Cuando alguien lee el currículum de Pancho Campo (un hombre que ha alcanzado grandes éxitos profesionales y que ha sido capaz de asesorar a variadas personalidades internacionales de la talla de Al Gore, Sting, André Agassi...), pensará que es una persona inaccesible, que a buen seguro vivirá a un nivel distinto al de la gente de a pie y que sólo los grandes deportistas y empresarios tienen acceso a tratar con él. Pues bien, nada más lejos de la realidad.
Pancho es un hombre cercano, colaborador, amable en el trato y, por encima de todo lo demás, un gran profesional. Quizá por eso ha conseguido lo que ha conseguido, y hoy es uno de los referentes del asesoramiento personalizado enfocado a superar las dificultades y conseguir los logros y metas que cualquiera, a nivel personal o profesional, se atreva a fijarse.
Gracias
a su libro, Inspírate, podemos
conocer que su trayectoria profesional nos indica que nos encontramos ante un
hombre con una dilatada carrera de persecución de objetivos, una lucha
constante por alcanzar las metas que se fue marcando en su camino. ¿Qué
objetivo perseguía cuando se le ocurrió publicarlo?
Llevo muchos años dando una
conferencia sobre manejo del estrés y motivación en el que comparto mis
experiencias, muchas de ellas que yo mismo todavía me creo las haya vivido,
buenas y malas. Cada vez que he impartido esta conferencia la gente me
preguntaba si tenía algo por escrito y de ahí nació la motivación para
escribirlo. He tenido la suerte y el honor de haber trabajado con algunas de
las personalidades, deportistas y artistas que siempre admiré pero, además, me
tomé la molestia de preguntarles como hacían para rendir al máximo bajo estrés
y como a mi me ha dado resultado creí interesante compartir esta experiencia y
que más gente se pueda beneficiar.
Usted
comenzó su andadura jugando a un deporte tan exigente mentalmente como el
tenis, en el que tus resultados dependen de tí mismo, ya que, sobre la pista,
la responsabilidad sobre los errores cometidos o el sabor de los triunfos nunca
recaen sobre nadie más. ¿Sin la disciplina, la responsabilidad y la exigencia
que requieren este deporte… sería usted el hombre que es hoy en día?
El deporte, ya sea en equipo o
individual, tiene la gran ventaja de que desarrolla valores como la disciplina,
la entrega, el sacrificio o la auto-motivación entre muchos otros, sobre todo
si lo prácticas a nivel competitivo. Yo promuevo, en mis conferencias y en mi
libro, la práctica del deporte a diario, tengas la edad que tengas, como la
mejor manera de hacer frente al estrés, para cuidar tu salud, para prevenir
enfermedades y para liberar endorfinas que son las hormonas del placer.
Efectivamente, el deporte es lo que me ha enseñado que hagas lo que hagas, haz
de hacerlo con responsabilidad, disciplina y entrega. Cuando estudié medicina y
cuando conseguí ser el primer español en conseguir el título de Master of Wine,
que es un título extremadamente difícil de conseguir, lo hice aplicando al
estudio la misma disciplina y esfuerzo que en el deporte.
En
su libro usted habla en primera persona en muchas ocasiones para mostrar el
camino para superar momentos de gran estrés. Así, ha tenido que reinventarse en
más de una ocasión, empezar de cero desde una posición insegura para tratar de
conseguir el éxito. Por otra parte, usted ha tenido la fortuna de viajar por
todo el mundo y conocer muchas y diversas culturas… ¿El modo en el que
afrontamos una situación de inseguridad es similar en cualquier latitud del
mundo o existen culturas con menos miedo al fracaso?
En España la sociedad, los medios y
nuestra cultura penalizan el fracaso empresarial. Si has tenido una empresa que
se ha ido al garete o un fracaso importante como ejecutivo, empresario o
deportivo, se crea como un estigma del cual cuesta librarse. En los EEUU, que
es una cultura que conozco bien ya que he estudiado allí, he trabajado con
empresas norteamericanas y mi esposa es estadounidense, es casi un requisito
haber experimentado un cierto fracaso empresarial. El que tu hayas tenido una
empresa y que ha ido mal se ve como una experiencia que te va a enseñar algo
que no se aprende en las facultades, a levantarte después de una caída. Una de
las cualidades más importantes que yo trato de inculcar a mis hijos y a
aquellos a los que asesoro es que una de las cualidades más importantes en la
vida es aceptar que te vas a caer y que lo importante es que siempre te
levantes, con más ganas, con más fuerza y que intentes aprender porque te
caíste para que no te vuelva a ocurrir.
