viernes, 3 de febrero de 2017

CERVANTINA o como disfrutar como niños lo que nos disgustaba cuando lo éramos.






Ya os he contado en otras ocasiones mi vinculación con el Teatro y mi pasión por él; años atrás cuando disfrutaba sobre las tablas pensaba que no podía haber nada mejor que aquello, hacer lo que más te gusta y ver como la gente disfruta contigo ¡aquellos subidones de adrenalina antes de salir a escena! pero un buen día decidí pasar al otro lado, entre bastidores, escribiendo y reescribiendo las obras que quería que mis compañeros de escena representaran, dándoles a ellos y al público lo que pensé que faltaba o sobraba  en una obra ¡Si si, lo se, suena a prepotencia! pero no lo era, tan solo tenía mi cabeza llena de ideas y necesitaba sacarlas fuera. Con el tiempo fui dándole más importancia a la escritura en general que al Teatro en particular, dejé los escenarios, las bambalinas y me situé detrás de una máquina de escribir primero, un ordenador después, pero nunca he dejado el Teatro, jamás podría alejarme de él, sería como si me quitaran un trozo de mí y esta vez no hubiera un trasplante listo para permitirme vivir, esta vez sería el final definitivo. 
Entonces descubrí que ser espectador me llenaba tanto como ser actriz, incluso me llenaba más, me hacía más feliz; no había peros, no había sin embargos, no existían porqués ni arrepentimientos, no había análisis obsesivo sobre mis defectos y cómo mejorarlos sobre un escenario, no. Como espectadora solo hay disfrute absoluto, total y pleno. Pero necesito mi dosis teatral como adicta que soy. Y no me privo de ello.
Ayer, una vez más y como ya viene siendo habitual para este Gato Trotero, mi compañero y yo estuvimos en el Teatro Talía de Valencia viendo a la compañía teatral "Ron Lalá", y es que desde Almagro a Olite, pasando esta vez por Tudela, hemos llegado con ellos y junto a ellos a, para nosotros, nuestro fin de viaje junto a estos maravillosos actores, y como fin de nuestro periplo padeciendo Cervantina, fuimos dispuestos a redescubrirlos como si fuera la primera vez que los veíamos, cosa fácil porque ellos se reinventan representación tras representación, y como atletas de competición, superan sus marcas con cada salida a escena. 
Ya tenéis todos la crítica que hizo mi compañero de La Cervantina en este mismo blog, no voy a hacer una nueva, no se han  inventado desde entonces nuevos términos ni elogios para expresar lo que este Compañía despierta en el espectador, y reiterarme en lo mismo es ya cansino (que cansina soy un rato, todo sea dicho) pero si quería transmitir lo que estos evocan en mi cuando los veo sobre el escenario y entre el público del que hacen partícipe en todo momento de la obra ¡Si se les puede casi tocar, sentir, oler, y con mis respeto, saborear! estos tipos me tienen loca perdida.

Se abre el telón y vemos a los cinco actores sobre el escenario, estáticos, iluminados por los focos, como estatuas griegas, que eso del mannequin challenge me parece una americanada que no va más allá de una moda efímera, y ya tenemos bastantes americanadas en el cine, no hay nada más español que Cervantes y su obra ¡Olé que si, vive el cielo!
Y comienza la representación: vida de Cervantes, entremeses, canciones, humor, seriedad, respeto, risas, sarcasmo, puyas a la política y guiños a la sociedad, y entre medias, aplausos y vítores y carcajadas y participación del público que ya no es un invitado de piedra, es un actor más.

Veo a Íñigo Echevarría, alto y esbelto como un junco, Caballero de la Triste Figura y Señor del espacio, el viento, y la niebla; es etéreo, sutil, impalpable, sublime, elevado. Sus gestos son de humo y su voz de volcán, su presencia, élfica,  casi divina; si fuera más volátil, levitaría sobre las tablas. 
Álvaro Tato, Caballero medieval, la sonrisa más bonita de la Compañía, los ojos más vivos del escenario, su sola presencia llena el escenario, su ritmo, inunda el torrente sanguíneo del espectador, su voz, canto de sirena que te atrapa y hechiza.
No puedo apartar mi vista del Gentleman del grupo,  elegante en sus formas, caballero en su figura y presencia, el que arrebata con su timbre de voz y embruja con su canción; se mueve por el escenario seguro y firme, actúa y te hace sentir, habla y te hace callar absorta, mira y te mira sin verte, le sientes, le presientes y le consientes pues Juan Cañas es un niño que se deja mimar, es un hombre que sabe mimar a su público.
Daniel Rovalher, el hombre orquesta, el artista todoterreno, el Escudero con alma de Caballero, gitanilla de raza flamenco de espíritu, a flor de piel, sensible rockero que suspira notas musicales y hace latir los corazones al ritmo que se modela la plastelina, tac tac, pom pom, pa-pá.
Antes de que tú le mires, ya te ha lanzado una de sus miradas picaruelas, traviesas, enredadoras, chispeantes, es el diablillo ronlalero, el travieso seductor de Miguel Magdalena; voz rota, quebrada en ocasiones, juguetona siempre, imponente in secula seculorum ¡Ay Miguel, Miguel, nombre cervantino más que ninguno! 
Y arriba, como el Padre observando a sus criaturas, observando con ojo de halcón, Yayo Cáceres, cabeza pensante corazón latiente sin descanso; si el público suspira, ríe o llora, Yayo lo tiene presente, y si en el escenario alguien canta más fuerte, él lo guarda en su mente ¡chicos, moderación para la vez siguiente! Yayo, el Padre de la criatura, oh si. 

