"Cuenta la historia que el Gato enseñó a pelear al Tigre cuando este aún era pequeño; le mostró las artes milenarias y olvidadas de los felinos y el tigre manifestó la excelsa gallardía del más imponente de todos los de su especie. Pasaron los días y las noches, y el Tigre se hizo grande, fuerte y poderoso, tanto que se creyó por encima del resto de animales, incluido su propio maestro, el Gato. En desigual batalla, el Gato no tuvo nada que hacer ni en fuerza ni en juventud, su fiereza le confería una peligrosidad extrema; entonces, cuando todos los preceptos que el mentor había depositado en el prominente aprendiz se habían venido en su contra, utilizó su secreto mejor guardado, esa parte del conocimiento felino que nunca explicó a su alumno, ese camino misterioso que cada maestro hace de su luminosa senda: el Gato trepó al árbol, ante el asombro del Tigre y de nada sirvieron sus rugidos, sus arañazos a la inocente corteza arbórea y su fiereza desmedida, su maestro quedó arriba y él, abajo...ya nunca más pudo alcanzarlo, pasando el mal alumno el resto de su vida en el suelo y su maestro el Gato, en las alturas."
(El Gato Y el Tigre. Cuentos Chinos)
De pequeña me encantaban los cuentos, y en especial aquellos que saciaban mi curiosidad y respondían de forma divertida a mis preguntas, me encantaba aprender diviertiéndome; incluso yo contaba cuentos a mis primos más pequeños en los que les enseñaba cosas como porqué los perros ladran y los gatos maullan (reconozco que aquí había más imaginación que realidad) y cuentos tan "famosos" de mi repertorio como "Lentejita" o " Tositín y el jarabe de la tos", este último aún sigue teniendo mucho éxito entre el público infantil e incluso fue usado para que mi casi centenario abuelo se tomara la medicación de la neumonía ¡Un buen cuento nunca pasa de moda! la verdad es que miro hacia atrás y mi vida está llena de cuentos, historias, relatos, curiosidades ¿Qué sería de nosotros sin esa válvula de escape que son los cuentos? no hay manera más hermosa de contar incluso tristes historias.
Nací con una cardiopatía severa, una compleja insuficiencia cardiaca que dio muchos quebraderos de cabeza a todos, y es que me era muy complicado acatar instrucciones médicas porque no entendía qué era lo que me pasaba y porqué tenía que renunciar a cosas que otros niños realizaban con normalidad. Y ahí entraron en juego los cuentos. Personajes como Cory, Valvulina, Prolapso, Ciudad Coronaria, Ricardio Pericardio y los malvados Taqui y Cardias consiguieron convertir en cotidianidad una rareza congénita que lejos de hacerme rara ante los demás, lograron hacerme alguien muy especial a ojos de mis compañeros, e hicieron de mi la Reina de las historias, una Cuentista para el resto de mi vida.
...La vida en sí es el más maravilloso Cuento de Hadas...
EL LIBRO.
Es este un libro de cuentos y no tan cuentos, para niños y no tan niños. Ante la
curiosidad y la tenacidad infantil, poco podemos hacer excepto saciar la primera y aguantar estoicamente la segunda; ante un concepto nuevo siempre surgirá en el niño la duda, y con ella la pregunta ¿Y...por qué?, es innato en el infante saber para aprender, y es el deber de los adultos, enseñarles sin predicar, sermonear o aburrir. Es más bonita la Historia contada a base de pequeñas historias y se conserva por siempre en nuestra memoria si nos los enseña un cuento que una austera lección escolar. Nos dice Peluso, el Gato, que los cuentos son como el pan o las galletas rellenas de chocolate: algo completamente imprescindible para la vida humana y el normal crecimiento de las personas, y que Marieta, además, sabe untarlas con mermelada casera, la más rica de todas.
Por eso nos aconseja Peluso que destapemos el tarro y metamos dentro el dedo, y solo después podemos preguntar Y... ¿Por qué?
...La mayoría de las personas que caminarán detrás de mi, serán niños, por lo que mantendré los pasos cortos...
LA OPINIÓN DEL GATO.
