(Foto: E. Massafra)
Este mundo no lo entiende
y yo tomé la iniciativa
de llamarme diferente,
siempre tengo en mente
empezar algo rebelde
alejando lo excelente.
Mi objetivo no es el daño
es verme reflejado
cuando soy un rechazado.
De peque siempre castigado
de grande el más buscado
por un crimen distinto,
el que hace caso al instinto
¡Pinto y sigo invicto
desafiando lo prohibido!
(Drwnk)
GATO TROTERO: Bienvenido a nuestro Tejado, Fernando, en este peculiar callejón, un suburbio
para marginales literarios, y lo digo con orgullo, gracias por formar parte de
nuestra inmensa minoría –de momento- ¿Cree usted que al lector hay que darle lo
que pide o hay que enseñarle un amplio muestrario para que pueda elegir, y
sobre todo, que sepa escoger?
FERNANDO FIGUEROA: El lector
es un ser polimorfo, compuesto de muchas personalidades, formaciones, gustos y
mundos interiores. Darle lo que pide no entraña trabajar para la uniformidad. Cierto
que da la impresión de vivirse un sota, caballo y rey, y puede que interese a
cierto sector mercantil reducir y compartimentar al público en bloques
homologados y homogéneos; pero sabemos que hay lectores que no se sienten a gusto
con las etiquetas existentes o con la fritanga literaria, por no hablar de la
tendencia de algunos escritores por romper moldes, entremezclar géneros e
innovar en formatos. Me identifico con todos ellos y las editoriales que
apuestan por salirse de las convenciones. El lector debe ser ante todo un
explorador, no un simple consumidor. El lector tiene derecho a pedir lo que le
apetece, pero hay que facilitar que ejerza su capacidad de elección y que gobierne
su apetito lector con criterio, consciente de que existen otras literaturas o
estilos que no tienen hueco en los grandes escaparates. Mi instinto me dice que
si hay autores libres habrá lectores libres, y viceversa.
Por otro
lado, creo que no hay libro malo, si hay un buen lector que le sepa sacar el
jugo. Ese es, para mí, el verdadero lector culto, el que es capaz de disfrutar
de una rosa de la misma manera que mirando una piedra. Existe un lector malo,
el que mastica perlas como si fueran altramuces, comulga con tochos de molino y
encima cree que ha perdido el tiempo.
GT: Escuché hace algún tiempo en una tertulia radiofónica, decir a un veterano
escritor aficionado que los autores –independientemente de su talento-
escribían para un primer mundo (literario se sobreentendía) pero eran leídos
por un segundo o tercer mundo según si eran bautizados por un padrino pudiente
o apadrinados por una ONG. Me encantó la metáfora ¿Cómo ve usted actualmente el
mercado editorial, hay submundos comerciales? ¿En verdad solo se bautizan los
que tienen padrinos?
FF: Para mí el
mundo editorial sigue siendo un misterio y, cuando lo miro desde la barrera, no
puedo evitar poner el cartelito de ‘aquí hay monstruos’. Como en toda la
industria y la institución cultural, se configura en una red de círculos
sociales en los que juega un gran papel las relaciones públicas y, por tanto,
el apadrinamiento sigue estando vigente para poder ingresar a cierto nivel, con
lo bueno y lo malo que tiene. Personalmente detesto los paripés, por eso es maravilloso
seguir encontrando oasis, divulgadores, editores o libreros que aman el libro y
a la literatura y, por tanto, respetan a los creadores y apuestan por ellos y
su obra: esos son los buenos padrinos.
Con todo,
me siento cómodo con la autoedición. No es un reproche, aspiro a publicar en
editoriales si la propuesta me convence, pero creo que existe una buena
oportunidad histórica para que los autores participen activamente en el proceso
de publicación. En este momento me encanta dar forma a la primera edición de
mis textos. Se adecúa a mi ser artístico y, en parte, bebe del ejemplo de mi
abuelo Eugenio. Él no pudo ir a la escuela, tenía que trabajar en el campo,
pero fue capaz de escribir poesía, relatos y varias novelas. Por desgracia fue
un escritor sin libros, porque cuando pudo publicar la censura franquista truncó
su ilusión. Antes era muy difícil que te publicasen, pero eso no le detuvo. Se
hacía sus ediciones con fotocopias y las encuadernaba a mano, contento de
regalárselos a colegas, amigos, familia y vecinos, siguiendo la máxima ‘del
autor al lector’. Con tal ejemplo y los medios que hay, ¿cómo no autoeditarse
hoy en día? Sin embargo, ahora el reto no es publicar, sino que el libro se distribuya
y que se lea, sobre todo eso, que te lean.
