antihéroe. Es un personaje que se ve superado por las circunstancias de la vida, y
se deja llevar en un momento dado por la necesidad sin saber muy bien dónde se
mete. Sin embargo, luego demuestra tener una agilidad mental que pocos
esperaban de él, un poco Colombo, si me lo permite, un Sancho Panza incluso
¿Cómo nació Arcadio, en quien se inspiró para imprimirle carácter?
Arcadio es un tipo normal que se ve
enfrentado a una adversidad muy cotidiana, en primera instancia. Hay cientos de
miles de Arcadios a nuestro alrededor. Yo mismo lo soy, de alguna manera. Si
bien es cierto que, en este caso, la historia se complica de manera ya no tan
habitual, y el reto que se le plantea a este personaje hace que saque lo mejor él.
Yo te diría que Arcadio acaba por descubrirse a sí mismo, desarrollando ese yo
interno e intenso que tenía guardado bien adentro. Solo el ser humano que se
enfrenta a una adversidad, sabe cómo reacciona, llegado el momento. A veces los
aparentemente más fuertes, luego no lo son. Y viceversa.
En cuanto a la inspiración para la
creación de este personaje, bien podría ser Sancho Panza, pues el Quijote
también tiene un papel en “Bailando un tango quebrado”, pero en realidad me
fijé más en el Dr. Watson, el narrador y colaborador en las historias de
Holmes.
5) Manuel Laborda es todo lo contrario. Vuelvo a remitirme
a los clásicos de la literatura y el cine, pero es todo un Bogart en el Halcón
Maltés ¿Es usted amante de este género literario o simplemente busca la mejor
manera de expresar una historia sin pensar de antemano en que estilo lo hará?
Totalmente de acuerdo. Manu podría
ser ese Bogart que comentas. Siempre me ha parecido un tipo muy interesante y al
que admiro. Además de Sam Spade, el detective de El Halcón Maltés, lo que me
fascina es cómo interpreta películas como Casablanca, La reina de África o
Sabrina: un tipo duro, un “malote” que guarda un gran corazón. Así es también
Manuel Laborda, una persona capaz de cambiar su vida por amor, aunque aparezca
todo lo contrario.
En cuanto al estilo, no lo pienso, porque ya se encarga el resto de
etiquetarme. Yo solo espero que lo hagan, para luego huir.
6) Y no podía faltar la chica, Antonio, esa mujer de
bandera, misteriosa, con tacón de aguja, medias de rejilla y un sinuoso
movimiento de caderas. Muy a lo Verónica Lake o Myrna Loy, si me lo permite.
Sin embargo, en su novela, no es un simple adorno o una fuente de problemas, es
parte importante de la misma. Me gusta que haya cambiado el papel de la mujer
en estas historias ¿Cómo nos ve usted, dentro y fuera de una novela, como
protagonistas y escritoras?
Te lo permito. Que cada uno elija la
mujer más glamourosa que quiera para comparar a Remedios Dávila. Para nada es
un adorno, Reme va mucho más allá de ser una mujer bonita y elegante. Lo es,
arrasa por donde va, pero es humana e inteligente. Un personaje con tanto
carácter que, en ocasiones me instruía a mí mismo por dónde debía caminar la
historia. Se merecía el papel principal en la portada.
En cuanto al papel de las mujeres
escritoras, poco puedo decir, porque es evidente que están arrasando en el
panorama literario.
7) En Bailando un Tango Quebrado, no podía
faltar la música, de lo contrario sí hubiera sido algo decepcionante; pero no
solo es que no falte, es que está presente en toda la novela, siendo parte
importante y prácticamente resolutoria de algunas “penurias” que se presentan
en la historia, dándole a la trama un ritmo y marcando un compás al lector.
Música y literatura ¿Qué hay de una en la otra, y qué papel juega para usted la
primera en su novela, en su propia vida?