Lo primero que llamó mi atención sobre el nuevo libro de Marieta Alonso, fue como casi siempre me ocurre, su portada; Un helado de cucurucho de tres sabores, una carabela, un hombre prehistórico y un perro, y en el centro de todo, la gran pregunta Y...¿Por qué?. Y como también viene siendo costumbre en mi, no pude esperar a comenzar la lectura para imaginarme las respuestas a tan incisiva pregunta; reconozco que todas disparatadas, absolutos despropósitos que hicieron que al leer los cuentos de Marieta, sus preguntas y respuestas me parecieran más hermosas todavía
¡Cuánto he disfrutado, pero cuánto! Con su libro anterior, ¿Habla usted cubano? descubrimos a una Marieta divertida, campechana, sencilla, una narradora elegante y locuaz que nos contaba historias tanto de aquí como allende los mares, relatos cómicos, trágicos, cotidianos y extraordinarios, pero todos ellos con un sentido del humor ácido en ocasiones, dulce en otras, que nos conseguían arrancar una sonrisa aún cuando cabía la lágrima entre risa y risa. Con este segundo libro, la autora nos hace sentir niños de nuevo, relatándonos historias que si no las hemos vivido tal cual, se asemejan asombrosamente a las vividas por cada cada uno de nosotros. Preguntas que para un adulto pueden resultar absurdas y hasta incómodas, en labios de un niño se convierten en lógicas ¿Cómo es que nadie las había preguntado antes? si yo fuera niña, me haría esta pregunta, es más, se que cuando fui niña, me hice esa misma pregunta más de una vez.
Pero la magia del libro de Marieta no está en la pregunta, si no en las respuestas que un adulto da a la curiosidad infantil, y hay que hacerlo respetando al niño, que ni es tonto ni se va a conformar con cualquier patochada o trola que le queramos contar; y ahí surgen los preciosos relatos de la autora hispano-cubana.
preguntar y razonar como lo haría un chiquillo de verdad, emociona y te crea un hormigueo en la barriga al sentirte de nuevo pequeña y recordar ese lenguaje directo, impreciso, irresoluto, pero salido del corazón que todos tuvimos cuando fuimos niños y que la mayoría perdieron hace ya mucho; habla y piensa como un niño, pero no duda cuando ha de cambiar de registro y adoptar el papel de adulto que contesta a un párvulo, pero de un adulto que recuerda que fue niño y como tal, apreciaba la sinceridad, la claridad y ese toque de imaginación que todo crío necesita por muy serio que sea el tema a tratar. Enseñar y divertir.
Alonso Más crea con un sencillo lenguaje, pero sin dejar lugar a dudas, ni en la forma ni el fondo, unos relatos preciosos, cortos y cargados de sentimiento y dulzura. Desde el origen de los helados, el origen el fuego, el viaje de Colón o las pretensiones del Gato Pelusa, la autora trata desde un punto de vista infantil, temas tanto importantes como trascendentales -para un adulto- sin perder un ápice de emoción en el camino.
Sentirse niño de nuevo solo es posible si nunca has dejado de serlo.
...Estamos habitados por libros y por amigos...
Y...¿POR QUÉ?
Marieta Alonso Más
ISBN: 978-84-943808-9-1
Edita la Asociación de Escritores de Madrid
Directora Editorial: Chiqui Lorenzo
Imágenes del texto: ©Yolanda
T. Villar
Una Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
Es muy difícil no leer el libro tras tan preciosa reseña. Yo soy más de Santiago, siempre tan políticamente correcto, tan culto, tan preciso, pero tú sabes emocionar, desgarrar, sabes llegar mejor al lector y eso es muy importante. Sois un buen equipo.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias por tus palabras. Cuando un libro te llega, lo demás viene solo. Santiago se sentirá muy halagado, y por supuesto, yo también. Gracias por leernos.
EliminarUn saludo
Genial reseña, como siempre. Me ha llamado mucho la atención y me lo apuntaré para leerlo y así poder contestar a esas preguntas que ya empieza a plantearse el peque.
ResponderEliminarun besazo
Hola guapa!
EliminarMarieta tiene una forma de escribir muy familiar, muy de andar por casa, su lenguaje y sus historias llegan a todos porque no están escritas pensando en un lector, sino en todos los lectores. Te va a encantar, hay algunos relatos tiernísimos y bellísimos.
Un beso reina, feliz verano!!