GT: Ahora que acabamos de disfrutar de las distintas ferias del libro, muchos
autores y editoriales hacen balance, otros deberían hacer examen de conciencia,
sobre el éxito de ventas o firmas, pero ¿Actualmente son las Ferias un trampolín o un escaparate? ¿Llegan a ellas
los que tienen posibilidades de ventas o son las ventas durante las mismas las
que marcarán el futuro inmediato del autor?
FF: Tiene algo
de reconocimiento, ilusiona formar parte, pero no creo que puedan considerarse
las ferias como trampolines ni tampoco la mejor forma para conseguir ese feed-back que de verdad buscas, te
retroalimenta y te impulsa a seguir. Me parece más eficaz y positiva la
organización de festivales especializados, de encuentros literarios, mesas
redondas o presentaciones con autores vivos (estaría chulo que se hiciera también
con autores muertos, daría de comer a muchos actores), pues permiten poner cara,
voz y más alma a los libros, y diluir la distancia entre lectores, autores y
editores. Cuando se ve que tras uno y otra lado de la tramoya hay seres humanos
las cosas se relajan y vibra la vida. Que alguien te pida que le dediques un
libro, no tiene precio. Aunque sepa a poco, porque lo que deseas en verdad es
que te comente cosas de su lectura. Se llama comunicación, compartir, completar
el acto creativo, festejar la vida.
Sobre el
tema de las ventas, todo lo que dices tiene cabida, sobre todo si hablamos en
términos de negocio. Pero no podemos dejar en las ferias el futuro de un autor,
sobre todo primerizo. Hay ahora otros frentes, como la exposición mediática. Creo
que está tomando un gran peso y generando cauces alternativos, por ejemplo en
Internet. Eso sí, exige al autor ciertas dotes sociales y conocimiento del
medio. Ahí se camina en el filo de la navaja, pues saber en qué medida uno se está
plegando a la industria del espectáculo depende de cómo se tengan asentados los
pies en el suelo, comprenda lo lúdico de la aventura y mantenga una viva y
constructiva actitud autocrítica.
Yo me
contento con producir y compartir momentos bellos e intensos. Pensar en ganar
dinero me bloquea. Necesito para crear, pensar con libertad. ¿Hay algún agente
literario por la sala? ¿Un mecenas manirroto, por casualidad?
GT: Licenciado en Geografía e Historia, sección Historia del Arte. Le confieso que
he leído su Tesis y mi primera sorpresa me la llevo al leer el título: El graffiti movement en Vallecas. Y no
dejo de sorprenderme según voy leyendo y casi casi me encuentro con una novela
negra neo-urbana más que una tesis. Creo
que a estas alturas son pocos los que aún piensan que el graffiti no es un
arte, pero ¿Es ya parte de la Historia del Arte? ¿Qué necesitaría para llegar a serlo? Y perdone mi
curiosidad pero ¿Qué tiene este estilo de vida para atraer la atención de un
licenciado en Arte?
FF:Es parte de
la Historia del Arte y de la Humanidad. Se puede discutir, pero no se puede
ocultar. Su estudio me atrajo por lo que comporta de trabajo de campo, por
exigir una exploración del entorno, abrir la mente a la inmensidad del hecho
cultural y enfrentarse a los prejuicios y esquemas que se nos inculcan desde el
olimpo de la alta cultura. Por lo que de quijote me toca, disfruto mucho
velando por la comprensión y dignidad de algunos fenómenos culturales que me
parecen muy frescos y naturales, y resaltar el aspecto humano de las cosas a
través del ensayo. En el fondo me apasiona. Por ejemplo, en mis textos
fantásticos suelo hacer algún guiño al graffiti. Me parece un aspecto además
muy anulado en las novelas históricas o fantásticas, cuando ha sido de largo un
medio de expresión muy común, aunque nuestra cultura lo considere algo
exclusivo de nuestro tiempo o algo impropio o insignificante. Creo que en ese
terreno se junta con muy poca sensibilidad la ignorancia y el prejuicio.
