"Cuando tus primeros besos
escribieron mudos
mi nombre,
sobre mi cuerpo,
en quietud,
el silencio comenzó a cantar."
(Sujata Bhatt)
Preparábamos una obra teatral para ensalzar la primavera, era mi primer año de Teatro en el instituto y no obtuve ningún papel, me tuve que "conformar" como ayudante del director, y entre mis funciones estaba la de adaptar junto a otros dos guionistas, diferentes poemas de amor y hacer de ellos una digna obra de teatro para representar ante nuestros compañeros, padres y llegado el momento, entre otros Institutos; ya teníamos varios poemas de Bécquer elegidos, pero parecía que las ideas se habían acabado, ninguno de mis compañeros recordaba en ese momento ningún otro poeta merecedor de ser subido a las tablas, y mis propuestas hasta ese momento -Neruda, Plath, Mistral...- no parecían servirles.
Fue entonces cuando encontré en la Biblioteca-Hemeroteca de la plaza Maguncia un libro de poemas de amor de la India que me dejó fascinada.
No se el tiempo que pasé leyendo hasta que me decidí a llevarlo a casa, y una vez allí leí y releí los poemas hasta que no podía dejar de pensar en verso; hubo dos autores que me arrebataron por completo, Ghalib y Mukthayakka, nunca hasta entonces había leído nada parecido, sus formas de ver, sentir y compartir el amor eran plenas, hermosas, dolientes y magnificadas, en las cuales un seno, un cabello, un roce de piel con piel, se transformaban en universos únicos y grandiosos más allá de los sentidos mismos, era como nacer cada vez que amabas de nuevo y para siempre.
No fue la mejor de las obras. No fue una gran obra. Pero supuso un antes y un después para los que nos sumergimos en sus profundidades en busca del verdadero sentido del amor y el erotismo.
...Ahora entiendo que el amor no me ha enseñado nada
soy incapaz de evadirme de mi misma
mis instintos son bestias sin bosques
mi alma es un ave sin cielo,
¡el cielo se ha abierto en mi sangre
y vuela!...
EL LIBRO.
Una pareja estrena apartamento, es una pequeña estancia con apenas muebles en los que destaca una mesa camilla sobre la que reinaba un orgulloso jarrón con flores, un sillón desvencijado y una cama de matrimonio que ocupaba la parte central del pequeño estudio. Él, quien ha adquirido el apartamento, está convencido que con el tiempo y el conocimiento que ambos tendrán el uno del otro, llegarán a ser una pareja a la que nada ni nadie podrá destruir, pues ella era para él, la mujer de sus sueños; ella sin embargo, reticente a dejarse llevar dado penas y sufrimientos pasados que aún pesan sobre sus espaldas, ve en la convivencia una oportunidad de conocer mejor a un hombre que parece interesante y con muchas cosas que enseñarle, la estadía en aquel lugar sería quien dijese la última palabra entre ambos.
Normas, aprendizaje, libertad, sinceridad, filosofía, religión, sexo,pasión, placer, dudas, ingredientes para conseguir Una Estancia Ideal, aunque no hayan sido utilizados en el orden imaginado ni con el resultado esperado.
Una novela de tendencia masoquista en la cual, según su propio autor, el Amor es de naturaleza sutil.
LA OPINIÓN DEL GATO.
Reconozco que una vez más, como casi siempre me ocurre, lo primero que me atrajo del libro fue su portada; había algo en ella, llena de color, con una imagen onírica de una bailarina india y tras ella, un mandala que me recordaba las plumas de un pavo real y para variar en mi, ojos de gato. Me sentí fascinada desde el principio, cosa que me da algo de miedo porque a veces mis ojos obnubilan mi mente por completo y no me dejan razonar seriamente; así que leí la sinopsis esperando que las palabras confirmaran mi enamoramiento por la portada. Unas escuetas palabras me hablaban de los sueños de un escritor y de creer en lo sublime, poco más ¡Vaya, qué misterio! no solo no me sacó de dudas, es que me llenó de curiosidad y con ella vinieron más dudas como compañía.
