jueves, 13 de octubre de 2016

LA DAMA DE LAS CAVERNAS NO TIENE JARDÍN de Teresa Hernández



Se viste bien. Camina como nube.
Tiene el jamás venciendo la mirada
y un aire de paloma maltratada.
Es triste si se para junto al mar.
¡Qué silencio tan grave el de su frente!
Esa muchacha, acaso diferente,
escribe versos para no llorar...

En cada mes alumbra una amapola.
Juega al tedio y la sed. Aunque está sola
espera siempre un hijo al azar.
Y cuando pasa con su azul pequeño
-del brazo de algún hombre para el sueño-
todos murmuran que se va a acostar.

(Carilda Oliver Labra)


Muchas veces me preguntan cómo hago para elegir ciertos libros, o como han llegado a mis manos, puesto que bastantes de ellos no son best sellers o no gozan de publicidad sin límites; la mayoría de las veces no se qué contestar, los motivos por los que un libro llega a mis manos son diversos, a veces son horas de búsqueda, otras rápidas elecciones motivadas por el escaso tiempo para elegir,  y muchas veces mera casualidad...variedad como en botica.

En este caso en concreto, con La Dama de las cavernas, Ella me encontró a mi. 

Y una vez más, la portada y contraportada me atraparon y comenzaron a contarme la historia antes siquiera de haber abierto el libro; mi fascinación por
las portadas se asemeja a la que despiertan en mí ciertas Obras de Arte, esas que te atrapan desde el lienzo y hablan sin palabras sobre el autor, su entorno, sus sueños, sus miedos, e incluso, los del espectador que las observa. La portada de la novela de Teresa Hernández tras su color sepia, ejercía un poder hipnótico en mí, que al igual que ciertos cuadros me incitaba a mirar más de cerca, alejarme de nuevo, acercarme otra vez para ver mejor los detalles, y termino mirándola a través de una lupa. Y entonces supe que la ilustradora Cris Ferrer la había realizado exclusivamente con boligráfo, si, el Bic de toda la vida ¿Cómo no iba a fascinarme? seguí admirándola milímetro a milímetro, sin perderme un solo trazo del bolígrafo.

...Y me sentí como una entrometida metiendo las narices en la intimidad de un hombre enamorado...



EL LIBRO.

Verónica Abad es una joven periodista sumida en una espiral de insomnio, pastillas e insatisfacción personal, que tras la muerte de su tío materno, tutor y
segundo padre tras la muerte de los suyos cuando tan solo era una niña, ve como su inestabilidad emocional se tambalea aún más tras llegar a sus manos unas viejas cartas; descubre que tras la borrosa imagen que guarda de su madre en su memoria y las pocas fotos que posee de ella, se esconde una gran historia de amor y dolor. Un viaje a Cuba y un enigmático hombre, le abrirán las puertas de un pasado que convertirá en suyo propio. 

Teresa Fernández nos seducirá con una grácil prosa y una historia repleta de personajes memorables, induciendo al lector a dejarse llevar por el relato y vivirlo de la mano de la protagonista y el entorno.



LA OPINIÓN DEL GATO

Cuando cae en mis manos una novela de prosa tan ágil como precisa, y la lectura se convierte en un placer inmenso -tanto, que de que me doy cuenta estoy abducida por la historia- de tal manera que las imágenes que la narrativa
proyecta en mi mente son tan reales que siento que al cerrar el libro deje tras una puerta con llave a los personajes, se que estoy ante una historia especial,
magnética, de las que no se olvidaré cuando acabe la novela. Y si eso me sucede en los primeros dos capítulos, ya no me cabe la menor duda que tengo entre manos una joya que pertenecerá desde ese momento a mi lista de "Incunables" como yo denomino a mis obras favoritas e irremplazables en mi estantería y en mi corazón. Demasiados son los libros que me decepcionan, sea por cuestiones de fondo como de forma, bastantes son también los que me hacen disfrutar mientras los leo, pero ya no son tantos los que permanecen en mi memoria y recurro a ellos en busca de inspiración, sosiego o acicate: lecturas que formarán parte de mi imaginario literario.