GT: Al igual que otros movimientos artísticos, el Graffiti tiene sus matices, tiempos, estilos ¿Estaríamos hablando
de un género artístico en sí mismo o un subgénero? En los años ochenta se
hablaba del graffiti como la auténtica voz y expresión del pueblo.
FF: El tema es
complejo, más si hablas con alguien que entiende el graffiti como una esfera de
expresión en la que se remueven diferentes tipologías. Podríamos dejarlo en que
el graffiti es un medio que ha dado lugar a la subcultura de los writers o escritores de graffiti y a un
movimiento, desde el Writing al Aerosol Art. También se puede entender como un
estilo gráfico-plástico, pero no es un género o subgénero, eso se deriva del
análisis de sus contenidos, que tocan muchos palos, o de si surgiese algo
llamado ‘literatura-graffiti’, que podríamos presuponer próxima a un juego
dadaísta, una escritura automática o un universo underground. Por cierto, ¿no has mentado a Reverte? Suele pasar
últimamente cuando se habla de graffiti en los ambientes literarios.
GT: Reverte, si una cosa tiene, es una gran visión periférica...y hablando de periferia, si hablamos de GLUB pensamos irremediablemente en Hip-Hop, al gran MUELLE
se le identificaba con el
pop-rock y la movida madrileña, HARING y los sonidos de los clubs
nocturnos de New York, BANKSY y la cultura pop londinense ¿Está
irremediablemente unido el movimiento grafitero a la música? ¿Quién complementa
a quién? Estaría bien una música salida única
y exclusivamente del graffiti, algo así y perdone mi atrevimiento e
ignorancia ¿Melografía? y no vale reírse.
FF. El graffiti
es agitación, movimiento, ritmo, es lo que tiene ubicarse en la calle, escuchar
el corazón y establecer un baile con las normas. La evolución del graffiti
contemporáneo no se puede entender fuera de los parámetros del jazz, el rock
& roll, la psicodelia, el rock urbano, el heavy metal, el punk, el hip hop…
como diría Raimundo Molinos, es purita
vida, jajá. Lo de melografía tiene su gracia, no puede negarse. Quizás el
graffiti sea la excitación de la melanina urbana, las pequitas de un monstruo
de hormigón que lo convierten en un ser simpático, inofensivo y entrañable.
También puede ser la miel de lo cotidiano, chorreada sobre el pastel de asfalto
que nos toca patear uno y otro día, y nos pringa con un extracto sucedáneo de
esa naturaleza que añoramos como animales sentimentales. Uff, puede ser tantas
cosas… Enchufa la radio que quiero pintar o escribir, que si no, no me sale.
GT: Tres libros sobre el universo graffiti, un libro sobre la Venecia del siglo
XVII y cuatro a cerca de las Mujeres-globo. Aparentemente nada que ver unos con
otros, aunque ninguno de ellos entraría dentro de lo habitual en el mercado
literario actual ¿El Fernando escritor se sale de la norma por convencimiento
puro, por casualidad o es algo premeditado y organizado? Y es que en este
mundillo he visto de todo, nada me sorprendería.
