Para un Gato trotero como yo, puede parecer que deambular por las calles de la ciudad, le conviertan tan solo en un gato callejero más; no es que esa definición me importe, pues depende de quién y sobre todo de cómo la diga, pues para mí un callejero es nada más y nada menos que un ciudadano del mundo, sin techo pero tampoco sin puertas ni cerraduras. Me gusta ser un Trotamundos, pero también un callejero, una cosa no está reñida con la otra, igual de mundo es el campo abierto como la ciudad colapsada. Pero es que sí, es un gran placer para mí callejear por mi ciudad, calle a calle, plaza a plaza, parque a parque. Y ese placer reside no tan solo en la ciudad en sí, sino en la gente que la habita, que al fin y al cabo es la que la hace lo que es, una Ciudad.
Son sus gentes las que dan vida a los
edificios, la que llena de risas los parques, de charlas las terrazas, de quejas
las paradas de autobús, de voces altisonantes los mercados, de silencios los
solitarios bancos de piedra; personas que en sí mismas son un mundo entero, personas
de las cuales, se podría escribir un libro con su día a día, sin tener que ser
grandes héroes o grandes personalidades, tan solo por ser quienes son. No me he
encaminado hoy por casualidad hasta la Plaza de la Reina, ni ha sido el azar el
que me ha hecho parar junto al parque frente al Miguelete, tampoco será un
despiste el que me haga hoy tomar aliento y mirar de principio a fin la calle
Barchilla. Estoy aquí porque quería ver con mis propios ojos como un lugar
aparentemente normal − por el que muchos están
de paso y otros miran hacia las alturas, sin reparar en quienes tienen a su
lado− es un lugar que en cualquier momento puede convertirse en el
epicentro de una historia que merece ser contada…o historias. Y para mí, que a curiosidad pocos me ganan, dónde
hay una historia, hay una novela y tras toda novela, en efecto, hay una gran
historia sin duda. Vicente Murria Esteban lo tiene claro en La Barrendera de la
Plaza de la Reina.
Usted, puede ser el protagonista de
una gran historia.
“ Vicente Murria ha querido ponérnoslo difícil. Nos
engancha a la historia desde la primera página y nos presenta tres personajes
que aparentemente no tienen nada en común, deslizando entre página y página
pequeños retazos de sus vidas como si fueran versos sueltos de una poesía que
el lector deberá recitar cuando logre ordenarlos. Y nos lo pone difícil porque
nos cuesta clasificar quién de ellos es el protagonista, quien el antagonista y
quien todo lo contrario; cuanto más sabemos de ellos, más nos cuesta asignarles
un papel, pues como en la vida misma, sus pasos y sus circunstancias, los
convierten por momentos en unos y en otros.
David es un joven repartidor cuya vida parece
marcada por un trozo de papel que nunca está donde debe estar, un poeta que no
sabe que lo es porque considera sus
versos lo suficientemente insignificantes como para llamarlos así, aún sabiendo
en el fondo de su corazón que son esas palabras que acaban escritas en un
papel, su auténtica vía de escape. Julia es una joven barrendera a la que el
amor no la ha tratado como se merece, pero no se da cuenta que lo que ha
ocurrido es que ha confundido el amor con el “querer ser amada”, creando un
hermetismo el cual piensa que la mantiene a salvo del cruel amor; nadie puede
esconderse eternamente de ese sentimiento cuando el Amor prende la chispa en
los corazones. Pronto descubrirá Julia que no es ella quien se quita la coraza
para dejar llegar a alguien a su corazón, es el amor el que rompe las armaduras
más resistentes. Y Néstor, el tercer lado de este singular triángulo con un
vértice común: una poesía . De buena familia y mala vida, Néstor también se
esconde tras su peculiar coraza de un sentimiento que no sabe cómo gestionar y
todos sus pasos hasta ahora, han sido tan solo tropiezos en la vida, aunque él
los considere éxitos…
La Barrendera de la Plaza de la Reina es una novela
de Interrelaciones, de vidas que marchan paralelas hasta que el Destino las cruza, nada pasa al
azar, parece querer decirnos el autor, todos estamos relacionados entre
nosotros y sin darnos cuenta, nos complementamos de tal manera, que las
decisiones de unos, afectan a los otros. Una vida llena de muchas vidas.
Poesías, amor, desamor, dolor, enfermedad,
desilusiones y sobre todo, una novela de segundas y terceras oportunidades.
La vida es así.”
Y observando a todos los que pasan por
mi lado, continuo mi trotar buscando mi lugar en una historia…tal vez en este
momento alguien la esté escribiendo.
LA
BARRENDERA DE LA PLAZA DE LA REINA
Vicente Murría Esteban
CARENA EDITORS
CARENA EDITORS
ISBN:
978-84-92932-61-0
El
autor y su obra colaboran con: www.asleuval.org
Una
Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS
RESERVADOS
Una vez más, mis queridos troteros lo habéis bordado. Enhorabuena a Vicente Murria por tan buena novela y un abrazo fuerte para esa pelirroja con tanto talento y a la que tanto queremos.
ResponderEliminarMuchas gracias, cuando una disfruta con su trabajo, nada lo supera como ver satisfechos a los lectores.
EliminarGracias. Y un abrazo