martes, 1 de agosto de 2017

RINCONETE & CORTADILLO. XVIII Festival de Teatro de Olite

A veces, cuando nos abandonamos a nuestra soledad, acostumbramos a dejar volar nuestra imaginación, a filosofar, a pensar en nuestro presente, en qué nos deparará el futuro, o cómo hemos llegado hasta aquí... Cuando pensamos en nuestro pasado, lo hacemos elucubrando acerca de por qué nací en esta casa y no en la de enfrente, por qué tuvimos o no hermanos, o qué hubiese sido de nosotros de haber recibido una educación u otra...
¿Y si nuestros padres hubiesen explotado nuestra habilidad para tocar esa ruidosa batería que siempre pedíamos para reyes y nunca llegó porque no había dónde colocarla en el piso? Si nos hubiesen colocado ortodoncia a tiempo... ¿tendríamos hoy el maxilar como quijada de burro? ¿Seríamos ateos si no nos hubiesen educado en la fe?
Es entonces cuando, metidos en harina, nos dan ganas de pedirles cuentas a nuestros progenitores, de recriminarles su comportamiento, de exigirles aquello que no hicieron o que, haciéndolo, no lo hicieron como creemos que deberían haberlo hecho... A partir de aquí, sólo restan dos opciones: elegir la opción de materializa todo ese barullo que se pasa por nuestra cabeza, llevado en alzas por una repentina ira, o continuar con la reflexión y preguntarnos a nosotros mismos ¿algún padre haría algo distinto que lo que entendiese, en cada momento, lo mejor para su hijo?

Llegando al ecuador del Festival de Teatro de Olite, el programa de mano anunciaba la llegada de una compañía con más de veinte años realizando montajes de manera independiente: Sexpeare. Se trata de una compañía multidisciplinar, que ha realizado todo tipo de espectáculos sostenidos por una base firme compuesta de humor crítico. En esta ocasión, la obra elegida traía por título Rinconete y Cortadillo, la posthistoria de los dos antihéroes de una de las Novelas Ejemplares de D. Miguel de Cervantes.
En esta propuesta, los dos personajes de la novela corta, ya entrados en la ancianidad, uno de ellos con muletas y aquejado de alguna enfermedad, viajan una vez más, como ya hicieron en su juventud (descrita en la obra de Cervantes), en este caso en busca del autor de la novela que ellos mismos protagonizan, pero que para nada están de acuerdo con lo que allí se contó de sus hazañas. Y es que Pedro del Rincón y Diego Cortado, van contando distintas andanzas que aparecen en la novela, las recrean, ofrecen la versión dada por el más universal de los escritores que la tierra ha dado, y con posterioridad narran cómo sucedió todo en realidad, mostrándose humillados, enfadados y maltratados por un autor, ¡hideputa!, que manipuló lo ocurrido con el único propósito de hacerse rico con las andanzas de los demás.

Sin embargo, a medida que van recordando aquellos episodios (cómo se conocieron en una venta a mitad de camino entre Toledo y Andalucía, cómo llegan a Sevilla, su presentación ante el gran Monipodio, jefe del gremio de ladrones que en la ciudad de la Torre del Oro opera con mano firme...) van tomando conciencia de sus propias vidas, reflexionando de un modo sosegado, libres ya de la fiereza con la que se presentan dominados por la ira.

Rulo Pardo y Santiago Molero dan vida a unos personajes carismáticos a pesar de todo, que son capaces de mirarse en el espejo del ayer sin compasión, y que, gracias a su propia crítica, evolucionan de la indignación a la más dulce de las sensaciones: la paz interior de saberse, conocerse, y aceptarse.








COMPAÑÍA

Sexpeare

DIRECCIÓN
 Salva Bolta



REPARTO  
Santiago Molero y Rulo Pardo

EQUIPO ARTÍSTICO/ TÉCNICO  
Dramaturgia: Alberto Conejero
Regiduría/Rd. Manager: Elena Lombao
Diseño Escenografía: Teresa Rodrigo y SeXpeare
Atrezzo/escenografía: Arte&Ficción y SeXpeare
Fotografía/Diseño gráfico: Cesar Urrutia Sonido: Isole. Div Sonora
Vestuario: Teresa Rodrigo
Diseño audiovisual: Javier Carrillo
Canciones: Elías Artalejo (musica) y SeXpeare (letras)
Comics: Víctor Parra
Voz en off: Angel Burgos/Celine Tyll
Aydte. Producción: Beatriz Valcarce
Producción Ejecutiva: Jorge Palomar



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Redacción y Fotografía: Santiago Navascués
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

10 comentarios:

  1. Me costaría ver esta obra. Nunca me atrajo el libro.

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    1. Por experiencia (teatral) te diré que una obra vista en un escenario gana en inmediatez, calidad y factor sorpresa frente al libro... Entre nosotras, leer a Shakespeare me aburre casi siempre, ver una función me encanta.

      Besitos 💋💋💋

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  2. Respuestas
    1. Ainsssss, lo entiendo, a mi me pasa lo mismo cuando veo a los demás, jajaja.

      💋💋💋

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  3. Hola!!!
    No soy mucho de ver obras de teatro la verdad pero gracias por la información :D
    Nos leemos, besos ^^

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  4. Reconozco que he ido poco al teatro, y que, las dos o tres veces que he ido, para mi propia sorpresa, lo he pasado como un enano. No obstante, no sé si adaptaciones de obras clásicas irían muy acorde con mi gusto, a menos claro que le dieran otro enfoque, que lo rejuvenecieran o le diesen algo que conectara con el público de ahora.

    Un beso ;)

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  5. un placer compartirte! nos encanta las fotos y aprovecho( no se queda bien) te sugiero un blog amigo, el de Francisca, se lamma detrasdelaestanteriailustrada y le fascina todo lo de el teatro, y escribe unos relatos maravillosos. saludosbuhos, cruzando amigos!

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  6. Si, si, mucho teatro, pero dime que pronto te veremos con algún libro reseñado, que me encantan tus gustos y tus reseñas. Que ya sabes que yo y el teatro, nos tenemos que empezar a llevar mejor.
    B7s

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