LA NOVELA.
Amaneció de nuevo Madrid es mucho más que una novela sobre
la postguerra española, es un canto a una memoria olvidada que de no ser por
Anamaría sería enterrada junto a los protagonistas reales de aquellos
años y que poco a poco nos han ido dejando, y llevándose con ellos una realidad
que hoy muchos están empeñados en obviar y hacer caer definitivamente en el
olvido. No se trata de no encontrar perdón al revivir la Historia, se trata de
algo tan sencillo como no olvidar a los que sufrieron y vieron su existencia
alterada hasta no reconocerse a sí mismos.
Novela histórica de tal precisión y belleza narrativa que
debería ocupar un lugar en la vida de cada uno de nosotros, y no solo en una
estantería de nuestro hogar; debería ser lectura recomendada en clase de
Historia y referencia en las aulas de Literatura, no hay mejor manera de
aprender que entreteniéndose y no ser consciente de que te están enseñando. La
novela de Anamaría Trillo es a todas luces una clase magistral sobre los
recovecos del ser humano.
A través de Margarita, una niña que en plena postguerra
debe abandonar su hogar en busca de una vida mejor en Madrid, la autora nos presenta
una ciudad que todavía pugna por levantarse a pesar de las bombas que hirieron de muerte sus entrañas y llenó de
dolor y hambre cada rincón, cada callejuela, cada avenida, cada hogar; personajes
que no quieren ni pueden olvidar, otros que no desean recordar, algunos que no
recuerdan otra vida que no sea esa, pero todos ellos interfieren quieran o no
en la vida del resto. Condenados a
convivir y a no entenderse porque pesa más el odio heredado que el perdón
surgido del tiempo.
Una novela ejemplar tanto en fondo como en forma, narrada
de manera impoluta y con un estilo “Trillo” que se aprecia desde la primera
página: sencillez, naturalidad y elegancia. Una novela que llega al corazón y
se queda tatuada en el alma, un bálsamo para las heridas del ayer y un
reconstituyente para la incertidumbre del futuro. Una novela que fluye por las venas.
EL GATO OPINA.
No me está resultando fácil hoy
escribir esta reseña. Lo cierto es que llevo un buen rato mirando la página en
blanco sin pulsar una sola letra, es más, me he dado cuenta que llevo largo
rato ausente de este mundo…
En mi mente solo hay imágenes evocadas
por la lectura de esta novela, imágenes en movimientos de sus personajes, como si de personas auténticas se tratara que viven en el Madrid de los años cuarenta del siglo pasado ¡El siglo pasado!
¡Caray, dicho así parece que haga una eternidad que todo esto pasó! pero es que
no se tratan de imágenes amarillentas como las de las fotografías de la época,
esas imágenes que parece que acaban de ser sacadas de un viejo baúl y que tras
una pátina de polvo y humedad nos miran como diciendo: somos solo el recuerdo
de una vida ya pasada, solo somos papel y moho. No. Lo que yo veo, lo que yo
siento, es real; puedo ver perfectamente como el viento mueve el escaso vuelo
de las faldas de las mujeres que pasean
por las vetustas calles de los madriles,
se ven sus sencillas peinetas sujetar
las ondas de sus cabellos, esas ondas que se marcaban a golpe de tenacillas
calientes o agua y pinzas, con mucha paciencia eso sí –decía mi abuela
cuando le preguntaba por su foto en blanco y negro que presidía el dormitorio.
Imágenes, imágenes, imágenes, toda
mi cabeza está llena de imágenes y han ocupado cada recoveco de mi mente. Pero
palabras, pocas. Y la culpa la tiene Anamaría Trillo; ha
creado un escenario perfecto, un Madrid a imagen y semejanza de aquel que no
solo sobrevivió a una guerra brutal, sino que resurgió en la postguerra como
esa ciudad de Oz en la cual todo era posible, pero sin magos ni baldosas amarillas, y con cientos de leones a los que se les
arrebató el valor y hombres de hojalata
que jamás tuvieron corazón; y entre todos ellos, una niña arrebatada de su
tierra con una fuerza mayor que la de un tornado, una niña que deambula por un
camino de adoquines que de caer de rodillas sobre ellos, le abriría las carnes
sin compasión. Siempre quise pisar esas
mismas calles, saber que sintieron sus habitantes en aquellos aciagos tiempos,
saber a que olían los hogares, aunque fuera más a hambre que a guiso, descubrir
cómo podían seguir en pie las personas
que tan solo tenían dolor en el que apoyarse…saber, saber, saber y no solo lo que he estudiado en los libros de
Historia, lo que me han contado los supervivientes de aquellos tiempos, lo que
he visto en el cine y he leído en los libros. Y ahora ya lo sé. Lo he vivido.
He sido Margarita ora, Tina otrora, que dolor he sentido como Teodora y que
terrible amargura y cuanto rencor en mi corazón cuando me he sentido Orestes,
Bujosa y hasta Isidro.