FF: Soy hijo de
la posmodernidad. Me crie entre libros, tebeos y una televisión, la plastelina
era mi juguete favorito, junto a un hermano con tanta o más fantasía,
creatividad y arte que yo, en un barrio de periferia, entre la ciudad y el
campo, en un tiempo de transición, en el que convivía la España feudal con una
España que anhelaba ver llegar, con los ojos como platos, los prodigios del año
2000; así que soy una persona de frontera, con un raro sentimiento de
universalidad. En esas cómo para estarme quieto en la Era Nuclear. Aunque esté
sentado, mi mente no deja de enredar. Siempre me gustó imaginar, darle vueltas
a las cosas, con conocimiento de causa y perspectiva de disfrute. En lo
artístico prefiero confiarme a la intuición ilustrada que a la planificación
sesuda. Me divierte más. Soy escritor de brújula y eso me permite que aflore mi
personalidad en todo lo que hago. También soy un poco rebelde y cabezón, lo que
no tiene precio para cambiar de rumbo, sorprender, y llegar a algún puerto, se
llegue con la barca más o menos entera. Creo que un verdadero compromiso por la
cultura implica amar y conservar la tradición sin ser esclavo del pasado y
crear sin olvidar que la humanidad aún no ha dado todo de sí, aunque suela repetirse
para lo bueno y lo malo, porque hay cosas que siempre funcionarán. No olvides
tampoco que mi alma es de payaso y eso entraña jugar continuamente con las
convenciones, cultivar la consciencia de la mecánica humana y social, darle
alas a la mirada excéntrica y expurgar de lo humano lo negativo. La infelicidad
no puede ser mi patria, si mi bandera es una sonrisa.
GT: ¿Cómo llegó usted al universo Pompínico, Fernando? ¿Fue difícil coger semejante
tema y manufacturarlo para convertirlo en un tema apasionante y atrayente al
lector? Ha debido serlo pues uno no llega a escribir cuatro libros sobre el
tema sin perder ni un ápice de interés por parte del público ni calidad por
parte suya.
FF: Vinieron
caídas del cielo, un día, sin esperarlo. Abrí los ojos y ahí estaban, dándome
capones en la loma de mi corazón. Las mujeres-globo son mi locura, las niñas de
mis ojos. Hombre, son las hermanitas locas de una hermana mayor, Angelina
Trisole de Ghiandachiara, que la tengo bastante olvidada, pese a tener en el
cajón la tercera parte de sus aventuras. Nacieron de las ilustraciones que
hacía para El libro de Angelina.
Ellas me ayudan a mantener la esperanza en el ser humano, velan por mi vínculo
con la Naturaleza, presiento incluso que me reconectan con mi paraíso infantil,
con ese primer imaginario en el que las redondeces son la manifestación del
paraíso.
Sobre la
manufactura de sus historias, disfruto como un enano. Fluyen. Me ponen a prueba
y sacan de mí al niño travieso y avispado que tengo dentro, desde el poso del
adulto. Cierto que he tenido mis miedos. ¿Qué autor no los tiene cuando quiere
hacer una obra que se entienda y toque de alguna manera al lector? Por otro
lado, quiero que el lector encuentre contenidos que le nutran intelectual y
emocionalmente, sin aburrirlo, que sean en un punto familiares, pero que le
sorprendan. Creo que si el autor se divierte creando, conseguir que el lector disfrute
es pan comido. Aparte, aunque me educaron a ver personas, cuando creo mis
historias pienso mucho en la posible lectora. Es sólo un juego, un impulso más
para crear, pero creo que la literatura se ha convertido en un mundo muy femenino
(basta con darse un paseo por el mundillo) y me alegra mucho conseguir hacer
vibrar, mental o cardiacamente, antes a una lectora que a un lector. Sé que muchos
lectores heterosexuales y algunas lectoras me entenderán de sobra.
GT: Corren malos tiempos para la cultura, tal vez no debería uno arriesgar y
dedicarse a escribir lo que funciona, lo que vende ¿Quién lo tiene más difícil
en estos momentos, los Artistas o los escritores? Si el libro está en crisis,
la compra de Arte y la difusión no están mejor ¿De quién es la culpa, si es que
hay un culpable? y por ende ¿De quién es o dónde está la solución?
FF: Toda la
Cultura lo pasa mal, porque nuestro modelo social no está al servicio de los
valores humanistas y del desarrollo pleno del individuo. Me muevo en varios
ambientes (músicos, teatreros, ilustradores, pintores, investigadores, payasos…)
y en todos se dice lo mismo: que si se hace de balde, que si se paga mal… que
si un día consigues vender un cuadro a precio de fábrica o de amigo, que si tienes
público para cubrir el gasto de vestuario y portes o que si te leen tres almas
cándidas a las que les hayas regalado o vendido el libro, date por contento,
que es un día grande. Por no hablar de la endogamia del arte o del mundo
académico. El público-público, ajeno al sistema de formación, producción y
exhibición, está en extinción. Ahí está ese gran peligro que parece mitigarse
cuando se tiene la fortuna de situarse en el mainstream o entras en la esfera de los medios de comunicación, en
fin, la sociedad del espectáculo. Bueno, sobra decir que ser periodista o salir
en la tele facilita pisar con más holgura, sobre todo te favorece la promoción.
