¿QUIÉN DIJO MIEDO? de Jorge Urreta.

Miedo a los fantasmas y a las tormentas 
Miedo, que tengo miedo a la oscuridad 
Miedo no me molestes no tengo miedo 
Miedo no te me acerques dejame en paz 

Miedo a los ladrones y al policía 
Miedo a los payasos, miedo al doctor 
Miedo a los comienzos y a los finales 
Miedo no te me acerques dejame en paz 

Miedo a los dentistas, miedo a las brujas 
Al viejo de la bolsa, al lobo feroz 
Miedo a lo que inventen que me dé miedo 
Miedo no te me acerques dejame en paz 

Miedo a los misiles, miedo a las bombas 
La guerra cerca o lejos que miedo da 
Ay, chicos de la Tierra no tengan miedo 
Miedo no te me acerques déjame en paz.

(Miedo. Piñón Fijo)

Aitor Garmendia es un adolescente normal. Estudia, sale con sus amigos, y fanfarronea como buen bilbaíno que es. Es conocido por su arrojo y las continuas apuestas arriesgadas que han forjado su fama de temerario.

Hay un nuevo centro comercial en la ciudad y Aitor quiere demostrar a sus amigos que es capaz de otra de sus hazañas al grito de su habitual «¿Quién dijo miedo?». Lo que no espera es encontrarse con un secreto que jamás debió haber visto.

Tras el éxito de El año de la hortaliza, vuelve Urreta con esta nueva novela, que combina a partes iguales un misterio que atrapa al lector con una intriga policíaca que no le permitirá cerrar el libro.

Si juntamos adolescentes, hormonas, retos y transgresión de normas, es obvio que tenemos entre manos una bomba de relojería, y es absurdo pensar que no explotará, la pregunta sería ¿Pero cuándo, dónde  y qué repercusiones tendrá? que a estas alturas pensemos en una novela de adolescentes y pensemos que no habrá problemas ni peligro, es de ilusos ¿alguno lo ha pensado al leer el título y la sinopsis? menos mal, ya me veía diciendo eso de ¡ay alma cándida...! y una retahíla de sermones para recordarnos que todos fuimos adolescentes, pues no se escarmienta en cabeza ajena.

Comenzamos conociendo a Aitor, un chaval que como todos los de su edad tienen que demostrar que no solo son iguales al resto de la panda, si no que además, ha de demostrar a la menor ocasión que incluso es mejor -sin olvidarnos que el significado de "mejor" para un adolescente no va a coincidir con lo que pensamos nosotros de tal acepción- y no dudará en demostrarlo para no ser el hazmerreír del grupo; luego nos encontraremos con Yolanda -y aquí mi abuela diría: ¡Yolanda tenía que llamarse, menuda pieza será- una limpiadora del Centro Comercial que fíjate por donde, Aitor Garmendia y pandilla, eligen para su próxima y más sonada gamberrada; cosas del Destino, Yolanda y Aitor, dos jóvenes con distintos objetivos pero un fin común,  se verán envueltos en una situación con la que no contaban y que les cambiará la vida. Lo que iba a ser una extralimitación con las normas establecidas se convierte en una pesadilla, y Aitor se ve envuelto en una trama que pondrá en peligro su vida; esto ya de por si es lo suficientemente atractivo como para enganchar al lector, el suspense está servido, pero como no hay dos sin tres, a estos dos chicos se les une el tercero que no en discordia, pero tercera pata para un extraño banco que reúne a tres personas totalmente distintas que en condiciones normales nunca se hubieran conocido ¿Qué quien es el tercero de la tarde? pues el inspector de policía Segovia, Luis Segovia. Ya adelanto y me mojo en mi opinión al decir que este es mi personaje favorito, puede ser porque en el momento en que aparece en escena la acción y la intriga suben hasta límites extremos, una historia que no solo progresa adecuadamente, es que se desarrolla en progresión geométrica, como el contador del cuentakilómetros cuando vas solo por una recta y crees que nadie te ve (Dichosos helicópteros de Tráfico) y sube y sube y sube, pues así sucede con la acción de la novela una vez el heterogéneo trío ha hecho acto de aparición.

La trama se desarrolla entre Bilbao, Córdoba y Barcelona, un viaje rápido que prospera capítulo a capítulo, todos cortos y rápidos de leer cuyo título en cada uno que nos pone en sobreaviso de lo que nos vamos a encontrar; no penséis que os vais a encontrar una mini guía de viajes con el paso de los personajes por estas ciudades, porque va a ser que no, aquí lo que prima es la acción, las descripciones pasen a un segundo plano e incluso llegan a ser inexistentes. Para mi esto es un punto a favor ya metida en faena, si con el nivel de adrenalina que corre por mis venas me traes ahora un parón para contarme lo que hay a mi alrededor, como que me cortas el rollo, así que gracias a Jorge por darme lo que me gusta, lo que nos gusta a los amantes del thriller: acción e intriga sin rodeos.

Llegados a este punto y con el baile de San Vito en el cuerpo porque ya no hay quien me distraiga de lo que importa, la trama, he de hablar de los personajes que hay que decir que son los tres principales: Aitor, Yolanda y el Inspector Segovia, el resto hacen aparición para lo justamente necesario y dejan que la carga interpretativa recaiga en el trío, y como ya he dicho algo más arriba, mi favorito es Luis Segovia, lo veo más maduro no solo en su papel, lo que es obvio, si no como personaje en sí, está más definido y concretado, más real, más palpable; Aitor lleva muy bien el peso argumental, está casi perfecto en su papel de adolescente que ha de espabilarse en tiempo récord si no quiere acabar mal, no es un personaje con el que empatice pero le entiendo, cosas de la edad -la suya y la mía- sin embargo mi tocaya me deja un poco fría, hay cosas en ella que me chirrían un poco, no me convence del todo, pienso que debería estar algo más definida y concretada, no se, no es un personaje que me haya convencido del todo. Pero en líneas generales, el resultado es positivo en cuanto a la interacción entre ellos y su papel en la intriga. 

CONCLUSIÓN: Una novela protagonizada por adolescentes que sin embargo va dirigida al público en general y a los amantes de la novela policiaca y el trhiller en particular; una lectura amena, sencilla, ágil pero enérgica en la acción; un final menos espectacular de lo que cabía esperar, pero bastante bien rematado, y estoy segura que en próximas novelas sobre el género, Urreta nos resarcirá con creces de las pequeñas faltas que hayamos sentido en esta historia, que ya he dicho que son pocas,  es que una es muy exigente con el género. 

¿QUIÉN DIJO MIEDO? 

Jorge Urreta

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