La música es algo primordial en mi
vida y así lo traslado en mis novelas. Todos tenemos una banda sonora en
nuestras vidas y, para mi gusto, los libros también deben llevarla. Si en
“Sístole y Diástole” era “Palabras de amor” de Serrat, en “Bailando un tango
quebrado” no podía faltar. Me gustan las canciones que te cuentan cosas, que te
transmiten algo. En esta novela, empecé de la mano de Javier Calamaro, un
artistazo en Argentina, aunque por aquí se conozca más a su hermano Andrés. Os
invito a que lo escuchéis y entenderéis porque amo musicalmente a este tipo,
con quien tengo una buena relación personal, en la distancia. Con su
beneplácito, unas palabras previas de una de sus canciones ayudan en esta
historia de intrigas y acertijos. La respuesta ha sido uno de los mejores
regalos que me han hecho y que aquí voy a transcribir literalmente, como parte
de uno de sus correos: “ Pero lo mejor viene ahora: ¡estoy terminando un disco
tremendo! Y será de tango...en honor a vos.”
Decía que en esta novela empecé de
la mano de Javier Calamaro, para terminar escribiendo mi propio tango, el que
cuenta la historia pasional del libro. Un libro con banda sonora propia. Tenía
ilusión por escribir una canción, y así lo hice. Un regalo para los lectores
del libro, pero sobre todo para mí. Se puede escuchar en https://www.youtube.com/watch?v=22iLa0Nq2AY
8) Otra cosa de las que llaman la atención en la novela, es
el estilo empleado para contarla. En primera persona y en pasado reciente,
siendo el narrador absolutamente consciente de lo que dice, pues esa es su
finalidad, contarnos lo que ocurrió tal y como pasó; pero va más allá, en
ciertos momentos hace cómplice al lector haciéndole tomar sus propias
decisiones sobre como seguirá la historia ¿Podemos decir de ella también, que
es una novela interactiva?
Siempre escribo en primera persona.
Me gusta hacerlo así, aunque a veces dé que hablar, porque se me hace
protagonista de las historias que cuento. Esto tiene una dificultad, pues solo
puedes contar lo que el personaje-narrador ve. El motivo es el que dices, hacer
más próxima la historia. Lo de buscar la complicidad del lector es algo que me
gusta. No quiero un lector pasivo, sino que quiero que me acompañe en la
historia, por eso, en mis novelas intento inventar algo nuevo, mis propias
licencias, algo que active al lector y le haga participar, o cagarse en mí, si
es necesario, siempre que sea para bien, lógicamente. El lector debe ser un
personaje más de la historia.
9) Si yo le digo:”…Un telefón que contesta, una vitrola que
“yora”, viejos tangos de mi flor y un gato de porcelana pá’ que no maulle al
amor…” ¿Qué me diría? Es mi tango favorito.
Te diría que es un
tango para escuchar y para bailar a media luz, justo cuando se abrazan las
sombras, y los cuerpos pasan a un segundo plano. En esa media luz, las curvas
solo se insinúan, dando el principal protagonismo a los sentimientos, que
buscan su compás al ritmo de las pasiones desbocadas. Lo puedes bailar en
Corrientes, camino de Mar del Plata y también lo puedes hacer en el salón de tu
casa, en el parque o en el corazón. El tango es pasión y por eso elegí este
tipo de música para acompañar mi historia.
Y
hablando de pasiones, te dejo una curiosidad, para quien no se haya dado
cuenta. “Bailando un Tango Quebrado” también se puede leer como “Bailando un
TQ”
10) No podía faltar una pregunta
Insignia en el Gato Trotero, y creo que en su caso viene que ni pintada ¿Qué
relación guardan los viajes con las novelas, son una inspiración o son
necesarios para darle movilidad a una historia?
Son
totalmente necesarios. Me siento incapaz de escribir una historia ubicada en un
sitio en el que no haya estado en mi vida. Yo trato de mezclar los escenarios
que conozco perfectamente, con aquellos que me atraen y de los que me documento
in situ. En “Sístole y Diástole” tenemos dos escenarios. Aunque, por cuestiones
familiares he nacido en Alicante y he vivido en Sevilla, Madrid, Barcelona o
Valencia, de donde es la mayor parte de mi familia, quise ubicar la primera
parte en un tiempo y lugar cómodo para mí. La elección fueron los años ochenta
en Godella, el pueblo valenciano donde más tiempo he vivido. Pero para la
segunda parte decidí viajar a la Toscana, porque me parece un paisaje precioso.