Otra
de las cuestiones interesantes de su libro es aquella que habla del liderazgo y
de cómo conseguir tener esa mentalidad fuerte y ganadora para afrontar los
retos de la vida. Volviendo al deporte… La mayoría de las personas entienden
como líder o el liderazgo en deportes de equipo como puedan ser Andrés Iniesta
en el fútbol o Pau Gasol en baloncesto, pero no lo ven tan claro en deportes
individuales… Sin embargo, cuando vemos a Rafa Nadal en una pista, creo que
nadie duda que su capacidad de liderazgo es incuestionable, y que si compitiera
en una disciplina deportiva grupal, sería el mejor capitán ¿Por qué nos ocurre
ésto, de dónde sale esta sensación?
Es normal que la gente piense que un
tenista o un golfista no son jugadores de equipo pero se olvidan que ellos
también juegan Copa Davis o la Rider Cup. En pista puede que solo veas a Nadal,
pero detrás hay un equipo de 8 o 10 personas trabajando con él, haciendo
posible que triunfe. Si Nadal no fuese un buen líder, ese equipo no funcionaría
como una máquina bien engrasada y quizás no hubiésemos ganado la Copa Davis.
También está el tema del liderazgo para quienes admiran a Nadal. El que un
deportistaestimule a miles de niños a jugar al tenis, que la gente se
identifique con sus valores y que nuestra sociedad les admirey les ponga como
ejemplo de entrega, superación, deportividad, etc. ese es el verdadero liderazgo,
y algo muy importante de lo que deberían aprender empresarios y políticos.
Para
buscar la inspiración que todos necesitamos, la mayoría de las personas buscan
referentes (role models, como usted
los llama) en el entorno social que les insufle la energía, la capacidad de
esfuerzo, la energía positiva, el respeto a la profesión, la ética, la
disciplina… y tantas otras cualidades necesarias para conseguir el éxito. A
menudo, se recurre a deportistas, cantantes, actrices… Pero rara vez
encontramos como referencias a escritores, pensadores, científicos… ¿Vende
menos el esfuerzo de un investigador que lucha por encontrar la vacuna contra
el VIH que una carrera de 40 metros de Cristiano Ronaldo que acaba en gol?
Los científicos y los artistas
quizás son personas menos mediáticas ya que no se les paga por salir en la TV
ni por las audiencias o porque vistan una cierta marca. Un deportista como un
cantante, hace su trabajo frente al público y saber triunfar delante de miles
de espectadores es parte de la ecuación y si no vendes entradas a un concierto
se considera un fracaso…es parte de su trabajo. Un científico, un pintor o un
filósofo necesitan la privacidad, el silencio, la intimidad, etc. para dar
rienda suelta a su creatividad y a su genio, su trabajo no es entretener a
estadios, televisiones o espectadores, son sus obras las que hemos de admirar y
las que cambian nuestras vidas. No obstante, ha habido personas como Stephen
Hawkings, Mark Zuckerberg o Steve Jobs que si han conseguido ser personajes
públicos y admirados.
Todo
el mundo sueña con la felicidad, con poder contar a qué sabe… Sin embargo,
pocas veces se instruye en la digestión del fracaso, en relativizar el valor de
una derrota, en aprender de todo ello. En la televisión, existen decenas de
shows competitivos, competiciones deportivas… y las cámaras siempre centran su
objetivo en los triunfadores. Como decía un célebre entrenador de fútbol, “después de una final, nadie se acuerda del
finalista aunque haya jugado mejor que el ganador”. Siendo el triunfo algo
efímero… ¿por qué casi nunca se muestra el trabajo callado que supone levantar
a una persona o a un grupo que ha caído, y que consigue volver a levantarse con
energías renovadas para volver a caminar?
Cuando estuve en las Olimpiadas de
Barcelona en 1992 un entrenador me dijo, “si no puedes ser feliz sin una
medalla olímpica y si no puedes vivir sin ella, es porque no te mereces ganar
una”. En la prensa salen los que triunfan o quienes
después de haber tenido éxito se descalabran. Los millones de personas humildes
que son padres y maridos fantásticos, que luchan mes a mes por dar la mejor
educación a sus hijos y que tienen vidas equilibradas y felices son los
verdaderos héroes. Como dijo Iniesta: “Héroe es el que lucha contra una enfermedad
o que emigra para dar de comer a sus hijos, yo soy solo un futbolista”.
Una Entrevista de Santiago Navascués
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