NORZAG, de Raquel Lobato

Existe un tiempo en la vida de cada uno de nosotros, que suele coincidir en muchos casos con esa fase intermedia entre la adolescencia y la edad adulta, en el que parece que no encontramos nuestra ubicación en el mundo. Solemos pensar acerca de qué hacemos en él, cuál es nuestra función, o dónde encajamos... En ocasiones, no encontramos una respuesta a pesar de estar rodeados de nuestra familia, de nuestros amigos.... Nuestro entorno está lleno, aparentemente no nos falta de nada, pero nosotros nos sentimos inmensamente solos...

En estos casos, existen dos opciones: la introversión, buscando dentro de nosotros un mundo a nuestra medida, idealizado..., o abrirnos a ese mundo externo en el que sabemos que podemos encontrar agresiones e incomprensión, pero que es el único en el que tenemos la posibilidad de descubrirnos a nosotros mismos si tenemos la valentía de colocarnos frente al reflejo de la realidad.
Sin embargo, cuando esa realidad que determina de algún modo tu día a día está gobernada de manera artificial por apenas unos pocos de manera asfixiante, tratar de erguir la cabeza para tomar aire por tí mismo, más que valentía, se convierte en un acto heroico.


Cae en nuestras manos Norzag, una novela juvenil escrita por la barcelonesa Raquel Lobato, a quien descubrimos por primera vez gracias a la Editorial Adarve. Se trata de una obra de ciencia ficción ambientada en un tiempo futuro, aproximadamente un siglo después de la era actual. La Tierra es un planeta en el que ya no existen los países tal y como los conocemos, sino que, como si de un salto en el tiempo se tratase hasta la antigua Grecia, encontramos un intricado grupo de ciudades estado, polis (neurópolis, en la novela) autosuficientes, y unificadas administrativamente en torno a El Núcleo. Todas ellas están bajo el control de la Alianza, cuya cabeza visible es Harrison, a quién podríamos identificar hoy en día como el presidente. Quienes viven en las neurópolis gozan de unos privilegios especiales conforme a las normas establecidas por la Alianza. El resto, aquellos que viven en cualquier otra parte del planeta, denominada de manera común como Zona Inerte, sobreviven como pueden.
Merece la pena destacar el complejo universo que crea la autora en esta novela, ya que ha sido capaz de darle forma a distintas ciudades, otorgarles una administración dotada con diferentes instituciones que faciliten la gobernanza... Pero no sólo eso, ya que Raquel Lobato también deja volar su imaginación para dar forma y nombre a nuevos avances tecnológicos que facilitan la vida cotidiana de los protagonistas en su día a día, en sus medios de transporte, en la manera de interrelacionarse con los demás.
La escritora barcelonesa pronto nos descubre a la protagonista de su novela, Brooke, una chica joven, carismática y desenfadada, la mayor de tres hermanos que quedaron huérfanos en extrañas circunstancias, cuyo potencial e inteligencia le llevarán a vivir una sucesión de situaciones que conducirán al lector a través de una trama interesante y compleja en busca de una verdad que le atormenta, y del deseo de encontrar lo que todo el mundo le insiste en que está perdido.
Escrita con un estilo cuidado y un lenguaje más elaborado que otros autores que destinan sus historias al público juvenil (lo que obliga a los jóvenes a buscar en la red el significado de algunas palabras, algo que nunca está de más para ampliar vocabulario), se trata de una novela amable con quien la lee, que le va ofreciendo pequeñas píldoras bien dosificadas para tratar de mantener la atención, si bien es cierto que en algunas partes se echa en falta algo más de agilidad y se podría prescindir de algunas escenas y descripciones que ralentizan el avance en el nudo hacia el desenlace.
Con esta novela, Raquel Lobato pretende ofrecernos una historia que nos entretenga como lectores y nos satisfaga como amantes del género de ciencia ficción, sin dejar a un lado la intención que ya demostraban algunos maestros como Isaac Asimov o George Orwell al mostrar el lado oscuro del ser humano. Independientemente de lo lejos que sus capacidades tecnológicas hayan llegado, el hombre siempre tenderá a querer quitarse de en medio a quien vea como un competidor, como un adversario, como un enemigo que pueda hacerle sombra y restarle el protagonismo y la importancia que para sí cree merecer. Esa pedrada en la cabeza por la espalda tan atávica como cainita.

NORZAG

de Raquel Lobato

Editorial Adarve

ISBN  78-84-16824-36-6

 Una reseña de Santiago Navascués