Nos
libraríamos de muchos tormentos si existiese un público potente, extenso, frondoso
y florido. Es la pieza clave y la más endeble ahora del armazón cultural. No es
algo insignificante, porque en un contexto democrático, el déficit de un
público cultural no se desliga del drama de una ciudadanía convertida en una
masa de borregos, insensible a su entorno y presa de la satisfacción inmediata.
Para el público que siente pasión, el dinero no representa un escollo, es una
minucia. Lo vemos en otros campos, piensa sólo en lo que cuesta ir a ver un
partido de fútbol o irse de tapas. Pasión y aprecio van de la mano, no importa que
haya que poner guita para llegar a la Luna, acabar con una enfermedad endémica,
llenar la casa de artesanías, gastarte la mitad del pan en libros. Si nuestra
sociedad no mirase la cultura como a un bicho raro que da igual que se extinga,
no haría falta protegerla mediante subvenciones o sobrevivir entregándose a clientelismos.
Es un derecho social e individual, reconocido no por azar por las leyes contemporáneas.
GT: Hay algunos artistas que han unido fuerzas y talento junto a escritores creando
juntos obras plásticas y literarias magníficas, hay un maravilloso libro de
escritoras y pintoras, por poner un ejemplo, que se llama El Arte no tiene nacionalidad y en el cual poetas y pintoras aúnan
fuerzas y acompañan sus trabajos mutuos dándoles más repercusión ¿El Arte
deberá unirse a las letras para conseguir mayor profusión, será ese el futuro
que le espera a ambos? Coaliciones hasta en la cultura para salir adelante.
FF: Estoy a
favor de la interdisciplinaridad, la cooperación, las colaboraciones, la
ruptura de fronteras… sin que eso comporte perder el horizonte y mantener lo
peculiar de tal o cual materia. Es aquello de juntos pero no revueltos, porque
hay que saber cocinarlo. Aun así, me parece maravilloso cuando se hacen
proyectos en los que se funde y confunde la autoría o se combinan diferentes
artes con maestría. La mezcla fortalece, si ambos mundos entienden lo que puede
aportar cada cual y la mejor forma de engranarse. La fórmula es consagrarse en el
objetivo y echar por la borda los egos. Cierto que, cuando uno domina varias
artes, intenta también combinarlas, porque enriquece, complementa y completa.
Me encanta ilustrar mis libros, o ‘textuar’ mis dibujos. Eso, junto al uso de
pseudónimos, hacen vibrar los libros de una forma especial. Andan solos.
(Foto: E.Massafra)
GT: He leído de usted que tiene formación
polifacética: historiadora-arqueóloga, gráfico-plástica, actoral-escénica,
literaria y docente (conociendo su obra y proyectos se quedan cortos) y yo me
pregunto ¿Y para cuando un Fernando músico-locura? llamémosle Musíloco
-por lo que encierra de atrevido y transgresor, que lo tiene- es más
¿Porqué no una música aérea para las Pompinées? y una quinta entrega, pues ya
sabe lo que dicen, que no hay quinto malo.
FF: Bueno,
actualmente, estoy en la compañía Musiclown y le damos a la payasada a ritmo de
musical. Somos un grupito talludito y, por tanto, muy ochentero. La música y el
humor son un buen cóctel.
Las
pompinas son ya muy musiquillas ellas, se criaron arrulladas por el viento
entre las ramas. A veces, se pasan de zumbonas, pero va en su temperamento, no
saben contenerse. Hacen tanto caso del qué dirán como del arroz de Catalina. Tan
pronto pegan los labios y te hacen un bocca
chiusa entre los rosales, que te chillan haciendo el indio encima de la
lumbre. Se les perdona todo, porque no saben de culpas y sí mucho del cariño.
