En una sonrisa se abre
su rostro de flor de loto.
El ave de jade vuela
hasta su mejilla tan perfumada.
Las olas de sus pupilas,
en cuanto se mueven, agitarán
las imaginaciones de todo hombre.
Un gesto lleno de gracias
revela cuita y amor.
En media hoja de papel
pone todo lo que anhela:
"Cuando la luna mueva
la sombra de las flores,
¡no dejes de volver!"
(Una sonrisa. Li Qingzhao)
Cosa complicada es el amor, o tal vez lo complicado sean las relaciones, pues algo tan hermoso y natural como amar no debería ser algo que nos embrollara la existencia, entonces ¿Somos nosotros los que hacemos de tan excelso sentimiento un intricado camino? queremos lo que no tenemos, tenemos lo que ya no queremos, soñamos con lo que se nos muestra lejano y cuando alcanzamos nuestros sueños, estos se convierten en pesadilla porque no era lo que imaginamos ¡Cuán complicado es relacionarnos con los demás!
Existió hace mucho, o tal vez fuera ayer mismo, una muchacha llamada Rosina, vivía al final de un camino que cruzaba un riachuelo y que remontaba una pequeña colina rodeada de encinas, un lugar
que podía estar en tu pueblo, en el tuyo o en el de un amigo cualquiera, un lugar que está en todas partes aunque cambie su nombre según el sitio donde se encuentre. Rosina trabajaba el campo por las mañanas, cuidaba el ganado por el mediodía, a la tarde daba de comer a las gallinas y al llegar la noche y antes de acostarse, bordaba finos paños que vendía en un mercado. Soñaba con un guapo caballero que montado en blanco corcel llegara desde un lugar lejano y al verla con su larga melena negra suelta y su vestido rosa bordado en plata, henchido de amor y rendido a sus pies, la desposara por siempre jamás y la llevará a vivir a ese lejano lugar. Un buen día llegó al mercado Pascualín, un joven bajito con algo de panza y nada de pelo, con falta de algún diente y exceso de remiendos en la ropa, montado a trompicones sobre un borrico que algún día fue blanco pero que hoy, al igual que el dueño, luce manchurrones y mugre tras la orejas. Pidió Pascualín relaciones a Rosina, que tapándose la nariz rió ante las de él y rechazando su propuesta, marchó ufana hacia su casita en la montaña. Pasaron los años y Rosina seguía soñando no ya con un caballero, si no con el orondo Pascual, pues ella hace mucho que luce canas en la antes morena melena; regresó Pascualín al mercado una mañana, con un carro tirado por el ahora más blanco aunque más viejo borrico, apareció junto a su rubia esposa de mofletes colorados y sus cinco hijos de pelo encenizado. Rosina lloró y se tapó los ojos para no ver lo que un día se le ofreció y ella entre risas rechazó, ya no tapa su nariz que moquea por el llanto y por no poder volver atrás optó por marchar sobre sus pasos, en silencio y despacio, hasta su casa al final del camino, atravesando un riachuelo, tras subir una colina y apoyarse en las encinas.
que podía estar en tu pueblo, en el tuyo o en el de un amigo cualquiera, un lugar que está en todas partes aunque cambie su nombre según el sitio donde se encuentre. Rosina trabajaba el campo por las mañanas, cuidaba el ganado por el mediodía, a la tarde daba de comer a las gallinas y al llegar la noche y antes de acostarse, bordaba finos paños que vendía en un mercado. Soñaba con un guapo caballero que montado en blanco corcel llegara desde un lugar lejano y al verla con su larga melena negra suelta y su vestido rosa bordado en plata, henchido de amor y rendido a sus pies, la desposara por siempre jamás y la llevará a vivir a ese lejano lugar. Un buen día llegó al mercado Pascualín, un joven bajito con algo de panza y nada de pelo, con falta de algún diente y exceso de remiendos en la ropa, montado a trompicones sobre un borrico que algún día fue blanco pero que hoy, al igual que el dueño, luce manchurrones y mugre tras la orejas. Pidió Pascualín relaciones a Rosina, que tapándose la nariz rió ante las de él y rechazando su propuesta, marchó ufana hacia su casita en la montaña. Pasaron los años y Rosina seguía soñando no ya con un caballero, si no con el orondo Pascual, pues ella hace mucho que luce canas en la antes morena melena; regresó Pascualín al mercado una mañana, con un carro tirado por el ahora más blanco aunque más viejo borrico, apareció junto a su rubia esposa de mofletes colorados y sus cinco hijos de pelo encenizado. Rosina lloró y se tapó los ojos para no ver lo que un día se le ofreció y ella entre risas rechazó, ya no tapa su nariz que moquea por el llanto y por no poder volver atrás optó por marchar sobre sus pasos, en silencio y despacio, hasta su casa al final del camino, atravesando un riachuelo, tras subir una colina y apoyarse en las encinas.