Retiro lo dicho anteriormente. No es
culpa de Anamaría, es gracias a ella que he vivido el libro; gracias a su narrativa impecable, su documentación
e investigación exhaustiva, sus personajes vivos, perfilados, tan reales que
tanto sus virtudes como sus defectos alegran e hieren al lector a partes
iguales, porque nos hacen sentirlos en
nuestras propias carnes, amarrarlos al corazón y guardarlos con nosotros en el
alma. Trillo ha desnudado una ciudad y unos habitantes que
se pudrían bajo el manto del olvido, el dolor, el hambre, la sinrazón, el
rencor, la Ira y hasta la soberbia por lo que fueron y que aunque ya no
volverán a ser, darían su vida por aparentar que nada ha cambiado ni en ellos,
ni en el Madrid que conocieron; un Madrid que no es sino la cara de todo un cuerpo
llamado España, que quedó desmembrado, gangrenado, tullido, amputado pero que permanecía en pie con más ganas que
medios, pero en pie y deseando poder
olvidar y tal vez algún día, hasta perdonar.
No me importa no tener palabras para
expresar lo que me ha hecho sentir Amaneció de nuevo Madrid, me sobra y
me basta con lo que siento en mi interior. Es la emoción contenida mientras lo
leía y que explotó al llegar al final, es pensar en Margarita y verla caminar
por las calles de Madrid, es volver a escuchar los recuerdos de mis abuelos de
aquello que les tocó vivir y ver en sus ojos los que no quisieron revivir, es
sentir que mis ojos se humedecen cuando leía el libro, cuando lo acabé y ahora,
cuando escribo esta reseña y la historia vuelve a mí.
Si, es gracias a Anamaría
Trillo que algo se ha removido de nuevo en mí, que me siento más cerca
de mis abuelos que ahora solo pueden mirarme a través de una vieja foto de boda
en blanco y negro, que miro hacia adelante con la esperanza y el convencimiento
de que querer perdonar es querer avanzar, pero jamás olvidar porque de esa
manera algo en nosotros morirá para siempre: la memoria de los que fueron e
hicieron de nosotros lo que somos. Gracias a Amaneció de nuevo Madrid,
he sentido nuevamente lo que es apasionarse por las grandes historias, los personajes
intensos, las cosquillas que generan en el estómago las letras bien escritas,
sencillas, sinceras, naturales ¡Y qué gozada leer de un tirón una novela sin
faltas de ortografía ni de impresión! es el goce de leer el resultado de un
trabajo duro, hecho con el corazón, con el alma, un esfuerzo que al igual que
un parto, da sus frutos de lo hecho con esmero, tesón y con todo el amor que
cabe dentro de su hacedor, hacedora en esta ocasión.
Grande Anamaría. Grande por
hacernos llegar hasta lo más profundo de nuestro ser, una historia y una vidas
que con otros nombres y otros rostros, existieron y en un momento dado de la
Historia, cayeron en el olvido y pasaron desapercibidos.
A lo largo de mi vida, varias son
las historias que reviven aquellos tiempos y que guardo en mi corazón como oro
en paño, ya sean latiendo en el interior de grandes novelas o en las tablas de
un teatro, y que han permanecido en el “top”
de mis preferencias sin que nada ni nadie les hiciera sombra: La
Desbandá de Luis Melero, Las bicicletas
son para el verano de Fernando Fernán Gómez, La voz dormida y Cielos de barro
de Dulce Chacón y ahora,
superando incluso a algunas de ellas, Amaneció de nuevo Madrid de Amanaría Trillo.
Y la defenderé con uñas y dientes contra los que aún puedan pensar
desde la ignorancia o la pereza, que es otra novela más sobre los tiempos del
franquismo, tema demasiado trillado en la literatura y el cine ¡Pues claro que
es una novela con una historia “Trillada”, pero de Trillo, de Anamaría Trillo!
así que a partir de ahora el término, Trillado, será sinónimo de literatura con
clase e historias con categoría.
Anamaría con su buen hacer, y esta
vez sí, es la culpable de que así sea.
Gracias por crear para nosotros, la
Perfecta Máquina del Tiempo.
AMANECIÓ DE NUEVO MADRID
Anamaría Trillo
ISBN: 978-84-16216-50-5
Una Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Me encanta el libro, es el mejor que he leído en mucho tiempo, tuve la suerte de verla en la feria del libro y me pareció una mujer muy llana y sencilla, no entiendo como la autora no está encumbrada en los superventas. Es fabulosa.
ResponderEliminarUna reseña fabulosa.
un saludo.
Isa Llanos Mendieta
Si es cierto, su obra merece llegar a lo más alto y tiene calidad de sobra para mantenerse allí arriba.
EliminarEsperamos que pronto llegue el día en el que editoriales y lectores apuesten por esta nueva generación de autoras.
¡Me encantaaaaa! Acabo de terminarlo y me ha emocionado muchísimo. Estoy deseando leer más cosas de la autora. Un beso yolanda
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, pues la novela es fabulosa. Trama, narración, documentación, personajes, todo está cuidado al detalle, creando una historia tan emotiva como realista.
EliminarTe aconsejo leas El Faro de Umssola, Sandra, te va a encantar, es un maravilloso libro de relatos de Anamaría Trillo. Si pasas a su muro de facebook o a su blog (tienes los enlaces al final de la reseña) encontrarás más títulos donde encontrarás a la autora.
Un abrazo