Ahora si les da por ser ratoneras, ya puedes buscarte unos buenos tapones para
los oídos que la cosa va para largo.
Sobre la
quinta entrega, anda incubándose. Creo que será una historia unitaria, aún no
sé en qué clave. Quién sabe. Quizás, algunos de los libros citados en la
tercera o cuarta entrega. No sé. Ya sabes que es un proyecto con sus
ramificaciones.
GT: El futuro. Las nuevas generaciones. Los niños y el Arte. Los niños y la música.
Arte y lectura como terapia, como enseñanza ¿Qué porvenir le espera a la
Cultura, serán estas nuevas generaciones un relevo, un soplo de aire fresco o
el Armagedón literario? ¿Las nuevas tecnologías harán de nuestros niños seres sin
creatividad o todo lo contrario?
FF: Soy un
optimista nato, pero me aterra el futuro en esta encrucijada sin igual en la
historia de nuestra especie y nuestro papel en la Tierra. Conocer al ser humano
te inunda de fe y al tiempo te puede desesperar hasta la amargura. La
tecnología no ha liberado al ser humano como habría sido deseable. Nos ha dado
herramientas, como en su día la industria, pero seguimos presos de la economía,
del trabajo como forma de subsistencia y núcleo de la actividad social, de la
oligopolización mediática. Nuestro instinto gregario se ve manipulado, se nos
separa en multitud de pseudoidentidades para luego reunirnos en masa, se nos
convence de que necesitamos intermediarios, que seremos siempre incompletos,
inmaduros, insatisfechos, se nos utiliza de mil maneras para el beneficio de
unos pocos, esa panda de borregueros visibles e invisibles que no han pensado
nunca en bajarse de la burra y trotar a nuestro lado como congéneres. Sin
embargo, la misma creatividad humana podría salvarnos. Sólo hace falta cultura,
corazón, determinación y consciencia de en donde estamos metidos y del infinito
que nos rodea.
Nacemos
para manipular la materia y explorar un entorno físico, desde nuestros cuerpos,
no para estar encerrados entre cuatro paredes mirando una pantalla y agitando los
deditos. No se puede castrar a un niño, sobredimensionando sus reflejos
mecánicos, y podarlo al gusto de un mercado tecnológico que busca ampliar su
cuota de negocio. Estamos jugando con un ser emocional por construirse, que ha de desarrollar sus capacidades en sociedad, desde lo
sensorial y lo afectivo. Creatividad es hacer el amor con la materia y las
ideas, transmitir la vida a lo que nos rodea. También es muy importante
trabajar los vínculos intergeneracionales, para que cuaje la filantropía, y la
tecnología está creando una fractura bestial. Una generación ‘huérfana’ podría
ser nefasto para el destino de la cultura, de la democracia, del planeta y de
nosotros mismos como especie.
GT: Muchas gracias por su tiempo, su talento y su obra, ha sido un placer inmenso
conocerle y disfrutar de su obra y su persona.
Este
Gato es su Gato. Para cuando quiera, los suburbios y arrabales literarios le
esperan, y no olvide que con mucho orgullo. Gracias Fernando. Hasta pronto.
FF: Igualmente,
por dejarme trotear por estos lares gatunos, donde arte y literatura se dan la
mano y se regalan un beso. Gracias de corazón.
FOTOGRAFÍAS: E.Massafra ( Web)
Una
entrevista de Yolanda T. Villar
¡Qué entrevista más buena! ¡Que cracks los dos! Hacéis buena pareja profesional.
ResponderEliminarBesos
Gracias Anabel! Con un entrevistado como Fernando Figueroa las entrevistas se convierten en auténticas Master Class, pero ante todo divertidas y relajadas.
EliminarUn abrazo
Resulta enriquecedor leer a dos craks de la entrevista, ambos se nota que disfrutáis con vuestra pasion creativa
ResponderEliminarPues si Anastasio, ambos hemos disfrutamos mucho con lo que hacemos, a Fernando no hay más que leerlo para darse cuenta de su pasión por las letras y la música.
EliminarCreo hablar en nombre de los dos al decir que hemos disfrutado con la entrevista.
Un abrazo.
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