...Y esto es tan verdad como mentira puede ser...
💖 EL LIBRO 💖
Las portadas de Esther Llull son siempre preciosas, sus mujeres bellas, románticas, enigmáticas, invitadoras al ensueño; vemos a una pelirroja de larga cabellera rizada, cubriendo la mitad de su cuerpo, adornada con rosas. Baja la mirada reflexiva, pensativa, soñadora siempre, su vestido blanco que bien podría ser de novia destaca sobre el fondo grisáceo de un edificio de una calle cualquiera, y como en un sueño, ella y una cama de dosel de forja se destacan del anodino fondo. El título de la novela en blanco, casi en el centro de la portada: Se enamoró del lado femenino oculto. abajo, también en blanco, el nombre de la autora: Esther Llull. En la contraportada, en la misma calle que se adivina en la portada, aparece de nuevo un edificio decimonónico, triste, como entre brumas y en la calle, sobre los raíles de un tranvía, como flotando en el aire, un caballero de hace dos siglos, con traje azul, sombrero blanco y perfilado bigote.
Cada libro de Esther Llull es una obra de arte en si mismo, una joya, y al leerlo, se convierte en un tesoro. Fabuloso.
💜 SINOPSIS 💜
El enamoramiento es un aprendizaje y es una intuición, no tiene que ver con la razón, ni es la fantasía
que nos cuelgan de alguien. Se dice que los hombres se enamoran de una mujer que refleja su ánima o lado femenino oculto. Las mujeres, en cambio, se enamoran cuando conocen a un hombre que refleja su animus, es decir, el lado masculino oculto de su personalidad. Aroa llevaba algún tiempo secretamente enamorada de Txanton. Isabella admira la personalidad de Emmanuel y Marguerite acepta una amistad amorosa con François. Pero a medida que se integran estos elementos ocultos de su personalidad necesitan cada vez menos de ella. Uno se hacía menos dependiente de eso. Se trataba de persistir y en no reemplazar los vínculos genuinos entre seres humanos, la simpatía o el amor que brotan de forma espontánea. Y si teníamos que pagar un alto precio en soledad por la seguridad que nos ofrecía la pertenencia a un grupo humano, entonces era cuestionable toda esa forma de estructura y de seguridad y de los intercambios estructurados en torno a ella. Se necesitaba de una buena base espontánea también para llegar al otro de forma sutil, a través de los sentimientos, las afinidades, las necesidades afectivas espontáneas. Tres bellas historias que transcurren en tres bellas ciudades, Pamplona, Roma y París.
que nos cuelgan de alguien. Se dice que los hombres se enamoran de una mujer que refleja su ánima o lado femenino oculto. Las mujeres, en cambio, se enamoran cuando conocen a un hombre que refleja su animus, es decir, el lado masculino oculto de su personalidad. Aroa llevaba algún tiempo secretamente enamorada de Txanton. Isabella admira la personalidad de Emmanuel y Marguerite acepta una amistad amorosa con François. Pero a medida que se integran estos elementos ocultos de su personalidad necesitan cada vez menos de ella. Uno se hacía menos dependiente de eso. Se trataba de persistir y en no reemplazar los vínculos genuinos entre seres humanos, la simpatía o el amor que brotan de forma espontánea. Y si teníamos que pagar un alto precio en soledad por la seguridad que nos ofrecía la pertenencia a un grupo humano, entonces era cuestionable toda esa forma de estructura y de seguridad y de los intercambios estructurados en torno a ella. Se necesitaba de una buena base espontánea también para llegar al otro de forma sutil, a través de los sentimientos, las afinidades, las necesidades afectivas espontáneas. Tres bellas historias que transcurren en tres bellas ciudades, Pamplona, Roma y París.