Ellos son los ronraleros, los jornaleros de pico y pala de la lengua de Cervantes, de la obra de Miguel, los Siete Magníficos...¿Qué me he equivocado al contar? creo que no, repasar vuestras cuentas, cinco en las tablas, uno las alturas y el séptimo, el Escenario, si, está con ellos compinchado. 
No dejéis de verlos y no os conforméis con hacerlo una sola vez, pues en cada ocasión que lo hagáis será como hacerlo por vez primera. 





Compañía de Teatro Ron Lalá



Una impresión de Yolanda T. Villar
                               
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17 comentarios:

  1. Me encanta el teatro, pero a Córdoba traen pocas obras apetecibles y por eso no voy más a menudo. Gracias por esta crónica, guapa.
    Besos

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    1. Es una pena, todos deberíamos tener la oportunidad de disfrutar del Arte viviéramos donde viviéramos.
      Los Ron Lalá son una pasada!!

      Un besito guapa, feliz finde!

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  2. Pues yo no soy mucho de teatro aunque de vez en cuando sí que hay una obra que me hace tilín y me provoca curiosidad.
    Gracias por la entrada :-)
    Besos.

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  3. El Teatro es una droga, al que nos engancha no nos suelta.

    Un besito, guapa!

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  4. El otro día estuve en la rueda de prensa y el pase gráfico fue una pasada.
    Un beso ^^

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    1. Son increíbles, hace años que los seguimos y los adoramos. Si estás en Valencia acércate hoy domingo a la plaza del negro que Rovalher da un concierto en petit comité, va a ser fantástico.

      Un besito!!
      Yolanda

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  5. Hola preciosa!
    ME encanta el teatro, la pena es que en mi ciudad apenas vienen obras en condiciones. Además antes tenia un bono para acudir a él pero desde que llego la crisis como que tuve que dejarlo y cuando viene una obra buena cuesta bastante, pero vamos aun así suelo ir a verla como me guste. Fantástica entrada. Besotes

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    1. Hola Violeta!
      Todos tendríamos que tener la oportunidad de ir al teatro, al cine, a disfrutar en general del Arte sin que los altos precios fueran un inconveniente. Ya está bien de IVA desmesurado para el Teatro.

      Un besito!
      Yolanda

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  6. No he ido mucho al teatro, pero las dos o tres veces que he ido he disfrutado mucho. Gracias por la recomendación.

    Un beso ;)

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    1. El Teatro es una de las mejores maneras de sentir y contactar con la obra, más allá de las palabras...te animo a que vayas más y descubras un mundo fabuloso Ray.

      Un besito
      Yolanda.

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  7. Me gusta el teatro, pero tengo pocas oportunidades de ir la verdad. Me alegro de que te haya gustado :)
    Besos!

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    1. Es una pena que no puedas ir más a menudo; entre los precios y las ofertas...

      Un besito.
      Yolanda ❤❤❤

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  8. Gracias por la recomendacion, me suele gustar el teatro!!

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    1. Yo soy toda una fan-atica, jejejejeje.

      Un besito
      Yolanda ❤❤❤

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  9. Vi la representación en Madrid en el mes de febrero del año pasado y me pareció fantástica y muy muy divertida. Para mí del año Cervantes fue de lo mejor junto a la representación de la "Numancia" que también tuve oportunidad de ver. De ambas obras dejé constancia en mi blog.
    Me ha gustado mucho tu reseña. Me quedaré un poquito por aquí pues a mí también me gusta mucho el teatro.
    Saludos

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  10. ¡Hola Juan Carlos! yo es que los adoro, su forma de hacer teatro me encanta, son auténticos, directos, sin trabas. Los seguimos desde hace unos años y cada obra que nos traen, más nos gustan; y lo que hacen por separado cada uno, lejos de Ron Lalá, no tiene desperdicio, unos auténticos genios.
    Estamos ahora en plena temporada de teatro, en nada subimos más cositas. Me paso a verte, teatrero!!!

    Un besito
    Yolanda

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