La dama de las cavernas no tiene jardín es ya uno de ellos. Su título me atrajo, su portada me embrujó y la trama me ha seducido y emocionado. Esta es una historia que dura más allá de la novela, pues el lector se sentirá desde el primer momento parte de la misma y es que es brutal la sensación de ver secuencia por secuencia los hechos que la autora nos narra (Yo, desde ahora, cambiaría la acepción de novela gráfica...) y lo hace gracias a una escritura dinámica, sutil, de una elegancia reverberante, dejando tras cada capítulo un brillo narrativo que no deslumbra hasta la ceguera al siguiente, al contrario, ilumina el camino del lector entre una idea y un acontecimiento sin desvelar nada a destiempo. 
Cuando comenzamos a leer la novela, nos encontramos a bocajarro con el personaje principal, y es que es tal su fuerza narrativa la que nos lo muestra que no podemos quedar impasibles ante él...bueno, ante ella, pues es Verónica Abad la protagonista principal de la novela ¿O no? vale, dejemos esto para unas líneas más abajo; pero es ese poderío narrativo el que nos atrae como moscas a la miel hacia el personaje, y es que desde el principio se adivina que las cosas ni han sido fáciles ni lo serán para ella. Es difícil transmitir la más absoluta desolación y desmotivación sin usar imágenes que identifique el espectador con tales estados del ánimo, con los sentimientos más oscuros y perdidos en el fondo de uno mismo. No, no es nada fácil. Pero más difícil es todavía que esos estados angustiosos del Ser sean expresados y lleguen en su justa medida al receptor de tales mensajes, el lector, con tan solo palabras: palabras para definir emociones, palabras para situarnos en un espacio y un tiempo determinados, palabras para que nos sintamos en la piel de quien las expresa, las siente, las padece, sin estridencias, sin declamaciones absurdas, sin aspavientos. Tal como se padecen, se muestran. Teresa Hernández domina el lenguaje de cada uno de sus personajes para dar realidad a los mismos, veracidad a la historia, credibilidad a las palabras. 
A lo largo de la novela nos encontramos a personajes tan variopintos como un ama de casa aburrida, un dramaturgo excéntrico, un actor desolado, un chaval de la calle, un vago sinvergüenza, una anciana con un gran secreto a sus
espaldas, un viejo tullido, y una joven periodista que sobrevive a pesar de ella misma; todos ellos son tan distintos entre si, como diferentes son sus vidas, sus lugares de procedencia, sus ganas de vivir o de morir, sus errores a cuestas o arrastras, su imagen reflejada en las pupilas de quien mira o del espejo en el que uno mismo se ve, distintos y diferentes en su forma de ver la vida y vivirla y sin embargo tan semejantes cuando han de enfrentarse a sus fantasmas.
Desde Madrid a Cuba, de Cuba a León, de vuelta a Madrid, y un "segundo viaje" a través de unas viejas cartas encontradas por casualidad, Teresa nos embarca en una experiencia catártica, un viaje por el pasado para entender nuestro presente y sobre todo, enfrentarnos sin remordimientos al futuro. 
Personajes vivos, carismáticos, complejos, que se muestran tal como son aunque la mayoría de ellos no son lo que parecen, bipolaridad sinónimo de coraza para unas vidas tan ajadas por dentro como por fuera.
Para todos aquellos amantes de una historia conformada por otras cuantas más, para los que disfrutan con las lecturas vivas, enérgicas, sin lugar para las descripciones vacuas ni los adornos superfluos, para todos aquellos que empatizan con las miserias humanas y lejos de sentir pena, ven la fuerza tras la debilidad aparente, y para los que disfrutamos con tramas que saltan temporalmente haciendo de unas y otras, una tela de araña tan perfecta como resistente. 

¡Bravo por la autora y su obra! han conseguido entre ambas, que la Dama de las cavernas sea toda una Señora Literaria.


Lo mejor de la novela: Esta vez me cuesta elegir, pero me quedo con mi momento favorito: el momento en que descubrimos el porqué del título del libro, y lo hago por las emociones que despierta y por las mariposas en el estómago que se alborotan. 

Lo peor de la novela: Que te deja con ganas de más. 





LA DAMA DE LAS CAVERNAS NO TIENE JARDÍN
Teresa Hernández

ISBN: 978-84-15565-78-9

Ediciones Babylon

Para adquirir la novela pinchad Aquí y Aquí


Imágenes del post:  ©Yolanda T. Villar


 Una Reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

5 comentarios:

  1. Descubrí a Teresa Hernández a través de su novela La galería de los susurros: me encantó. Y ya tengo conmigo un ejemplar de la novela que nos presentas en esta reseña. Y, por lo que nos cuentas en ella, seguro que voy disfrutar de nuevo con su lectura. Besos.

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    1. ¡Hola Francisco!
      Para mi ha sido un descubrimiento maravilloso, dudé muchísimo en qué novela de las suyas elegir, juro que estuve mirando una y otra sin parar y no lograba decidirme, pero el título y la sinopsis me atraparon.
      Te va a encantar Paco, ya lo verás.

      Un beso
      Yolanda

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  2. ¡Me encanta la historia! Me haré con el libro este fin de semana mismo, tengo la galería de los susurros recién empezada pero me apetece mucho conocer más de la autora.
    Eres un cielito yolanda, siempre nos traes joyas.
    un beso

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    1. Es una gran novela, te va a encantar sin duda. Esta autora es toda una revelación.

      Tienes que poner la url de facebook y así se marca tu nombre y da acceso directo a tu muro.

      Un beso!

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  3. ¿Porqué a mi no se me marca mi nombre? he entrado desde facebook como me dijiste y nada.
    Un beso

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