Al finalizar las dos actuaciones
de los pasados viernes y sábado, se reunieron en las puertas durante varios
minutos los espectadores que salieron tras asistir al despliegue pirata de los
Ron Lalá. Todos fumaban; daban caladas cortas e intensas unos, profundas y
continuadas otros… Fumaban hasta los que no fuman. Su cara reflejaba felicidad,
picardía, gozo… Se tratan de esas caras extasiadas que se dibujan en los
rostros de toda persona, cualquiera que sea su raza o condición cuando se
produce un encuentro entre dos cuerpos que se desean, cuando el lenguaje de las
pieles se abre paso en el silencio y una fugaz pero brillantísima luz inunda
las vistas de los amantes para conducirlos al clímax de los sentidos, esos
brevísimos encuentros que hacen que la esencia más primaria de nuestras vidas
siga creyendo en sí misma, tan esquinada y aislada como la tenemos frente a esa
masa grisácea que albergamos en el interior de nuestras cabezas y que domina
nuestros instintos (unas con mayor porcentaje de acierto que otras, todo sea
dicho).
Esas caras de las que hablaba,
extasiadas, tuvieron un germen turbador, un origen único y concreto: el
brillante broche de oro con el que los Ron Lalá clausuraron la XVI Muestra de
Teatro Cómicos 2014 en la ciudad de Alfaro (La Rioja).
El público pudo disfrutar como
pocas veces de las grandes virtudes del verso cuando es manejado con holgura y
acierto, adaptando con lucidez unos trajes tejidos de antiguo con lanas del Siglo
de Oro (mojigangas, entremeses, jácaras) que se ajustan como un guante a la más
rabiosa actualidad política, económica y social de los tiempos que vivimos
padecemos. Y es que los Ron Lalá, sobradamente conocidos en la ciudad de las cigüeñas,
han bordado los textos y las rimas de tal modo que parecen una compañía especializada
en teatro clásico mas que lo que son.
Llegados a este punto, a uno le
surge una duda ¿Cómo definirlos? Gastronómicamente hablando, Ron Lalá vendría a ser
una inigualable paella valenciana, compuesta por los productos fundamentales de
una buena y saludable dieta mediterránea. Así, la parte musical que emplean
sería el sofrito inicial de aceite de oliva virgen, cebolla y tomate, junto a
las verduras (judías verdes y garrofon) y un punto de pimentón; el humor ácido,
irónico y en ocasiones mordaz que se condensa en cada acto se acercaría a ese regusto
tostado que dejan en la base de la paella la carne de conejo y del pollo de
corral; y finalmente, el teatro ágil, raudo, atractivo, delirante incluso,
encontraría su símil en el arroz bomba de Valencia, verdadero protagonista al
acumular los sabores de todos los productos anteriores tras un adecuado y
cuidado proceso de cocción. En definitiva, Ron Lalá es una compañía
perfectamente orquestada y engrasada que sabe qué quiere, cómo lo quiere y
hacia dónde va. Únicamente teniendo las ideas claras y conociendo cada
componente cuál es su misión dentro del Todo común, se puede conseguir una
sincronización tan helvéticamente ajustada como demuestran cada vez que se
suben al escenario.
A destacar por su originalidad el
Entremés de los autores, en el que un
Shakespeare y un Cervantes atolondrados ante unos personajes que no terminan de
aceptar como propios verán intercambiados sus destinos por un “golpe de estado
de protagonistas”, o el Entremés del
mentidero, en el que se demuestra que los políticos de antes y de ahora
siempre seguirán aprovechándose de los buenos tiempos para vivir mejor que
nadie, y castigando, prometiendo en vano y esquivando culpas cuando vienen mal
dadas.
(Como último apunte, ya al margen de esta reseña, sólo nos queda felicitar a los Quatre Cats por confeccionar, una vez más, una muestra de tantísimo nivel como la recién finalizada, y animarles a que sigan por la senda del éxito que iniciaron hace dieciséis años, que no es otra que la de creer en el Teatro como un elemento renovador, crítico, subversivo, lúdico, comprometido; y la de apostar por compañías de primera división para una población que tiene un equipo de futbol y una sala de tercera pero un público agradecido y fiel de Champions League).
SIGLO DE ORO, SIGLO DE AHORA (FOLÍA)
Compañía: RON LALÁ
Dirección: YAYO CÁCERES
Intérpretes: JUAN CAÑAS, IÑIGO ECHEVARRÍA, MIGUEL MAGDALENA
“PERILLA DE LA VILLA”, DANIEL ROVALHER “BOLI” Y ÁLVARO TATO
Textos originales, composición musical y arreglos: RON LALÁ
Que no falte nunca el sentido del humor. Una gran reseña.
ResponderEliminarSaludos
En efecto, hoy en día no es mucho más lo que nos queda.
EliminarUn saludo
Eres genial !!! Sigue escribiendo asi de bien. Tu compañera de teatro y amiga. Besos.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarUn placer seguir contando contigo.
Un abrazo