❤ LA OPINIÓN DEL GATO ❤
Cada vez que tengo un libro de Esther Llull entre manos las mariposas no dejan de revolotear en mi estómago, o tal vez sea en el corazón, pues es tal su baile de alas que es difícil situar su epicentro; ya he comentado otras veces que es una de mis autoras favoritas, y que hace mucho que cruzamos la linea que separa la admiración sin más de la amistad verdadera. Con esto no quiero decir que la primera se pierda, al contrario, cuanto más conozco a Esther Llull, más la admiro, la respeto y la quiero, la admiración pasa a un plano superior pues se convierte en fusión de almas, de mentes que piensan distinto pero se entienden en igualdad. Pero es esta amistad, la que lejos de hacerme caer en la subjetividad irracional que da esa admiración de la que os hablaba, me produce inquietud, si, inquietud; siento que si no me gusta lo que leo me encontraré en una encrucijada, pues debo ser sincera con ella, con vosotros y sobre todo, conmigo misma, y no quisiera por nada del mundo herir a ninguno de los dos primeros, autora y lectores. Y los que me conocéis sabéis que soy intensa en mis afirmaciones, tanto para lo bueno como para lo malo, no utilizaré palabras hirientes, ni atacaré gratuitamente a nadie, no es mi estilo, pero diré lo que tengo que decir y dejaré claro que solo es mi opinión, pero como tal, he de expresarla, y luego que cada cual decida por si mismo. Esta "claridad" me ha traído problemas en alguna ocasión con algún autor que considera que su obra es maravillosa y que yo no soy nadie para opinar lo contrario, si pienso igual que él, mi post es fantástico y si no, no se de lo que estoy hablando. Pues así son las cosas, ellos escriben libremente, nosotros, yo, pensamos de igual manera, es lo que hay, que lo superen cuanto antes.
Si Esther Llull me defraudara, me enfadaría muchísimo con ella, si, lo haría, porque es una gran escritora y no le voy a permitir que baje su nivel porque no tiene derecho, así de claro; quien ha sido dotado por los dioses para las letras, quien está acostumbrada a trabajar duro, quien tiene en las artes un aliado, no puede ni debe escribir una mala novela. Por eso me pongo nerviosa, porque la seguridad de que voy a estar ante un buen libro, tiembla ligeramente ante la perspectiva y el temor -infundado hasta la fecha- de toparme con un batacazo de la escritora. Y se lo diría, vaya si se lo diría. Aún con el dolor de mi corazón, pero lo haría.
Casi sin darme cuenta me he leído los primeros tres capítulos, aunque solo iba a echar un vistazo, pero no me queda más remedio que claudicar y seguir leyendo porque una vez más, Esther, me ha abducido con sus personajes, ya puedo respirar tranquila, la escritora no me ha defraudado y la amiga me ha regalado una vez más una historia fabulosa. Lo sabía. Bueno, si, he dudado, pero sin motivo. Estoy ante lo que parecen en un principio tres historias, y conociendo a la autora y su obra, se que no va a dejarlo ahí, así que sigo leyendo emocionada, abstraída, boquiabierta, mosqueada, reconfortada, enfadada, reconciliada, pensativa, añorante, reflejada, empática, alejada y laxa, entremezclada con sus personajes los cuales me causan todos esos estados emocionales y alguno más difícil de catalogar; es sin duda alguna la parte fuerte de la escritora, sus personajes, y aunque sus mujeres son fabulosas, personajes creados a base de personas, almas, ánimas y corazones mil, sus personajes masculinos cada vez son más reales, más sentidos, más firmes, más masticados y menos engullidos, dotados de carácter, sin ausencia de psiqué, que al igual que la femenina, la masculina también existe.
Tenemos a Txaton y Aroa, en Pamplona, dos compañeros de trabajo que viven un amor que es un quiero y no puedo, él atado por las circunstancias a una esposa que ya no ama, y ella expectante a que llegue el momento adecuado para dar rienda suelta a sus pasiones.
Emmanuel e Isabella, en Roma, dos periodistas con diferentes visiones de la vida, ella siempre feminista y luchadora, él mordaz y agresivo con las "personalidades" de la sociedad, ambos luchando por no ser comidos en esta vida por un pez más grande. Ella siempre esperando, él siempre marchando.
François y Marguerite, en Paris, cuando el amor se convierte en cadena, cuando uno de ellos quiere marchar y la conciencia se lo impide, y el otro que quiere ser arrastrado pues su conciencia duerme junto a su comodidad, aventurero y arriesgado él, creativa y pasiva ella.
