EL HERMANO DE SANCHO - XIX FESTIVAL DE TEATRO DE OLITE 2018

En un festival de teatro de verano amplio como es el que nos ocupa, también tiene que haber un espacio destinado a todos los públicos, para que también el infantil y el juvenil puedan ir probando el sabor de algo tan mágico como es la representación artística de una obra sobre las tablas de un escenario. Ya el año pasado, tuvimos la oportunidad de disfrutar del montaje traido por la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla, que no es otro que su aclamado Don Quijote en la patera. Para esta ocasión, el director del Festival de Teatro de Olite, Luis Jiménez, decidió que debía continuar acercando a los jóvenes al teatro a través de la figura del Caballero de la Triste Figura, y para ello programó El hermano de Sancho.

Se trata de una producción de factura vasca producida por Laurentzi Producciones, y nos adentra en los avatares de un personaje llamado Francisco Panza, que se presenta como hermano del conocidísimo Sancho Panza, el compañero inseparable del manchego más universal de todos los tiempos: Don Quijote de la Mancha. Al parecer, anda buscando a su hermano pero no lo encuentra, y decide emprender una búsqueda que le llevará a vivir una desbordante conjunción de situaciones rocambolescas que pondrán a prueba su humor, su amor y su razón. Pronto, y saliendo de una serie de libros que tiene a sus espaldas (en sus lomos se lee (Don Quijote de la Mancha y Obras Completas de Shakespeare), irá conociendo a una ingente cantidad de personajes: el loco enamorado Cardenio, Dulcinea del Toboso, el condenado a galeras Ginés de Pasamontes, o el propio Sancho Panza (todos ellos personajes de la Novela de novelas de Cervantes), que insiste una y otra vez en que él no tiene hermanos y no reconoce a su hermano.  Es entonces cuando el bueno de Francisco comenzará a darle vueltas a qué ocurre con su hermano, cómo es posible que no lo reconozca si se criaron en la misma casa...

Y mientras sigue preguntándose a sí mismo, continuarán apareciendo nuevos personajes:los enterradores de Hamlet (Ser o no ser), el vanidoso Falstaff, el capuleto Teobaldo o Puck y Titania (de El sueño de una noche de verano). Con la ayuda de todos ellos, Francisco descubrirá que todo cuanto le rodea es un producto de la imaginación de alguien y que él mismo también lo es. Puesto que todos ellos son personajes de otros libros, acaba cayendo en la cuenta que él también es uno de ellos, pero en este caso, en lugar de pertenecer a uno de los mencionados, es el personaje de un tercero, uno más pequeño (también presente en el escenario) del que él es el protagonista y en el que, al fin, a su debido tiempo, se reencuentra con su hermano Sancho, casi un clon del Sancho Panza cervantino.

El planteamiento técnico del montaje es muy acertado, y realizan un uso de la iluminación que llena de matices las diferentes situaciones que se suceden durante la obra. Así mismo, la idea de usar elementos del decorado como son los libros que aparecen de fondo para que, cobrando vida propia y desplazándose por el escenario, den paso, entrada y salida a los distintos personajes que se cruzarán en el camino de Francisco, es todo un acierto por parte de los responsables de escenografía y carpintería, ya que dotan a la historia de un ambiente casi mágico, al ser capaces de disparar la imaginación del espectador para que éste consiga pensar que cualquier personaje puede salir de desde el interior de esos tomos encuadernados.

El argumento es muy original y divertido, y bebe tanto del ingenio del manco de Lepanto como del Bardo de Stratford Upon Avon, como de Jorge Luis Borges. No obstante, en ocasiones esa originalidad al realizar una mezcolanza vertiginosa de personajes desvinculados, penaliza la conexión dentro de la propia narración y a veces queda la sensación de si no hubiesen sido necesarios unos minutos más o una ampliación del texto que facilitase la cohesión del conjunto.

Destaca el desdoblamiento de personajes y el trabajo gestual de todos los actores, que por sus rebuscadas poses al final de cada frase recuerdan al espectáculo clown más puro, pero sus interpretaciones son tan medidas que en ningún momento pierden su personalidad.

El hermano de Sancho es una obra diferente, arriesgada y colorista, visualmente muy potente (tanto que los más jóvenes no perderán atención en ningún momento), y que se erige como un gran homenaje a los más grandes escritores de la literatura universal. Es también el resultado de acercar al público juvenil al teatro desde el teatro, haciendo uso de una base ligada al metateatro con guiños cómicos no exentos de reflexión. Lander Iglesias y Alberto Iglesias componen un buen tándem creativo que ojalá les lleve a caminar juntos a través de nuevas sendas para redescubrir a los clásicos. Nosotros estaremos pendientes de su trabajo porque a buen seguro no nos dejará indiferentes.

COMPAÑÍA

Laurentzi Producciones

DIRECCIÓN 
Lander Iglesias

REPARTO 
Txema Pérez/David Pinilla, Alfonso Diez/Lander Iglesias, Nerea Ariznabarreta, Gaizka Chamizo/Ná Gomes, Ander Basaldua

 
EQUIPO ARTÍSTICO/ TÉCNICO 

Producción: Laurentzi Producciones

Dramaturgia: Alberto Iglesias

Versión euskera: Bego Montorio

Iluminación: Koldo Belloso

Sonido: Ignacio Lopez

Música: José Urrejola

Movimiento: Pablo Ibarluzea

Vestuario, caracterización: Ikerne Gimenez

Coordinacion de producción: Esther Velasco

Distribucion, Comunicacion: Rosa Iglesias

Idea, Espacio escénico, Direccion: Lander Iglesias

Realización escenografía: Carlos Pérez

Realización de atrezzo pinturas: Jesús Uranga

Carpinterías: Alfredo Marino

Realización de vestuario: Tytti Thusberg

Realización de máscaras y tocados: Anaisabeltz

Ayudante de vestuario: Igone Teso

Ambientación vestuario: María Calderón

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Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués

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