Carlos Ollo, posando con su novela (Imagen obtenida de la web de la Editorial Erein)
Muchos definirán, y con razón, su
última novela ¿Quién con fuego?, como
una novela negra, pues fundamentalmente la trama gira en torno a un asesinato
del que comenzamos a tener constancia apenas iniciadas las primeras páginas; un
asesinato, todo hay que decirlo, bastante siniestro. Sin embargo, yo iría mucho
más allá, y hablaría de una novela que es un homenaje a los perdedores…
Perdedores de una cruenta guerra, pero también perdedores de la propia vida, y
de cómo todos, unos y otros, tratan de recomponer los pedazos del mundo
conocido que les fue arrebatado y continúan su camino depositando la esperanza
que les queda en un futuro incierto. ¿Cómo definiría usted su novela?
Mi
intención era escribir una novela policiaca, pero evidentemente, una novela
policiaca en la que el aliciente tan solo sea descubrir al asesino, no me
interesa. He intentado vestir la investigación, darle un fondo que justifique
la novela. De este modo la novela resultante es un híbrido entre novela
histórica y policiaca, sin llegar a ser una policiaca de época. Me interesan
los personajes, darles tridimensionalidad y credibilidad y, desde luego, me
interesan los perdedores, alguien tiene que contar su historia.
En toda novela negra el peso de la
trama recae sobre la actuación de la justicia para desentrañar un crimen, que
acostumbra a estar representada por la policía o algún cuerpo de seguridad
similar. En este caso, el lector camina de la mano del inspector Villatuerta,
su hija y agente, Nerea Villatuerta, y el subinspector Erro, ex pareja
sentimental de ésta última. Es decir, un curioso triángulo unido por algo más
que la profesión. ¿Quiso darle una vuelta de tuerca al género, en el que
abundan las parejas policiales o los agentes que actúan de manera casi aislada
resolviendo los casos?
Desde
luego. Una de mis preocupaciones era encontrar unos protagonistas que se
salieran de la típica pareja de policías. Me pareció que padre e hija como
investigadores era una idea novedosa. Y desde luego la relación paterno-filial
aseguraba todo tipo de conflictos y un pasado en común que reforzara a los
personajes. El personaje de Javier Erro añade un toque de mala leche y más
conflictos al trío.
Su último trabajo nos transporta a
la espesura de los bosques navarros, envueltos en una atmósfera tenebrosa,
lluviosa, gris,... Un lugar tan agreste que ni la cobertura de los teléfonos
móviles consiguen traspasar esa coraza invisible en la que parece que están
envueltos y que les otorga un aspecto singular e inquietante. ¿Por qué eligió
ese lugar y no otro? ¿Sólo por cuestión de cercanía o hay algo más?
Necesito
conocer bien el terreno que piso para ambientar la novela. Por otra parte me
parece lógico ambientar la historia aquí porque muchas de las reacciones y
justificaciones de los personajes se sostienen ancladas a la identidad navarra
y a su contexto. Además el invierno navarro es lo suficientemente inhóspito
como para competir con las novelas nórdicas.
En dichos montes, algunos de sus
personajes malvivieron escondidos del mordisco mortal que las victoriosas
tropas del dictador nacido del golpe de Estado del 36 les pretendían asestar
por soñar un mundo nuevo para sus vecinos y tratar de materializarlo. Aquellos
hombres, conocidos con el sobrenombre de Maquis,
sobrevivieron durante meses, incluso años, a una muerte asegurada alentados por
una ilusión y unas ideas que creían justas. En Navarra, precisamente la región
en la que se gestó el golpe, el castigo hacia los disidentes fue brutal.
¿Recurrió a fuentes reales para narrar los episodios que cuenta en la novela?
La historia
de los Maquis de la novela no está basada en historias concretas. He leído
sobre ellos y me pareció que servían al arranque de la historia del pasado de ¿Quién con fuego?, pero los
acontecimientos que narro son un compendio de anécdotas comunes a los Maquis,
no están basados en hechos que yo conociera de primera mano.
Tratar la Guerra Civil Española, en
España, es un ejercicio harto arriesgado para un escritor, pues raro es el caso
en el que no se vea acusado de ser favorecedor de un bando o de inventar
falacias sobre el otro. Usted, como escritor, tras escribir ¿Quién con fuego?, ¿Es de los que
piensan que debe mojarse y mostrar su compromiso, o cree que su deber es ser lo
más aséptico posible, limitándose a narrar los acontecimientos?
Yo tengo un
posicionamiento claro respecto a los hechos de la Guerra Civil. Tengo claro
quién se alzó en armas contra un gobierno elegido legítimamente en las urnas.
Pero eso no me impide ser crítico con los hechos históricos y dimensionar los
actos de los dos bandos, así como valorar las causas que llevaron a esa guerra.
Intento ser objetivo pero estoy del lado de los perdedores. Sin embargo soy
consciente de que personas como mi abuelo lucharon en el bando de los
vencedores sin ninguna convicción. En el minuto cero de la guerra, Navarra
estaba posicionada con el Bando Nacional, a muchos hombres y mujeres apolíticos
no les quedaron muchas opciones.