Tres historias aparentemente diferentes entre si, pero que desembocan en un final sorprendente y catártico tanto para protagonistas como para el lector que ve como sus propias circunstancias le han convertido en uno de ellos, y se ve a sí mismo como fue, como es o como posiblemente sea. Esther Llull nos presenta, de nuevo pero diferente, una novela sobre las pasiones humanas, las dudas, los temores, los sueños, las realidades y las fantasías de hombres y mujeres que no pueden vivir los unos sin los otros pero no saben como hacerlo juntos; ánima versus ánimus, el lado femenino y el masculino, un ying y un yang que se necesitan tanto como se rechazan en tanto impugnan su propio como el ajeno lado oculto. Llull, una vez, llena de generosidad en sus historias, nos muestra como en las relaciones humanas darlo todo a veces es perder más, y entregar justo lo que el otro espera, por poco que parezca, es un Todo absoluto; con un estilo elegante, una narrativa gentil y unos personajes psicológicamente definidos, nos regala una novela de una belleza inconmensurable por su realismo y su franqueza.
Se enamoró del lado femenino oculto, hace salir a la luz al verdadero Yo escondido tras las carencias propias y ajenas.
©Yolanda
T. Villar
SE ENAMORÓ DEL LADO FEMENINO OCULTO
Esther Llull
ISBN: 1534676481
ISBN-13: 978-1534676480
Facebook de la autora.
Para adquirir la novela, pinchad aquí
©TODOS
LOS DERECHOS RESERVADOS
Me alegra que lo hayas disfrutado, pero esta vez no es para mí.
ResponderEliminarUn beso ^^
Un beso, Tamara ¡disfruta estos días!
ResponderEliminarTengo delito que teniendo casi todos sus libros aún no me haya estrenado, pero es que no me da la vida.
ResponderEliminarLo tendré en cuenta. Muy buena reseña.
Besos
Culpable!! Condenada a galeras, jajaja. Yo la adoro, tengo también todos sus libros y para mi, hoy por hoy es la autora que más me llega; es una gran amiga a la que le deseo lo mejor.
EliminarUn besito, carinyet!
Me parece espléndido lo que dices acerca de que los buenos escritores no tienen derecho a bajar el nivel. Y que te enfadas si así ocurre, jajaja. Cierto. Quizá los que cada uno de nosotros considera "grandes" son quienes menos (o nunca) lo han defraudado. Abrazos desde Molina de Segura.
ResponderEliminarHola Rubén! Es que cuando uno tiene un talento semejante no puede escribir cualquier cosa, para eso ya estamos los demás, jajaja. Esther es maravillosa, puede que sea escritora para una inmensa minoría, pero esa pequeña inmensidad la adoramos, es alguien muy especial.
EliminarUn beso desde Valencia.
Yolanda.
Muchas gracias, Yolanda, siempre por tu gran valor al enfrentarte a mis obras. Y claro que hemos trascendido esa barrera en que somos realmente grandes amigas, y cualquier cosa me la puedes decir porque confío en ti y en tu gran mirada cualificada para la literatura. Y esperamos tus obras también con mucho cariño. Gracias por este blog tan magnífico. Esther Llull
ResponderEliminarFíjate si soy engreída y egocéntrica que cada vez que te leo pienso que una vez más he sido tu musa, porque me calcas en tus historias, jajaja. Te adoro y admiro.
EliminarMil besos.
A la Rosina le está bien empleado, por becerra y engreída, jeje. Esta reseña tan bonita y cálida transmite todo lo que te ha hecho disfrutar la novela. Besos, preciosa
ResponderEliminarHola guapa! Ya sabes, quien mucho escoge se queda lo peor...jaja.
EliminarDisfruto mucho con esta autora, tiene una visión muy intimista de las relaciones, ahonda mucho en la psiqué.
Un besito.
Me alegro de que te haya gustado tanto, aunque yo, por el momento no me voy a animar. Un beso.
ResponderEliminarYa sabes mi lema: lee lo que realmente te apetezca en el momento.
EliminarUn besote!
Pues yo tengo varios de Esther Llull que los he comprado en digital y nunca me ha dado por leerlos. Y mira que éste lo tengo, sin duda me lo adelantare. B7s
ResponderEliminarHola Ali! Yo la sigo desde hace una década, cuando ambas compartíamos letras en un espacio literario; me encantaban sus relatos, sus reflexiones, y cuando publicó su primer libro me faltó tiempo para leerlo.
EliminarEscribe de una manera muy peculiar, muy de dentro hacia afuera, si te atrapa su estilo, lo hace para siempre...y si la oyeras cantar...¡Vale, paro ya, que se me nota mucho la debilidad que tengo por ella! Jajaja.
Un beso.