Para ello, me desplacé hasta allí, reservando solo la primera noche de hotel en
Pisa. Con la compañía de una amiga y de mi hija, que por entonces contaba con
tan solo 6 años, alquilamos un coche y paseamos, además de por Pisa, por
Florencia, Siena y San Gimignano, sin saber dónde íbamos a dormir cada noche,
con un papel y un lápiz como principal equipaje. En “Bailando un tango
quebrado” los escenarios son Valencia, Madrid y Benasque, tres escenarios que
conocía de sobra, pero que, en caso de los dos últimos, también repasé y paseé
con papel y lápiz en la mano. Las descripciones callejeras que se pueden leer
en ambas novelas, están escritas directamente en la calle.
11) ¿Qué referentes literarios o
personales son los que le empujaron y le mantienen en este loco mundo que es la
escritura?
Bueno,
hemos hablado de Sherlock Holmes de Allan Poe, aunque realmente hay muchos. El
desaparecido García Marquez, Vargas Llosa o Pérez Reverte. Me divierte la vida
canalla con sabor a mojito de Hemingway, la pasión rítmica de Antonio Machado o
la sátira producto de las diferencias entre Góngora y Quevedo. También hay
gente buena no tan conocida. De todas formas, y con mucho peso, están los
músicos que escriben y cantan poesía. Además del mencionado Javier Calamaro o
su hermano Andres, soy adicto a la música de Joaquín Sabina, Antonio Vega,
Manolo García, Coti, Jorge Drexler, Fito Paez, Fito Cabrales, Rafa Pons, o
Marwan.
12) Para acabar, y con pena, pues
está siendo un placer charlar con usted Antonio. Un nuevo vástago suyo ha
visto la luz, otro miembro de su familia que viene a colmar la felicidad
que trajeron Sístole y Diástole -sin olvidar su novela corta, En Blanco y Negro- y
Bailando un Tango Quebrado. ¿Fue una gestación complicada o ya la
experiencia hizo parte del trabajo? ¿Y el alumbramiento, como ha ido?
La
gestación fue progresiva, no es flor de un día. “Ensoñaciones”, que así es como
se llama esta nueva obra, realmente es un compendio de diferentes textos breves
que había ido escribiendo en diferentes momentos. Se trata de poesía, de prosa
poética, de sentimientos en voz alta, con muchas metáforas. Creo que se ha
conseguido un libro lleno de musicalidad y cariño, un latido en cada página.
Además de todo, también quería demostrar a la gente y a mí mismo, que puedo
moverme en diferentes terrenos, tratando de evitar así las etiquetas. Lo de la
novela detectivesca estaba bien, pero yo quería más. Con “Sístole y Diástole”
trataba de explicar que, más allá de los asesinatos, era importante la historia
de amistades de dos niños que crecen juntos, el primer amor, la resolución en
edad adulta, con “Bailando un Tango Quebrado” quise escribir el Tango para
dejarlo más claro, pero con “Ensoñaciones” no he querido dejar ninguna duda al
respecto. Y no es todo, hay más palos de la baraja literaria que tocar y que ya
tienen forma, pero eso se verá más adelante, en próximas publicaciones.
“Ensoñaciones” realmente no iba a salir tan pronto a la luz, pero con motivo de
ser ganador del Premio de Literatura Éride 2014, surgió la oportunidad de
acelerar el proceso y ordenar el cajón desastre de lo ya escrito.
Le deseo lo mejor a usted y a su
familia numerosa. Un placer, tanto haberle leído, como haberle conocido. Mucha
mierda. Y gracias por su tiempo.
Muchas
gracias a ti. Un placer.
Creo que aún tengo mucho que
aprender de ese mundillo para que se escriba mi historia…así que volveré a mis
tejados, descampados y callejones, si
algo pasa en esta ciudad, yo lo sabré.
Una entrevista de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
^_^ ¡Genial! Un placer leer el artículo y poder compartirlo.
ResponderEliminarSaludos muy cordiales.
Muchas gracias Aurea, la verdad es que Bosch es un autor que sabe llegar a sus lectores utilizando una especial manera de contar las historias, involucra a este pero se involucra a sí mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Escribe de forma muy fluida y te involucra en el tema. Me gusta como escribe Antonio Bosch.
ResponderEliminar