Otro de los puntos importantes de
la novela es el modo en el que nos relata la vida de aquellos hombres que
tuvieron que abandonar su país, a su familia y amigos (si es que les quedaban),
y exiliarse al otro lado del Atlántico, en Latinoamérica o en los Estados
Unidos. Existen varias comunidades de origen vasco-navarro en algunos estados
eminentemente ganaderos de USA cuyos orígenes se remontan a los años inmediatos
de la Guerra Civil. Esos hombres demostraron sus conocimientos en las labores
agrícolas y de pastoreo, y gracias a ellos se forjaron un respeto sincero y una
merecida fama de ser gentes fuertes, testarudas y muy trabajadoras. Usted, en ¿Quién con fuego?, muestra con acierto
la historia de cientos de hombres y mujeres que aún hoy siguen sintiendo muy
dentro de sí mismos su tierra y sus tradiciones; tanto que las han sabido
transmitir con nitidez a sus herederos. Una historia verdaderamente
apasionante. ¿Qué importancia tuvo para usted en la gestación de la novela?¿Fue
el pilar sobre el que debía girar todo lo demás, o era una de las piezas que
debía soportar, junto a otras, el edificio final?
Una amiga
me habló de su tío que había vivido y trabajado en América. Me pareció una
historia apasionante y me prestó muchos libros que contaban de primera mano
testimonios de aquellos pastores que habían emigrado a América durante el siglo
XX. Mientras construía la trama, me pareció que esas historias cabían muy bien
en la novela y la mitad de ella empezó a pivotar sobre los pastores de América.
Además era un soporte ideal para hacer pasar el tiempo y que las tramas del
presente y el pasado confluyeran. Sí, de algún modo la historia de los pastores
se adueñó de la mitad de la novela.
Su anterior trabajo, El cuaderno Húngaro (Meettok, 2014), nos
acerca, mediante dos relatos diferentes (algunos dirán que cercano a un
costumbrismo sombrío y desolador) con personajes en común, a las vidas de los
ciudadanos de una truculenta Hungría sometida por la omnipotente Rusia cuando
la URSS dominaba el Este de Europa. En esta novela continúa introduciendo unos
personajes atormentados, pero a través del género negro. ¿Qué le motivó a
plantear su novela haciendo uso de un género tan en boga?
Siempre me
ha gustado el género negro. Cuando acabé El
cuaderno húngaro me apeteció escribir una novela de ese tipo y el único
obstáculo era encontrar el giro final que sorprendiera al lector. Pero como ya
he comentado, no me interesaba escribir una policiaca sin contenido. De alguna
manera ¿Quién con fuego? continúa ahondando en ese lado oscuro del ser humano,
en lo más despreciable de nosotros.
Muchos de los lectores que leerán
esta entrevista son escritores amateurs que
a buen seguro leerán las siguientes preguntas con mucho interés…
Dos novelas publicadas en los dos
últimos años. Sin lugar a dudas un balance positivo, tal y como están las cosas
en la actualidad. ¿Hasta qué punto es cierto eso que dicen que cada vez resulta
más difícil publicar?
Abrirme
camino con mi primer libro fue un proceso muy lento y costoso. Afortunadamente
encontré a Ramón Echeveste, de la editorial Meetok, que apostó por el proyecto
ayudándome y enriqueciéndolo con sus sugerencias. Como el proceso de la
publicación de El cuaderno húngaro se
dilató tanto, empecé a mover ¿Quién con
fuego? pensando que tardaría en llegar al público el mismo tiempo. Pero la
sorpresa llegó con el interés de Erein y que se publicara tan seguido al primer
libro. No ha sido fácil pero sí que he tenido suerte.
Recientemente pudimos leer en
prensa una noticia que hablaba de la desesperación de un jubilado por la
situación de paro en la que se encontraba su hijo. Tanto es así que publicó un
anuncio en el periódico ofreciendo dinero a la empresa que contratase a su
hijo. Aquella noticia me recordó que en el sector editorial muchos aprendices
de escritores, un alto porcentaje de los cuales en busca de su primera
publicación, pagan a las editoriales por ver hecho realidad su sueño de tener
en sus manos su novela en papel. ¿Es una consecuencia de los tiempos que
debemos aceptar y ante la que tenemos que adaptarnos, o lo considera una
perversión por parte de las editoriales y una prostitución de la dignidad del
oficio/oficiante de escribir?
No voy a
juzgar a quien se autoedita o a quien paga por ver su novela impresa. Me parece
bien que cada uno luche por sus sueños. Yo tenía claro que sin el respaldo de
una editorial no me lanzaba a la autoedición y desde luego no estaba dispuesto
a pagar.
¿Sueña Carlos Ollo con alzarse
algún día con un premio literario de prestigio, o el reconocimiento mediante
esas vías no va con usted?
Un premio
literario de prestigio me parece algo inalcanzable. Mi único sueño es llegar a
un mayor número de lectores.
Sea como sea, confiamos en que el
futuro le siga siendo favorable como hasta ahora, y que pronto, no nos pongamos
fecha, podamos volver a leer una nueva novela suya en este espacio cultural en
el que compartir inquietudes literarias. Suerte, y hasta cuando usted quiera.
Muchas
gracias por vuestro interés.
¿Cuántos autores y cuántas novelas nos perderíamos si no hubiera personas como vosotros, chicos? Nos descubrís auténticas joyas.
ResponderEliminarBesis
Hay tesoros al alcance de la mano, solo hay que saber separar la paja del grano...Autores como Ollo no deberían pasar desapercibidos jamás, estamos convencidos en el Gato que le espera un futuro prometedor-
EliminarUn abrazo, y sigue descubriendo tesoros junto a nosotros.
Aquí os dejo la entrevista que completa la reseña de ayer en El gato trotero.
ResponderEliminarEspero que os guste
Un placer trabajar contigo, Carlos.
EliminarUn abrazo