LA BASTARDA de Melibea Obono

No conoce el arte de la navegación

quien no ha bogado en el vientre

de una mujer, remado en ella,

naufragado

y sobrevivido en una de sus playas.

("Bitácora" de Cristina Peri Rossi)

No suelo traer al blog a autores extranjeros, no hay nada xenófobo en esto, es que pienso que la literatura comercial está saturada por anglosajones y nórdicos, sea cual sea el género, y que frente a ellos y el voraz mercado literario actual, los escritores españoles están subestimados e incluso despreciados entre tanto betseller anglófono; si hablamos de escritoras el gueto comercial se estrecha y acota mucho más todavía y para ellas "salir al mercado" es mucho más difícil, salvo tal vez, el género Romántico y pare usted de contar. 

Cuando vi el libro este que os traigo, La Bastarda, no pude evitar sentirme atraída irremediablemente por él,  y si, a mi los libros principalmente me entran por los ojos, donde haya una portada que me atraiga rara vez se queda el libro en la librería, será deformación personal, pero veo Arte allá donde miro, a veces con mejor fortuna que otras para obra y artista, y en el caso de las portadas hasta me he planteado enmarcar algunos libros y tener mi propia Galería de Arte en mi pasillo 😊, y aunque esta portada solo se usó para el libro en inglés (otra vez los anglosajones quedándose lo mejor) la portada en castellano no está nada mal tampoco, pero esta tropical imagen fue la que me atrajo como panal a oso. El éxotico nombre de la autora continuó emanando efluvios que traviesos me atraían hacia el hasta entonces desconocido libro, sintiéndome como gato famélico de dibujos animados al que una mano de aromas a pasteles y viandas me lleva  volando hasta el objeto de deseo: Trifonia Melibea Obono ¡Miauuuu! África...y si hay mujeres que lo tengan difícil en este mundo son sin duda las africanas, y si eres además escritora, la cosa se complica mucho ¿Puede haber más trabas para una fémina? pues si. La sinopsis del libro rizaba el rizo y golpeaba con una jarro de realidad a esta reivindicativa reseñista de la esencia y la justicia/injusticia femenina. 

La protagonista, Okomo, una adolescente de etnia fang, atrapada en un sistema de valores que no le permite desarrollar su personalidad, se anima a emprender la búsqueda de su progenitor, cuya identidad le ocultan sus mayores. El viaje la llevará a recorrer su país, en el que se encontrará con las secuelas del colonialismo aún vigentes. En su camino, conocerá a otros personajes que, como ella, se rebelan contra las convenciones sociales y con quienes vivirá experiencias que la transformarán para siempre. La obra, que contiene información sociológica y antropológica de primera mano, es un relato valiente y directo sobre el conflicto entre la estructura familiar y las creencias ancestrales de los fang y los deseos de libertad de las nuevas generaciones en el África subsahariana.

Pronto nos sentimos atraídas por Okomo y su mundo, sus penas, sus dudas, sus frustraciones, sus temores, y su viaje se convierte en nuestro viaje, no podemos encontrar mejor compañía que la suya propia y la de otros personajes con los que se irá encontrando en ese incierto camino que ha emprendido; se trata de una novela corta que nos atrapará desde el principio, a no ser que seas un ser de piedra que ni siente ni padece, pues si corre una sola gota de sangre por tus venas, esta entrará en ebullición al conocer a Okomo y su historia. Tomo aire llegados a este punto, como me pasó cuando leía la novela de Trifonia Melibea, veréis porqué: La Bastarda es un testimonio en primera persona, directo, sencillo, duro pero real, de una lesbiana en Guinea Ecuatorial, una chica joven que vio sentenciado su destino cuando la dio a luz una mujer soltera, que además murió de parto y dejó huérfana y en poder de los hombres de la familia, en especial de su abuelo, a la pequeña Okomo, condenada a vivir bajo el  yugo masculino y la guillotina de las más bizarras y machistas tradiciones. 

Su destino se escribió con renglones torcidos y manos ajenas, las que juegan con las vidas de las mujeres africanas y reescriben para ellas mandamientos tiranos y casi satánicos.

Con Okomo descubriremos como se sienten las mujeres en matrimonios polígamos, como han de luchar incluso entre ellas por el "amor" del marido, como son menospreciadas hasta la saciedad por hombres e incluso otras mujeres que solo defienden lo que les han inculcado desde el nacimiento; conoceremos el trabajo de curanderas y brujas, el poder de las creencias y la sociedad, como es perseguida la homosexualidad y como se ha de ocultar, como amar no solo hay que hacerlo con los ojos cerrados si no con las ventanas atrancadas y las puertas bajo cien llaves, como una mujer vale tanto como vale su honra y su imagen ante los demás. Ni siquiera existe en el lenguaje Fang un término para Lesbiana, invisibles como mujeres, inexistentes como opción sexual.

Se que no sois nada amantes de la poesía, pero no podía dejar de pensar en los versos de Rosa María Roffiel mientras leía el libro, y que ahora vienen de nuevo a mi mente y que no puedo dejar de compartirlos:

Tu sexo me sabe a naranja,a campo, a miel, me sabe a volcán que se alza

a leyenda, a raíz que se prende a su ser, a puño cerrado, a patria,a ti,

tu sexo me sabe a mujer.

Creo que resume a la perfección lo que Okomo/Trifonia siente, y lo que querría proclamar a los cuatro vientos y que sin embargo, está condenada a callar y ocultar. Y esto solo es la punta del iceberg de la vida de una mujer africana...y yo me quejo tanto de ser mujer hoy...ahora, aquí...

CONCLUSIÓN: Una novela corta, fácil de leer, sin artificios, directa y sencilla sin olvidar la belleza de una narración clara de mujeres reales, de silencios forzosos entre los que una voz se alza y grita: 

Bastarda yo, una mujer fang; bastarda yo la hija de una soltera fang; bastarda yo, lesbiana. Una novela que abre los ojos y nos hace cerrar la boca a la intransigencia, las ideas preconcebidas y los tópicos, una novela de voces, de tonos y ante todo, de colores. 

Sencillamente fabulosa. 

LA BASTARDA

Trifonia Melibea Obono

Editorial Flores Raras

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