Entonces reparé en otra frase: Seremos felices, pues la eternidad es inconmensurable y la vida limitadísima. Fue esta frase junto con la onírica imagen de la bailarina lo que me llevó a recordar unos versos que descubrí años ha, pues en verdad es cierto que la vida no solo es limitada, es veloz y hasta esquiva. Pero no acabó mi sorpresa una vez tuve el libro entre mis manos, no, empezaba a pensar que Alejandro F. Alameda, el autor, estaba jugando conmigo ¿nos conocimos en otra vida y estoy pagando por algo terriblemente malo que le hice? Esperaba una novela que me entretuviera leyendo un par de días, con otro par de cientos de páginas entre las cuales perderme y encontrarme de nuevo descubriendo esa tan anunciada Estancia Ideal, y resulta que me encuentro con un librito tan delgado como mi cartilla de ahorros y con apenas cuarenta páginas ¡Ya me he dejado engatusar por la portada y unas frases filosóficas! y mi excitación se apagó tan rápido como mi resolución para ponerme a dieta cada lunes.
Una novela de tendencia masoquista ¡Una novela!
Y como no tenía nadie cerca en ese momento para quejarme de nada, seguí
unos minutos más expresando mi decepción con un sencillo ¡jooooo! y de vez en cuando un ¡pues vaya! y pasado el tiempo justo de lamentarme -que esto es como todo, si hay que lamentarse se lamenta una, que guardarse las cosas no es bueno, pero sin pasarse ni quedarse corto, lo dicho, lo justo- cogí el libro, un té de vainilla y caramelo, me acomodé en mi sillón y comencé a leer...y para mi sorpresa, acabé de leer sin ser consciente de si había leído durante horas o minutos. No fue solo la historia, ni los dos personajes que por ni saber, no sabemos ni sus nombres, tampoco fueron las "perlas de sabiduría" con las que el autor nos asombra a lo largo del relato, la empatía o la falta de ella que surge irremediablemente hacia los protagonistas, las ganas en ocasiones de decirle a él ¿Porqué no te callas? y a ella ¿Holaaaa, estás boba? nooooo. Tras no poder dejar de darle vueltas a lo que había leído, a lo que había creído leer y lo que creí que me había perdido en el relato, llegué a la conclusión que lo mejor de la novela era sin duda alguna, la forma en la que Alejandro F. Alameda nos la había contado. Como un hábil pastor con sus ovejas, nos había guiado desde el principio por dónde quería llevarnos, presentándonos a los personajes de tal manera que nos creáramos un perfil inamovible de cada uno desde el principio, un rol definido que no hacía más que darnos la razón que cada cual teníamos ya hecha sobre ellos según avanzaba la historia; nos coloca y nos descoloca con el chasquido de sus dedos, como un hipnotizador haría con su "víctima" haciéndola entrar y salir a su gusto de distintos planos existenciales, vamos, de gallina cacareando a motor de coche rugiendo. Un maestro del despiste y el asombro.
De nada sirve planificar, juzgar o protegerse de un futuro mal o cataclismo, la vida tiene sus propios planes para nosotros y por mucho que nos empeñemos en demostrar que somos algo que no somos, esta, la vida, pone a todo el mundo en su lugar. Afortunadamente. Sobre todo para los que saben adaptarse a los cambios, por muy imprevistos que sean.
Si un lobo viste de cordero, pregúntate de qué es capaz de vestirse un cordero para salir inmune de un ataque feroz.
Una estancia ideal, de Alejandro F. Alameda, cuando una novela no necesita más de cuatro palabras para escribirse...o cuarenta páginas.
UNA ESTANCIA IDEAL
Alejandro F. Alameda
Editorial Círculo Rojo
ISBN: 978-84-9126-276-3
Para adquirir la novela, pinchad Aquí
Imágenes: ©Yolanda
T. Villar
Una Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
A mi me ha parecido confusa y difícil de leer, un lenguaje demasiado bizarro y complicado. Ne lo he reseñado de momento porque no se muy bien qué decir. Parece que tú lo has entendido a la perfección, así que guiada de tu reseña sacaré una nota con la sinopsis y tu opinión si no te importa.
ResponderEliminarUn abrazo ¿has leído ya la novela de Amparo? yo me acabo de poner a ella, y está muy bien. A ver si coincidimos en la reseña.
Ely.
Pd: Podrías compartir mi reseña de La melodía del tiempo? me gustó mucho la tuya, me encantó.
La novela es diferente, hay mucho de psicología en ella, de filosofía, quedarse solo con lo que pone línea a línea sin leer entre ellas se queda corto.
EliminarLa novela de Peris me parece estupenda, en breve publicaremos la reseña.
Ya compartí en facebook hace unas semanas tu blog y reseña, me gustó mucho.
Un abrazo Elisa.