Me ha gustado ese cuento introductorio, muy curioso, a veces de tanto esperar dejamos escapar la oportunidad de nuestra vida. Es envidiable la amistad y plena confianza que os tenéis a la hora de ser sinceras la una con la otra y decir lo que te parece su novela con total libertad. Y al mismo tiempo, una suerte que siga haciéndote disfrutar, que a pesar de los años no haya bajado el listón. No conozco a la autora, pero le deseo mucha suerte.
ResponderEliminarUn beso ;)
Hola Ray!! Hace ya muchos años que ambas nos conocemos literariamente, al principio sus relatos me descolocaban, nunca antes había conocido a nadie que escribiera como ella...poco a poco me fui haciendo adicta a sus letras, emocionando con sus personajes,empatizando con sus reflexiones.La admiro muchísimo, y se que no es una autora de masas, tal vez por eso me guste tanto.
EliminarUn besito, Ray!
Estoy contigo en eso de que un lector (tú, yo, cualquiera) tiene todo el derecho a dar su verdadera y sincera opinión sobre la obra leída. Y si hay autores que se enfadan si no les alabas pese a que sea malo el libro. Por esto tu amiga Esther tiene que sentirse muy orgullosa de ti, Yolanda, porque salvas su obra porque, conociendo tu buen criterio, es seguro que se lo merece.
ResponderEliminarHe leído con interés tu reseña y creo que la novela parece curiosa. A mí, no obstante, estas historias de enamoramientos con profundidades psicológicas y tal no me enrollan demasiado. La dejaré de lado por ahora, pero estaré atento a este nombre: Esther Llull.
Besos
Hola Juan Carlos! Cuando un escritor publica su obra debe ser consciente que no a todo el mundo le va a gustar, incluso, que no guste nada; jamás ofendo a nadie, pero soy sincera, lo malo es cuando un autor se cree Cervantes y no pasa de panfleto, no acepta opiniones contrarias.
EliminarEsther Llull es una escritora muy peculiar, si te llega, ya no la abandonas.
Gracias por tus palabras!
Un beso.
Este lo dejo pasar, pero gracias por la reseña :-)
ResponderEliminarBesos.
Un besito, carinyet!¡
EliminarPues la verdad es que aunque tu reseña es magnífica y refleja lo mucho que te ha gustado, este le dejo pasar que tengo muchos pendientes.
ResponderEliminarUn besazo guapa.
¡Ay, los pendientes! Si fueran todos de oro y diamantes, jejeje. Te entiendo, mi lista es laaaaarga!!
EliminarUn besito.
Ahora mismo no estoy para historias de amor, no me apetece pese a que si te ha gustado tanto es porque son de las buenas, de las que captan el sentimiento en toda su extensión.
ResponderEliminarYo también he tenido disgustos con alguno al que no le ha gustado mi opinión, pero siempre digo que entonces no se exponga y se guarde el libro en el cajón.
Besos
Hola Norah! Cierto, si no eres capaz de aguantar opiniones diversas, no seas escritor, o no publiques, escribe para ti y tu madre...ea.
ResponderEliminarNo son historias de amor en sí, no hay romanticismo, hay dudas, insatisfacción, temores, necesidades...
Un besito.
¡Hola!
ResponderEliminarNo sé si es que simplemente querías dejar claro que tienes todo el derecho a opinar sinceramente en tu blog que no te guste un libro (lo cual apoyo al 100%, sinceridad siempre, ante todo) o qué pero me has dado la sensación de que no te había gustado el libro y luego al seguir leyendo he visto que sí. Me ha parecido gracioso y bonito a partes iguales que digas que Esther no tiene derecho a escribir mal jajaja me alegro de que disfrutes las novelas de esta chica :)
¡Besitos sonámbulos! ★🌙
Hola Aida! No, lo que pasa que soy muy intensa en mis opiniones y no me gusta ni hacer la pelota ni dañar gratuitamente a nadie, por eso, cuando algo me gusta (como el caso de Esther) lo digo con orgullo, pero si algo no me gusta (como en otros casos) lo digo sin tapujos pero sin malos modos.
ResponderEliminarY si, como Esther Llull un día me defraude, se va a enterar!!! Jajaja.
Un besito, preciosa!
Veo que eres una fiel seguidora de la narrativa de Esther Llull. Y tu opinión me invita a leer, más pronto que tarde, la novela que tengo de ella en mi kindle, no sé sdi la más acertada para familiarizarme con su prosa: El amor está en el vino. Ya ten contaré en su momento. Besos.
ResponderEliminar