PIEL DE GATO de David Gámiz

La piel lo sabe todo, conoce los secretos del cuerpo que protege y los guarda celosamente para que nadie penetre en su interior. La piel puede ser suave como brisa marina o rasgada como notas de blues, cálida y sensual o lóbrega y distante, puede dejarse acariciar o huir al menor de los contactos…

En este libro, David Gámiz desnuda de esa piel que le protege a un gato con mucho de persona y a un hombre con parte de felino. Con una poesía cercana, urbana y actual, y el amor y el desamor como telón de fondo, Piel de Gato te atrapará desde su primera página, haciéndote sentir protagonista de una historia que podría ser la tuya.

Fue amor a primera vista, su ojo penetrante se adentró en mi cabeza primero, en mi torrente sanguíneo después y el muy felino se apoderó de mi alma entera. Es una de mis mayores debilidades, una bonita portada, si ella me conquista ya no hay quien me frene hasta que consigo saber lo que oculta en sus entrañas, y Piel de gato me instaba a acariciarlo, a dejarme llevar por el ronroneo de sus versos, y no me decepcionó. Se que os cuesta mucho a la gran mayoría leer poesía, lo se y ya no os apunto en mi lista negra de enemigos de la poesía a los que un día, mientras duermen, me acercaré en la oscuridad y ¡Ups, que lo estoy diciendo en voz alta! nada, nada, que decía que respeto a todo aquel que no le guste el género, pero creedme si os digo que aquí no vais a encontrar la típica poesía de rima consonante, sonetos y versos alejandrinos que tanto nos repateaban y tan poco entendíamos en aquellos tiempos de escuela y recreos en el patio, no, en absoluto, de todo eso no vais a encontrar nada parecido. Son más bien como canciones de Alborán o mejor aún, el menos empalagoso pero intenso Pablo López, sentimientos a flor de piel, de piel de gato, de la que se eriza al contacto de unos dedos o cuando el temor a lo desconocido aparece, más que versos son besos directo al alma del que lee, del que siente, del que presiente y consiente que la poesía entre por sus ojos, por sus oídos y se transforme en pasión, en la pasión absoluta. Igual que acariciar a un gato.

CONCLUSIÓN: David Gámiz nos eriza la piel con unos poemas cercanos, sencillos, sentidos, compartidos desde el corazón, no arrancados por una pasión o un dolor desbordados, Gámiz equilibra aflicción y arrebato dejándose llevar ahora por la razón, ora por el instinto, y la mayor de las veces, por ambos a partes iguales. Amor con mayúsculas, el amor universal, el que no discrimina ni acota, el que no se limita a un solo tipo de amor, el que se da sin tregua y se recibe con agradecimiento. El que se comparte. Una lectura sencilla que será tan rápida como tú quieras que sea, como tú la alargues o la acortes, como tú la sientas.

PIEL DE GATO

David Gámiz

Editorial Círculo Rojo

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